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Con el alma desnuda
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Libro electrónico241 páginas2 horas

Con el alma desnuda

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Las recetas de cocina pasan desde la sensibilidad de quien las hace y las crea a la complicidad de la persona que decide degustarla o reproducirla. Este libro que propone la chef Yamilet Magariño se convierte en un diálogo constante entre ella y la ritualidad que encierra el proceso de elaboración de recetas, que va más allá de la visión simplista de que la culinaria no puede ser un arte serio. Como plus, la autora desde su oficio de hacedora de repostería nos da su visión de cubanía, lo que no deja a todo con el alma desnuda.
IdiomaEspañol
EditorialRUTH
Fecha de lanzamiento7 dic 2022
ISBN9789593140447
Con el alma desnuda

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    Con el alma desnuda - Yamilet Magariño

    Portada.jpg

    Edición: Yanet Blanco Fernández

    Diagramación y diseño de cubierta: Joice Hidalgo-Gato Barreiro

    Conversión a E-book: Rafael Lago Sarichev

    © Yamilet Magariño Andux, 2019

    © Sobre la presente edición:

    Ediciones Cubanas, Artex, 2019

    ISBN 9789593140447

    Sin la autorización de la editorial Ediciones

    Cubanas queda prohibido todo tipo de

    reproducción o distribución de contenido.

    Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.

    Ediciones Cubanas

    5ta. Ave., no. 9210, esquina a 94, Miramar, Playa

    e-mail: editorialec@edicuba.artex.cu

    Telef (53) 7207-5492, 7204-3585, 7204-4132

    Sinópsis

    Las recetas de cocina pasan desde la sensibilidad de quien las hace y las crea a la complicidad de la persona que decide degustarla o reproducirla. Este libro que propone la chef Yamilet Magariño se convierte en un diálogo constante entre ella y la ritualidad que encierra el proceso de elaboración de recetas, que va mas allá de la visión simplista de que la culinaria no puede ser un arte serio. Como plus, la autora desde su oficio de hacedora de repostería nos da su visión de cubania, lo que nos deja a todos Con el alma desnuda.

    Índice

    Prólogo

    Introducción

    Capítulo 1: Confituras artesanales, una repostería de tradiciones

    Recetario básico

    Confitura de tomate gourmet

    Dulce de calabaza con notas cítricas

    Dulce de boniato a las tres texturas

    Esferas de coco-marañón con baño tibio de chocolate

    Suprema de piña envejecida en licor

    Crocantes nueces armonizada con crema de vie

    Delicada crema de platanitos burros con virutas de galletas de mantecado

    Manjar caribeño

    Frituritas elegantes de platanitos en salsa de yogur

    Empanadas navideñas con queso blanco macerado en ron

    Dulce de toronja en colores

    Esponjosas tortas de mandarina acompañada de crema de limón

    Fondue de chocolate con notas picantes

    Bombas de buñuelos añejados con crema fina de anís

    Panquesitos de canela bañados en fondue blanco

    Mantecaditos habaneros

    Turroncito de frangollo estilizado

    Yemitas caramelizadas

    Clásico Tocinillo del cielo

    Pudín de frutas con aguardiente de caña

    Capítulo 2: Postres helados, ¿un dulce invierno?

    Recetario básico

    Sirope simple o base

    Salsa de chocolate (receta base)

    Crema inglesa

    Helado de chirimoya

    Helado de dulce de leche y ajonjolí

    Cremoso helado de níspero

    Helado de arroz con leche con uvas pasas al ron

    Paleticas de néctar de frutas

    Sorbete de melón

    Tarta helada con gelée de frutas y jarabe de remolacha

    Bombas de fresa con sorbetos de limón

    Bombas de chocolate con mousse de platanitos y vino de Oporto

    Roscón de nieve con helado de vainilla y salsa fría de menta

    Bocadito de helado con bizcocho de especias

    Serpentina de helado con cubierta crocante

    Leonesas al caramelo en coulis de guayaba

    Pañuelos rellenos con helado de naranja-piña y gelatina de vino rosado

    Tiramisú de helado acompañado con gelatina de café con leche

    Dedos de dama

    Capítulo 3: Bollerías dulces, la magia del horno

    Masas básicas

    Masa brioche

    Masa de croissant

    Recetario básico

    Bollitos de cebollas acarameladas

    Trenzas de chocolate

    Flautín de canela con crema

    Croissant almendrado relleno con manzana

    Lacitos de anís

    Panderetas de canela con glaseado de chocolate y almendras

    Rosquillas de coco

    Trenzas de niñas

    Hogaza dulce de tomate

    Pan de gloria con sabor a limón

    Coffe-cake de manzana y canela

    Cangrejitos fritos y en almíbar

    Cangrejitos de dulce de leche y maní

    Bollitos de naranja y miel

    Capítulo 4: Sobre la pastelería, colección de tartas y bizcochos

    Recetario (masas básicas)

    Masa quebrada o muerta

    Masa sablé

    Pasta choux

    Masa hojaldre

    Batido para panetela

    Bizcocho de mantequilla (batido de grasa)

    Recetario básico

    Pastel de calabaza y anís

    Tarta moscatel

    Tarta exclusiva de chocolate y especias

    Crostata de café y chocolate con salsa tibia de vainilla

    Gaceñiga confitada

    Magdalenas de naranja con glaseado de queso crema y fresa

    Torta tres leches familiar

    Roscón de crema moka con glaseado de chocolate y miel

    Pastel de frutas

    Negra pasión

    Crema Daiquirí

    Mousses de yogur con torticas de coco

    Delicado pañuelo de chocolate armonizado con un cremoso de aguardiente

    Granizado crujiente de maracuyá

    Pastel de queso con guayabas del patio

    Capítulo 5: Pastelería salada. ¡Un agasajo a sus invitados con este buffet!

    Recetario básico

    Masa brisé

    Quiches

    Barquitas

    Tapitas de brisé

    Paté de verduras

    Petit-choux

    Volován (vol-au-vent)

    Empanadita de hojaldre

    Pastelón de carne

    Petit de emparedados de croissant

    Bocaditos de brioche

    Rollitos de brioche

    Pasta filo

    Bolsitas de queso fundido y jamón pierna, ilustrado con jalea de fresas

    Capítulo 6: Pastas secas y galletas para tomar con té…, el complemento de las infusiones

    Recetario básico

    Soletillas

    Tulipas

    Lengua de gato

    Pastas sultanas

    Bastoncitos de té y miel

    Herraduritas crujientes

    Cookies de jengibre

    Galleticas de manteca

    Divertidas galletas de maní con M&M

    Torticas de limón coronadas con cerezas

    Corazones de choco-coco

    Capítulo 7: Rellenos, coberturas y salsas; la compañía imprescindible

    Recetario básico

    Crema pastelera

    Recetas que parten de la crema pastelera, a las cuales se les ha otorgado sabores específicos

    Crema de vainilla

    Crema de limón

    Crema moka

    Crema de chocolate

    Crema de café

    Crema de café y chocolate

    Crema de vainilla

    Crema de maní

    Crema de chocolate con maní

    Crema de chocolate con dulce de leche y almendras

    Crema de guayaba

    Crema de mango

    Crema de Burugüitas (dulce de leche cortada)

    Crema de naranja y mandarina

    Cremoso de chocolate con leche

    Cremoso de Guayabita del Pinar

    Salsa de yogur y platanito

    Coulis de mango bizcochuelo

    Coulis de guayaba

    Coulis de tomate perita

    Cubiertas para cake, galletas, bizcochos, pasteles, panqués, tartas y más

    Sobre los almíbares

    Punto de los almíbares

    Almíbar ligero

    Almíbar a punto de hilo o hebra

    Almíbar a punto de bola blanda

    Almíbar a punto de bola dura

    Punto caramelo

    Azúcar o sirope invertido

    El merengue

    Merengue francés, común o seco

    Merengue italiano

    Merengue suizo

    Glasé real

    Glaseado de queso crema

    Fondant

    Pastillaje

    Pasta para modelar (mazapán hogareño)

    El Chocolate

    Tipos de chocolates

    Chocolate amargo

    Chocolate con leche

    Chocolate blanco

    Pasos para confeccionar bombones en casa

    Diferencia entre el chocolate y el sucedáneo de chocolate

    Recetas de trufas

    Trufa con sabor a menta

    Trufas de coco-piña

    Trufas de miel y limón

    Ganache de turrón de maní

    Ganache de fresa

    Ganache de guanábana

    Epílogo

    Glosario

    Tablas útiles

    PRÓLOGO

    La relación de los cubanos con los dulces es pasional, al punto de resultar casi concupiscente. Los cubanos lo endulzamos todo; los jugos, la leche, el café, incluso nuestro vino, lejos de ser amargo, es muy dulce. Nos tomamos lo dulce en serio, los postres que hacemos son dulces. Y este edulcorado amor es más que legendario, nacimos con él. Para algunos parecerá exagerado, pero en la forja de la nación lo dulce ha tenido un papel notable.

    Se tiene la falsa creencia que los primeros dulces que se disfrutaron en la Isla fueron traídos del viejo mundo por los navegantes españoles. No es menos cierto que en la bodega de sus barcos podías encontrar turrones y frutos secos, no solo para gozar de los postres sino como medida preventiva contra el escorbuto. Pero no fueron precisamente ellos los que iniciaron la dulce historia en la mayor de las Antillas. Los tainos cubanos lograban a partir de la fermentación del yare, el látex extraído de la yuca agria, una especie de edulcorante y de los boniatos, luego de cocerlos en ollas de barro, exponerlos un tiempo al sol y cubrirlos con raras yerbas lograban una especie de confite bañado en melaos, por tanto, el lograr platos dulces no era del todo desconocido por estas poblaciones. Sin dudas el clima ayuda, el dulce y el trópico tienen una especie de complicidad, de místico entendimiento. El calor favorece la concentración de azucares en las frutas. Resulta notable la sorpresa que manifestaron los europeos al disfrutar del dulzor presente en las frutas tropicales, dulce de una intensidad hasta ese entonces desconocida por los paladares europeos.

    El arribo de las cañas traídas a mediados del siglo

    xvi

    , desde el medio oriente, cambió por completo el ritmo de lo dulce en todo el Caribe, fundamentalmente en la mayor de las Antillas. A partir de ese entonces los melaos y las raspaduras se entronizan en el escenario gastronómico, desplazando al edulcorante obtenido de la yuca y elevando el dulzor de los platos criollos. Persas y griegos sumergían en almíbar o miel a sus muertos notables para ser conservados o trasladados como lo fueron el Rey Pirro y Alejandro el Grande. Esa milenaria técnica, aprendida de los árabes, la aplican los españoles a las frutas tropicales, el resultado fue maravilloso, los cascos de jagua y guayaba que tanto enorgullecieron a los criollos.

    La jagua sustanciosa/ con el cuajo blanco de la leche/ es aún más deliciosa/ que la amarga aceituna en escabeche.

    Así los dulces van caracterizando, asomando una identidad cultural, somos más intensos que la desabrida Europa y eso nos complace. En los versos de Rubalcaba se nos informa de un feliz matrimonio que nos acompañará siempre: La mágica mixtura de los dulces con queso.

    El cultivo de la caña demandaba mano de obra, y esa es arrancada de África. Con los esclavos también vienen sus dulces, los que ofrendaban a sus orishas o replicaban en las cocinas de sus amos aquellos que corrían con la suerte de la esclavitud doméstica.

    Luego algo de la refinada repostería francesa comienza a llegarnos a través del comercio de rescate y contrabando, incluso a través de esta oscura vía podíamos disfrutar de sabores exóticos venidos desde Asia en barcos de traficantes ingleses. A la herencia indotaina y de los turrones españoles se le iba uniendo los ingredientes y saberes de África y Asia.

    La creatividad del cubano es proverbial y en cuestiones de dulce no todo nos llega desde fuera. Ya en la primera mitad del siglo

    xix

    , en muchas villas se podía disfrutar de postres caseros y de vendedores ambulantes. Para esa fecha Bayamo contaba con una variedad de dulces exquisitos y originales que llenaban de regocijo a sus residentes y vecinos. El Eco de Manzanillo, en 1857, publica un ruego de José del Tirador, que pedía le trajeran lo antes posible, media docena de masapapas, otras de ahogagatos, algunos bollos prietos y unas ciruelas borrachas (exquisitas como las hacen allá) con el objetivo de enviarlas a España para que conocieran, en la península, de la gran industria que eran capaces los insulares.

    El dulce de guayaba, conocido como timba, ayuda al desarrollo de los caminos de hierro en las zonas apartadas. Los ingleses que construyen el primer ferrocarril cubano, suelen alimentar a sus braceros a base de pan con timba y una lasca de queso.

    Las dificultadas y carencias que impone una guerra no resultaron óbice para que, el cubano haciendo uso de su inagotable ingenio creara o readaptara dulces y postres en condiciones de manigua. Céspedes, Presidente de la Republica en Armas, refiere en carta a su esposa Ana de Quesada que ha degustado un dulce de mango sin azúcar ni miel. En varias ocasiones en el campamento mambí se podía disfrutar de dulces traídos de la ciudad como los suspiros y las roscas blandas. Pero muchos otros, según relata el primer alcalde independentista de Bayamo, José Carlos Milanés, como el calamir, los cascos de naranja y toronja, las raspaduras, el dulce de coco, eran hechos en condiciones de campaña.

    Uno de los dulces más apetecido por los cubanos, adaptable boniatillo, debido a su fácil elaboración era frecuente en la mesa mambisa. El comandante Donato Soto en un banquete hecho únicamente a base de boniatos ofrecía como postre… evidentemente el boniatillo.

    El frangollo, un dulce hecho a base de plátanos era el postre preferido de Antonio Maceo y otros de los dulces manigueros quizás el más conocido, por la descripción que hace de él José Martí en el periódico Patria, es el pan patato, elaborado a base de yuca y boniato.

    Concluidas las contiendas bélicas los dulces alcanzan su máxima apogeo en las navidades y en las fiestas de reyes; el arroz con leche, el pudin con pasas, los plátanos en tentación, las cocadas y las yemitas le disputaban espacio en la mesa a los turrones de jijonas y los confites norteamericanos. En la región oriental del país dulces como los suspiros, las roscas blandas, los matahambres y los basocos mantienen la tradición. Los majaretes y el pan de maíz, en épocas de cosecha, se unen a los duces hechos de harina: el negro estropeao, los trancabuches, las pránganas y cueruas, los mantecaditos, las panetelas borrachas y pasteles. En el extremo oriente el cucurucho de coco, las tulangas y el frangollo se abrían paso en la villa primada Baracoa.

    El dulce es un asunto sabrosamente cubano, es motivo de ingeniosos pregones, canciones populares, refranes, décimas y hasta dicharachos. Si un examen resulta fácil es un pastel, si una mujer es muy hermosa es un bombón, si el lanzamiento del pícher era fácil de batear decimos que lanzó un caramelito… y así podríamos encontrar cientos de ejemplos más donde

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