Hoy retomamos un debate clásico de Administración Pública entre dos de los principales autores, que ciertamente sigue vigente.

En 1952 en la American Political Science Review, un memorable y enconado debate entre dos grandes figuras de la disciplina: Herbert Simon y Dwight Waldo. Los tópicos del debate parecieran renacer en la actual situación de confusión donde el populismo y la desesperanza respecto de los mecanismos democráticos parecen dominar. Estos tópicos que los dividieron son: primero, el significado, el papel y las limitaciones de la ciencia para el estudio de la administración; segundo, las distinciones analíticas y prácticas, entre valores y hechos, entre política o policy y administración; tercero, la naturaleza de la administración responsable; y cuarto, la relevancia de la teoría democrática y constitucional para el estudio académico de la administración pública

Waldo publicó un artículo respecto del desarrollo de la teoría democrática de la administración y en ese ensayo argumentaba que el principal obstáculo para un desarrollo más democrático de una teoría de la administración pública estaba en la creencia de que la eficiencia era el concepto central de dicha ciencia. Disputaba entonces este asunto a partir de la idea de que la eficiencia no es un valor neutral y que su aceptación como un valor primario simplemente estaba fortaleciendo la idea de que la democracia tenía que ser tolerada básicamente como una especie de nihilismo que había que aceptar punto entonces su objetivo en este pasaje fue claramente contra Simon.

La crítica de Waldo estriba en la creencia de que no hay un espacio para las decisiones factuales del que los valores podían ser excluidos llevó a Simon , pese a su gran contribución a la teoría administrativa, a un positivismo lógico que simplemente separa valores y hechos cuando ello es imposible en la realidad. Para muchos esta cita fue de alguna forma innecesaria y hasta ruda. Esta parece ser la que llevó a Simon a responderle en la misma revista y entonces el debate inició.

Waldo continuó en el campo de la administración pública mientras que Simon se concetró en otras disciplinas como la teoría de la organización o la inteligencia artificial. Los avances de teorías como la política burocrática ha modificado elementos de este debate que implica la compleja relación entre los valores y los hechos, entre la política y la administración, y la forma en que están se relacionan constantemente Este debate se mantiene hasta la actualidad, lograr ese equilibrio entre política y técnica es uno de los principales puntos de debate en la Administración Pública.