La Universidad Alcance De Su Labor Educativa Y Social Y Conferencias Filosóficas

Por Dr. Adalberto García de Mendoza

Este libro trata de los fines de toda universidad que deben estar de acuerdo con el movimiento democrtico de los pueblos. Democracia que supone actitudes de libertad y responsabilidad conscientes en cada hombre y colectividad e independencia y soberana de los pueblos. La formacin de tcnicos, la elaboracin de una cultura y la divulgacin de los conocimientos deben ajustarse a las exigencias de esta tendencia meditada.
-Dr. Adalberto Garca de Mendoza

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 29 sept 2016
• ISBN: 9781506516714

Dr. Adalberto García de Mendoza

EL DR. ADALBERTO GARCIA DE MENDOZA (1900-1963). Después de haber estudiado 7 años en universidades alemanas, música y filosofía, regresa a México en 1927, iniciando cursos en la Preparatoria y la Universidad Nacional Autónoma de México donde introdujo por primera vez en México la filosofía alemana siendo el primero en enseñar el neokantismo de Baden y Marburgo, la fenomenología de Husserl y el existencialismo de Heidegger de ahí que se le reconoce como el “Padre del Neokantismo Mexicano.” En 1954 recibió el primer premio internacional de filosofía Oriental convocado por las Universidades Japonesas cuyo galardón lo recibió en Japón por su alteza Imperial el Principe Takamatsu, hermano del Emperador de Japón. De 1938 a 1943 fue director del Conservatorio Nacional de Música de México. En 1962 recibió un diploma otorgado por la UNAM al cumplir 35 años como catedrático. Escribió aproximadamente setenta y cinco obras de filosofia, música, matemáticas, arte, y socialismo.

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Copyright © 2016 por Dr. Adalberto García de Mendoza.

Editora: Elsa Taylor

Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2016916092

ISBN:     Tapa Dura                   978-1-5065-1669-1

               Tapa Blanda                978-1-5065-1670-7

               Libro Electrónico       978-1-5065-1671-4

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

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Fecha de revisión: 29/09/2016

Palibrio

1663 Liberty Drive

Suite 200

Bloomington, IN 47403

Contents

LA UNIVERSIDAD

ALCANCE DE SU LABOR EDUCATIVA Y SOCIAL

(A).- FINES DE TODA UNIVERSIDAD.

(B).- JUSTA Y NECESARIA INTERPRETACIÓN DE LA LIBERTAD DE CÁTEDRA.

(C).- RELATIVIDAD DEL CONOCIMIENTO. FALSO FUNDAMENTO A LA LIBERTAD DE CÁTEDRA.

(D).- LA TEORÍA Y LA FINALIDAD PRÁXICA.

(E).- FINES CONCRETOS DE TODA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA.

(F).-LA CULTURA INMANENTE A LA EXISTENCIA.

(G).- LA FINALIDAD, CONTENIDO ESENCIAL DE PENSAMIENTO OCCIDENTAL.

(H).- REALIZACIÓN DE UN OBJETIVO EXISTENCIAL Y ÚNICO.

(I).- ¿PORQUE ALGUNAS UNIVERSIDADES NO PREPARAN TÉCNICOS PARA EL SERVICIO SOCIAL?

(J).- EL ELEMENTO SOCIAL COMO ORIGEN Y FIN DE TODA EXISTENCIA.

(K).-LA UNIVERSIDAD FRENTE AL IMPERIALISMO Y AL NAZISMO.

(L).- LAS NUEVAS UNIVERSIDADES DE LA AMÉRICA.

APÉNDICE LA SITUACIÓN ECONÓMICA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE MEXICO

LA IDEOLOGÍA EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE MEXICO

CONFERENCIAS FILOSÓFICAS

1.   FUNDAMENTOS DE LA TESIS SPENGLERIANA SOBRE LA FILOSOFÍA DE LA HISTORIA.

2.   LOGICA DE LA HISTORIA

3.   EL COMPROMISO DE LA FILOSOFÍA

4.   EL COMPROMISO DE LA FILOSOFÍA

5.   EL COMPROMISO DE LA FILOSOFÍA

6.   EL CUBISMO Y EL ENCUENTRO DE LA IDEA PLATÓNICA

7.   EVOCANDO A BERGSON

8.   MOZART Y EL SIMBOLISMO DE LA INICIACIÓN

9.   EL PANTEÍSMO EN LA MÚSICA

10.   LA CONCEPCIÓN DEL MUNDO Y LA ORGANIZACIÓN ARTÍSTICA DEL ESPACIO.

BIOGRAFÍA DEL DR. ADALBERTO GARCÍA DE MENDOZA

LIBROS A LA VENTA

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LA UNIVERSIDAD

ALCANCE DE SU LABOR EDUCATIVA Y SOCIAL

Por el Dr. Adalberto García de Mendoza.

Según lo observado en otra parte, la enseñanza universitaria no deja de ser puramente profesional ni asume el carácter social que debe adornarla, sino cuando se interesa en las grandes preocupaciones que agitan el espíritu público.

No se extrañe entonces que donde las universidades no siguen la misma conducta, que donde no tienen el mismo origen, que donde se muestran indiferentes a las profundas agitaciones de la vida nacional, viven reducidas a la condición subalterna de simples oficinas administrativas, sin influencia social.

V. LETELIER.

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(A).- FINES DE TODA UNIVERSIDAD.

Los fines de toda Universidad deben estar de acuerdo con el movimiento democrático de los pueblos. Democracia que supone actitudes de libertad y responsabilidad conscientes en cada hombre y colectividad, e independencia y soberanía de los pueblos. La formación de técnicos, la elaboración de una cultura y la divulgación de los conocimientos deben ajustarse a las exigencias de este tendencia meditada.

En vista de este propósito, las Universidades del futuro deben sostener como pendón de sus actividades la tesis de un resurgimiento consciente y verdadero de la democracia y de la libertad, con todas las modalidades que estos ideales exigen. No es suficiente que para llevar a efecto este propósito, se trate de interpretar la situación social y política de los pueblos; es indispensable llevar a efecto los medios necesarios para que las condiciones económicas, biológicas y espirituales sean realizadas en provecho de la humanidad. Se exige una actividad inmediata para la transformación de las condiciones primarias de la vida con el objeto de que sobre esta base pueda realizarse la cultura de una sociedad de mayor consistencia eficaz y moral. Sociedad en la cual, por el principio de acción recíproca, los elementos culturales obrarán a su vez sobre las formas económicas y biológicas de la Sociedad.

Toda Universidad debe pugnar por esta conducta conscientemente, no por convencionalismos del momento, sino por tener una forma vital y adunar la sinceridad que debe caracterizar a todo organismo de cultura y a toda actividad creadora.

La Cultura es la cúspide de la estructuración económica y biológica, y ella misma es una fuerza capaz de llevar también la modificación a estas formas primarias de la Humanidad. A mayor conciencia cultural, firmeza en el sentimiento social y seguridad en la vida de un pueblo; mayor interacción, mayor equilibrio para relacionar estos aspectos de la historia. A veces se ha olvidado lamentablemente la atención a los problemas económicos y biológicos y el caos ha aparecido rompiéndose lo que aparentemente se señalaba como un organismo de gran consistencia. También ha sucedido en otras ocasiones que únicamente se le de preferencia a la satisfacción de estos problemas, olvidando la fuerza de humanización y socialización que tienen los valores espirituales; y entonces los pueblos viven una situación orgánica no concentrando cultura y a lo más elaborando civilización.

Toda Universidad debe tender a destruir el régimen de explotación de hombres y de pueblos para crear un nuevo ambiente colectivo. Para ello, divulgará sus conocimientos y conquistas a las masas enseñándoles no sólo la voluntad de conquistar sus propios derechos, sino también el camino de responsabilidad fincado en una conducta siempre atenta a un régimen democrático y de libertad. Conciencia de responsabilidad para desalojar de si los vicios y los errores, las demagogias y los aturdimientos de ideas fantásticas y propósitos no respaldados por una actividad sincera y noble: pero también conciencia de responsabilidad para afirmar los derechos de todo hombre trabajador que vea directamente al bienestar corporal y a la tranquilidad espiritual de quien vive su más completa realidad de ser humano.

La vida social contemporánea exige que las Universidades tengan una función social en el grado más alto y para ello que estén íntimamente ligadas a las labores que tienen el legislador, el economista, el juez, el político, el científico, el artista o el filósofo. Hay una íntima compenetración entre las funciones de la Universidad y la de estos elementos que, en forma de grupos organizados, integran la colectividad social.

Pero aún es más íntima la relación que debe existir entre el elemento universitario y las clases industriales y campesinas. La íntima compenetración de estos sectores, afirmada por medio de la praxis (que es la actividad congruente con el pensamiento director), es el postulado máximo de toda universidad empapada de realidad social y consciente de su alta responsabilidad.

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(B).- JUSTA Y NECESARIA INTERPRETACIÓN DE LA LIBERTAD DE CÁTEDRA.

Haremos hincapié en este concepto porque de él se derivan consecuencias de enorme interés para nuestra tesis preliminar. El concepto magnífico de la libertad de cátedra se ha visto constantemente desvirtuado por sofismas o interpretaciones que llevan propósitos contrarios a la liberación de las clases y de los pueblos oprimidos.

Para descubrir dichos propósitos es necesario analizar el concepto, percibir con claridad sus consecuencias y sus ventajas, darle su justo valor para una buena orientación en el camino de la dignidad humana. Muchas expresiones de hondo y profundo sentido humanitario se han tomado como bandera de tendencias opuestas al progreso humanó; y si ellas son bondadosas en sí debemos tomarlas para descubrirle su verdadero sentido y enarbolarlas como propósitos de verdadera y auténtica liberación.

Si por libertad de cátedra entendiéramos esa manera de comportarse sin límites de ninguna especie y sólo amparados por el impulso, muchas veces egoísta de nuestra voluntad; deberíamos concluir forzosamente que esta idea nos lleva a todas las regiones del pensamiento, a todas las situaciones bondadosas como perversas, degeneradas y claudicantes: leales como traidoras.

No se es libre más que para obrar bien. Esta sentencia del Platón, ese ilustre filósofo, nos entrega el principio determinante de una libertad consciente de su propia naturaleza. Sólo se es libre para obrar bien, y según esto, todo acto que tienda al mal y máxime a un perjuicio social, debe quedar fuera del concepto de libertad. Esta magnífica sentencia, con un contenido justo, nos hace ver con toda claridad, que lo que las Instituciones y los hombres realizan en forma egoísta, arbitraria y desorientada, no constituye actos de libertad y sólo son manifestaciones de ese elemento bestial que la humanidad ha conservado para su propia destrucción.

Es por esto que, apoyándose en esta expresión que viene de uno de los más altos genios de la humanidad, toda enseñanza universitaria es libre cuando ella lleva como propósito máximo el encauzamiento de las colectividades a un campo de bondad.

Los que pugnamos porque, solo se es libre para obrar bien y estimamos que el mundo actual exige un combate definitivo a la explotación de las masas trabajadoras y a los actos salvajes del imperialismo o del nazismo en la destrucción inícua de vidas y esclavización de pueblos; tenemos que darle el justo contenido al concepto de libertad de cátedra. La libertad de cátedra es la que se ajusta a un bien colectivo y puede resolver satisfactoriamente la angustia profunda que la miseria y la impiedad, la guerra mezquina y la traición a la generosidad de las clases sociales, ha minado nuestra propia existencia. Se impone, en esta justa interpretación, como baluarte para defender derechos perdidos, cimentar a las Instituciones del bien público y forjar la más alta cultura.

No es la libertad para la arbitrariedad, sino la libertad para el bien de la colectividad. Tampoco no es la realización de una dictadura sobre el sentimiento y pensamiento íntimos del hombre, contrariamente a su sana naturaleza. Es propiamente todo lo contrario: la afirmación de que el ser humano es un ente social; que su más profundo esfuerzo debe radicar en servir, ser útil y beneficioso