MÚSICA Y PROPAGANDA
EN LA ANTIGUA GRECIA PENSABAN QUE MEDIANTE LA MÚSICA ERA POSIBLE INFLUIR SOBRE LOS INDIVIDUOS Y TAMBIÉN SOBRE LA SOCIEDAD EN SU CONJUNTO. Según Platón, la música podía influir en una ciudad o estado si sus gobernantes elegían correctamente las melodías que debían escucharse en espectáculos públicos y escuelas. Así, una ciudad podía difundir ciertas canciones guerreras para reforzar su hegemonía, pero también era capaz de dulcificar posibles revueltas en momentos críticos. El filósofo opinaba que los gobernantes debían decidir qué instrumentos musicales debían interpretar los jóvenes de la polis y cuáles eran óptimos para su audición en público. Aristóteles, en su Política, defendía que los educadores eran los que debían elegir para sus alumnos las escalas musicales en función de sus temperamentos y personalidades. En la antigüedad, la discusión sobre el uso de la música como elemento de control sobre el alma y el cuerpo fue tratado por autores como Heráclides del Ponto, Aristógeno o Diógenes de Babilonia. Filodemo pensaba que la melodía es irracional en su esencia, pero que podía influír en los individuos mediante la combinación del contenido de las palabras cantadas y las emociones.
Aunque no seamos conscientes, el mundo de la política utiliza la música para fijar sus ideas a través de los mensajes emocionales de los mítines. Las melodías pegadizas refuerzan la. En este tipo de gobiernos totalitarios, la única música que interesa es aquella que no contradice al régimen. Normalmente acaba por ser música "nacional", controlada por el estado mediante la represión encubierta de artistas y creadores. Pero la realidad es que, incluso, en sistemas aparentemente más libres como las democracias pueden darse formas sutiles de control. Los gobiernos pueden actuar sobre la producción comercial mediante subvenciones o con medidas legislativas, lo que determina el flujo comercial y sus consecuencias sociales. Lo único que puede regular la libertad en el más amplio sentido de la palabra son la independencia económica e intelectual de los individuos y la educación crítica de la sociedad.
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