El Sello

Por Tania Lucía Cobos

Cuenta la historia de Polen, una joven que lleva un estilo de vida rutinario hasta que un día empieza a encontrarse naipes de póquer y de la baraja española en su camino al trabajo. Intrigada decide averiguar que significado puede haber y termina siendo transportada a otro universo donde se convierte en el eje central de una historia traición, venganza y justicia. Descubrirá el amor y también la razón que guarda su existencia.

• Idioma: Español
• Editorial: Tania Lucía Cobos
• Fecha de lanzamiento: 21 feb 2013
• ISBN: 9789584464767

Tania Lucía Cobos

Periodista digital, docente investigadora en Nuevos Medios y escritora de fantasía y ciencia ficción. Me encanta la animación japonesa. Más en Tania Lu, mi blog.

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EL SELLO

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Tania Lucía Cobos

SMASHWORDS EDITION

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Tania Lucía Cobos on Smashwords

El Sello

Copyright © 2010 by Tania Lucía Cobos

http://tanialu.me- [e-mail]

Relato de corte fantástico escrito en Bogotá (Colombia), 2009. Versión final, Monterrey (México), 2010.

Portada: Detalle de Decorative Ornament Vector de DragonArtz Designs. Fuentes tipográficas: Penshurst y Rothenburg Decorative.

ISBN 978-958-44-6476-7

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Descubre lo que hay más allá de lo que se observa a simple vista.

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EL SELLO

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¿No te ha pasado alguna vez que mientras vas por la calle te encuentras cartas de póquer o de la baraja española?

Caminar por esa vía era la mejor ruta para llegar a su trabajo. Vivía lo bastante cerca como para hacer el ejercicio diario de veinte minutos, además de poder distraerse viendo el tráfico o a las personas que transitaban, sin embargo, lo que más le llamaba la atención era detallar el suelo. Puedes descubrir cosas inimaginables si sólo ves más allá de la basura que la gente tira, solía decir.

Esa mañana, como acostumbraba, salió cerca de las ocho. Fue el día en que se topó con la primera. La encontró allí tirada, boca arriba, un poco sucia por la lluvia de la noche anterior y llamó poderosamente su atención.

―Cinco de corazones y al revés– dijo al recoger el naipe de plástico. Lo detalló y decidió guardarlo en su morral.

El suceso se repitió en los días siguientes. Cada vez encontraba uno nuevo: naipes de cartón y de plástico, de todos los tamaños y en todas las condiciones. A veces estaban boca abajo, otras en los charquitos de agua que dejaba la lluvia en las aceras y otras puestas en los muros de las jardineras.

La curiosidad no se hizo esperar y pensó que debía haber algo más allá de la simple coincidencia de encontrarlos a diario. Esa noche regresó temprano. En los últimos tres días no había vuelto a toparse con alguna, por lo que pensó que eran todas y que era momento de indagar.

Extendió todas las cartas sobre su cama y las organizó en el orden en que se las había ido encontrando, había tenido el cuidado de anotar ese detalle, junto con su posición, invertidas o derechas. Conectó su portátil y empezó a investigar en internet el significado de cada una. Se sorprendió al saber que esos naipes, tanto los españoles como los de póquer, se usaban como método de adivinación y se agradecía a si misma el hecho de haber anotado todo.

―Esto se pone cada vez más interesante– dijo mientras leía con avidez.

Una por una empezó a escribir su interpretación, cinco de corazones invertido, sota de copas, as de bastos, diez de diamantes, tres de copas… un total de doce naipes.

―Deducir esto no será fácil– dijo rascándose los ojos –en mi vida habría creído que me pondría a leer cartas– respiró profundo y con cuaderno en mano se dio