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Ahora Por Siempre: Novela Romántica
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Ahora Por Siempre: Novela Romántica
Libro electrónico96 páginas1 hora

Ahora Por Siempre: Novela Romántica

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¿Qué he hecho?

Ella no podía mirarlo, no podía detener la agitación en su vientre.

Sarah recogió el vaso de zumo de naranja que Dan había puesto delante de ella,

el plato de huevos revueltos sin tocar. '¿No tienes hambre, cariño?'

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 jun 2021
ISBN9781639700356
Ahora Por Siempre: Novela Romántica

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    Ahora Por Siempre - Kimberly Johanson

    Ahora Por Siempre

    Ahora Por Siempre

    Novela Romántica (Maelstrőm 4)

    Kimberly Johanson

    Índice

    Ahora Por Siempre

    Acerca del Autor

    Ahora Por Siempre

    Novela Romántica

    Maelstrőm 4


    ¿Qué he hecho?


    Ella no podía mirarlo, no podía detener la agitación en su vientre. Sarah recogió el vaso de zumo de naranja que Dan había puesto delante de ella, el plato de huevos revueltos sin tocar.

    ‘¿No tienes hambre, cariño?’

    Ella negó con la cabeza, no confiaba en sí misma para hablar. Tenía miedo de que si abría la boca, podía gritar y gritar. Había engañado a Isaac. Se había acostado con Dan. El hombre que la había abandonado, quien podría ser el hombre que la atacó, el que atacó a Molly, el que mató a George. Quién aún podría matarla a ella.

    Desde su frenética llamada a Molly, ella se había sentado en el porche, tratando de darle sentido a lo que había sucedido. Había oído esa terrible canción, chillando a través de la casa, se había vuelto loca, tan loca que cuando Dan hizo su movimiento, estaba totalmente desprevenida. Había enviado el recuerdo del sexo al fondo de su mente –le hacía querer vomitar.

    ‘¿Sarah?’

    Miró finalmente a Dan. Él sonreía pero en sus ojos, ella veía algo más. Triunfo.

    ‘Me hiciste un hombre muy feliz anoche. Sublimemente.’ Su voz era una caricia, sus ojos suaves. Sarah apartó la mirada de su intensidad. Él le tomó la mano.

    ‘Sarah, no puedes tener ninguna duda sobre lo que siento por ti. Desde que te volví a ver, te quería tan desesperadamente que me estaba volviendo loco. Tan loco que realmente no estaba seguro de lo que iba a hacer. De lo que yo era capaz.’

    Todo lo dijo a través de la más amplia sonrisa, pero sus palabras hicieron que el miedo se curvara a través de ella. Las palabras de él en la visita al hospital volvieron a ella. Tú eres mía, Sarah, mía para siempre... no voy a dejar que nadie más te posea, querida mía,... nunca más...

    Él levantó la mano de ella hacia su boca, presionó sus labios contra la piel de su muñeca. Ella se sonrojó, trató de apartar su mano, pero él la sostuvo con rapidez.

    ‘Sé que debes tener reservas, y no te culpo, pero necesito que entiendas. Sarah, estoy enamorado de ti. No... –él la detuvo cuando ella estaba a punto de hablar- no me respondas. Piénsalo. Quiero cuidar de ti, Sarah, quiero que construyamos un futuro juntos. Sé que no podemos tener hijos propios, pero...

    ‘¿Cómo sabes eso?’ lo interrumpió ella entonces. Ese particular hecho la había estado molestando desde que Caroline había anunciado su esterilidad a todo las personas en el Varsity. ‘¿Te lo dijo Caroline? ¿Cómo lo sabe ella?’

    Dan pareció sorprendido. ‘No, cariño, ¿no te acuerdas? Antes de que yo… me fuera, lo estábamos intentando.

    Sarah sacudió la cabeza y le arrebató la mano. ‘No, Dan. Yo no lo supe hasta después que tú me dejaste.

    Dan hizo una mueca. ‘Por favor, Sarah, no me recuerdes lo tonto que fui. Estoy seguro de que lo sabía desde que nos casamos. ¿Acaso importa?’

    Sí, importa. Es privado. Sarah apartó la vista de su mirada. ‘Dan... Estoy casada con Isaac. Estoy enamorada de Isaac.’

    Dan rio, un sonido soso. ‘Bueno, ciertamente te olvidaste de eso cuando gritaste mi nombre anoche.’

    ¿Estaba loco? Cada segundo de anoche estaba claro en su mente. En ningún momento grité tu nombre, pensó ella, excepto para intentar que te detuvieras. Pero no te detuviste, ¿verdad?

    ‘Dan... Estaba molesta anoche, no estaba pensando. Te pedí que te detuvieras. Más de una vez.’

    Él levantó la mirada bruscamente. ‘Sarah, ¿de qué me estás acusando?’

    Ella tragó saliva, la cólera lo estaba invadiendo a él. ‘Sólo te estoy preguntando si me escuchaste.’

    Él se encogió de hombros. ‘Ya te he respondido, Sarah. ¿Ahora podemos comer?’

    La comida era deliciosa, pero ella sintió que su garganta se cerraba cada vez que empezaba a tragar. Sintió que él la miraba. Ella bajó el tenedor y se limpió la boca.

    ‘Dan, anoche fue un error. Yo no quiero molestarte, pero lo fue.’

    Él ignoró su mirada. ‘Estás confundida, Sarah. Eso pasará. Come tu desayuno.’

    Ella sacudió la cabeza con incredulidad. ‘¿Acaso vas a escucharme?’

    Dan golpeó la mesa con el puño, se puso de pie y barrió los platos de la misma; estos se rompieron contra los mostradores, salpicando comida por todas partes. Sarah se levantó en shock, con el corazón latiendo. El rostro de Dan estaba rojo, sus ojos se abalanzaban sobre ella, los puños apretados.

    ‘¿Por qué debes siempre cuestionarme?’ él se acercó a ella y la hizo retroceder hasta que estuvo presionada contra la nevera, sentía que el mango se le hundía en la espalda. Ella no podía recuperar el aliento frente a su ira abrumadora. Él retorció un puñado de su pelo en sus dedos, tirando de él. Ella jadeó ante el súbito dolor.

    ‘¿No sabes todo lo que he hecho por ti? ¿No aprecias nada?’ Su boca estaba cerca de su oreja ahora. ‘Tú me perteneces, perra desgraciada.’

    Sarah estaba congelada. Entonces, justo tan de repente como su temperamento emergió, también desapareció. Él soltó su cabello, parpadeó y su expresión era de asombro.

    ‘Oh, Dios mío... Sarah, lo siento tanto, lo siento mucho...’ la atrajo hacia él, pero ella se quedó tensa mientras él la mecía suavemente ‘no quería decir nada de eso. Por favor, perdóname... Estoy tan preocupado por ti, sólo estoy tratando de hacer lo correcto.’

    Su arrepentimiento parecía muy genuino, pero Sarah no podía moverse. Él la besó, intentando que ella se relajara, pero ella no cedía.

    ‘Sarah, por favor... vamos a la cama, déjame mostrarte lo mucho que cuido de ti...’ su voz era tierna, seductora. Él deslizó sus manos, suavemente ahora, alrededor de su cintura, besando desde su cuello hasta su oreja. Ella podía sentir su erección presionando contra ella. Una oleada de náuseas la inundó.

    ‘No. No, Dan, detente’ ella lo empujó con las manos apoyadas contra su pecho. Él retrocedió y ella sintió una punzada de culpa por el dolor en sus ojos.

    ‘Lo siento... no puedo. No contigo, lo siento.’ Ella se apartó de él, respiró profundamente.

    Después de un momento, él habló. ‘¿Sigues hablando de Isaac Quinn? ¿El hombre que te traicionó? Porque yo parecía un reemplazo adecuado anoche o ¿Te has olvidado de que fornicamos? ¿Soy sólo uno de muchos?

    Ella giró entonces, enfadada. ‘¿Y ahora soy una puta?’

    No he dicho eso.

    Ella levantó las manos. ‘Bueno, adelante. Todos los demás piensan que soy una puta, como mi querida vieja madre.

    ‘No creo que seas una puta. Sólo creo que me has usado.’

    Sus palabras, pronunciadas con dulzura, la detuvieron ¿Yo te he usado?

    El asintió. ‘Yo sé que estabas molesta anoche. ¿Yo era sólo el cuerpo cálido más cercano?’

    Ella suspiró, exhausta. ‘Dan... yo lo siento pero amo a Isaac. Si él me va a querer después de esto, no lo sé, pero sí sé una cosa. No hay futuro para ti y para mí, Dan.’

    Él la miró unos instantes y luego se alejó. Ella oyó el golpe seco de la puerta de la entrada, sacudiendo toda

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