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La Estética Del Arte Del Clavecín
La Estética Del Arte Del Clavecín
La Estética Del Arte Del Clavecín
Libro electrónico297 páginas1 hora

La Estética Del Arte Del Clavecín

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El doctor Adalberto García de Mendoza nació en Pachuca, Hidalgo, el 27 de marzo de 1900 y falleció el 27 de septiembre de 1963 en la Ciudad de México. Fue reconocido como “el padre del neokantismo mexicano”. Fue profesor erudito de filosofía y música en la Universidad Nacional Autónoma de México por más de treinta y cinco años. Recibió el primer premio internacional de filosofía oriental convocado por las universidades japonesas, cuyo galardón le fue entregado en Japón por su alteza imperial el príncipe Takamatsu, hermano del emperador de Japón. Fue Director del Conservatorio Nacional de Música desde 1938 a 1943. Escribió aproximadamente setenta y cinco obras de filosofía (existencialismo, lógica, fenomenología, epistemología) y música.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento26 mar 2019
ISBN9781506528380
La Estética Del Arte Del Clavecín
Autor

Dr. Adalberto García de Mendoza

EL DR. ADALBERTO GARCIA DE MENDOZA (1900-1963). Después de haber estudiado 7 años en universidades alemanas, música y filosofía, regresa a México en 1927, iniciando cursos en la Preparatoria y la Universidad Nacional Autónoma de México donde introdujo por primera vez en México la filosofía alemana siendo el primero en enseñar el neokantismo de Baden y Marburgo, la fenomenología de Husserl y el existencialismo de Heidegger de ahí que se le reconoce como el “Padre del Neokantismo Mexicano.” En 1954 recibió el primer premio internacional de filosofía Oriental convocado por las Universidades Japonesas cuyo galardón lo recibió en Japón por su alteza Imperial el Principe Takamatsu, hermano del Emperador de Japón. De 1938 a 1943 fue director del Conservatorio Nacional de Música de México. En 1962 recibió un diploma otorgado por la UNAM al cumplir 35 años como catedrático. Escribió aproximadamente setenta y cinco obras de filosofia, música, matemáticas, arte, y socialismo.

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    La Estética Del Arte Del Clavecín - Dr. Adalberto García de Mendoza

    Copyright © 2019 por Dr. Adalberto García de Mendoza.

    Elsa Taylor: Editora

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2019902516

    ISBN:                           Tapa Dura                                           978-1-5065-2836-6

                                         Tapa Blanda                                       978-1-5065-2837-3

                                     Libro Electrónico                             978-1-5065-2838-0

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Fecha de revisión: 03/25/2019

    Palibrio

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    791606

    INDICE

    Capítulo 1     Preámbulo. Una Historia Que Retrocede.

    Capítulo 2     Cómo La Historia Queda Grabada En La Melodía Y En El Ritmo.

    Capítulo 3     Los Estilo Barroco Y Rococó En El Arte.

    3.1. Épocas Artísticas Para Spengler.

    Capítulo 4     Caracteres Del Barroco Y Rococó Frente Al Clásico.

    4.1. Ideas De Wölfflin.

    Capítulo 5   El Laúd Y El Clavicémbalo Como Expresiones

    5.1. El Monocordio. El Clavicordio. El Clavicémbalo.

    5.2. El Virginal Y La Espineta.

    5.3. El Clavecinismo. Su Pintura. La Poesía.

    5.4. La Danza. El Teatro. El Vestido. El Mueble.

    Capítulo 6     Significación Estética Del Arte Clavecinístico.

    6.1. Teoría De La Voluntad Artística De Riegl.

    6.2. Teoría De Schmarsow. La Simetría, La Proporción Y El Ritmo.

    6.3. Teoría De Wölfflin Sobre La Historia De La Forma.

    6.4. Crítica A La Tesis Formalista.

    6.5. Teoría De Franck. Estilos Figural, Polar Y Armónico.

    6.6. Teoría De Dilthey Sobre La Expresión.

    6.7. Teoría De Gerstenberg Y Disi Sobre El Arte Y La Concepción Del Universo.

    6.8. Otras Tesis.

    Capítulo 7     Trascendencia De Los Estilos Barroco Y Rococó Frente Al Estilo Clásico

    7.1. La Recta Y La Curva.

    7.2. Un Recorrido Sintético.

    7.3. En La Mitología: Pan Y Logos.

    7.4. Apolo Y Dionisos.

    7.5. En La Inteligencia Del Cosmos: Círculo Y Elipse.

    7.6. En La Filosofía.

    7.7 En La Palana.

    7.8. En La Concepción Del Universo.

    7.9. En La Música.

    Capítulo 8   El Arte Del Clavecín En La Historia De Los Pueblos

    8.1. Los Clavecinistas Italianos. Su Melodía Tradicional Y La Finura Del Tejido.

    8.2. Los Clavecinistas Franceses Y Las Suntuosidades De Los Luises.

    8.3. Los Clavecinistas Ingleses Y La Corte De La Reina Isabel.

    8.4. Características Del Arte Francés.

    8.5. Características Del Arte Alemán.

    8.6. Características Del Arte Italiano.

    Capítulo 9   Técnica Del Clavecín. El Estilo. Los Adornos. La Interpretación

    9.1. El Ritmo.

    9.2. La Finura Del Estilo Galante.

    9.3. La Expresión Melódica Y Armónica.

    9.4. Tomad En Cuenta La Cultura.

    9.5. El Adorno Clavecinístico.

    Capítulo 10   Barroco Siglos Xvii Y Xviii (1600-1750). Rococó. Siglo Xviii

    10.1. Origen. Barroco Y Rococó.

    10.2. Países.

    10.3. Doctrina De Las Diferencias Del Arte Barroco Y El Clásico.

    10.4. El Barroco En La Música Y Las Culturas. Tres Épocas

    10.5. Caracteres Musicales Del Barroco.

    10.6. El Arte Rococó.

    LA ESTÉTICA COMO ESTIMACIÓN EN SÍNTESIS DE LA EXISTENCIA

    IMPORTANCIA ACTUAL DE LA ESTÉTICA MUSICAL.

    ELEMENTOS DE ESTÉTICA.

    LA SONATA EN LA PERFECCIÓN DE CUARTETO.

    EL ROMANTICISMO EN LA MÚSICA.

    LA SONATA EN LA MÚSICA DE CONJUNTOS.

    LA LÍNEA MELÓDICA EN LA OBRA BEETHOVENIANA.

    BEETHOVEN Y LA ALEGRÍA.

    EL SENTIDO VITAL DE LA SONATA

    LA ARMONÍA BEETHOVENIANA.

    SONATA PARA PIANO Y VIOLONCELLO OP 5 NO 1 BEETHOVEN

    LA NATURALEZA EN LA VIDA ÍNTIMA DE BEETHOVEN

    TRIO PARA PIANO NO. 7 EN SI BEMOL MAYOR OP.97 EL ARCHIDUQUE BEETHOVEN

    SONATA PARA PIANO NO 26 EN MI B MAYOR OPUS 81 LOS ADIOSES BEETHOVEN

    SINFONIA NO 7 EN LA MAYOR, OP 92 BEETHOVEN

    VIOLÍN SONATA NO 9 OP 47 SONATA KREUTZER BEETHOVEN.

    SINFONIA NO 6 EN F MAYOR, OP 68 SINFONIA PASTORAL BEETHOVEN.

    PRELUDIO CORAL DE JUAN SEBASTIAN BACH SCHOENBERG. VEN, DIOS, CREADOR, ESPIRITU DIVINO. KEMM, GETT, SCHÄPFER, HEILIGER GEIST.

    ARIOSO. DE LA CANTATA NO. I56. JUAN SEBASTIAN BACH

    SARABANDE EN D MENOR JUAN SEBASTIAN BACH

    JESÚS EN GETSEMANÍ CANTATAS RELIGIOSAS JUAN SEBASTIÁN BACH

    ANTECEDENTES DE LA OBRA

    LA PRIMERA PALABRA.

    LA SEGUNDA PALABRA. HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAISO

    LA TERCERA PALABRA ‘’MADRE, HE AHÍ A TÚ HIJO, Y TU, HE AHÍ A TU MADRE’’

    LA CUARTA PALABRA.

    LA QUINTA PALABRA TENGO SED

    LA SEXTA PALABRA. TODO ESTÁ CONSUMADO

    LA SÉPTIMA PALABRA

    OBRAS PICTÓRICAS MENCIONADAS EN EL TEXTO.

    CUARTETO OP. 51 NO. I JOSEPH HAYDN Y TRIO NO 1 EN SI BEMOL OP.99 SCHUBERT

    CUARTETO OP. 54 NO. I DE HAYDN.

    TRIO NO. I EN SI BEMOL MAYOR OP. 99 SCHUBERT.

    Conferencia del Dr. Adalberto García de Mendoza

    Director del Conservatorio Nacional de Música,

    pronunciada el día 4 de noviembre de 1939

    en el Palacio de Bellas Artes.

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    CAPÍTULO 1

    PREÁMBULO. UNA HISTORIA QUE RETROCEDE.

    Señoras, Señoritas y Señores:

    Un recuerdo siempre es una vivencia. Ahondar el pasado para comprender y sentir su espíritu, no sólo es una exigencia sino un deleite. Exige este hecho mayor penetración anímica, por que lo que se rememora no está presente y debe reconstruirse tratando de crear ese ambiente en que se manifestó, no como un hecho esporádico sino como una consecuencia del devenir de la Historia. Más aún, se exige que lo pulamos, lo escojamos, lo purifiquemos para desentrañar su esencia.

    Ha mucho tiempo, con un paideuma juvenil decíamos: lo pasado ha muerto, ahora con un paideuma distinto decimos: lo pasado es el florecimiento de la esencia y lo presente sólo tiene realidad si se perfuma con el olor del pretérito.

    Pero sepamos llegar a ese tiempo que fue. Os invito a ese recorrido. Estamos en el siglo XX, la era llamada atómica o nuclear que aún no comprendemos. Tal es así que casi todas las artes contemporáneas actuales son extrañas a la mayoría de nosotros; casi todas las interpretaciones científicas, empezando por las matemáticas que niegan, entre otras cosas los que parecían evidentes postulados de Euclides, también lo son cosas raras y novedosas. No entendemos, digo esta expresión en su generalidad, el arte de Stravinsky, Copland, Shostakovich; no comprendemos la estética de Orozco, Rivera, Dic; no nos llega todavía al corazón la poesía de Salinas, la novela de Joyce. ¿Por qué es eso?

    Posiblemente porque estos haberes e intuiciones van por derroteros que no nos eran conocidos y con velocidad vertiginosa. En Filosofía no acabamos de darnos cuenta del ser cuando ya aparece toda una doctrina sobre la nada y la esencia, búsqueda magnífica de todos los tiempos cede su paso a la afirmación de la existencia. Entonces buscamos el estado inmediato anterior para sentirnos a gusto. Es la música de Debussy y Ravel, en un impresionismo definido, lo que ya nos está impresionando a la mayoría. Pero aun hay un grupo selecto que todavía forma el contrapeso a esta estimación.

    Lleguemos mejor al arte de Wagner, de Schumann, de Chopin, de Schubert, de los románticos, y ya estamos más seguros. El Nocturno chopiniano nos enternece, la canción de Schubert nos hace deleitarnos con las expresiones de la poesía y la melodía, la obertura y el trozo operístico de Wagner nos llena de admiración y la profundidad angustiosa de Schumann es un deleite para nuestro espíritu.

    Pero aun más, lleguemos a épocas más pretéritas. Cada día el arte de Bach, que corresponde al siglo XVIII es más extendido y vibra más intensamente en nuestro corazón. Händel invade nuestra sensibilidad de grandiosidad y bastos horizontes, la melodía de Mozart nos aquieta y nos lleva a serenidades deleitosas, Haydn a entusiasmos juveniles y de primavera.

    Pero hemos llegado a la época del rococó de mediados del siglo XVIII, una sonrisa percibimos en todo el ambiente porque yendo aún más atrás encontraremos el barroco con la opulencia de sus formas y de sus motivos.

    Aquí debemos detenernos. El estilo de los Luises en Francia, de los Federicos en Alemania, de las Isabeles en Inglaterra y de las Catalinas en Rusia nos van a interesar por esta noche y tal vez nuestro espíritu goce de esas filigranas, de ese mundo de sutilezas como cuando contemplamos un cuadro de Watteau un minueto, oímos la sonata en un clave y percibimos un interior de un palacio en que las guirnaldas se entrelazan y los ensueños nos deleitan.

    ¿La Historia podrá comprenderse mejor cuando no vayamos de las épocas más remotas a la contemporánea, sino al contrario, de lo incomprensible que es el momento que vivimos, a lo muy comprensible que es el momento que ya se ha ido y sólo ha dejado en nuestro espíritu esencias?

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    CAPÍTULO 2

    CÓMO LA HISTORIA QUEDA GRABADA EN LA MELODÍA Y EN EL RITMO.

    Chorus

    What wondrous sound is that, mournful and faint,

    But more melodious than the murmuring wind

    Which through the columns of a temple glides?

    A.

    It is the wandering voices of Orpheus lyre,

    Borne by de winds, who sigh that their rude king

    Hurries them fast from there air-feeding notes;

    But in their speed they bear along with them

    The waning sound, scattering it like dew

    Upon the startled sense.

    Coro

    ¿Y ese maravilloso sonido, triste y leve,

    Pero más melodioso que el viento, entre columnas

    De un templo está murmurando?

    A.

    Es la voz errabunda de la lira de Orfeo,

    En alas de los vientos, quejosos de que el rudo

    Monarca los aleje de aquellas notas dulces;

    Pero, en su carrera fugaz, llévanse consigo

    El apagado sonido, y lo derraman al modo de un

    Rocío sobre el estremecido sentido

    Percy Bysshe Shelley

    Canta en su verso Shelley, ese exquisito y magnífico poeta que a principios del siglo XIX diera brillo a las letras inglesas.

    La melodía y el ritmo han sabido apresar siempre el sentido de cada cultura y llevan impresas las más hondas vivencias del espíritu humano. La melodía es oración en el canto gregoriano, es idea sublime del Universo en la India, es equilibrio y es serenidad en la Grecia, es canción amorosa en los trovadores del siglo XIII, es arte que distingue un recuerdo de la clacisidad en el Renacimiento italiano del siglo XV, es anhelo de penetrar la conciencia humana en el protestantismo de Inglaterra; y podemos decir más aún, es espaciosidad de la visión del mundo y de la vida en el barroco del siglo XVII, delicadeza, finura y esquivez en las cortes francesas en que los colores y las figuras son expresadas por las paletas de Watteau y Schumann, tal como la pintura de Delacroix y el verso de Musset en el siglo pasado; es el sentimiento de vaguedad y ensoñación de Debussy como lo fuera en el impresionismo de Monet, en la sutileza simbólica de Gauguin, en el esquematismo geométrico de Picasso. Es, en una palabra, siempre y para siempre la emoción, la voluntad y aun la intelección de todas las épocas de la Historia, todas las culturas que Frobenius supo concebir como seres animados, todos los sentidos que guardan la expresión vital en Goethe.

    Si queréis conocer a la Grecia, no lo podréis conseguir con el simple relato de la guerra y conquista, sino con la emoción que os produzca la belleza de sus templos y estatuas, y sobre todo de sus modos musicales de que tanto nos habla el divino Platón y que guardan tanta relación con el pensamiento moral y social del profundo Aristóteles. Allí encontraréis la razón sublime en el dórico, la nobleza y vigor en el hipodórico, el lamento apasionado del mixtilíneo y toda la gama de las pasiones, goces, virtudes y sufrimientos que supiera el pueblo helénico esculpir en mármoles inmortales como los de Fidias, Praxíteles y Lisipo; presentar en escena Esquilo, Eurípides y Sófocles. Melodías que tienen un profundo sentido de belleza y de verdad que sólo los Diálogos de Platón, las Metáforas de Homero, las frases candentes de Demóstenes pueden dar una idea y una remembranza.

    Pero la música invade el sentimiento cristiano y entonces los modos mismos van a ser entonados en Antífonas, Salmos, Oficios, Misas; el Aleluya será la expresión de júbilo, la secuencia, la narración religiosa, pero todo para seguir reproduciendo los más exquisitos sentimientos que el hombre ha podido alcanzar en el dominio de la religiosidad. Al leer los comentarios de Alcuino, el consejero de Carlo Magno y los de Aureliano Reomensis sobre las melodías del canto gregoriano y al escucharlas, por ejemplo, en la Abadía de Solesmes, el alma se compenetra de esa pléyade de matices que sólo en la intuición a lo divino puede encontrarse, dolor ante el sacrificio, alegría por la bienaventuranza; esperanza, fe y caridad desbordando toda la magnificencia de la vida humana, angustia ante el porvenir de un alma y recogimiento por las palabras salvadoras del Mesías crucificado en el Gólgota.

    El arte de los juglares nos va a decir también el contenido de la Escolástica, de los gremios y de las hermandades de fines de la Edad Media, pero también de ese arte dedicado a la infinitud llamado gótico en que las catedrales de Reims y de Colonia entonan himnos en sus tímpanos esculpidos sobre sus puertas como la Divina Comedia en el entusiasmo de Dante, y como la admiración ante la vida de Jesús en Kempis.

    Y si el canto ambrosiano sabe guardas la palabra mística y profunda de San Agustín y la polifonía en discantus y en contrapuetus sabe también amparar el logos sublime de la Escolástica Tomista; así la melodía del Renacimiento, en Ars Nova va a decirnos en Madrigales, en Ballatas y en Caecias ese espíritu que quiso ser nuevo y a quien ha dedicado su más profunda visión histórica Jacob Burckhardt. La música del Renacimiento en corales de Gabrieli, en suaves y austeras melodías de Morales, en fulguraciones religiosas de Palestrina y en sentidos más íntimos de Orlando de Lassus, (uno para reproducir el sentimiento de Rafael y el otro semejando la expresión de los grandes florentinos, con un arremetimiento germánico) va a dar realce a la belleza de la canción alemana de los siglos XV y XVI y a los más delicados matices del órgano, el laúd y el virginal.

    Época que está impresa indudablemente en la pintura de Filippo Lippi y de Botticelli con la delicadeza del idealismo en el campo de la pintura, en ese cosmos pictórico que representa el triángulo maravilloso de Rafael, Miguel Ángel y Leonardo de Vinci; en esa pintura veneciana, llena de color de los Tizianos y Tintorettos, en esa escultura, la más delicada que artista alguno pudo haber concebido y realizado de Lucca Della Robbia en ángeles y vírgenes que son destellos de una oración gloriosa.

    Y la época del barroco nos va a decir lo que significa el oratorio y la ópera en Italia, Inglaterra, Alemania y Francia, para contrastar su paisajismo con la línea pulida y escueta de las épocas clásicas. Bach y Händel serán los portadores de este nuevo sentido de grandiosidad y belleza.

    Es entonces cuando aparece la filigrana del rococó. Arte de coquetería y sonrisa que va a pulirse en la fina y exquisita expresión del clavecín en la inspiración francesa de Couperin, Rameau y Daquin, en la alemana de Huhnau, Telemann

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