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La isla donde murió Morfeo.
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Libro electrónico125 páginas1 hora

La isla donde murió Morfeo.

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Información de este libro electrónico

Te contratan entre miles de candidatos, te pagan un sueldo sumamente elevado para que viajes durante un mes a una isla paradisíaca en las Bahamas, y solo tienes ocuparte de realizar el mantenimiento de la vivienda de una celebridad mundial. ¿Qué podría salir mal?

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento25 oct 2022
ISBN9781005604455
La isla donde murió Morfeo.
Autor

Cristian Romero de la Torre

Nacido en 1995, en Burjassot, Valencia.Pero es irrelevante, lo importante creo que es justificar porque escogerme a mí y no a otro de los tantos escritores de gran calidad que hay. Y no voy a tratar de convencer a nadie, pero si me preguntan cuál es el motivo por el que escribo, lo tengo claro. Me gusta provocar emociones, sea una sonrisa, un escalofrío o una lágrima. Esas reacciones que yo mismo he experimentado con la literatura y me han cautivado. En mis novelas cambio radicalmente de género y estilo, no se pueden encontrar dos iguales. Yo mismo no seria capaz de leer un solo tipo de novelas y aplico ese mismo principio sobre mis escritos. Espero que si depositas tu confianza en mis libros, recibas una experiencia diferente, entretenida, y quien sabe, incluso enriquecedora, si lo consigo, habré logrado el mejor de los objetivos.Como dijo el gran Edgar Allan Poe: 'durante la hora de lectura, el alma de lector esta sometida a la voluntad de escritor'.Cristian Romero de la Torre.

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    La isla donde murió Morfeo. - Cristian Romero de la Torre

    La isla donde murió Morfeo.

    Cristian Romero de la torre

    Entrevista Desmon Mcgrady:

    -Estas son unas cuestiones que realizamos a todos los participantes. —El entrevistador realizó una pausa para asegurarse de que su interlocutor estaba prestando atención. —Lo primero que debe hacer es indicar su nombre y su lugar de residencia actual.

    -Soy Desmon Mcgrady. Y vengo de Portland, Maine.

    - ¿Tiene familia o familiares a su cargo?

    No.

    - ¿Cómo se ha enterado de esta oferta laboral?

    -Por el amigo de un conocido. —Desmon prosiguió con respuestas parcas y escuetas.

    - ¿Por qué motivo se presenta a este puesto? ¿Conoce las condiciones del mismo?

    - ¿Motivo? Dinero. Y sí, conozco las condiciones.

    - ¿Qué trabajos ha desempeñado hasta ahora?

    -De todo tipo; obrero, carpintero, fontanero, electricista y también como mecánico en un taller de automóviles.

    - ¿Alguna enfermedad, alergia o problema de salud del que debamos tener constancia?

    -No.

    -De ser uno de los seleccionados cobrará la cantidad estimada en dos pagos, una mitad antes de empezar y la otra mitad al finalizar. ¿Está conforme?

    -Sí.

    -Estupendo, pues por ahora, eso es todo. De ser seleccionado para el puesto será informada durante los próximos tres días con una llamada telefónica.

    -Bien, gracias.

    Entrevista Stacy Harmon

    -Estas son unas cuestiones que realizamos a todos los participantes que optan al puesto.

    -Claro, adelante.

    -Lo primero que debe hacer es indicar su nombre y su lugar de residencia actual.

    Soy Stacy Harmon, oriunda de Sant Lake City, en Utah.

    - ¿Tiene familia o familiares a su cargo?

    -Sí, dos hijos y mi madre, que ahora mismo vive con nosotros.

    - ¿Cómo se ha enterado de esta oferta laboral?

    Mi hija encontró la oferta en Internet.

    - ¿Por qué motivo se presenta a este puesto? ¿Conoce las condiciones del mismo?

    -Por la cuantiosa paga, es muy buena y tengo muchos gastos en casa. Y sobre las condiciones, según tengo entendido son treinta días, ¿no?

    -Así es.

    - ¿Y los gastos del viaje pagados?

    El entrevistador asintió.

    - ¿Es consciente de qué durante su estancia no podría comunicarse ni con sus hijos, ni con ningún tercero?

    -Sí, pero no me preocupa, si me dan el trabajo, su abuela cuidará de ellos.

    -Bien. ¿Qué trabajos ha desempeñado hasta ahora?

    -Todos mis trabajos están relacionados con la limpieza.

    - ¿Alguna enfermedad, alergia o problema de salud del que debamos tener constancia?

    -No, al menos que yo sepa. —Stacy sonrió por puro nerviosismo.

    -De ser uno de los seleccionados cobrará la cantidad estimada en dos pagos, una mitad antes de empezar y la otra mitad al finalizar. ¿Le parece bien?

    -Por supuesto.

    -Perfecto, pues eso es todo, de ser seleccionada para el puesto será informada durante los próximos tres días con una llamada telefónica.

    -Genial, muchas gracias. —Stacy le dedicó una afable sonrisa a su interlocutor.

    1.

    Tras tres días exactos, ambos fueron seleccionados para el puesto; entre miles de candidatos ellos fueron los afortunados. Al día siguiente ya les habían transferido la primera mitad de la retribución, además de un billete de avión. Desmon y Stacy, debían trasladarse desde sus respectivas ciudades hasta el Aeropuerto Internacional Lynden Pindling, en Bahamas.

    El primero en aterrizar fue Desmon, al traspasar la puerta de embarque le esperaban dos hombres. Desmon no tuvo más remedio que esperar unas horas junto a aquellos misteriosos sujetos. Mientras aguardaba, apenas conversó con ellos, y en cuanto se cansó de esperar, se desplazó a uno de los restaurantes de la terminal. Poco después de terminar su comida fue abordado por los dos hombres, pero esta vez estaban acompañados por una mujer.

    -Esta es Stacy, va a ser tu compañera. Él es Desmon.

    Desmon se limitó a hacer un escueto gesto con la cabeza, Stacy no sabía como actuar y la timidez la cohibía.

    Mientras que Desmon solo llevaba un desgarbado macuto enrollado sobre el hombro, Stacy portaba una inmensa maleta de ruedas, además de una mochila de mano.

    -Vámonos. Tenéis reservado un hotel cerca de aquí.

    - ¿Aún no vamos a ir a…?

    Desmon quebrantó su mutismo, pero fue interrumpido antes de completar su pregunta.

    -No. Hoy os quedáis aquí, mañana por la mañana os recogeremos en el hotel y os llevaremos hasta la isla.

    -Bien.

    Sin demora los dos individuos se encargaron de conducirlos hasta su alojamiento. La fonda dónde se hospedaban era un lugar sobrio, sin lujos, pero funcional. Sus habitaciones estaban en la segunda planta, mantenían la misma tónica dominante que el resto del entorno; únicamente disponía de una cama de matrimonio y un minúsculo baño. Al entrar en la estancia, Desmon apartó su macuto y lo posó sobre el solitario y exclusivo mueble que había en el cuarto.

    Tomó asiento sobre el colchón y caviló que hacer, estaba convencido de que su periplo comenzaría de inmediato y ahora no sabía en que invertir las horas de espera.

    Antes de que pudiera decidirse escuchó como tocaban a la puerta. Sin titubear, se levantó y abrió para ver de quién se trataba. Al otro lado de la cancela aguardaba Stacy.

    -Hola... —Todavía no sabía como actuar y sentía una inusual vergüenza.

    -Ey. ¿Quieres algo? —Desmon la oteó de arriba a bajo con desdén.

    -He pensado que podíamos conocernos mejor, ya que vamos a estar muchos días solos y aislados.

    Desmon la miró con escepticismo.

    -Hay un bar en esta misma calle, podíamos bajar y tomar algo juntos. —Persistió en su empeño.

    -Bueno... —Desmon encogió levemente sus hombros. — Esta bien. No tengo nada mejor que hacer.

    Desmon cerró la habitación y salió con lo puesto. Ambos compartieron un incómodo silencio mientras bajaban en el ascensor. Una vez llegaron a la primera planta, pasaron el recibidor y después caminaron la escasa distancia que les separaban del local. Al acceder tomaron asiento en una de las mesas junto a la cristalera. Stacy pidió un refresco, Desmon una copa de whisky.

    -Un poco pronto para beber, ¿no?

    Desmon exhibió adustez con su intimidante mirada. Stacy se dio por aludida y no agregó nada más.

    La conversación no iniciaba. Y mientras que a Desmon no le preocupaba lo más mínimo lo que Stacy pensase, esta deseaba causarle una buena impresión.

    -Y dime Desmon, ¿estás casado? ¿Tienes hijos?

    -No, soy soltero y sin hijos. —Su respuesta fue pasiva y abúlica.

    -Yo tengo dos hijos. La mayor se llama Siren y el pequeño es Luke. Son lo mejor de mi vida, va a ser difícil para mí estar un mes sin verlos.

    Desmon la escuchaba con gesto apático, no obstante, su indiferencia no minaba la entereza de Stacy.

    -Pero ya sabes, hay que ganarse la vida. Este año Siren irá a la universidad y el dinero me vendrá muy bien para costearlo todo.

    -Ya... Lo imagino. —Desmon miraba descaradamente un reloj que había en la blanca pared del establecimiento, le parecía que el tiempo no avanzaba.

    - ¿Y qué me cuentas de ti?

    -No hay mucho que contar.

    -Venga 'Des' no me hagas rogarte.

    A Desmon no le gustó el sobrenombre, sin embargo, prefirió no manifestarlo.

    - ¿Qué quieres saber exactamente?

    -Cualquier cosa. Vamos a pasar todo el mes juntos, y creo que lo mejor es saber un poco el uno del otro.

    -Soy irlandés. Viví en Irlanda hasta los veinte años.

    - ¿Y cómo acabaste en América?

    -Me expulsaron del ejército y mi padre que era coronel me repudió. Decidí mudarme a Nueva York y buscar un trabajo.

    -Y, ¿todavía vives en 'la gran manzana'? —Stacy se interesó.

    -No. Me cansé de la ciudad y de la gente, ahora vivo en Portland.

    -Te entiendo, las ciudades

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