El muro.

Por Crtwriter y Cristian Romero de la Torre

A todos nos limitan los muros.

Pueden ser psicologicos, físicos, emocionales o circunstanciales, pero de un modo u otro, todos combatimos contra algún muro.

• Idioma: Español
• Editorial: Cistian Romero de la Torre
• Fecha de lanzamiento: 15 oct 2023
• ISBN: 9798223237983

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¿Qué estarías dispuesto a hacer por alcanzar tus metas?

¿Qué sacrificarías por lograr tu objetivo?

¿Cuánto estarías dispuesto a esforzarte?

1.

Nawry es una ciudad primorosa, no es una opinión, es un hecho innegable.

Su majestuosidad sólo es comparable a las muchas particularidades que la conforman.

La ciudad está delimitada, por cuatro inmensos muros que convergen en ángulos rectos, otorgando la forma de un cuadrado perfecto a la ciudad. Cada lado tiene diez kilómetros exactos de longitud, ni un centímetro más, ni uno menos. Y su altura se estima en doscientos metros, aunque es muy complicado saberlo con certeza. Los cálculos se efectuaron mediante la medición de las sombras que proyecta a lo largo del día.

El interior del cuadrado era inusualmente regular, una explanada casi perfecta, el relieve tiene algunas cuestas, pero ligeras, prácticamente imperceptibles.

Dentro de los muros de Nawry viven aproximadamente diez mil personas, el número oscila, pero nunca lo hace demasiado.

La ciudad está regida por un consejo, formado por las cinco personas más ancianas, las cuales sólo pueden tomar decisiones trascendentales si alcanzan un consenso entre ellas.

Si uno de los miembros perece, la siguiente persona más anciana de la ciudad le sustituye, así sucesivamente, así había sido desde siempre.

La economía en Nawry no requiere de moneda o trueque, todo se reparte equitativamente entre unos y otros.

La agricultura y la ganadería lo son todo para los habitantes, su desempeño y sustento.

Hay turnos y horarios, cada ciudadano cumple con sus obligaciones, sin excepciones.

Los recursos, aunque reutilizables, son limitados, por lo que la natalidad está restringida y regulada por una delegación, escogida por el propio consejo.

En Nawry no existe el crimen, no hay altercados, ni abusos, ni hurtos, ni discusiones. Todos se limitan a cumplir las normas, sin cuestionarse si hay otros medios o maneras. Los ciudadanos respetan las tradiciones, las mismas que se han cumplido desde los albores de los tiempos.

Se podría decir que Nawry es la perfecta definición de utopía.

2.

Adair acababa de terminar su jornada cuidando de las cabras y se retiró a su lugar favorito de Nawry, un banco de madera en el lado este del muro. Estaba cobijado bajo la sombra de un robusto fresno. Allí colisionan la calidez del sol y una agradable brisa, aquella mezcla le encantaba. Solía ir allí casi todos los días tras acabar sus labores y quehaceres.

Adair no era como el resto de sus allegados, tenía inquietudes que no tenía ninguno de los otros