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La Era Interestelar: La Trilogía Completa
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La Era Interestelar: La Trilogía Completa
Libro electrónico1168 páginas22 horas

La Era Interestelar: La Trilogía Completa

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Prohibidas las Estrellas

A finales del siglo XXI, un catastrófico accidente en el cinturón de asteroides dejó dos topógrafos muertos. No hay rastro de su pequeño hijo, Alex Manez, ni del asteroide en sí.

En el límite exterior del sistema solar, la primera misión tripulada a Plutón, liderada por la astronauta más joven en la historia de la NASA, ha hecho un descubrimiento histórico: hay un marcador dejado allí por una raza alienígena para que la humanidad lo encuentre. ¡No estamos solos!

Mientras estudia el marcador extraterrestre, comienza a reaccionar. Cuatro horas después, el asteroide perdido aparece en la órbita de Plutón, junto con el joven Alex Manez, quien ha desarrollado algunos alarmantes efectos secundarios por su exposición al elemento cinético al que llaman Cinemet.

Desde las profundidades de un imperio criminal basado en Selene, un expatriado aprovecha la oportunidad de arrebatar el control del espacio exterior y emprende acciones rápidas.

El secreto de la velocidad más rápida que la luz está en juego, ¡y comienza la carrera por el espacio interestelar!

Música de las Esferas

La tecnología para el vuelo interestelar existe gracias al poder de Cinemet, pero la clave para desbloquear su código está en un pergamino milenario dejado en la Tierra por una especie extraterrestre.

Cuando roban el antiguo manual antes de que se complete la traducción, Alex, Michael y Justine se apresuran por recuperarlo.

En el camino, se topan con una conspiración interplanetaria y descubren un secreto que hace añicos sus visiones de la vida y sacude los cimientos mismos de nuestra existencia.

A Mundos de Distancia

Durante mil años, la Armada Kulsat ha devastado la galaxia en busca del legado perdido de una raza extinta de seres tecnológicamente avanzados. Ellos destruyen a cualquiera que se interponga en su camino.

Ahora han dirigido su atención a la Tierra y están reuniendo sus fuerzas para una invasión. 

Justine, Michael y Alex tienen cada uno una clave para detener al enemigo, pero están a mundos de distancia el uno del otro y se les está acabando el tiempo…

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento27 may 2022
ISBN9781071579725
La Era Interestelar: La Trilogía Completa
Autor

Valmore Daniels

Valmore Daniels has lived on the coasts of the Atlantic, Pacific, and Arctic Oceans, and dozens of points in between. An insatiable thirst for new experiences has led him to work in several fields, including legal research, elderly care, oil & gas administration, web design, government service, human resources, and retail business management. His enthusiasm for travel is only surpassed by his passion for telling tall tales.

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    La Era Interestelar - Valmore Daniels

    La Era Interestelar

    La Trilogía Completa

    Por Valmore Daniels

    Traducido por Sebastian Esparza

    Ésta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor o se usan de manera ficticia. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es pura coincidencia. Este libro no puede revenderse ni regalarse sin autorización escrita del autor. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este libro, como también su copia o distribución en cualquier formato o medios electrónicos o impresos pasados, presentes o futuros.

    Copyright © 2010-2013 Valmore Daniels. Todos los derechos reservados.

    Distribuido por Babelcube, Inc.

    www.babelcube.com

    Babelcube Books y Babelcube son marcas registradas de Babelcube Inc.

    1

    EL FIN

    Copán:

    Honduras:

    América Central:

    Mis ancestros contaban que, en una noche silenciosa y tranquila, si prestábamos suficiente atención, podíamos escuchar el movimiento de los planetas. Lo llamaban la Música de las Esferas, y su canción es una historia sobre el regreso de los dioses. Yo he oído esta canción.

    Pero solo soy un viejo. ¿Qué puedo saber yo?

    Mi nieto se me acerca a pedir permiso para jugar con sus amigos. Le pregunto: ¿Quieres que te cuente la historia del fin del mundo?

    Sé que ya me ha escuchado contar esta historia, y no la cree. Prefiere jugar con sus amigos.

    Tal vez si se la cuento un par de veces más, él llegará a creer.

    Solo puedo esperar; Pero ¿qué puedo saber yo?

    Le hablo de Hunab Kú, el dios de los dioses, el creador de los mayas. Le cuento que Hunab Kú reconstruyó el mundo tres veces después de tres diluvios, que brotaron de la boca de una serpiente en el cielo; algunos dicen que de la boca de Kukulkán, dios del sol, los océanos, la tierra y el cielo.

    Le cuento a mi nieto, que se aburre de mis historias, que Kukulkán construyó el primer y el segundo mundo. Hizo esto para que el tercer mundo estuviera listo para la Gente de la Tierra, los mayas.

    Le cuento de la insensatez de los mayas, de su arrogancia, de las costumbres decadentes, los sacrificios humanos y el presagio del hombre blanco. Le cuento del fin del tercer mundo, de la destrucción de nuestros ancestros.

    Mi nieto sonríe. Él cree que solo soy un viejo solitario que cuenta grandes historias.

    Conozco la verdad y conozco el futuro. Le digo que el cuarto mundo pertenece al hombre blanco; pero este mundo no va a durar mucho tiempo más.

    Los dioses antiguos decretaron esto.

    El cuarto mundo debe sufrir un diluvio para dar paso al Nuevo Mundo. Si los hombres blancos no aceptan los cambios, Kukulkán los destruirá.

    Por encima de todas las cosas, los dioses construirán el Nuevo Mundo.

    Los dioses regresarán de las estrellas, y necesitarán un mundo mejor en el que construir sus hogares.

    El tiempo está próximo. Será pronto.

    ¿Que tan pronto? Mi nieto pregunta pacientemente, siguiéndole la corriente a su viejo abuelo.

    Verás el fin del cuarto mundo en tu vida, le digo. Y verás la llegada del quinto mundo. No sé si yo lo veré. Me estoy haciendo demasiado viejo.

    No tan viejo, abuelo, me dice.

    Le sonrío, sabiendo que, en el fondo, es un buen chico; pero él mira por el rabillo del ojo a sus amigos y anhela jugar.

    Ahora ve con tus amigos, le digo. Pero recuerda lo que te he dicho.

    Sí, abuelo. Recordaré lo que has dicho.

    Sale corriendo, y yo sé que lo recordará. Pero ¿lo creerá?

    ¿O solo piensa que soy un viejo tonto?

    2

    PARA PUBLICACIÓN INMEDIATA

    Comunicado de prensa de la NASA

    Re: Misión Orcus

    Salvo por la Nube de Oort y cualquier asteroide errante o cometa que orbita alrededor del Sol, Plutón es el último cuerpo celeste en el perímetro más externo de la familia de planetas del Sistema Solar. Plutón es una señal que determina el límite de sistema planetario y el comienzo del espacio interestelar.

    Ahora, por primera vez, la NASA está enviando un equipo para explorar el cuerpo planetario más alejado de nuestro sistema. La tripulación de vuelo aún no ha sido anunciada, pero un portavoz indicó que estaban cerca de finalizar la lista restringida. Quien sea asignado a esta envidiable misión tendrá que soportar un viaje de seis meses a Plutón, seguido de otros seis meses en el viaje de regreso. Con siete meses adicionales en Plutón hasta que el planeta vuelva a la órbita óptima para el lanzamiento de regreso, la tripulación de la Misión Orcus estará lejos de casa durante casi dos años completos.

    Los científicos tienen muchas preguntas sobre Plutón, y esperan que esta misión les proporcione el conocimiento que han buscado durante más de un siglo.

    Un investigador de alto rango de la NASA indicó la posibilidad de que la información sobre el pequeño planeta pueda proporcionar conocimiento sobre los viajes interestelares.

    Incontables naves y sondas no tripuladas han ido a Plutón en misiones de exploración durante los últimos cincuenta años. Orcus representa la primera misión tripulada.

    ###

    Adenda Científica:

    Plutón orbita el sol a una velocidad de 17.064 km/h, lo que le toma 248 años para rodearlo. Es, con mucho, el más aberrante de los planetas, siguiendo una órbita elíptica excéntrica con una inclinación de 17.148 grados por encima y por debajo de la eclíptica.

    Las lecturas preliminares confirman que la composición del planeta está basada en metano y nitrógeno, con rastros de hidrógeno, helio, silicio y una serie de otros elementos.

    El sol mismo no es más que una estrella brillante en el cielo distante, aproximadamente cuatro veces el brillo aparente de Polaris, la Estrella del Norte, desde la Tierra. La iluminación durante un día en Plutón es menor que la de una luna llena durante una noche en la Tierra, y le da al cielo un tono violáceo oscuro; bastante exótico y misterioso.

    Las estrellas mismas son visibles a través de la delgada capa de atmósfera de metano nitroso durante el período de rotación de 6 días de Plutón, pero son más fáciles de ver por la noche, sin niebla helada que las oculte.

    Con 2.320 kilómetros de diámetro, Plutón tiene una gravedad de 0.04 de la presente en la Tierra.

    En 1905, el astrónomo Percival Lowell predijo la existencia de un noveno planeta, pero murió antes de ver a Plutón –y de hecho, las coordenadas que había predicho estaban equivocadas–. Aun así, en honor a Lowell, el planeta se nombra usando las letras de sus iniciales, P.L.: Plutón.

    El honor de ver a Plutón por primera vez recayó en Clyde Tombaugh en 1930. Tombaugh, estudiante de Lowell, fotografió tres imágenes de ese pequeño planeta desde el Observatorio Lowell. Sin embargo, el análisis de sus hallazgos no respaldaba las cifras de Lowell sobre la masa necesaria para afectar la órbita de Neptuno. Eso dejaba la posibilidad de que exista otro cuerpo celeste cerca de Plutón.

    No fue hasta 1979 cuando James Christy descubrió que Plutón tenía un gemelo más pequeño, Caronte…

    3

    Macklin’s Rock:

    Mina SMD¹ Número 568:

    Sistema Solar:

    Cinturón de Asteroides:

    El sonido del claxon de emergencia llenó los auriculares septafónicos² de su máscara.

    Hucs, la personalidad de la computadora, le habló en tonos breves mientras las imágenes pasaron por el campo de visión de Alex a través de sus sensores ópticos.

    En el fondo, la Nebulosa Ronge brillaba en tonos verde oscuro, en grandes remolinos contra un magnífico campo de estrellas. Pequeños pulsos de luz identificaron a los cazas de combate que llegaban pilotados por los piratas que infectaban este sector de la galaxia. Eran tres de ellos.

    El capitán Alex Manez maldijo a sus copilotos que se habían separado para perseguir la señal de una nave en peligro. Obviamente un rastro falso pensado para dividir sus fuerzas.

    Con su parche de enlace al pensamiento de primera generación asegurado a su sien, Alex no tenía necesidad de transmitir sus órdenes verbalmente. Sin embargo, era una segunda naturaleza el hacerlo.

    "Hucs, envía una llamada de emergencia a los copilotos Grande y Makato. ¡Diles que traigan sus traseros aquí, a toda velocidad!

    dijo la computadora en voz alta, mientras las palabras se desplazaban a lo largo de la parte inferior de la pantalla DMR.

    Dame un análisis de su sistema de defensa, y todas las posibles municiones, ordenó. Había tiempo para un reconocimiento computarizado; les tomaría tres minutos a los piratas para estar en rango de tiro.

    Cuando llegó el análisis, Alex lo reflexionó y tomó una decisión rápida.

    "Quiero escudos delanteros a su máxima capacidad, libre en la popa, cincuenta por ciento en los laterales. Carga dos mantas de larga distancia y prepara el cañón maser para corta distancia. ¡Confirmar!"

    El reloj señaló que los piratas estarían dentro del rango en un minuto con cuarenta y un segundos. Un indicador luminoso parpadeó en la pantalla DMR.

    Dame una proyección de cero menos treinta de su posición, dijo Alex a Hucs. Quiero evitar su ataque, ver cómo reaccionan. Apunta solo a los copilotos, deja al líder para el cañón maser.

    respondió la computadora.

    Un nanosegundo más tarde, las coordenadas aparecieron en la DMR. Alex sabía que la computadora nunca tuvo en cuenta la reacción humana al estar bajo fuego; los parámetros eran demasiado amplios. Por eso las naves tenían que tener pilotos humanos.

    Una vez que los sensores de los piratas detectaron que se acercaban dos mortales ojivas manta, se dividieron e intentaron separar a las mantas; la nave no apuntada trataría de desactivar las mantas con sus propias municiones. En el caso de los Piratas de Ronge, usaron repetidores láseres básicos; no es tan mortales como el cañón maser, pero sin duda más de reacción más rápida. Alex tenía algo reservado para ellos después de eso, una sorpresa en la que había estado planeando desde su último combate cerrado.

    Hucs, altera las coordenadas para manta 1 a 118.12.335; manta 2 a 136.53.799. Confirmar y lanzar.

    Antes de que las mantas estuvieran a medio camino de su destino, un ícono de mensaje apareció en la esquina superior de la pantalla del DMR, y Hucs agregó:

    Esperando que fueran sus copilotos reportándose e informando que se unirían a la pelea, Alex se sorprendió cuando la voz que sonó por los auriculares septafónicos era femenina; él la reconoció de inmediato.

    Alex, dijo su madre, Estamos listos para irnos. Ven a despedirte.

    Hucs: Pausar; Salvar, le dijo Alex al programa, y su juego se detuvo a mitad del ataque. Tendría que continuarlo después.

    Se quitó el enlace al pensamiento y los sensores ópticos, así como la máscara con auriculares septafónicos que su madre le hizo usar cuando sus padres estaban en la TAHU³. Salió de su cubículo personal en busca de su madre y su padre, y se dirigió al área comunitaria de la Unidad Habitacional Temporal del Asteroide.

    Su comportamiento y manera de caminar denotaban una gran falta de preocupación. Estaba tratando de no preocuparse de que una vez más lo dejarían solo durante horas sin, según su estimación, nada que hacer. Dio una sacudida casual de cabeza, moviendo su largo cabello hacia atrás.

    Sus padres le otorgaron ciertos privilegios en su último cumpleaños. Para probar las limitaciones de sus nuevas responsabilidades, le dieron la opción de cómo mantener su cabello. Él decidió dejarlo crecer y evitar un corte de pelo del valet servoquina⁴. Orgulloso del largo de su cabello, se esforzó mucho para perfeccionar el movimiento de su cabeza hacia un lado. La maniobra mantenía su flequillo fuera de sus ojos y provocaba un gesto de desaprobación en sus padres. Le gustaba recordarles que había sido su decisión boicotear el corte tradicional.

    Su madre sabía que su ecuanimidad era una fachada. Él sabía que su madre sabía. Seguía actuando como si no le importara que sus dos padres tuvieran que irse de nuevo por el día para ir al sitio. Internamente, él detestaba cuando lo dejaban solo en la pequeña TAHU con solo su enlace ascendente a la RedMundial como compañía.

    Habían estado en Macklin’s Rock por dos meses, y sus padres trabajaban al menos seis de cada siete días. Eso no dejaba mucho tiempo para Alex.

    Macklin’s Rock, uno de los satélites naturales más grandes del cinturón de asteroides del Sistema Solar, se parecía a un cilindro con extremos afilados, un huevo con extremos cónicos. Una sección transversal de su longitud cubriría una superficie mayor que el área metropolitana de Nueva York, pero Macklin’s Rock seguía siendo una roca grande y poco emocionante.

    De vuelta a casa, en Estación Canadá Tres, los alquileres de holovideos SF mostraron que el cinturón de asteroides del Sistema Solar era un anillo lleno de rocas y escombros que rodeaban el sol entre las órbitas de Marte y Júpiter. En los videos, el cinturón de asteroides solía albergar a refugiados de un gobierno global Terráqueo que fue por el mal camino, o para expatriados que tuvieron que esconderse de los cazadores militares que intentaban eliminar a los desertores; el peligro siempre presente de una colisión de asteroides mantenía elevado el drama en estas historias chapuceras.

    La verdad era un poco diferente. Desde Macklin’s Rock, mirando los puertos de la TAHU, Alex no podía ver ningún otro asteroide sin la ayuda de un telescopio. Si existiese algún peligro de colisión, los sensores de proximidad de Hucs alertarían a los habitantes de la TAHU con una hora de anticipación y luego dispararía un láser para desviarlo. Rara vez una partícula atravesaba las defensas de la computadora. Todo era bastante aburrido.

    El sol no era más que una diminuta canica brillante, que daba a los habitantes del cinturón tan poca luz como la de un neblinoso día en Londres, pero sin la atmósfera romántica de esa vieja ciudad.

    Los otros planetas del sistema no eran más que pequeñas motas a través de un telescopio. La Tierra, en su aproximación más cercana a Macklin’s Rock, estaba millones veces más lejos que la Luna de la Tierra. Toda esa soledad se sentía aun mayor para un niño de diez años sin amigos.

    Incluso Júpiter, más de once veces el diámetro de la Tierra, no era más que una pequeña y quieta estrella que podía verse a simple vista en Macklin’s Rock durante tres meses y medio cada dos años; el resto del tiempo, el resplandor omnipresente del sol lo ocultaba de telescopios normales.

    Hucs podría filtrar la imagen; mejorarla y aumentarla unas 200 veces para darle el tamaño aparente de Selene, vista desde la Tierra. Alex había visto suficientes reproducciones de todos los planetas del sistema a través de telescopios; no era muy diferente del cinturón.

    De pie en la superficie de Macklin’s Rock y mirando en todas las direcciones, uno podría tener la impresión de vivir en una isla desierta, oscura y desolada que flota por el Sistema Solar.

    Todo era bastante aburrido para Alex; demasiado mundano.

    No es que Alex careciera de tareas. Había lecciones por asimilar y un análisis de biosíntesis que tenía que hacer desde el día anterior, cuando se había escapado de las lecciones impartidas por Hucs, el Sistema Computarizado de la Unidad Doméstica⁵; en cambio, optó por jugar la última versión de Piratas de Nova que había descargado de la Thai Multimedia Society.

    Pero en general, Alex estaba aburrido.

    Envió mensajes audiovisuales EPS a sus amigos en la Estación Canadá Tres, uno de las docenas de los múltiples hábitats orbitales por varias corporaciones nacionales, posicionadas en el punto L4 de la Tierra-Luna.

    Las comunicaciones EPS se realizaban más por deber y obligación que por deseo; las noticias de casa solo lo hacían extrañarla aún más. El retraso de siete minutos entre las transmisiones daba lugar a un diálogo extenso pero superficial, incluso en las páginas de chat.

    Alex observó a su madre preparándose para su excursión.

    Mamá, ¿no puedes quedarte en casa hoy? le preguntó.

    La madre de Alex dejó de ponerse su bio-eco traje protector y le sonrió amablemente a su hijo.

    Lo siento, Alex, pero tenemos que verificar las nuevas lecturas. Hucs informó una anomalía en la lectura del porcentaje elemental del Nelson II en el sitio 14. Si es lo que estamos buscando, podríamos salir de este asteroide en la semana y dejarlo en manos de los mineros de Canada Corp. ¿No te gustaría ir a casa a EC3 y volver a jugar con tus amigos?

    Seh, dijo Alex de mala gana. Pero eso es demasiado largo. Hucs es aburrido. Todo lo que quiere hacer es enseñarme algoritmos de Fulman y cartografía astral. Quiero interactuar con una cara real, ¿sabes?

    Lo sé, Alex, dijo su padre al entrar en el área comunitaria desde la esclusa de aire, después de haber revisado nuevamente los medidores de presión y los condensadores atmosféricos.

    Gabriel Manez era más bajo que su esposa, su piel permanentemente bronceada contrastaba con la carne blanca y pálida de su cónyuge; al igual que su cabello azabache, mientras que el de Margaret era rubio. Alex había heredado la apariencia maya de su padre.

    La suya era la voz de la autoridad.

    "Solo recuerda que aceptaste que sería mejor venir con nosotros en esta excavación. Tuviste la opción de quedarte en EC3; la compañía te habría asignado un Andy para acompañarte".

    Si. Creo que la próxima vez me quedaré en casa, si les parece bien; aquí arriba es aburrido.

    Los Manez realizaban al menos un sondeo cada año. Los años anteriores, Alex se había quedado en la estación, pero este año no había querido separarse de sus padres. Considerando su situación actual, lamentó su decisión.

    Su padre sonrió. Bueno, puedes hacer una llamada a algunos de tus amigos después de tus lecciones. Creo que podemos pagar los costos por una charla en tiempo real. Y podríamos estar en casa antes de lo que piensas.

    Gabriel se volvió hacia su esposa. Especialmente si esas lecturas son precisas, Mags. Este podría ser el hallazgo que hemos estado buscando. El bono que ofrece la Corporación por nuevos descubrimientos será suficiente para que nos retiremos; podemos comprar un porcentaje en la Estación Isla Flotante como soñamos.

    Ella lo golpeó juguetonamente, ignorando su entusiasmo. "Sabes que odio que me llamen Mags, regañó a su marido con una irritación fingida en su rostro mientras iniciaba el sellado al vacío en el torso de su traje. ¡Gabe!" dijo ella, haciendo deliberadamente una mueca.

    Él le devolvió una mirada sucia. "Está bien. Margaret".

    "Gracias, Gabriel".

    "Prefiero amor de mi vida".

    Y yo prefiero… Margaret se inclinó antes de que su esposo se pusiera su casco replicador de atmosfera artificial y le dio un sonoro beso en los labios.

    ¡Asco! declaró Alex y se acercó a la holo-pantalla DMR⁶ en la pared prefabricada frente a la gaveta del escritorio, y colocó el parche de enlace al pensamiento sobre su sien.

    Usando a Hucs para el motor EPS, ya que no tenía un generador de bus como el de su apartamento en la Estación Canadá Tres, inició sesión en el sistema operativo global de la RedMundial y esperó los siete minutos para que se manifestara su configuración personal y su ciberespacio modificado se cargara.

    ¡Como se tarda esta cosa! dijo, incluso cuando una vez más se felicitó por su ingenio en el diseño.

    Su ciberespacio personal estaba basado en una de sus novelas favoritas, La Odisea de Homero. Lo llamó Odysscape⁷.

    Al igual que Odiseo, tuvo que navegar su nave a diferentes tierras para acceder a los diversos programas, utilidades y juegos en su ciberespacio. Cambiaría el ciberespacio cada vez que leyera una novela que le gustara, basando el escritorio de su ordenador en su obra favorita más reciente. Los diseños previos incluían mundos de Lewis Carroll, C.S. Lewis, J.R.R. Tolkien y Robert E. Howard.

    Me toma una eternidad solo iniciar el Sistema, se quejó, aunque no tenía otra opción más que usar el drive virtual de la RedMundial. La red LAN de Hucs no proporcionaba ni una cuarta parte de la memoria necesaria para que Alex ejecute su Odysscape. Los drives se destinaban a los aspectos técnicos del trabajo de sus padres y a los bio sistemas de la TAHU.

    En la ventana de Odysscape, la figura alta de Odiseo estaba de pie en la orilla de la isla de la ninfa Calipso, haciendo una balsa para navegar a su hogar en Ítaca. La ventana mostraba a Hermes, el mensajero de los dioses, flotando en el cielo en una esquina después de entregar su mensaje a Calipso, diciéndole que debería dejar ir a Odiseo. Eso indicaba el inicio de su escritorio.

    El personaje en CGI unía lenta y laboriosamente los troncos de su balsa, y Alex carraspeó con impaciencia. El Generador P de Hucs simplemente no tenía el poder suficiente.

    No lo olviden, la señal electrónica de pulso tarda un poco en llegar a la Tierra y volver. No hemos logrado ser más rápido que la luz… todavía, bromeó Gabriel, y se puso el casco.

    La madre de Alex se puso su propio casco, y cada uno revisó el traje del otro en busca de roturas, pasando un detector de pérdida de vacío sobre las costuras y el género de sus trajes. La computadora del ecosistema cerrado indicó que sus trajes no tenían fugas y estaban listos para la superficie.

    La voz de su madre llegó por los altavoces septafónicos de la TAHU, perdiendo poco de su tono en la traducción digital.

    Te veremos en diez horas, Alex. Sé bueno y haz tu tarea. Hucs nos informará si no lo haces.

    La advertencia llegó después del sermón de la noche anterior, y Alex bajó la barbilla sobre su pecho, luciendo avergonzado.

    ¡Ya sé, ya sé! respondió. En el momento en que regresaron del trabajo y pidieron un informe sobre las actividades de Alex, Hucs les informó que había pasado seis horas jugando a Piratas de Nova en lugar de concentrarse en sus estudios. Hucs fue letalmente preciso cuando hablo de su recital.

    Hucs es un chismoso, declaró hoscamente.

    No, corrigió la madre de Alex. Un chismoso es alguien que delata a alguien solo para meterlo en problemas. Hucs nos informa por tu propio bien, Alex. Esa es su programación.

    Ya sé, ya sé Pero el timbre de su voz sugirió que, en cualquier caso, toda la idea le parecía injusta.

    Te veremos pronto, Alex. Pórtate bien.

    Lo haré.

    Los padres de Alex cruzaron la esclusa de aire. Con un clic profundo y sonoro, la puerta se cerró herméticamente. La luz de notificación de vacío brillaba en el panel de control a la derecha de la puerta a la altura de los ojos cuando sonó una campanilla para indicar que la ecualización de presión estaba comenzando.

    Hubo un zumbido bajo mientras las bombas succionaron el aire de la esclusa, y los replicadores de gravedad magnéticos lentamente disminuyeron su influjo, igualando la escasa fuerza G en la superficie del asteroide.

    Sus padres realizaron algunos ejercicios ligeros para acostumbrar sus músculos a la gravedad cercana a cero y sus propios pesos corporales, ahora relativamente, de menos de un gramo.

    Erigido debajo de la superficie del asteroide, la TAHU proporcionaba una protección ideal para un equipo de investigación. El equipo de Ingeniería y Construcción había usado cargas de pulso para crear una cavidad artificial a diez metros de la superficie, formando una caja rectangular de quince metros de ancho y cuatro de alto. Los I.A.⁸ mecabots construyeron la propia TAHU.

    Con dos cubículos personales, un área comunal, un baño, un cubículo comedor, un laboratorio computarizado y una esclusa de aire, era el tamaño perfecto para un equipo de investigación de dos personas. Si los investigadores eran una pareja, una tercera persona, tal como un hijo, podía unirse a la misión y no ejercer una presión real en los recursos de la TAHU.

    Había suficiente comida para seis meses, y los convertidores de partículas de viento solar mantenían las baterías completamente cargadas.

    Construyeron un magneto de convección por gravedad en el piso de la TAHU, magnificando el campo magnético natural del asteroide dentro de la construcción por un factor de 85.91, suficiente para simular una gravedad cercana a la Tierra. Los requerimientos de energía eran enormes, pero el Sol, a cuatrocientos gigámetros de distancia, proporcionaba una fuente ilimitada de energía.

    Construido en la superficie del asteroide, la bahía VTT contenía al mismísimo Vehículo Todo Terreno, como así también un pequeño flotador para dos personas en caso de emergencia. El flotador tenía suficiente poder para escapar de la gravedad de cualquier objeto celeste más pequeño que Selene, tras lo cual emitiría una señal de alerta.

    Cada cubículo personal dentro de la TAHU contenía un receptáculo de seguridad, que se convertía en un flotador para una persona. Seguridad primero.

    Alex se volvió hacia el DMR.

    Hucs, dijo en voz alta, a pesar de que la computadora seguiría cada comando que él pensara. Abre una ventana VR para la cámara VTT.

    Por el momento, ignoró su Odysscape, prefiriendo usar el motor de CPU de Hucs, mucho más veloz para la tarea local. Apagó su enlace con la RedMundial. Después de todo, se suponía que debía estar trabajando en su biosíntesis. Hucs tenía suficientes planes de lecciones cargados en su Vdrive para durar otro mes.

    No era necesaria una conexión con la RedMundial, pero Alex se sintió mejor al saber que el contacto con la Estación Canadá Tres o la Tierra estaba a solo siete minutos.

    Hucs habló:

    Alex recogió los ópticos pero esperó antes de presionarla sobre las cavidades de sus ojos.

    La cámara de interfaz en el tablero del VTT se encendió. Haría un registro visual y de audio del progreso de sus padres en cada uno de los sitios de Nelson II, grabando sus informes, teorías, fracasos y hallazgos, y automáticamente los enviaría en EPS a los ordenadores centrales de Canada Corp. en Ottawa, la Tierra.

    La ventana DMR frente a Alex mostró una imagen en 2D del actual campo de visión de la cámara. Alex se puso el casco ocular del parche de enlace al pensamiento. Presionó las tapas en forma de copa contra sus ojos mientras se ajustaban a los contornos de su rostro.

    De repente, vio todo en la bahía del VTT desde el tablero, como si estuviera allí, sentado en el vecindario.

    Al acercarse al VTT, sus padres se movían por un sistema de cables conectados al VTT y la bahía. Con la gravedad mínima del asteroide, un salto fuerte podría enviar a una persona a volar por el espacio.

    El propio VTT utilizaba una versión de los magnetos gravitacionales, combinada con un magneto de polaridad invertida para repeler la superficie del asteroide y que pudiera flotar dos metros sobre el suelo.

    Sus padres se amarraron a sus asientos dentro del vehículo y dispararon las celdas eléctricas antes de que su madre viera la luz verde de la cámara que indicaba la transmisión y registro de imágenes.

    Hola, Alex, dijo, sonriendo a través de la placa frontal transparente del casco, adivinando correctamente que había sido él quien había enlazado su VR a la cámara. La clara voz llegó por los altavoces septafónicos de TAHU.

    Hola mamá.

    ¿Qué pasa, hijo? Gabriel preguntó después de un momento, abrochando las correas restrictivas de su asiento.

    No sé. Solo quería hacerles saber que los extraño.

    Nosotros también te extrañamos. Te amamos, Alex.

    Yo también los amo. Todavía no era demasiado viejo para decir eso; al menos, no en privado. Si estuviesen en la Estación Canadá Tres, podría sentirse incómodo al decirles a sus padres que los amaba frente a sus amigos.

    Muy bien, entonces completa tus lecciones, pasa esa prueba de biosíntesis… y cuando regresemos, tal vez puedas mostrarme exactamente cómo funciona ese juego de Piratas de Nova le dijo su padre, su sonrisa abarcó el ancho de la placa frontal del casco.

    ¡Qué bien! exclamó Alex, súbitamente emocionado. ¡Te veo después, papá!

    Desconectó el enlace VR con un pensamiento, y dirigió su atención a la revisión del material de biosíntesis que Hucs había presentado en una ventana DMR secundaria con bordes parpadeando en un rojo urgente.

    Hucs fue tan complaciente como siempre.

    La computadora continuó con una voz infantil con la revisión, pero cuando Alex trató de concentrarse, su atención pronto se desvió hacia el juego interrumpido de ‘Piratas de Nova’, y apenas una hora tras de la partida de sus padres, minimizó la ventana de la lección a pesar de las advertencias de Hucs.

    Maximizó la ventana del juego en VR.

    Segundos después, estaba disparándoles a los piratas de la Nebulosa Ronge.


    ¹ SMD es la sigla en inglés para Space Mining Division (División de Mineria Espacial). (N. del T.)

    ² Del original en inglés ‘septaphonic’. Término ficticio que plantea la existencia de mecanismos de captura y transmisión sonora por siete canales independientes en lugar de uno (monofónico o monoaural), o dos (estereofónico). (N. del T.)

    ³ TAHU es la sigla en inglés para Temporary Asteroidal Habitation Unit (Unidad Habitacional Temporal del Asteroide). (N. del T.)

    ⁴ Interpretación del término en inglés original ‘servochine’, una simplificación de ‘servo machine’ (servo maquina). (N. del T.)

    ⁵ Del original en inglés Home-Unit Computer System. (N. del T.)

    ⁶ En la versión original en inglés se presenta el termino Digital Mock-Reality (Falsa Realidad Digital) pero en el resto del texto se utiliza la sigla. (N. del T.)

    ⁷ Combinación intraducible de los términos en inglés ‘odyssey’ (odisea) y ‘cyberscape’ (ciberespacio). (N. del T.)

    ⁸ I.A.: Inteligencia Artificial. (N. del T.)

    4

    Reporte Geológico:

    Macklin’s Rock:

    Completado por Gabriel Manez:

    Segmento del Cinturón: 14568

    Número de Mina SMD: 928-3

    Nombre: Macklin’s Rock

    Edad: 237.89 millones de años (Estándares de la Tierra)

    Tipo: Metálico / Condrita carbonácea (Tipo C)

    Distancia desde el Sol: 425.92 gigámetros (media)

    Enfoque más cercano a la Tierra: 276.33 gigámetros

    Dimensiones: 148.11 km. de diámetro más largo / 35.08 km. de diámetro más ancho.

    Temperatura de superficie: -103.5 ° C promedio

    Masa (estimada): 10,020.5 teratones

    Gravedad de la superficie: 0.0000002373 G

    Presión atmosférica: Ninguna

    Velocidad de escape: 0.009568 km por hora

    Contenido mineral: aluminio, calcio, carbono, cobalto, cobre, helio, hierro, magnesio, níquel, silicio, sodio, azufre, titanio

    Valor potencial: $14 billones (dólar canadiense) durante 50 años.

    5

    Sitio de exploración USA, Inc.:

    Misión Orcus 1:

    Plutón:

    Oscuro, frío, silencioso, inhóspito.

    Maravilloso.

    La capitana Justine Turner estaba al borde del Sistema Solar. Al estar al mando del Orcus 1, un honor histórico recaía sobre ella.

    Fue una más en una serie de primeras veces para ella: la mujer astronauta más joven en la historia de la NASA; la persona más joven en obtener la capitanía de una nave espacial; la primera humana en pisar la superficie helada de Plutón.

    Ella trató de pensar en algo notable que decir en beneficio de aquellos en la Tierra que seguían su progreso. Superada por la marea de emociones, Justine no podía pensar correctamente. El viciado aire reciclado de su traje no la ayudó a despejar su mente.

    Plutón, dijo finalmente en su micrófono.

    Girando la cabeza para mirar al Sol, un pequeño pinchazo brillante en el horizonte bajo, se imaginó que estaba hablando en beneficio de la posteridad.

    Ha sido un viaje de doscientos años para llegar aquí, desde que la existencia del planeta oscuro se teorizó por primera vez. Ahora, ese sueño es una realidad. Esta ocasión es un hito en la historia de la humanidad. Desde aquí, todo lo que resta es conquistar las estrellas.

    Tomó aliento antes de continuar su discurso, pero una voz digitalizada llenó su casco.

    ¡Capitana! la llamo Helen Buchanan por el comunicador. Enviada por el Departamento de Exploración Espacial de Canadá, Helen había más que demostrado su competencia administrativa en su posición como segunda al mando. Aun así, tenía tendencia a lo dramático.

    Irritada por la interrupción, Justine gruñó, ¿Qué pasa, Helen?

    El equipo científico reporta que todos los análisis de espectro son normales. Ekwan nuevamente solicita permiso para ir a la superficie. La Primer Oficial bajó la voz para que coincida con el tono de la capitana. Justine, sabes que si no se sale con la suya pronto, nos hará caer por el borde del planeta.

    Siempre había una manzana podrida en cada cajón. Desafortunadamente, la NASA no tenía voz sobre quiénes incluyeron los japoneses en la misión. Tenían que aceptar a Ekwan junto con los quince billones en dinero de investigación que la Administración Espacial Japonesa había invertido.

    Sin embargo, seis meses en el espacio con ese imbécil exagerado y testarudo, era suficiente para poner a prueba la paciencia de un santo.

    Debería denegar su pedido, solo para molestarlo. Eso sería mezquino, y un flagrante abuso de su autoridad. Además, no era la actitud adecuada, sin importar de qué miembro del equipo de ciencias civiles se trate.

    Mirando a su alrededor, apenas podía ver veinte metros más allá de las luces de aterrizaje del Orcus 1. Dispuesta a ignorar las mezquinas políticas de los países industrializados de la Tierra, ella había aceptado esta misión –extasiada y llena de pasión– por la oportunidad de tocar el corazón de Plutón…

    ¡Ahora yo estoy aquí! Ella se deleitaba en esa realidad.

    La superficie de Plutón era estéril e implacable. El logro de alcanzarlo motivaría a la Tierra a invertir más recursos en la exploración espacial. El manto de esa responsabilidad descansaba directamente sobre sus pequeños hombros, y no se atrevía a dejar que sucediera nada malo en esta misión. Ella sabía que debía hacer que los otros miembros de la tripulación de ocho personas esperaran una hora después de su exposición a la superficie del planeta, en caso de que hubiese microbios comiendo su traje, o alguna otra posibilidad fantástica pensada por los científicos de la NASA. Pero si dejar ir a Ekwan cerraría la boca del sismólogo por solo cinco minutos…

    Permiso concedido, Helen. Pero asegúrese de que siga las regulaciones. Estoy regresando. He visto todo lo que necesito ver por ahora. Tengo suficientes fotos para mantener ocupado por un año al departamento de publicidad de la NASA.

    Muy bien, capitana.

    Pudo escuchar el alivio en la voz de la Primer Oficial.

    Justine subió por la escalera de cerámica del módulo de aterrizaje y entró en el vientre del Orcus 1. Le tomó un minuto pasar por la esclusa de aire.

    En el interior, se enfrentó a una multitud desorganizada. En una orquesta de confusión, cuatro miembros de la tripulación dieron vueltas alrededor de su involuntaria directora, todos gritando en una cacofonía de enojo.

    Ekwan! Reduzca la velocidad, ordenó Justine, llamando su atención. Estaremos aquí por siete meses. Tendrá todo el tiempo que necesite en superficie. Ella lo miró directo a sus ojos enojados. Tanta ansiedad en un hombre tan pequeño.

    ¡Son estos estúpidos cinturones, capitana! Hay demasiados y estorban. Y ella… Ekwan sacudió la cabeza hacia la Primer Oficial Helen Buchanan. … no me dejará ir hasta que me tenga atado como un prisionero.

    Ekwan. Solo hazlo. ¿Prefieres perder el tiempo discutiendo, o ponerte el traje correctamente y salir a la superficie mucho antes?

    Claramente insatisfecho, el sismólogo permitió que Helen terminara de abrocharle el traje. Con una exageración cómica, pisoteó la esclusa de aire.

    ¡Y espera por el resto de nosotros! le gritó Helen a través del intercomunicador. Estaremos listos en unos minutos.

    La respuesta de Ekwan fue ininteligible, pero la frustración en su rostro era inconfundible.

    En cierto modo, Justine podía entenderlo. Incluso en el Japón moderno, la necesidad de sobresalir y superar a todos los demás impulsó su orden económico y social. En un país pequeño con una densidad de población tan alta, no es de extrañar que la gente fuera impaciente y de mal genio en su carrera para liderar la manada.

    Los otros en el vestuario lentamente se metieron en sus trajes.

    Justine le dirigió un gesto con la cabeza a Johan Belcher, el geólogo de la Agencia Espacial Europea. El apuesto austriaco estaba allí para realizar pruebas exhaustivas sobre la composición de la superficie helada de Plutón, incluidas las profundidades, las densidades y los porcentajes.

    Si no fuera por su capitanía, Justine habría alentado sus avances lisonjeros. Sin embargo, debía mantener distancia; hacer lo contrario socavaría su autoridad. Era imperativo que ella mantuviera su mando y autoridad durante los veinte meses de la misión.

    Johan devolvió el gesto con una sonrisa calculada mientras ayudaba a Dale Powers, el astronavegante de la NASA, a ponerse el traje.

    Otros dos miembros de la NASA se apresuraron a prepararse. Henrietta Maria y George Eastmain. Justine sospechaba que los dos se habían convertido en amantes a lo largo del viaje. Se reían como niños de escuela cuando creían que nadie los miraba, y se susurraban cosas al oído frecuentemente.

    ¿Dónde está Sakami? le preguntó al grupo. El único representante de la República Popular China, Sakami Chin, era claramente un ermitaño. Se negaba a cenar con los demás y no hacía ningún esfuerzo por mantener una conversación informal. Hosco y grosero, Sakami no tuvo reparos en ocultar su aversión por los viajes espaciales.

    Justine volvió la cabeza al oír el sonido de unas botas golpeando la placa de metal que separaba los vestuarios del resto de la nave.

    Sakami se abrió paso entre la multitud hacia su traje, y no prestó atención a los gritos de indignación de los demás.

    Justine miró a su Primer Oficial. Me dirijo al puente, si tienes todo bajo control aquí.

    Claro que sí, capitana. Tome una siesta. Le avisaré si Ekwan se cae por un cráter, bromeó.

    Asegúrate de eso. Solo avísame si se mata.

    Forzó una sonrisa y se abrió paso a través de la nave espacial.

    Con el Orcus 1 vacío, Justine se desvió hacia la cocina y se sirvió un tubo¹ de té helado. Se felicitó a sí misma por lograr el objetivo más importante de su vida.

    Las historias del Planeta X habían llenado la joven mente de Justine, alimentaron su imaginación y, desde su adolescencia, estudió todos los libros que podía descargar sobre el tema.

    Lo convirtió en su pasión de toda la vida, leyendo todo lo que pudo encontrar sobre el planeta, recorriendo dos siglos de historia. Con cada sonda que pasó por el mundo oscuro, se aseguró de descargar todos los datos relevantes.

    Después de graduarse con honores del Departamento de Astronomía del Estado de su Arizona natal, el Observatorio Lowell quedó fascinado con ella y la patrocinó para el programa de entrenamiento en la NASA. Justine había trabajado duro durante su corta carrera. Se abrió camino a través de las filas solo por la oportunidad de cumplir su sueño. Su objetivo final: la misión Orcus 1. Era suyo, aunque le había costado un matrimonio a lo largo del camino.

    Brian, su ex marido, había decidido que no quería estar a la sombra de la carrera de Justine. El único arrepentimiento de ella fue que nunca hizo tiempo para tener un hijo. La sensación de pérdida y arrepentimiento por su decisión de poner la carrera por delante de la familia podría haberla llevado a una profunda depresión, si la Misión de Orcus no se hubiera convertido en una gran posibilidad.

    El deber llamó. Alguien del personal se precisaba en el puente. Con el tubo en la mano, se abrió paso a través de la nave.

    Llegó a su silla de mando justo cuando sonó un claxon.

    Revisar los monitores no tenía sentido, Justine alzó su voz para que la computadora reconociera su orden. Com: encendido. La computadora de la nave emitió un pitido y Justine dijo: Aquí Turner. ¿Qué pasa?

    La voz de la respuesta llegó llena de un chillido agudo de estática.

    "¡Capitana! ¡Tenemos algo extraño aquí afuera, ya sabe! ¡Algo que en serio tiene que ver!" No había forma de confundir el acento canadiense de Helen cuando estaba emocionada, y la mujer tendía a sobreexcitarse incluso por pequeñeces. Justine suspiro.

    Si llega a ser un trozo de hielo cruzado por rayas rosadas y púrpuras, no va a impresionarme.

    ¿Quiere impresionarse? Preguntó la voz digitalizada de Helen. Bueno, le garantizo que no se decepcionará. ¡Salga y compruébalo usted misma!

    ¿Pero qué…?

    La computadora emitió un pitido, indicando que Helen había cortado las comunicaciones.

    A regañadientes, Justine se levantó de la silla y se dirigió a los vestuarios para colocarse el traje y salir.

    Se quejó durante todo el proceso. Canadienses locos. Siempre con esa manía de sembrar suspenso. Probablemente le encanta el clima aquí arriba, mientras que a mí se me congelan los bajos.

    A Justine, que pesaba 59.8 kilos en la Tierra, le resultaba difícil maniobrar con su peso plutoniano de 2.4 kilos una vez que estuvo fuera del simulador de gravedad artificial del Orcus 1. Pesaba casi tanto como una gran bolsa de sal. Un salto fuerte podía enviarla a docenas de metros en cualquier dirección. Ese tipo de actividad se advirtió a sí misma, era insegura e iba en contra de las regulaciones.

    Con su superficie como una resbaladiza capa de hielo de metano y dunas de escarcha, cualquier traspié en Plutón podría hacerla deslizarse a cientos de metros de distancia. Habría poco tiempo para usar los ganchos para hielo incorporados en las mangas de su traje para desacelerarla. Sus botas estaban equipadas con ventosas de vacío para mantenerlos estables en el hielo. Aun así, una caída en uno de los cráteres de kilómetros de profundidad que cubrían la superficie podría significar una gélida muerte.

    El departamento de publicidad de la NASA quería muchos comentarios sobre el viaje, y Justine decidió hacerlos cuanto antes. Habló por su micrófono y señaló una pequeña mini cámara hacia el objeto más grande en el cielo de Plutón.

    La luna, Caronte, cuya superficie está basada más en el agua, sin rastros de metano, es una esfera azul oscuro que llena el cielo.

    Moviéndose para salir del resplandor de las luces de aterrizaje del Orcus 1, se escabulló por una extensión de hielo y se detuvo. Con un profundo suspiro de alivio, volvió a mirar hacia arriba.

    Aunque tiene 1.270 kilómetros de diámetro, un tercio del diámetro de Selene, Caronte se ve cinco veces más grande que Selene desde la Tierra debido a su proximidad a Plutón, a 12.640 km de distancia.

    Justine se subió a un VTT y lo configuró para seguir la señal de Helen.

    Balbuceó mientras el vehículo rodaba sobre el glaciar que constituía la mayor parte de la superficie del planeta.

    "La misión principal del Orcus 1 es examinar las posibilidades de formas de vida basadas en metano existentes en Plutón. El nitrógeno es una necesidad de la vida ya que forma parte, por volumen, del 78 por ciento del aire de la Tierra. Constituye una parte vital de las moléculas de las proteínas. Al igual que con los microbios de Marte, hace ya un siglo, la NASA espera encontrar alguna evidencia de vida en Plutón".

    La señal indicaba que estaba a menos de un kilómetro del grupo.

    Se esforzó por pensar en algo que decir que pudiera interesarle a una audiencia de la Tierra.

    "Plutón lleva el nombre del dios romano de los muertos y del inframundo. Para continuar la alusión a la mitología griega, nombraron al satélite más pequeño de Plutón ‘Caronte’ como el viejo barquero que transporta almas a través del río Estigia. Siguiendo esta tradición, la NASA decidió nombrar a la primera misión tripulada a Plutón Orcus 1 como el…"

    Mientras Justine se acercaba, cerró la boca con un sonoro golpe de dientes que hizo eco dentro de su casco. Debajo de ella, el equipo científico y Helen se reunieron como acólitos alrededor de una estatua divina.

    Los ojos de Justine contemplaron una vista más allá de lo que ella había imaginado posible.

    En un lugar donde ningún humano había pisado nunca, contra la fría oscuridad del horizonte de Plutón, había un monumento del tamaño de un hangar de aviones. La mayor parte de la estructura se parecía al núcleo de un átomo complejo.

    Orbitando ese núcleo, una serie de objetos esféricos formaron lo que parecía una nube de electrones, flotando en el espacio alrededor del monumento sin ataduras ni soportes visibles.

    Un extraño escalofrío recorrió la espalda de Justine.

    La humanidad no estaba sola en el universo…


    ¹ Se refiere a los tubos flexibles, similares en diseño a los de pasta dentífrica, que fueron usados para conservar alimentos procesados y bebidas durante las primeras misiones espaciales tripuladas. (N. del T.)

    6

    Salón Benéfico St. Lawrence:

    Ottawa:

    Canada Corp.:

    Michael Sanderson, vicepresidente de la División de Minería Espacial de Canada Corp. mostró su mejor sonrisa para Stall Henderson, el alcalde de Ottawa, e Ian Pocatello, el ministro nacional de Finanzas.

    Compartiendo bromas tontas sobre las copas de champán en el Salón Benéfico St. Lawrence, Michael sufría por dentro ante la necesidad de tan frívola mascarada.

    Michael ya no recordaba de cuántas de estas ceremonias había tenido que asistir en los últimos treinta y dos años de su carrera, tanto dentro como fuera del gobierno corporativo. Desde su nombramiento como vicepresidente de la SMD cinco años antes, su asistencia a estas ceremonias se había triplicado. Lo agotaban.

    Su sonrisa, sin embargo, nunca desaparecía.

    No suelo beber, pero después de probar este excelente champán, estoy considerando cambiar de parecer. Tomó un sorbo para enfatizar su opinión.

    Mi esposa pasa cientos de horas buscando y probando nuevas etiquetas, y las compra por caja cuando encuentra una que le gusta. Le diré que te envíe a ti y a Melanie una botella para Navidad, ofreció Stall Henderson.

    Maravilloso. La esperaré con ansias.

    El alcalde Stall Henderson era un hombre abierto y jovial, muy adecuado para un cargo público. De baja estatura, su calvicie iba en aumento, al igual que el ancho de su cintura; una señal de los buenos tiempos que había traído a la ciudad. Amigo de todos, tenía una mente rápida, pero sufría de un sentido del humor irónico, que algunas personas consideraban condescendiente.

    A Michael realmente le agradaba su personalidad, su integridad y perspicacia política. Era el político de un político.

    Entonces, ¿cómo va el negocio de los asteroides? Dijo Stall. Mantuvo sus ojos lejos del Ministro de Finanzas.

    Stall Henderson tenía más de sesenta años y había sido alcalde de la capital del país durante veinte años.

    En el siglo pasado, Ottawa había pasado de ser simplemente la capital legislativa de Canadá a una importante ciudad internacional que atraía a inversores e investigadores de todo el mundo. Canada Corp. se había resistido a la tendencia corporativa mundial de diversificación y había ubicado todas sus sedes divisionales en Ottawa y sus alrededores; un gran golpe de buena suerte para la reputación política de Stall.

    Michael sonrió y dejó su copa vacía en una bandeja llevada por una servoquina, intercambiándola por una llena.

    Oh, lo estamos haciendo tan bien como se puede esperar, dijo Michael. Tenemos algunas perspectivas más en desarrollo, como sin duda leyeron en el comunicado de prensa de ayer. Si las encuestas preliminares son correctas, puedo ver un día en el futuro cuando los recursos naturales de la Tierra ya no serán extirpados. Toda la minería para el mundo se realizará fuera del planeta. Es muy emocionante.

    Fascinante, me apresuraría a agregar, dijo el alcalde. Todo lo que tenga que ver con el espacio exterior ha despertado mi interés. Tengo un hijo en postgrado que estudia las anomalías geotérmicas de Marte.

    Sted Henderson. Michael hizo memoria y quedó satisfecho de recordarlo. Sí, leí su tesis sobre el tema; publicado en el último número de Sol Weekly, creo. Desde que encontraron esos microbios el siglo pasado, los expertos han estado discutiendo sobre la pasada existencia de la vida en Marte. La tesis de Sted señala que la evidencia podría sugerir, en cambio, que la vida existirá algún día del futuro en Marte, que el planeta se está preparando para algún tipo de brote evolutivo. Una bendición para el movimiento naturalista. Se habló de órbitas degradantes o algo por el estilo. Aumento de las temperaturas y cosas así.

    ¡Si! Estará encantado de saber que te has interesado.

    Ian intervino. También compré ese número, aunque lo hice más para la historia de portada sobre la misión de Orcus a Plutón.

    Ian Pocatello era el centro de atención de la noche, pero aún un desconocido para Michael. Más joven que Stall y Michael por al menos unos veinte años, Ian había ganado un lugar en la Cámara de Ministros en la última ronda de elecciones de representantes con una rotunda mayoría; había sido su primera vez haciendo campaña, lo que sirvió para demostrar que era un peligroso oponente político.

    Al investigar los antecedentes de Ian, Michael supo que el hombre había pasado la primera parte de su vida como un exitoso asesor financiero. Tras su elección a la legislatura, Ian había sido nombrado miembro del gabinete como ‘Ministro de Finanzas’ por el CEO¹ de Canadá, Pierre Dolbeau.

    Los dos primeros presupuestos bajo la administración de Pocatello habían traído recortes a todos los departamentos del gobierno corporativo de Canadá. Advertencia de una tendencia de colapso económico global, siendo Japan Ltd., Australia Company, India Ltd. y Corporación España los primeros países en declarar bancarrota y ser adquiridos por potencias económicas vecinas; Ian había advertido sobre un día en que Canada Corp. sería víctima de una adquisición hostil por parte de USA, Inc., mucho más poderosa fiscalmente.

    Tres años después de su plan quinquenal, cambió la perspectiva financiera de Canada Corp., y aunque el presupuesto todavía era apretado, la deuda de Canada Corp. había caído un ochenta por ciento y las previsiones indicaban la posibilidad de un superávit en los próximos seis cuartos.

    Sin embargo, el enfoque directo y silencioso de Ian Pocatello para las funciones era desalentador, e hizo falta de un gran esfuerzo por parte de Michael para mantener la conversación, tratando de encontrar una debilidad en las defensas del Ministro.

    No sabía que eras un entusiasta del espacio.

    Ian sacudió la cabeza. No lo soy. Sin embargo, el progreso en la industria espacial merece ser observado. Si es rentable, estoy interesado.

    Alrededor de los tres hombres, dignatarios y funcionarios en todos los niveles del gobierno, nacional, provincial y municipal, así como cabilderos de diferentes corporaciones privadas y grupos minoritarios, se arremolinaban en una danza cacofónica de maniobras políticas. Detrás de esas sonrisas y gestos corteses había planes salvajes y ambiciosas intenciones ocultas.

    Aparentemente, todos estaban allí en la cena para ayudar a recaudar fondos para Child Find Canada, y fue más que un éxito con diez mil dólares por plato y un lleno total, pero eso fue una excusa ya que los participantes habían venido al Salón para presionar a otros políticos a que apoyen cualquier objetivo individual que quisieran alcanzar.

    Las ambiciones de Michael eran sencillas, pero tenía que jugar su mano con cautela o los demás descartarían sus motivos como una cortina de humo para algún objetivo privado. Si no se presentara como una barracuda política, perdería prestigio y reputación. El esfuerzo minero sufriría y, en última instancia, creía, también lo haría el resto de la sub-corporación.

    La SMD necesitaba fondos para reforzar sus investigaciones. En la actualidad, tenían trece minas de níquel de clase 2 para mostrar por los $140 billones que la Corporación y los accionistas privados habían invertido en la División de Minería Espacial. Cuarenta y dos de sus minas asteroidales proyectadas habían demostrado, después de sondeos adicionales, tener cargas impuras de mena y minerales; en un esquema de costo versus producto, en la actualidad no valían el esfuerzo.

    Michael Sanderson creía en la SMD como la mejor esperanza para la supremacía financiera de Canada Corp. en la economía global, y como la mejor esperanza para el mundo. Los científicos habían estimado que el cinturón de asteroides contenía cientos de elementos nuevos sin descubrir con atributos que podrían mejorar la calidad de vida de todos en la Tierra.

    USA., Inc. y los conglomerados británicos de la Commonwealth ya tenían en marcha programas de minería espacial agresivos y rentables, aunque la mayoría de las corporaciones de otros países no tuvieron tanto éxito como Canada Corp. Todavía no se había descubierto una gran carga en ninguno de los asteroides de la División de Minería Espacial, y la carrera hacia la proverbial veta madre se estaba poniendo tensa.

    Michael sabía que había filones de mena de hierro en el Cinturón que justificarían la masiva inversión de Canada Corp. y otros. Uno o dos grandes hallazgos aliviarían la deuda que la SMD estaba acumulando.

    Necesitaba unos cuantos miles de millones de dólares más para los costos operativos y la investigación –había cientos de miles de asteroides para examinar– y estaba seguro de que el ‘Gran Hallazgo’ ocurriría pronto. Tenía que poner al Ministro de Finanzas de su lado y hacer que creyera en la SMD.

    Luego podrían llevar su caso al CEO Dolbeau.

    Sin embargo, en los últimos dos meses, Michael no pudo organizar una reunión con Ian Pocatello. El ministro no tomaría reuniones privadas con el vicepresidente de la SMD y no había devuelto ninguna de sus llamadas. Cuando Michael descubrió que el Ministro de Finanzas estaba en la lista de asistencia de la organización benéfica de la noche, se había asegurado de que él y el Ministro se cruzaran.

    Otro hombre se acercaba y, al escuchar las últimas palabras pronunciadas, comentó con voz irónica.

    "Tenemos un canadiense en el Orcus 1. ¿Sabían eso? Estoy siguiendo de cerca la historia. Rio. Y hoy vi un periódico sensacionalista en la red prometiendo que aterrizar en Plutón significaría el fin del mundo. El 93% de los lectores está de acuerdo".

    Es por eso que realizan extensas competencias mentales y pruebas de personalidad antes de que alguien pueda comprar acciones de la corporación nacional y luego pueden votar sobre asuntos nacionales, pensó Michael.

    Los otros fruncieron los labios ante el comentario mientras que el Ministro de Energía, Minas y Recursos –el superior directo de Michael– se unió a ellos. Él y el Ministro de Exploración Espacial de Canadá compartieron la cartera conjunta de la presidencia de la División de Minería Espacial.

    Michael, ¿cómo estás? Preguntó Alliras Rainier. Un hombre canoso de setenta y un años, Alliras fue el principal defensor de la SMD, habiendo hecho una cruzada personal para aprobar la ley desde hacía diez años para crear la División, y presionado para que su viejo amigo Michael Sanderson fuera nombrado vicepresidente y director de la misma. El meteórico ascenso de Michael a través de las filas del EMR podría atribuirse, en cierta medida, a su asociación con Alliras Rainier, un defensor desde hace mucho tiempo de las filosofías de Michael sobre energía y conservación.

    Michael mismo acababa de cumplir cincuenta y tres años una semana antes, pasando el fin de semana con su familia en su casa en las afueras de Hull, Quebec. Se mantenía en forma trotando dos millas cada mañana, evitando las grasas y comiendo granos, pescado, arroz y muchas frutas y verduras. En su último chequeo, su médico le dijo: Te tengo algunas malas noticias; solo tienes unos cincuenta o sesenta años más de vida.

    La familia era lo más importante en la vida de Michael, pero en un cercano segundo lugar estaba el bienestar de sus semejantes, no solo los canadienses, sino todos en el mundo. Donaba a la caridad, e hacía lo que podía para ayudar al medio ambiente, por eso se había metido en el campo de la energía ambiental en la Universidad McGill, donde conoció a su esposa, Melanie, una estudiante de Humanidades.

    Algunos pequeños éxitos al principio de su carrera habían llamado la atención del Departamento de Energía, Minas y Recursos de Canada Corp. Había estado subiendo la escalera de la corporación gubernamental durante los últimos treinta años y estaba cerca de la cima, donde había ganado más influencia de la que había esperado o soñado.

    Estaba en una posición para realizar grandes cambios en la forma en que el mundo hallaba y usaba la energía, y las posibilidades lo entusiasmaban. La pasión que lo había llevado a realizar Estudios Ambientales en la Universidad no se había disipado con los años.

    Sin embargo, su nivel de energía y su tolerancia a las maniobras políticas se estaban desvaneciendo rápidamente.

    Cuando Michael asintió en señal de que estaba bien, Alliras le preguntó: ¿Y tú adorable esposa, Melanie?

    La conversación desde este punto era ensayada; los dos se habían reunido en la casa de Michael la noche anterior para discutir tácticas.

    Melanie? Ella está aquí, en alguna parte. Creo que ha arrinconado a Angela y los dos probablemente estén en un profundo debate sobre la estética del arte precolombino.

    Nunca debí haberla alentado a tomar ese curso de la Universidad de Carleton. Creo que en los últimos seis meses gasté más de cien grandes en unas feas estatuas de diosas embarazadas. Él se rio, y los otros tres hombres se unieron a él servicialmente.

    Michael pudo darse cuenta que Ian Pocatello estaba empezando a sentirse más que acorralado, con tres cabilderos pro mineros rodeándolo. El Ministro estaba tenso, como si esperara el ataque concertado.

    Toda la farsa le recordó a Michael un grupo de tigres acechando a un oso polar.

    Tendrían que tener cuidado o enfurecerían al oso.

    Volviéndose hacia Ian, Michael sonrió. Entiendo que le corresponde unas felicitaciones por su último presupuesto.

    Si. Fue simple, en realidad…

    Si había algo que le gustaba a Ian Pocatello, era escuchar el sonido de su propia voz.

    Los otros se acomodaron para escuchar, atrayendo al Ministro a una falsa sensación de seguridad. Podían oler la victoria.


    ¹ CEO es la sigla en inglés para Chief Executive Officer, que se puede traducir de diversas maneras, tales como ‘Director Ejecutivo’, ‘Jefe Ejecutivo’ o ‘Presidente Ejecutivo’. Dada la amplitud del termino y por como se usa en la historia, se optó por dejarlo en inglés. (N. del T.)

    7

    Sitio de Exploración USA, Inc.:

    Misión Orcus 1:

    Plutón:

    A doce kilómetros del lugar de aterrizaje, Justine detuvo el VTT que estaba conduciendo.

    Frente a ella había un artefacto alienígena.

    Ekwan Nipiwin dio un paso hacia éste.

    ¡Detente! rugió Justine.

    Todos a la vez se volvieron para mirarla.

    Ella se bajó del VTT y se dirigió hacia ellos. Fue una tarea difícil, considerando el camino traicionero y su incapacidad para apartar la vista del artefacto por más de unos momentos.

    Al acercarse, se dio cuenta de que podía ver a través de la superficie semitransparente del monumento. Su base sería de una hectárea y de uno dieciséis pisos de alto, fácil; era una estructura inmensa de construcción alienígena.

    Justine miró el artefacto ciclópeo, dejando volar su imaginación. Pensamientos de otras formas de vida en la galaxia llenaron su mente. No tenía ninguna duda al respecto. No estaban solos en el universo.

    ¿Cómo eran? ¿De dónde vienen? ¿Hace cuánto tiempo visitaron el sistema solar?

    ¿Era este monumento una carta de presentación?

    Aquí es donde estamos… vengan a visitarnos.

    ¿O una bandera?

    Estuvimos aquí.

    ¿O algún tipo de advertencia?

    ¡No sigan avanzando, humanos insignificantes!

    Ella estaba segura de que los intelectuales de la Tierra estarían despiertos veinticuatro horas al día tratando de responder esas mismas preguntas, una vez que transmitiera su reporte. Como ejecutiva de la misión, Justine tenía pocos antecedentes científicos, en comparación con los otros miembros del equipo científico, cada uno de los cuales tenía no menos de dos doctorados. Su entrenamiento se basó más en la tecnología, pero incluso esa educación no hizo nada para ayudarla a resolver el acertijo frente a ella.

    No está haciendo nada, capitana. Helen se separó del grupo para unirse a Justine. Solo es una cosa inerte. Puede que esté aquí desde hace cien millones de años, haciendo nada.

    "Quiero saberlo con certeza. Si existe la más remota posibilidad de peligro para la tripulación, entonces declararé

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