Ases

Por Tania Lucía Cobos

Diez expresidiarios a bordo de la nave espacial Ases parten hacia el helado planetoide Quaoar donde al parecer existen yacimientos de neuptonio, un raro mineral usado para la generación de energía cuyas reservas de agotan en Marte y necesario en la Tierra para poner en marcha un nuevo sistema de producción energética. En el trayecto, la nave es arrastrada por un huracán espacial que la desvía de su ruta y la estrella en un asteroide desconocido. La muerte de uno de ellos los llevará a enfrentar las situaciones más insospechadas y a descubrir que nada es lo que parece ser.

• Idioma: Español
• Editorial: Tania Lucía Cobos
• Fecha de lanzamiento: 22 feb 2013
• ISBN: 9789584471505

Tania Lucía Cobos

Periodista digital, docente investigadora en Nuevos Medios y escritora de fantasía y ciencia ficción. Me encanta la animación japonesa. Más en Tania Lu, mi blog.

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ASES

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Tania Lucía Cobos

SMASHWORDS EDITION

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Tania Lucía Cobos on Smashwords

Ases

Copyright © 2012 by Tania Lucía Cobos

http://tanialu.co- [e-mail]

Relato de ciencia ficción escrito en Barranquilla (Colombia), 1997. Versión final, Barranquilla (Colombia), 2012.

Portada: The Space de Lurii en Deposit Photos. Fuente tipográfica: Space Geek.

ISBN 978-958-44-7150-5

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A las cosas injustas

José Antonio Cobos Amaya

1947 – 2011

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ASES

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Con su impecable uniforme de las Fuerzas Militares de Marte, miraba detenidamente al grupo que estaba frente a él. En la base Akai Kasei del Cuartel General de Proyectos Siderales, el general Brecthje respiró e inició el discurso que tanto había meditado.

―Han pasado cinco años desde que ustedes dieron el sí a este proyecto– dijo mientras recorría el recinto de esquina a esquina fijando su mirada en cada uno de ellos –y para nuestra sorpresa, resultaron ser aún más aptos de lo que esperábamos. Créanme, estoy convencido de que hemos tomado una acertada decisión, y seguro de que por su arduo entrenamiento, estarán en capacidad de responder hasta en las situaciones más inquietantes.

Brecthje bebió un poco de agua mientras repasaba mentalmente sus palabras. Dejó el vaso, tomó un control remoto que estaba sobre la mesa y encendió la enorme pantalla situada tras él.

―Como saben– prosiguió –son escasos los datos que tenemos de Quaoar, un planetoide ubicado en el cinturón de Kuiper. Tiene 1.280 kilómetros de diámetro, una tenue atmósfera y una temperatura promedio de -220 grados Celsius, y en el cual, según la última sonda enviada, hay tierra firme, agua en estado sólido y lo más relevante, una alta probabilidad de encontrar neuptonio.

En la pantalla las fotografías tomadas por el satélite iban rotando pausadamente. Brecthje tomó otro sorbo y continuó.

―Desconocemos si en Quaoar se desarrolla algún tipo de vida. Como fuere, su misión será explorar las posibilidades de establecer un asentamiento minero sin importar su precio…– y los miró fijamente –como es de su conocimiento, las minas de neuptonio se están agotando y antes que se desate una crisis energética, es necesario encontrar nuevas reservas y creemos que Quaoar las tiene…

El General regresó a la mesa alrededor de la cual se encontraban otros miembros de las Fuerzas. Apenas se hubo sentado el coronel O’Diaro se levantó y se dirigió al grupo.

―Miembros de la tripulación, es hora de dejar el modelo de prueba con el que han entrenando y pilotear una nave real, este es el último miembro del equipo.

Esbozó una gran sonrisa y presionó otro botón del control remoto. De inmediato la pantalla detuvo la rotación de las fotografías y apareció la imagen tridimensional de