La dinastía TREVI
Desde las 10 de la mañana llegamos a casa de la familia Gómez Treviño en Texas. No es un día cualquiera. Normalmente los domingos en este hogar se desayuna en conjunto, se va a misa y, luego, junto con toda la familia, primos y tíos, Armando Gómez cocina un festín en el asador: unas envidiables carnes asadas, bastante famosas entre sus hijos.
Pero hoy la familia se ha reunido para abrirnos las puertas de su casa. Gloria Trevi comienza a arreglarse y maquillarse, después desfila Ángel Gabriel, su hijo mayor, que recién salido de la cama se acerca a la cocina para buscar algo de desayunar. Aparece Armando Gómez, padre de los niños, con una sonrisa de oreja a oreja, es de esas personas optimistas que parecen siempre estar contentas. Y a todos les alegra enormemente la espera de Miguel Armando, el menor, que estudia fuera de la ciudad y que está apunto de llegar.
“Decidimos mandar a Miguel Armando a un colegio militar, no como un castigo, sino para que tuviera disciplina. El mundo afuera es muy pesado y queremos que tenga herramientas”, nos platica el padre del niño de apenas 13 años que estudia en el Marine Military Academy, al sur de Estados Unidos, y quien hace unos meses recibió un reconocimiento como cadete.
Por la naturaleza de su trabajo, Gloria Trevi viaja mucho. “Los domingos en casa dependen de si me encuentro o no. Cuando no, los chicos tienen sus propias actividades. El mayor sale con sus amigos, se queda a dominguear o a escribir música, que es lo que le gusta. El más chico es bastante deportista
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