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REFLEXIONES EN TORNO A LA CIENCIA POLÍTICA Y LA POLÍTICA EN AMÉRICA LATINA
REFLEXIONES EN TORNO A LA CIENCIA POLÍTICA Y LA POLÍTICA EN AMÉRICA LATINA
REFLEXIONES EN TORNO A LA CIENCIA POLÍTICA Y LA POLÍTICA EN AMÉRICA LATINA
Libro electrónico498 páginas6 horas

REFLEXIONES EN TORNO A LA CIENCIA POLÍTICA Y LA POLÍTICA EN AMÉRICA LATINA

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El presente libro es resultado de un esfuerzo colectivo por pensar en torno a la Ciencia Política como disciplina, su estado y sus perspectivas y, también, respecto a ciertos problemas y dilemas que plantea la realidad política y social contemporánea en el ámbito geográfico de América Latina. El punto de inicio de este trabajo conjunto se ubica en
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 sept 2021
ISBN9786074176896
REFLEXIONES EN TORNO A LA CIENCIA POLÍTICA Y LA POLÍTICA EN AMÉRICA LATINA
Autor

ENRIQUE GUTIÉRREZ MÁRQUEZ

Enrique Gutiérrez Márquez es doctor en Ciencias Sociales con orientación en Sociología por la UNAM. Es director del departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, y profesor investigador de tiempo completo en esta universidad. Destacan como áreas de su investigación: a) Metodología y teoría de las Ciencias Sociales. Procesos de investigación y construcción de objetos; b) Metodología y teoría de la investigación Política. Análisis de coyuntura política. Empleo de marcos referenciales para el análisis político; c) Técnicas de Investigación Política. Empleo de herramientas cualitativas y cuantitativas. René Torres-Ruiz es doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Barcelona. Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesor-investigador de tiempo completo en el Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana. Fue Coordinador del programa en la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública en el Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Ibero, de enero 2012 a diciembre del 2013. Además, es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Nivel 1. Sus principales líneas de investigación son: Democracia y ciudadanía; Construcción de ciudadanía y derechos; Actores y movimientos sociales; Cambio político y participación; y Democracia, partidos políticos y sistema electoral. Ha sido profesor de asignatura en la Licenciatura de Ciencias Políticas y Administración Pública en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

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    REFLEXIONES EN TORNO A LA CIENCIA POLÍTICA Y LA POLÍTICA EN AMÉRICA LATINA - ENRIQUE GUTIÉRREZ MÁRQUEZ

    Imagen de Portada

    Reflexiones en torno a la Ciencia Política y la Política en América Latina

    Reflexiones en torno a la Ciencia Política y la Política en América Latina

    Enrique Gutiérrez Márquez

    René Torres-Ruiz

    Coordinadores
    Universidad Iberoamericana

    Índice de contenido

    Portadilla

    Legales

    Cincuenta años de la licenciatura en ciencias políticas y administración pública

    A cincuenta años de la creación de la licenciatura en ciencias políticas y administración pública de la Universidad Iberoamericana

    Presentación

    Primera parte. Una reflexión sobre la ciencia política en América Latina

    ¿Clima de Perestroika? La ciencia política latinoamericana en tiempos de debate

    Segunda parte. Los casos argentino, brasileño, chileno y colombiano

    Pensar la ciencia política en la Argentina: historia, agenda y desafíos

    La ciencia política en Brasil: desarrollo, balance y perspectivas

    Análisis de las tesis de la maestría en ciencia política de la Universidad de Chile, 1982-1992. Lógicas académicas y contexto político

    Ciencia política en contexto: claves para entender el desarrollo disciplinar en Colombia

    Tercera parte. El caso mexicano

    Retos de la ciencia política en México

    Retos para la reflexión de la ciencia política en México: el papel del diálogo político en la actividad política

    La prehistoria de la ciencia política en México

    Cuarta parte. Políticas públicas en el ámbito latinoamericano

    Políticas públicas y desarrollo social: un llamado a la convergencia de conocimientos en abono a la solución de problemas públicos complejos

    Las políticas públicas latinoamericanas de desarrollo social en una era de reformas estructurales

    Quinta parte. Retos y realidades de la democracia en México

    México y su presente democrático

    Los retos para la democracia en México

    Enclaves autoritarios subnacionales: el atasco de la democracia mexicana

    UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CIUDAD DE MÉXICO.

    BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO

    D.R. © 2020 Universidad Iberoamericana, A.C.

    Prol. Paseo de la Reforma 880

    Col. Lomas de Santa Fe

    Ciudad de México

    01219

    publica@ibero.mx

    Primera edición: 2020

    ISBN: 978-607-417-689-6

    Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

    Hecho en México

    Digitalización: Proyecto451

    CINCUENTA AÑOS DE LA LICENCIATURA EN CIENCIAS POLÍTICAS Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

    David Fernández Dávalos (1)

    Distinguidas personalidades de la mesa de honor; amigas y amigos todos:

    Es un honor para la Universidad Iberoamericana Ciudad de México poder recibirlos a todos y todas ustedes en este encuentro académico, el cual tiene como fin celebrar los 50 años de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de nuestra universidad. Agradezco, además, que me hayan ofrecido la oportunidad de darles la bienvenida. Diez lustros de existencia de un programa académico formal no son pocos. Por ello, hay que celebrarlos, sí, pero sobre todo, hay que mirar atrás para reflexionar sobre los desafíos que tenemos por delante.

    En estos dos días de encuentro nos han convocado para reflexionar sobre la circunstancia actual del siglo XXI, y también acerca de las tareas que nuestra realidad concreta propone a las disciplinas de la Administración Pública y la Ciencia Política. Por el programa mismo, advierto que, para la reflexión que se ha de realizar, los convocantes han optado justamente por escuchar los aportes que las distintas disciplinas, perspectivas y posiciones hacen a la comprensión o explicación del proceso sociopolítico en el contexto actual. Están presentes especialistas de enorme calidad que reflejan el punto de vista de la economía, la sociología, la educación, la filosofía, el arte y la antropología. Todas éstas y otras disciplinas y campos del conocimiento son alternativas válidas en la conceptualización de los esfuerzos que hacen los individuos y colectivos humanos para organizarse social y políticamente, para adaptarse a su realidad personal y social, transformarla y transformarse al mismo tiempo.

    La peculiaridad de este encuentro consiste en que lo guía el intento honesto de comprender la índole del intercambio que establece el ser humano con sus contextos institucionales, en los que influye y que lo afectan, para actuar sobre ellos en la búsqueda de una realidad buena, con salud social, física y mental para todos y todas. Dicho de otro modo, lo guía la búsqueda de la comprensión historizada del ser humano en su dimensión social, ante la necesidad de aportar a la construcción de un humanismo histórico contemporáneo.

    En efecto, el humanismo en el día de hoy, la comprensión histórica del ser humano, requiere, por ejemplo, en primer lugar, reconocer los contextos en que los individuos se relacionan y con los que interactúan. Implica, en segundo lugar, la desmitificación de las distintas disciplinas de la política como ciencias puras, abstractas e intemporales, para ubicarlas más bien como ciencias de la realidad histórica, con potencial socialmente transformador, favorecedoras de procesos de desarrollo humano y social, plenamente satisfactorios y humanizantes. Y conduce, en tercer lugar, a pensar y elaborar estas disciplinas desde la realidad concreta, desde nuestras sociedades fracturadas y excluyentes, sufridas e injustas, en constante diálogo con las mayorías que padecen esa realidad.

    Hoy, por ejemplo, al hablar de las ciencias políticas y la administración pública, no podemos obviar el hecho de que nuestro país, México, atraviesa por una situación de profunda incertidumbre económica y social, de creciente violencia e inseguridad, de emergencia de nuevos autoritarismos entre los grupos de poder, lo que nos ha puesto, como conjunto social, a merced del miedo colectivo y, a ciertos sectores, al borde de la desesperación. No podemos soslayar el desmantelamiento gradual del proyecto nacional autónomo, no subordinado a los grandes capitales trasnacionales. Junto con él, es preciso constatar el avance de la descomposición social por fenómenos como la militarización y el crecimiento de la economía criminal, por el descrédito de lo político y por la aparición de diversas manifestaciones de intolerancia y satanización de la disidencia, la pluralidad y la participación crítica. Hemos de reconocer, por el contrario, que nos debatimos en medio de fuertes dinámicas de destrucción de lo social, de deshumanización y autoritarismo. Por esto, debemos comprender que la integridad personal y social de grandes sectores humanos del país se encuentra hoy amenazada.

    Esta situación concreta, histórica, afecta de manera directa nuestra comprensión de las Ciencias Sociales y Políticas: si la violación a los derechos fundamentales de la persona, por ejemplo, se convierte en experiencia cotidiana socialmente aceptable, los seres humanos no podemos sino pensar que el orden social se funda en la violencia y, así, todas nuestras relaciones humanas, sociales y políticas se llenarán de esa violencia.

    La organización social adecuada es la que favorece la existencia de relaciones humanizadoras, de vínculos colectivos en los cuales y a través de los cuales se afirma nuestra humanidad. Una sociedad sana y con desarrollo humano, como propone la Organización de Naciones Unidas (ONU) , exalta las capacidades humanas de cada individuo y de los colectivos que la conforman: la capacidad para el amor, la sexualidad, la justicia, el trabajo, la inteligencia, la dignidad, entre otros. Una sociedad que no puede garantizar estas relaciones humanizadoras condena a sus miembros al subdesarrollo, al atraso, a la enfermedad y a la ausencia de ese humus que nos hace humanos.

    Los retos de la reflexión de la Ciencia Política hoy no son otros que aquellos que nos propone la misma realidad actual: la hegemonía despiadada del mercado y el dinero en la globalización, por decir lo menos, asimétrica e injusta; la exacerbada importancia del productivismo, la eficiencia y la competencia; el culto inescrupuloso al consumismo; la ausencia y el desinterés por aventurarse a explorar el sentido de la existencia; la intolerancia frente a lo diverso socialmente cada vez más legitimada; el amor salvaje al efectivismo y, por ende, la condena mayúscula al error o la disrupción; la enajenación mediática tan extendida, que provoca una sociedad domesticada y acrítica… En fin, la lista es tan larga como desoladora. Junto con la reflexión sobre la propia disciplina es inevitable, entonces, reflexionar también sobre esta realidad que nos ha tocado en suerte y que nos desafía con fuerza.

    Les doy formalmente la bienvenida a nuestro campus, en nombre de la comunidad de la Universidad Iberoamericana. Siéntanse, por favor, como en casa.

    Por último, quiero felicitar a los organizadores de este coloquio, al Departamento de Ciencias Sociales y Políticas, y a la Coordinación de la licenciatura que hoy celebramos. Gracias por darnos la oportunidad de pensar en conjunto estos desafíos vitales para toda la sociedad. Gracias igualmente a nuestros ponentes. Apreciamos mucho que compartan con nosotros lo que han encontrado con tanto esfuerzo y dedicación como han tenido con su disciplina. Entre todos y todas construimos la causa y la casa común. A todos y todas ustedes, finalmente, muchas gracias por su asistencia y su confianza.

    1. Rector de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. Maestro en sociología por el Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.

    A CINCUENTA AÑOS DE LA CREACIÓN DE LA LICENCIATURA EN CIENCIAS POLÍTICAS Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA

    Karla Valverde Viesca (2)

    Es para mí un gran honor dirigirme a todos ustedes, en representación del Consejo Mexicano de Investigación en Ciencia Política (Comicip). A dos años de su creación, la asociación reúne hoy a más de 100 académicos dedicados al estudio de la disciplina en el territorio nacional. Todos son investigadores nacionales y profesores de tiempo completo en diversas instituciones de educación superior en el país. Entre ellos contamos con 15 miembros fundadores, dos, por cierto, profesores de esta universidad: la doctora Helena Varela Guinot y el doctor Enrique Gutiérrez Márquez.

    Entre los asociados de este consejo destacan alrededor de 25 miembros distinguidos, de quienes por su contribución a la disciplina se puede decir que son los fundadores de la Ciencia Política en México. Me refiero a académicos que han marcado puntos de inflexión para la reflexión disciplinaria, entre ellos Pablo González Casanova, Rafael Segovia, Humberto Muñoz, Soledad Loaeza, Jacqueline Peschard y Enrique González Pedrero. Este último llevó a cabo los primeros esfuerzos para fundar una asociación de la Ciencia Política en los años setenta.

    El Comicip cuenta con un consejo consultivo integrado por cuatro de los 15 miembros fundadores de la asociación. Dos de ellos nos acompañarán en el transcurso de este seminario. Y el día de hoy, el doctor Enrique Suárez-Iñiguez, referencia obligada por su papel como precursor fundamental en la reflexión mexicana sobre la Ciencia Política en México, tendrá a su cargo la conferencia inaugural.

    Dada la relevancia de este acto académico, quiero comenzar por agradecer la gentileza de la Universidad Iberoamericana y, en particular, de la doctora Helena Varela Guinot y del doctor Enrique Gutiérrez Márquez de haber integrado al Comicip en la conmemoración de los primeros 50 años del programa académico de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de esta casa de estudios.

    Ahora bien, a propósito de la celebración que nos reúne, me gustaría recordar con ustedes que en 1964 la Universidad Iberoamericana fue la primera institución de educación superior con carácter privado que ofreció esa licenciatura en nuestro país. También fue la segunda universidad que la implementó despues de 12 años en los cuales la disciplina sólo se podía estudiar en las aulas de la Universidad Nacional. En el mismo año, la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) inauguró la licenciatura. Con este marco de referencia, comprenderán que no puedo dejar de detenerme un poco y repasar junto con ustedes ciertos elementos que definieron el contexto político, económico y social en el cual surgió este programa académico.

    Los años sesenta en muchos sentidos se identifican con la demanda y la promoción de cambios. En el ámbito internacional tenemos como telón de fondo la Guerra Fría, el Muro de Berlín, la Guerra de Vietnam, la independencia de 18 naciones africanas, a la par del estallido de la Guerra del Congo, la carrera espacial, etcétera. Es una época en que la juventud movió al mundo con su lucha por los derechos laborales y civiles, por el reconocimiento a la diferencia con el movimiento hippie. Se incorporó el uso de la minifalda y de la píldora anticonceptiva. Es la década del pop art. En la música sonaron los Beatles, los Rolling Stones, Joan Baez. También fueron los años del Che Guevara, de los movimientos estudiantiles y de la teología de la liberación. En el caso de México, se buscó el desarrollo estabilizador en la sustitución de importaciones. También es el periodo del reparto agrario; la época clásica del cine con películas como El violetero (1960) y El Santo contra las Mujeres Vampiro (1962). Es la época de Angélica María, Enrique Guzmán, César Costa. Es la década del movimiento de los médicos y la realización de las Olimpiadas. Es el México del 2 de octubre y del logro de la autonomía universitaria.

    Menciono sólo algunas de las convulsiones económicas, políticas y sociales que dieron como resultado un México en el cual se profundizaron las brechas, y que fue testigo del resquebrajamiento de la política económica que olvidó el desarrollo de los individuos. Algunas estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL; 1989) (3) señalan que en 1960 había 27 millones de pobres, y al terminar la década, 31 millones. Por su parte, autores como Székely (1998) (4) estiman que la pobreza extrema en 1963 era de 30.2%. Actualmente, las cifras oficiales reconocen que la pobreza define a poco más de 50% de la población, y la pobreza extrema incluye a 11.5 millones de mexicanos, (5) lo que representa el 9.8% de la población.

    Los años sesenta dieron lugar a la expansión de la Ciencia Política como campo de conocimiento y como disciplina en nuestro país. En la década siguiente, el número de programas académicos en Ciencia Política en el ámbito nacional pasó de 3 a 17. En la actualidad, en 29 entidades federativas se ofrece al menos un programa de Ciencia Política, y si lo sumamos a los programas afines, algunas cifras recientes reflejan una matrícula total en el país cercana a los 17 000 estudiantes. (6)

    A 50 años de esta situación, vivimos en un mundo que acelera sus problemas y profundiza sus contradicciones; en un país y en una sociedad cuyos cambios se aprecian graduales y, muchas veces, demasiado pausados. Nos hemos acostumbrado a mirar y a convivir con la pobreza, con la desigualdad, con el desencanto de muchos mexicanos, con la violación permanente de nuestros derechos como individuos y como ciudadanos. Es decir, hay situaciones que no nos sorprenden e incluso se revelan normales. ¿Cuánto dura una transición? ¿Arribaremos a la democracia? ¿Cuándo viviremos en un país con menos polarización? ¿Cuándo las personas dejarán de estar condenadas por generaciones a vivir en la miseria? ¿De qué sirve tener marcos institucionales que garanticen los derechos políticos, económicos y sociales, si día con día enfrentamos la contradicción de no contar con las condiciones personales y sociales para hacerlos válidos? Hoy ya no describimos a los muertos en la Plaza de Tlatelolco. Hoy hablamos de los miles de desaparecidos, o de los daños colaterales de la guerra con el narcotráfico. (7)

    Yo soy de aquellas que piensan que desde la educación podemos construir no sólo eslabones para alcanzar el desarrollo, sino contribuir con la creación de una sociedad informada, participativa y cuyos valores le permitan desempeñarse desde la equidad y la justicia sociales. Las instituciones de educación superior como la Universidad Iberoamericana contribuyen con la formación de ciudadanos conscientes, participativos y sobre todo propositivos; ciudadanos preocupados por su país y cuyas propuestas no sólo podrían enriquecer la discusión sino encontrar soluciones a los problemas profundos que vivimos.

    Quiero concluir al mencionar que, a 50 años de la introducción de la Ciencia Política en la Universidad Iberoamericana, todavía hay muchos retos por delante. A nombre del Comicip, me uno a la celebración de esta casa de estudios que, en el día a día, refrenda el compromiso de contribuir, mediante el programa académico de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública, con la formación de nuevos profesionales que lleven consigo la perspectiva humanista con responsabilidad social, y cuyas semillas serán cosechadas en los años venideros.

    ¡Muchas felicidades! ¡Enhorabuena!

    2. Doctora en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesora de tiempo completo en la misma institución adscrita al Centro de Estudios Políticos en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Presidenta del Consejo Mexicano de Investigación en Ciencia Política (Comicip).

    3. PREALC (1988), Deuda social, Chile; CEPAL (1985), La superación de la pobreza: una tarea urgente y posible; PNUD (1989), Proyecto regional para la superación de la pobreza, México.

    4. M. Székely (1999), La desigualdad en México: una perspectiva internacional, Washington, D. C.: Banco Interamericano de Desarrollo (Cuaderno de trabajo). Recuperado de .

    5. En 2012 había 53.3 millones de personas pobres en México (45.5% del total), frente a 52.8 millones (46.1%) en 2010. En el periodo 2010-2012, la población en pobreza extrema se redujo de 13 millones de personas (11.3% del total) a 11.5 millones (9.8%). Información recuperada de .

    6. Información del ciclo escolar 2012-2013 de la ANUIES.

    7. Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), recuperadas por la revista Proceso, hablan de 121 683. Información recuperada de .

    PRESENTACIÓN

    Enrique Gutiérrez Márquez (8)

    René Torres-Ruiz (9)

    El presente libro es resultado de un esfuerzo colectivo por reflexionar en torno a la Ciencia Política como disciplina, su estado y sus perspectivas y, también, respecto de ciertos problemas y dilemas que plantea la realidad política y social contemporánea en el ámbito geográfico de América Latina. El punto de inicio de este esfuerzo conjunto se ubica en las jornadas académicas celebradas en la Universidad Iberoamericana durante el mes de octubre del 2014 con el pretexto de la celebración del 50 aniversario de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de esa universidad.

    El libro tiene el mérito —creemos— de reunir a especialistas en Ciencia Política de diversos países latinoamericanos, o que se ubican en estos momentos en latitudes muy diferentes y distantes. Por lo tanto, sus reflexiones y discusiones respecto a la disciplina y sus problemáticas se desprenden y posicionan desde muy diversas y variadas perspectivas y contextos. Desde luego, esto influye en la forma de pensar.

    Este documento es reflejo de algo que parece estar presente en el gremio de los politólogos latinoamericanos —o por lo menos entre un sector significativo de ellos—, es decir, el ánimo de encontrarse, de confluir, como bien lo señala Adolfo Garcé en su contribución a esta obra, en múltiples eventos como coloquios, simposios, seminarios, congresos, publicaciones (como ésta), etcétera. En los tiempos actuales, parece también estar presente entre ellos la disposición de coincidir en una organización como la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (Alacip), para debatir y reflexionar meticulosa y ordenadamente en torno al estado de la disciplina en la región latinoamericana. En este sentido, como también nos lo recuerda Garcé, se ha conformado un grupo de investigación en Alacip que estimula y propicia el debate y la reflexión entre los colegas deseosos de entender en qué momento se encuentra la Ciencia Política y hacia dónde, eventualmente, podría moverse.

    En una época tan compleja desde el punto de vista político —aunque no sólo éste— como la que vive la humanidad y, más específicamente, América Latina, se requiere, sin duda, que los estudiosos de esa realidad se reúnan, discutan, deliberen, hagan acopio de fuerzas para evaluar con honestidad los instrumentales teóricos, conceptuales y metodológicos con los que llevan a cabo sus indagaciones y análisis. Con ellos pretenden dar respuestas y, quizá, soluciones a los retos y obstáculos que permanentemente enfrentan las sociedades contemporáneas. La confluencia de politólogos en espacios comunes para pensarse y discutirse como miembros de una comunidad académica, epistémica, es útil y deseable. Representa una buena señal el hecho de que quienes elaboran juicios y análisis sobre las realidades contemporáneas complejas en Latinoamérica sean conscientes de que esa propia complejidad exige, más que nunca, repensar el saber o, como ha señalado el sociólogo portugués, Boaventura de Sousa (2010), des-pensar para poder pensar. (10)

    Otro aspecto relevante de los encuentros entre politólogos latinoamericanos y la disposición de reflexionar conjuntamente desde ciertos códigos culturales más o menos compartidos, y desde ciertas realidades semejantes, también puede ser de utilidad para avanzar en una dirección sobre la que ha llamado la atención Boaventura: descolonizar el saber. Esto significa tomar distancia teórica y epistemológica de la tradición occidental, específicamente de la tradición politológica occidental, más aún, la de los Estados Unidos, que tanto ha influido a diversas academias latinoamericanas e impuesto sus perspectivas analíticas. Buscar y lograr la autonomía intelectual de esta disciplina para pensar desde posiciones y realidades específicas, desde el punto de vista histórico y cultural, puede ser una buena alternativa.

    Esta obra colectiva contiene, además de trabajos que reflexionan sobre la Ciencia Política en la región, o incluso sobre la Filosofía Política, otros que lo hacen —como ya decíamos— respecto de problemáticas, realidades y situaciones políticas y sociales muy puntuales. Así, es una obra que une la reflexión sobre la disciplina y, al mismo tiempo, pone en práctica el instrumental de ella para analizar, diagnosticar y proponer soluciones —o simplemente plantear dudas e incertidumbres— en relación con distintos casos latinoamericanos.

    El libro se compone de cinco partes. En la primera de ellas se elabora una reflexión sobre la Ciencia Política en América Latina. El trabajo de Adolfo Garcé, titulado ¿Clima de perestroika? La ciencia política latinoamericana en tiempos de debate, es una reflexión acerca del porqué del interés en estudiar y diagnosticar la evolución de la Ciencia Política en los tiempos actuales en Latinoamérica. Se aproxima, asimismo, a algunas problemáticas y tensiones actuales que la disciplina experimenta, como las discusiones sobre si es o debe ser una ciencia teórica o una ciencia práctica, si debe caracterizarse por una vocación universalista o una más local; o bien, si sus prácticas académicas pueden y deben ser plurales, o discursos con vocación hegemónica. El trabajo nos entrega un panorama bastante amplio y completo de las principales controversias que animan en la actualidad el debate politológico de la región.

    La segunda parte, que reúne cuatro trabajos, analiza el estado de la Ciencia Política en Argentina, Brasil, Chile y Colombia. En primer lugar, el capítulo Pensar la Ciencia Política en la Argentina: historia, agenda y desafíos, de Pablo Bulcourf y Lucas Jolias, estudia la diferencia de las agendas nacionales y regionales en el marco de una ciencia que ha cambiado durante 10 años. Además, reflexiona sobre el cambio y la evolución de la carrera de Ciencia Política en América Latina considerando las instituciones adherentes que han contribuido con su desarrollo.

    El capítulo segundo es La Ciencia Política en Brasil: desarrollo, balance y perspectivas, escrito por Nelson Cardozo, quien identifica el contexto y la coyuntura en los que se desenvuelve la Ciencia Política dentro de un país como Brasil, considerando los campos científicos y las instituciones de enseñanza que se encaminan al pensamiento político y al desarrollo institucional de la disciplina. Al final, el autor hace un balance con estas herramientas para esbozar brevemente la situación de la Ciencia Política en Brasil.

    El tercer capítulo de la sección es Análisis de las tesis de la Maestría en Ciencia Política de la Universidad de Chile, 1982-1992. Lógicas académicas y contexto político, de Paulo Ravecca y María Francisca Quiroga. Los autores examinan la relación o el vínculo existente entre el desarrollo disciplinar de la Ciencia Política y el contexto político. Para ello analizan las tesis de maestría elaboradas en el Instituto de Ciencia Política de la Universidad de Chile (ICPCH) durante el periodo 1982-1992, esto es, durante la parte final de la dictadura de Pinochet. Los autores construyen una reflexión acerca de cómo determinado contexto político influye, o puede influir, en el desarrollo de una disciplina. Incluso hacen alusión, en este sentido, a la literatura que señala que, para desarrollarse, la Ciencia Política requiere un contexto democrático. De igual modo, Ravecca y Quiroga llaman la atención sobre la necesidad de pensar la disciplina no únicamente desde la perspectiva internalista, sino contextual. Además, muestran interés en conocer si el ICPCH formó, mediante su programa de Maestría en Ciencia Política, cuadros directivos militares, produjo discursos académicos para fundamentar el gobierno militar, o bien, contribuyó a modular el rasgo neoconservador de la transición democrática chilena.

    En la misma línea que el capítulo anterior, en Ciencia Política en contexto: claves para entender el desarrollo disciplinar en Colombia, escrito por Sergio Ángel Baquero, Carlos Andrés Ramírez González y Julián Andrés Caicedo Ortiz, se dilucida respecto de la relación entre el contexto político y la disciplina. De manera más específica, los autores abordan la influencia que la Ciencia Política ha recibido del conflicto armado en aquel país. Asimismo, se preguntan cuál es la especificidad disciplinar de la Ciencia Política en Colombia desde la perspectiva del contexto político, y buscan dar respuesta a esta interrogante a partir de dos supuestos: 1) "que la especificidad de la Ciencia Política en Colombia está marcada por el contexto político y en consecuencia por el estudio y el análisis del conflicto armado como eje principal de la disciplina, 2) que el ‘desarrollo disciplinar’ en Colombia, más allá de transitar hacia la positivización del campo, producto de la ‘institucionalización’, debe transitar hacia la aceptación y el reconocimiento de los Estudios Políticos y de la Ciencia Política.

    La tercera parte está dedicada al caso mexicano y la componen tres textos. El primer trabajo se titula Retos de la Ciencia Política en México, donde Enrique Suárez-Iñiguez establece ciertos retos que desde su perspectiva enfrenta la disciplina en México en los tiempos actuales. El autor hace un breve recorrido por la historia de la Ciencia Política en el mundo y en el país, y menciona los fines que en un inicio se le atribuyeron, los cuales, según este autor, fueron fundamentalmente dos: 1) promover la paz y 2) fortalecer la disciplina misma.

    Posteriormente, en el capítulo Retos para la reflexión de la Ciencia Política en México: el papel del diálogo político en la actividad política, de Rosa María Lince Campillo y Fernando Ayala Blanco, se reflexiona acerca de la política como actividad exclusivamente humana, dado que se lleva a cabo mediante razonamientos y cálculos que permiten tomar decisiones. Los autores llaman la atención sobre la complejidad del objeto de estudio de la disciplina, esto es, la política, el arte de gobernar, de tomar decisiones, de construir consensos y procesar disensos para llegar a acuerdos. Meditan sobre el enorme reto que la Ciencia Política tiene frente a sí al estudiar un objeto tan amplio y complejo, que comprende la conformación del Estado, las instituciones, reglas, procesos políticos, actores, interacción entre seres humanos, etcétera, entre otros muchos aspectos. De ahí —dicen los autores— la importancia de la Ciencia Política para estudiar, analizar, problematizar y arrojar luz en tan variada temática que afecta las relaciones sociales, en las que el diálogo en el ejercicio del poder político es fundamental. Se proponen.

    • Señalar la importancia del diálogo político en una comunidad política.

    • Ponderar —desde la Ciencia Política— el estudio del diálogo como herramienta para el establecimiento de consensos y el manejo de disensos.

    • Señalar la importancia de la participación política y por ende su estudio a la luz de la Ciencia Política.

    • Ponderar la importancia del diálogo político frente a la opinión pública.

    En La prehistoria de la Ciencia Política en México, de Luis Alberto de la Garza, se abordan los orígenes de la Ciencia Política universitaria en México. Con meticulosidad y bastante detalle, el autor desarrolla los distintos procesos que tuvieron lugar en México a lo largo del siglo XX y que desembocaron en el origen de la disciplina universitaria. De la Garza sostiene que el camino recorrido por la Ciencia Política en México es, relativamente, más corto que en otros países como los Estados Unidos, donde la disciplina empezó a desarrollarse desde mediados del siglo XIX.

    La cuarta parte del libro aborda el tema de las políticas públicas en el ámbito latinoamericano. El primer trabajo que se presenta es el de Gloria del Castillo Alemán, titulado Políticas públicas y desarrollo social: un llamado a la convergencia de conocimientos en abono a la solución de problemas públicos complejos. La autora se pregunta "¿desde dónde resultaría productivo pensar propuestas para la construcción de las políticas públicas eficaces que incidan en la solución de los problemas de la agenda del desarrollo social, si consideramos que esto es lo que queremos como sociedad? Del mismo modo, Del Castillo indaga acerca de cómo deciden los gobiernos resolver los grandes problemas públicos de sus sociedades y con qué criterios, ¿cuáles son los rasgos que caracterizan ese proceso de toma de decisiones? y ¿en qué medida avanzan en esta compleja responsabilidad?, es decir, ¿qué tanto logran solucionar los problemas para los cuales tomaron ciertas decisiones de políticas?

    En esta sección del libro también se incluye el texto Las políticas públicas latinoamericanas de desarrollo social en una era de reformas estructurales, de Guillermo Farfán Mendoza. En el texto, el autor argumenta que en la actualidad las políticas sociales se asocian, esencialmente, con dos aspectos de un mismo proceso de desarrollo: 1) las reformas estructurales aplicadas en América Latina desde hace más de tres décadas, y 2) las características de la nueva política social que le son propias, conocidas por todos nosotros como políticas focalizadoras, descentralizadas o de mercado. Farfán intenta mostrar en su trabajo los aspectos institucionales que llevaron a la generalización de ese modelo de políticas públicas en América Latina, con algunas consideraciones particulares sobre sus efectos en los sistemas de pensiones.

    La quinta y última parte se aboca a reflexionar sobre los retos y las realidades de la democracia en México e incluye tres trabajos. El primero es el de René Torres-Ruiz, titulado México y su presente democrático. En este capítulo se establece que la concepción de la democracia que imperó en México en su proceso de transformación política fue la concepción liberal, la cual estaba enfocada, esencialmente, en la esfera electoral, en lo procedimental. Torres-Ruiz llama la atención sobre los efectos de esta idea en el diseño mismo de las instituciones del Estado mexicano. En el texto se reconoce que durante el llamado proceso de transición a la democracia, México experimentó cambios significativos en cuanto al régimen, en materia electoral y de competencia entre los partidos políticos que buscaban acceder al poder. Pero a la par se presentó un deterioro sostenido y creciente de los derechos sociales y económicos de amplias capas de la población que afectó el desarrollo de la ciudadanía y, al mismo tiempo, de la democracia incipiente. Igualmente, Torres-Ruiz pone el acento sobre la presencia de fenómenos tan importantes como la corrupción, la impunidad, la violencia generalizada y la incapacidad gubernamental para enfrentar todas esas problemáticas y darles solución. Desde la óptica del autor, esto es un impedimento para afirmar que México vive en democracia.

    A este capítulo sigue Los retos para la democracia en México, texto de Rosa María Mirón Lince. La autora analiza la realidad actual de la democracia en México y busca identificar los aspectos que pueden mejorar en ella. Se interroga sobre qué tanta calidad tiene la democracia que hasta ahora nos hemos dado los mexicanos. En el texto se reconoce que la democracia mexicana enfrenta enormes retos y experimenta grandes rezagos, como la desconfianza de la ciudadanía respecto de las instituciones o los procedimientos, de las elecciones mismas, de los partidos políticos, de las instituciones democráticas (como el Instituto Nacional Electoral [INE], por ejemplo), de los actores políticos. La autora llama también la atención sobre el enorme y creciente desinterés de amplios sectores sociales para participar en política. Por otro lado, señala que México vive una terrible desigualdad económica, inseguridad social y corrupción gubernamental, entre otros aspectos de una larga lista de agravios para la ciudadanía. Mirón Lince —recuperando a Daniel Zovatto— sostiene que esta realidad de México obliga a dudar de la plena vigencia del modelo democrático y a recordar que persisten importantes déficits y desafíos para que la normalidad democrática se implante plenamente; para que logremos una democracia de calidad con legitimidad de origen y de ejercicio, y sometida al Estado de derecho.

    Finalmente, el trabajo de Juan Luis Hernández Avendaño, Enclaves autoritarios subnacionales: el atasco de la democracia mexicana, formula una serie de preguntas sumamente pertinentes para la realidad política de México: ¿Los enclaves autoritarios subnacionales en las nuevas democracias representan un subtipo de autoritarismo o acaso perfilan un autoritarismo de nuevo? ¿Qué son y qué caracteriza a los enclaves autoritarios subnacionales? ¿Tienen algún rasgo en el proceso de consolidación democrática nacional y, de ser así, en qué sentido? ¿El federalismo puede convertirse en enemigo de la democracia a nivel local? De este modo, lo que el autor pretende es analizar el significado del autoritarismo subnacional en México y sus implicaciones como freno para la democratización del país. Y lo hace con base en el argumento de que la vía electoral de la transición a la democracia no sólo ha fracasado, sino que ha servido para demostrar que la alternancia no supone democracia. Y que la indiferencia democrática de la sociedad mexicana es la antesala de un viaje que puede anunciar la restauración autoritaria como nodo del régimen político.

    Los textos reunidos en esta obra colectiva constituyen una contribución al conocimiento de los debates, las reflexiones y las perspectivas actuales en torno al estado de la Ciencia Política como disciplina en América Latina. También aportan algunos análisis recientes referentes al funcionamiento de las políticas públicas. Por último, reúne trabajos encaminados esencialmente a la comprensión y explicación de lo que ocurre en México en torno a la democracia, sus realidades y retos.

    Ciudad de México, primavera de 2019

    8. Doctor en Ciencias Sociales por la UNAM. Profesor-investigador de tiempo completo en el Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.

    9. Doctor en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Barcelona. Profesor-investigador de tiempo completo en el Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Ibero­americana.

    10. B. de Sousa Santos (2010), Descolonizar el saber, reinventar el poder. Montevideo: Trilce.

    PRIMERA PARTE

    UNA REFLEXIÓN SOBRE LA CIENCIA POLÍTICA EN AMÉRICA LATINA

    ¿CLIMA DE PERESTROIKA? LA CIENCIA POLÍTICA LATINOAMERICANA EN TIEMPOS DE DEBATE

    Adolfo Garcé (11)

    Durante los últimos años se han multiplicado los eventos —seminarios, paneles en congresos, publicaciones, etcétera— orientados a profundizar en la reflexión sobre la evolución de la Ciencia Política en la región (Rocha, 2013: 1). Tan es así que en la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (Alacip) se ha conformado un grupo de investigación para nuclear a los colegas que participan del debate y profundizar en este campo. (12)

    El fenómeno, además de muy visible, tiene algo de enigmático. De hecho, al menos hasta donde sabemos,

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