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Rockeada por un Vampiro: Corazones inmortales de San Francisco, #3
Rockeada por un Vampiro: Corazones inmortales de San Francisco, #3
Rockeada por un Vampiro: Corazones inmortales de San Francisco, #3
Libro electrónico275 páginas3 horas

Rockeada por un Vampiro: Corazones inmortales de San Francisco, #3

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Información de este libro electrónico

Lane DeMarco es un vampiro plagado de un pasado horrible que vuelve imposible para él la intimidad y la confianza. Su pasión por la música es lo único que lo satisface lo suficiente para frenar su locura…hasta que Vanessa sacude su vida más fuertemente que el terremoto de San Francisco. Ella es lista, sexy, testaruda, y su deseo por ella podría salirse de control…excepto porque ella es una bruja. La misma bruja que una vez le lanzó un desagradable hechizo.

Vanessa Creamer heredó un derecho de nacimiento poderoso, pero eventos traumáticos en su vida han roto su confianza. Aunque lo oculta bien, cada día lucha con dudar de sí misma y niega su más profundo anhelo por el único hombre que ella desea de veras. Su atracción por Lane, con su voz sensual y sus ojos de dormitorio, resulta irresistible. Todos sus intentos de conectar con él han fallado y ella teme que su odio por ella sea tan poderoso e intenso como su deseo por él.

La pasión se desata entre ellos mientras luchan con secretos profundamente arraigados que los persiguen. ¿Podrá la bruja en la que desconfía domar los demonios destructivos que lo atormentan? ¿O sus fervientes deseos lo hundirán más en el infierno en el que ha estado viviendo?

IdiomaEspañol
EditorialSusan Griscom
Fecha de lanzamiento10 ago 2023
ISBN9781071584248
Rockeada por un Vampiro: Corazones inmortales de San Francisco, #3

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    Vista previa del libro

    Rockeada por un Vampiro - Susan Griscom

    Rockeada por un

    Vampiro

    Corazones Inmortales De San Francisco

    SUSAN GRISCOM

    Para Lane, porque tú siempre has tenido un lugar especial en mi corazón.

    Descripción

    2017 1er finalista en la categoría de Romance Paranormal en los Premios Roné

    Lane DeMarco es un vampiro plagado de un pasado horrible que vuelve imposible para él la intimidad y la confianza. Su pasión por la música es lo único que lo satisface lo suficiente para frenar su locura...hasta que Vanessa sacude su vida más fuertemente que el terremoto de San Francisco. Ella es lista, sexy, testaruda, y su deseo por ella podría salirse de control...excepto porque ella es una bruja. La misma bruja que una vez le lanzó un desagradable hechizo.

    Vanessa Creamer heredó un derecho de nacimiento poderoso, pero eventos traumáticos en su vida han roto su confianza. Aunque lo oculta bien, cada día lucha con dudar de sí misma y niega su más profundo anhelo por el único hombre que ella desea de veras. Su atracción por Lane, con su voz sensual y sus ojos de dormitorio, resulta irresistible. Todos sus intentos de conectar con él han fallado y ella teme que su odio por ella sea tan poderoso e intenso como su deseo por él.

    La pasión se desata entre ellos mientras luchan con secretos profundamente arraigados que los persiguen. ¿Podrá la bruja en la que desconfía domar los demonios destructivos que lo atormentan? ¿O sus fervientes deseos lo hundirán más en el infierno en el que ha estado viviendo?

    Estimado Lector,

    Muchas gracias por descargar Rockeada por un Vampiro. Este es el tercer libro de la serie Corazones Inmortales de San Francisco y si no has leído aun Tentada por un Vampiro o Cautivada por un Vampiro, puede ser que quieras regresar y leer esos primero. Aunque puedes leer este libro por sí mismo, creo que querrías conocer a los otros personajes antes; especialmente si quieres saber cómo Cian y Magdalena se conocieron en el primer libro, o Josh y Chelle del segundo.

    Cada libro de esta serie va a ser escrito de manera independiente y no debe ser necesario leerlos en orden, pero si tienes un TOC como yo acerca de leer las series en orden, entonces definitivamente deberías hacerlo. Este es el orden de los libros hasta ahora con más por venir, incluyendo la historia de Gage.

    Tentada por un Vampiro, Libro 1- Cian y Magdalena

    Cautivada por un Vampiro, Libro 2- Chelle y Josh

    Rockeada por un Vampiro, Libro 3- Lane y Vanessa

    Poseída por un Vampiro, Libro 4- Preston/Elvis y Lily

    Protegida por un Vampiro, Libro 5 – Gage y Ace

    Hechizada por un Vampiro, Libro 6- Lane y Vanessa

    Se me ocurrió The Immortal Hearts of San Francisco después de que Soul buscase el tema perfecto para la serie. Vivo cerca de San Francisco y algunos de mis momentos más memorables sucedieron allí. ¿Qué mejor lugar para tener vampiros de rock and roll que en la ciudad donde dejé mi corazón? Espero que ames a Lane y Vanessa tanto como yo.

    Lista de canciones

    Lights – Journey

    Cryin – Aerosmith

    Try – P!nk

    Faithfully - Journey

    What About Love? - Heart

    Feel Like Making Love - Bad Company

    Ready For Love – Bad Company

    I Will Walk 500 Miles - Proclaimers

    Shook Me All Night Long - AC/DC

    Amazing - Aerosmith

    Tubthumping - Chumbawamba

    Love Like a Man - Alvin Lee, Ten Years After

    Don’t Want To Miss A Thing – Aerosmith

    Capítulo Uno

    Lane

    ––––––––

    La letra se fue formando en mi cabeza. Deseo, arrepentimiento, dolor y amor puro e inalterado se metamorfoseaban en versos y aparecían en la partitura frente a mí.

    Acordes intermitentes fluían de mis dedos, volviéndose tangibles en las teclas del piano. Anoté las notas mientras las escuchaba, sellándolas a las palabras. Mientras tanto, la pluma en mi mano apenas podía moverse lo suficientemente rápido para escribirlas.

    Llevo ya seis meses escribiendo esta canción. Nadie sabía sobre esto. Solo trabajé en ella cuando no había nadie a mi alrededor. En aquel momento pensé que sería buena idea plasmar mis emociones en un papel, mas ahora no estoy seguro.

    Cada vez que las leo, una sensación de malestar me carcome por dentro. Atormentándome. Acechándome.

    Era una balada, una canción de amor, una canción triste y melancólica. Una melodía que probablemente nadie escucharía nunca. Era solo mi mórbida forma de meditar que necesitaba una manera de salir. Al menos eso fue lo que me dije a mí mismo.

    No siempre fue fácil llevarse bien con estos días. Lo sabía. Nadie tenía que decírmelo. Para mí era particularmente difícil cuando se trataba de ciertas personas.

    Yo había tenido mi cuota de relaciones, o debería decir, mi cuota de mujeres. En todos mis doscientos veinte años, no creo que haya tenido una relación seria con una mujer, ni humana ni vampira.

    Algunos me llamarán monstruo, pero ¿un monstruo tiene conciencia? ¿O conoce el arrepentimiento? ¿Teme a la falta de dignidad? He vivido en este planeta por un largo tiempo. He vivido lo suficiente para saber que no hay remedio para el autoaborrecimiento. No existen masajes terapéuticos o cristales de baño que puedan domar las huellas de la depresión que se incrustan en todas y cada una de mis terminaciones nerviosas diariamente.

    El rock and roll era mi vida. Lo vivía, lo respiraba; era mi salvación. La música siempre ha sido parte de mí. Sin ella, bien podría solo abrir un agujero en el suelo y cubrirme de tierra. Aunque eso no me mataría, me irritaría muchísimo.

    No había más que silencio ahora. Las notas y las palabras me devolvían la mirada, esperando por algo más. Sin embargo, yo no tenía nada. Nada para completar el verso, nada para hacer desaparecer el dolor. Miré las teclas de marfil como si ellas pudiesen mágicamente darme lo que necesitaba. Las acaricié con mis manos esperanzado.

    El piano, el punto focal principal de la inmensa sala, era la única cosa en la que yo había insistido que comprásemos cuando adquirimos esta mansión hace cerca de setenta y cinco años. Me había llamado, pero en aquel momento, era muy probable que a mi hermano también. Nos parecíamos mucho en eso.

    Me llegaron voces desde justo fuera de la habitación. Rápidamente recogí las partituras y las puse dentro de mi camisa para mantenerlas a salvo- o mejor, para ocultarlas, si soy honesto al respecto.

    Me alejé entonces de las teclas de marfil, me acerqué a las persianas de hierro que nos aprisionaban y esperé.

    Sin mediar palabra, dos cuerpos se pararon a mi lado. En un pasado no muy distante, solo había uno. Entonces my hermano Cian había encontrado lo que él llamaba su alma gemela. ¿Quién era yo para discutírselo? Este era nuestro ritual de cada noche- pararnos en frente de las persianas de hierro al atardecer y esperar for aquellas cosas feas que se levantaban y nos daban la libertad de la prisión diurna en la que existimos.

    -Creo que deberíamos deshacernos de las persianas- dijo Cian, con un tono ridículamente serio. Tenía una de sus manos alrededor de Maggie y en la otra un vaso de whisky. Sus vaqueros rotos dejaban al descubierto una de sus rodillas, mientras que los bordes desgastados de los dobladillos rozaban la parte superior de sus pies descalzos. Su camisa colgaba abierta, revelando su musculoso pecho cubierto de tatuajes. He escuchado a muchas mujeres decir que mi gemelo tiene el cuerpo de un Adonis. Me encogí mentalmente de hombros ante tal pensamiento. Maggie estaba recostada a él vestida de manera similar, con la diferencia de que sus vaqueros tenían más agujeros. Además, su blusa de flores púrpuras permanecía abotonada, pero fluía suelta sobre su cintura. Sus mechones marrón oscuro caían en cascada sobre sus hombros en rizos desordenados, dándole esa apariencia de que acababa de tener sexo. Sonreí. Estaba contento de que mi hermano fuese feliz.

    -Creo que el amor se ha filtrado en tu cerebro y ha cambiado tus ideas por mierda estúpida- le contesté.

    Cian se rió entre dientes. -No voy a discutir eso, pero creo que es tiempo de un cambio. Algo así como un vidrio reflectante unidireccional.- Dijo la última parte como si fuese la respuesta a una pregunta que nadie había preguntado.

    Levanté una ceja como muestra de interés.-¿Como si fuera vidrio espejado?

    -Exactamente- contestó.

    Asentí.

    -Existe un material que se supone que bloquea noventa y nueve porciento de los rayos ultravioletas del sol. Eso sería suficiente para protegernos.

    -Si es cien porciento me apunto- le dije.

    -Podríamos empezar con ona ventana y ver qué pasa- añadió Maggie en su voz femenina adorable de llévame-a-la-cama-y-fóllame a la que era tan difícil negarse. Yo sabía que mi hermano no podría, lo que me hizo dudar aún más sobre de quién había sido la idea.

    -Si tú quieres pretender que estás afuera durante el día, solo ve a la habitación con luz solar artificial que construiste.- ¿Cuántas cosas más en esta mansión iba a cambiar o añadir Cian solo para complacer a esta mujer? Esta también era mi casa.

    -Ella tiene razón Lane. Nuestros viejos ojos han permanecido demasiado tiempo en la oscuridad. Creo que deberíamos darle una oportunidad. Al menos con una ventana para ver si funciona.

    Mierda. A lo mejor yo estaba demasiado melancólico hoy. -Una ventana,- estuve de acuerdo -pero no cuenten conmigo cuando sea el momento de probarla. Sé lo que se siente estar afuera al sol. La cantidad de tiempo necesaria para incapacitarte totalmente es segundos. No fue un día muy divertido para mí.

    -Yo voy a probarlo primero- dijo Maggie, y de di una mirada de reojo de la que no se percató.

    -No, yo lo haré- dijo mi gemelo, el maldito héroe. Él era seis minutos y medio más viejo que yo pero éramos tan diferentes como el fuego y el agua.

    -Pero si soy yo, a Ari no le costaría tanto levantarme si no funciona- respondió Maggie.

    -Ella tiene razón ahí, hermano- Cogí la bebida de su mano y tomé un trago mientras me miraba con el ceño fruncido. Él no me detuvo. -Deberías haberme traido una- le dije al tiempo que se la devolvía. Ari, nuestro amigo mortal, nuestro estimado confidente humano, se encargaba de todas las cosas de las que nosotros no podíamos durante el día. El sol no nos mataría, pero dolería como mil demonios. Si Maggie enfermara a causa de los rayos del sol yo me pondría triste, pero no tan devastado como lo estaría si algo le pasara a Cian. Tal vez era un bastardo de corazón frío, pero estaba siendo sincero.

    -Hey, están todos despiertos.¡Genial! Tengo algunas buenas noticias y algunas malas noticias.- Aquella voz dulce y lírica le pertenecía a Vanessa. Cerré mis ojos con fuerza ante aquella vocalización sensual, deseando que se fuera. Ella no solo era la mejor amiga de Magdalena, era además una bruja. El que fuera humana era suficientemente malo, yo no necesitaba el irritante añadido extra de tener una bruja merodeando por ahí.

    -Oh, bien. La bruja tiene algunas noticias que compartir con nosotros. Tal vez todos deberíamos coger una bebida para poder escucharla sin ahogarnos en nuestra propia saliva con sus absurdos habituales- dije sarcásticamente. En realidad, mi afirmación solo representaba mis sentimientos injustificados hacia ella, pero una bebida era en realidad requerida si nos íbamos a quedar a escucharla. Cosa que no debería hacer, pero que de cualquier forma haría, porque ahora que ella estaba aquí todo lo que quería hacer era quedarme y disfrutar de su delicioso olor, del sonido melódico de su voz, de sus piernas delgandas y torneadas. Aunque pretendía ignorarla, nunca me salté ninguno de sus detalles. Caminé hasta el aparador y vertí dos dedos de whisky; luego añadí un poco más para mayor seguridad.

    El pelo rubio de la bruja era espeso, con rizos hermosos y largos con las puntas teñidas de un rosado luminoso y bonito. Sus ojos era muy verdes y brillantes, tanto que prácticamente me podía ver reflejado en ellos. Sus labios era muy carnosos y siempre parecían listos para besar. Las curvas de su cuerpo me atormentaban, especialmente cuando se ponía aquellos pantalones apretados en los que parecía que siempre andaba. Esta noche traía puesto una saya corta verde esmeralda que resaltaba el color de sus ojos aun más. Tampoco ayudaba que su top tuviese un corte bajo que caía en el centro de su abdomen, dándome un atisbo de los músculos delgados y tensos de su estómago en los que me moría por pasar mi lengua. Incluso su apellido sonaba decadente y pecaminoso. Creamer[1]. Era muy difícil controlar la erección que crecía dura como una piedra dentro de mis pantalones cada vez que ella estaba cerca. Pero yo tenía reglas. Nada de humanos, y especialmente, ninguna maldita bruja.

    Capítulo Dos

    Vanessa

    ––––––––

    -Muérdeme, Lane- Le hice señas al vampiro como si su rudeza frívola no tuviese ningún efecto en mí y caminé hasta situarme al lado de Mags. Al verme incapaz de mantener mi cabeza alta y sostener su mirada desalentadora, puse mi brazo alrededor de los hombros de mi mejor amiga y me agarré al brazo de Cian que ya estaba allí. Yo era más o menos seis pulgadas más alta que Magdalena, lo que resultó en que la parte superior de su cabeza estaba al mismo nivel que los finos pectorales de Cian y mi barbilla.

    Lane me mostró sus colmillos y sonrió. -Lo haría, pero estoy bastante seguro que tu sangre es tóxica.- Su acento británico estaba cargado de su aversión hacia mí.

    Me mordí mi labio inferior. No dejes que te afecte. No le prestes atención al vampiro maleducado que hace que tu sangre hierva de pasión cada vez que estás en la misma habitación que él. Una clase de pasión que no había experimentado antes. Una sensación que nunca pensé que quisiera o deseara. Pero Lane DeMarco tenía un cierto magnetismo que siempre tocaba las fibras de mi corazón, incluso cuando yo sabía que sería incapaz de cumplir sus expectativas o ser el tipo de mujer con el que él quisiera estar. Yo he tratado con todas mis fuerzas de resistir estos sentimientos pero siempre fallo. Y aquí estaba, fallando de nuevo sin poder apartar la mirada de él. Él lucía como la vida misma con aquellos pantalones de cuero negro que usaba cuando actuaba. La camiseta sin mangas que llevaba puesta estaba pegada a un pecho impresionantemente tallado que yo solo soñaba tocar.

    -Bueno, ¿qué noticia quieren primero, la buena o la mala?- Me las arreglé para que mi voz saliera sin sonar demasiado afectada por el dolor y la ira que Lane me provocaba. Sus palabras hicieron bajar mi autoestima a profundidades mayores a las que ya había estado. Este acto de total confianza que me arreglaba para mostrar día tras días había sido más facil antes de que me fijara en Lane.

    -Danos las buenas noticias primero- dijo Mags.

    -Oh, mi difunto corazón no puede esperar-

    Inspiré profundamente e ignoré a Lane una vez más. O al menos lo intenté. -La buena noticia es...que mi prima Jillian viene de visita. No nos hemos visto desde que éramos niñas. Ella vive allá al este.

    -¿Otra bruja?- ladró Lane.

    -No, ella es una prima lejana. Ella no posee ninguna magia que yo sepa. Eso debería tranquilizar tu cabeza demente y nublada- Le eché un vistazo, complacida de ver su mandíbula moverse con irritación y orgullosa de mí por ponerlo rápidamente en su lugar. -Creo que su bisabuelo era uno de los hermanos de mi bisabuela o algo así. De cualquier forma, los hombres de la familia nunca heredan los dotes naturales, por lo que no pueden pasarlo a sus familias. Se necesita de una mujer fuerte para controlar los poderes de la brujería- Mi voz estaba cargada de autosuficiencia y no pude evitar poner los ojos en blanco ante cuan ridícula sonaba.

    -Bueno, eso está bien. Una sola es suficientemente malo.

    Exhalé con fueza, deseando que no me odiara tanto, deseando saber por qué me odiaba.

    -¿Cuándo viene?- preguntó Mags.

    -En junio.

    -Entonces dentro de tres meses- dijo ella.

    -Sí, lo sé. Pero lleva tiempo planear un viaje a través del país. Ella tiene que esperar a tener vacaciones en su trabajo, aunque creo que ella va a buscar uno nuevo una vez que esté por acá. Ya compró su boleto así que ya está definido.

    -Quizás para ese entonces tengamos ventanas nuevas- dijo Mags mientras las persianas de hierro comenzaban a subir lentamente. Un débil Ahhh se le escapó a los tres vampiros mientras las miraban subir. Debe ser muy duro no poder tomar el sol. Yo sabía que Mags lo extrañaba.

    -¿Cuáles ventanas nuevas?- pregunté. No me los podía imaginar librándose de las persianas que necesitaban para protegerse de los rayos debilitantes.

    -Cian y Maggie tienen esta idea de poner ventanas de vidrio reflectante unidireccional que puede ser que nos protejan del sol- La voz de Lane era puro excepticismo mientras tomaba un trago de su bebida.

    -Lo harán. Noventa y nueve porciento- Maggie ladeó su cabeza y cruzó sus manos sobre su pecho.

    -Mira, está ese uno porciento...

    -Lane, eres todo un pesimista- dijo Maggie.

    -No, soy realista. Hay una diferencia.

    -Es hora de que salgamos de la oscuridad, Lane- Aquella seguridad en sí misma de Maggie me pareció un tanto prematura, considerando que ella ha sido una vampira por menos de un año.

    -¿Cómo demonios lo sabrías? Solo has estado en la oscuridad por cerca de siete meses- Lane se rió entre dientes y se tragó el resto de su trago, poniendo el vaso en el aparador junto a la pared.

    -Yo opino que nos guardemos de juzgar hasta que al menos hayamos probado una ventana- Cian agarró la mano de Maggie y tiró de ella hacia la puerta corrediza de cristal. Al abrirla, salieron y me dejaron sola en el interior con Lane. Le eché una mirada y sus ojos me miraron aburridos. Solo deseaba poder ver algo más que desprecio en ellos.

    Salí y Maggie me miró. -Entonces, ¿cuál es la mala noticia?

    -Oh, casi lo olvido. Están renovando el edificio donde vivo.

    -Genial, pero ¿por qué es eso una mala noticia?

    -Porque tengo que encontrar donde vivir mientras dure la renovación. Dijeron que tomaría cerca de tres meses. Otra buena razón por la cual la visita de Jillian no será hasta junio.

    -Sabes que eres bienvenida a quedarte aquí- me sonrió Cian -Tenemos habitaciones vacías de sobra.

    -¿Qué? De ninguna manera- gritó Lane detrás de mí. -Yo vivo aquí también y tengo derecho a opinar quien se queda. No me gusta la idea.

    -¿Por qué no?- dijo Maggie frunciendo el ceño.

    -Las brujas y los vampiros no se llevan bien. Solo traería problemas.

    Me dolió que no me quisiera aquí pero no podía dejar que me afectara. Tenía que mantenerme fuerte o nunca sería capaz de mantener la amistad que Mags y yo continuamos teniendo incluso ahora que ella era una vampira y estaba viviendo aquí con Lane y Cian.

    -Tienes que estar bromeando- dije mirando en su dirección con los ojos muy abiertos- ¿De veras? ¿Problemas? Lo único que he hecho por ustedes ha sido ayudarlos. Sin mí, ni tú ni Cian hubiesen sido capaces de encontrar a Maggie cuando fue raptado por Jewels, tu maestra posesiva. Y ayudé a Chelle, tu cargo, a recordar su pasado. No me acuses de causar problemas.

    Nunca estaba segura de cómo los vampiros iban a reaccionar, en especial Lane, y jamás me había dirigido a él de esa

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