Para que la libertad de expresión llegara a ser considerada un derecho positivo, en la Ilustración hubo un auge de la libre comunicación de opiniones e ideas. Pensadores como Montesquieu, Voltaire y Rousseau defendieron la importancia del pensamiento crítico y la reflexión para no repetir los tiempos de Inquisición y de censura. En ese contexto se originó el concepto que, con el paso del tiempo, fue evolucionando y desarrollándose hasta llegar a su materialización y su positivización en los ordenamientos jurídicos.
Los derechos humanos se rigen por cuatro principios: universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. Con base en éstos, los derechos humanos no se jerarquizan entre sí.
El objetivo de este texto es problematizar el origen de estos impuesto por ellos mismos.