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Señales del espacio
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Libro electrónico301 páginas5 horas

Señales del espacio

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Información de este libro electrónico

Transcurría el año 2022. En esta era la humanidad quería conquistar todo cuanto estuviera a su alcance. Se descubrió un planeta cerca de la estrella Próxima Centaury y algunas irregularidades fuera del sistema solar. Una pareja de enamorados y otros cuatro jóvenes fueron los elegidos para realizar esta misión sin regreso.
El problema comenzó desde antes del despegue y, de ahí en adelante, un sinfín de situaciones extrañas rondaban por la organización más inteligente del planeta, la NASA.
Descubre todos los peligros que sufrieron estos astronautas en el recorrido al planeta Esperanza Centaury y todo lo que había en él.
Recorre junto a Michael y Jane este viaje estelar y todos sus misterios.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento9 feb 2018
ISBN9788417275709
Señales del espacio
Autor

Omar Pedro Vallejo García

Nació en la ciudad de Zapopan, Jalisco (México), un 28 de octubre de 1987. Desde pequeño deseó ser profesor de primaria ya que tenía la influencia de sus padres. En el año 2009 comenzó a ejercer la licenciatura en Educación. Amante de la lectura, posee muchos títulos en sus memorias. En el año 2016 comenzó a escribir su primer libro, Señales del espacio. Este lo terminó en enero de 2018. Actualmente, se encuentra escribiendo la secuela del mismo y su deseo es seguir creando historias para disfrutar.

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    Señales del espacio - Omar Pedro Vallejo García

    papá.

    Agradecimientos:

    Es una dicha ver por fin mi primer libro terminado, como un pequeño niño lo fui llevando por caminos correctos y con mucho cuidado, hoy es momento de que el mundo lo conozca y se pueda apropiar de su contenido esperando que les guste y lo puedan compartir con más personas.

    Al principio veía como algo difícil de conseguir, una prosa, una novela en la que se relacionan el amor y la ciencia ficción, pero todo esto fue posible gracias al apoyo de varias personas.

    Para comenzar gracias a mis padres Pedro y Eliazer que nunca dudaron en la elaboración de este escrito, siempre animándome en los momentos en que me sentía cansado o incluso desanimado, ellos con sus palabras me mostraron el camino para seguir adelante y hoy comparten conmigo esta felicidad al tener un sueño hecho realidad.

    También agradecer a mis hermanos Jorge, Janet y sus familias que siempre supieron que se lograría mi sueño, que esta obra estaría terminada y con respeto siempre hablaron un poco del contenido cuando se los mostraba, sus recomendaciones y elogios me llenaron de fuerza para seguir adelante. Hoy sé que, así como mis padres, ellos también estarán felices y orgullosos de este trabajo.

    Del mismo modo y agradecer a mi bella esposa Vero que siempre estuvo a mi lado y hablaba muy bien sobre la historia que se formulaba poco a poco en cada página, de igual manera agradecerle que, a pesar de las horas en las que no estuve con ella por meterme en la historia de esta novela siempre aceptó esa soledad en la que se quedaba en mi tiempo que utilizaba para escribir.

    A los amigos también debo agradecer, compañeros que se interesaron por el libro y siempre tenían palabras de ánimo y optimismo, que me apoyaron a corregir el texto y de igual manera mencionaban algunas recomendaciones para que cada parte de esta novela tuviera emoción, drama, alegría, así como tristezas.

    Muchas gracias a todos, ustedes fueron los pilares donde senté las bases para escribir esta historia espacial.

    Prólogo

    Siempre se pueden dar varias opiniones, pueden trascender muchas historias, no importa si son para bien o mal pensadas, la mente e inteligencia del ser humano rompe fronteras, corta caminos, lleva a lugares inimaginables, una mente extensa, muy basta, llena de lo más hermoso que puede existir; la imaginación.

    Alguna vez nos hemos preguntado cómo es el universo, como seria estar viendo a las estrellas desde el espacio, cuanta distancia hay entre el inicio y el fin del inmenso universo, si hay inclusive un fin, o un inicio, o un arriba, un abajo, no lo podemos saber, pero esta imaginación que tenemos nos hace ponerle fin al universo, todos lo hemos pensado; Vemos a los escritores, sus ideas plasmadas, su ciencia ficción que nos hace llegar a los lugares más recónditos del extenso vacío, donde todo está suspendido en... oscuridad?

    No lo sabemos ni lo sabremos nunca, no lo entenderemos, pero...

    ¿Qué pasaría si enviáramos a una pareja? ¿Un hombre y una mujer, para que vivieran viajando en este mar de dudas, de titanes impresionantes, de inmensidades inimaginables, una familia que a diario nos informara oralmente lo que sucediera, que a diario nos dijera que es lo que ve y por medio de imágenes nos pusiera en nuestras mentes nuevos horizontes para seguir imaginando, como seria esa experiencia?

    En algún momento, las personas más inteligentes del planeta que se dedican a observar las estrellas, encontraron anomalías en la estrella más cercana a nuestro sistema solar, la Próxima Centaury, el comportamiento de la estrella era extraño, como si la fuerza de atracción de otro cuerpo cercano deformara su órbita, esto desde antes ya tenía sorprendidos a los integrantes de la NASA. En marzo de 2017 otro gran descubrimiento creó la movilización de estas grandes empresas de investigación, en esta ocasión el telescopio Hubble logró captar 2 planetas que orbitan a La próxima Centaury, uno de ellos se encontraba en la zona habitable de la estrella y tenía un diámetro muy parecido a venus, incluso giraba de la misma manera que este, un planeta más que giraba al contrario de los demás planetas del sistema solar.

    Esta investigación se comenzó ya que la sonda New Horizons que se había mandado años antes captó una especie de portal dimensional a la cual se comenzó a investigar.

    Desde que se encontró este descubrimiento se comenzó a idear una misión tripulada que llegara hasta las cercanías de aquella estrella y tomara muestras de ella, de la misma manera debían llegar al planeta habitable, tomarían muestras y, si era posible debían crear una comunidad. En esta ocasión eran 6 astronautas, ellos, desde que se habló sobre esta misión se buscaron los posibles astronautas, se tomó la nave que se destinaría hacia un viaje más lejano, ya tenía un desarrollo del 60% y deseaban tener todo listo para 5 años después.

    Se comenzaron a hacer pruebas e investigaciones, esta misión duraría años, muchos años, cada uno de los tripulantes sabía que no regresarían a la tierra, su viaje sería de por vida, al hacer estos números supieron que sería complicado el viaje pero en esta ocasión tenían un as bajo la manga, el destino les había puesto un apoyo cerca de ellos, fue por eso que se organizaría el viaje de sus vidas.

    Una pizarra en la oficina de Jon, el jefe de la misión mostraba los números:

    Próxima Centaury:

    Cuatro años luz de distancia.

    3 784 320 000 000 000 000 km

    3 trillones 784 320 billones de Kilómetros

    Misión Génesis:

    Velocidad: 59.3 km/s respecto al sol

    213 480 km/h.

    Solución: agujero de gusano

    Distancia: AÚN EN PROCESO.

    78 336. 55706 años en llegar a Próxima Centaury a la velocidad mencionada con anterioridad.

    Era un viaje sin regreso, un viaje peligroso que tendrían que organizar bien, la esperanza de La NASA era encontrar un hoyo negro y comprender su función esperando encontrar beneficios para poder atravesar y romper las leyes del espacio tiempo que algún día, en el año de 1922 el físico Albert Einstein se atrevió a ver hacia el cielo y cambiar lo ya conocido de nuestro universo.

    Ya se tenían registros de deformaciones del espacio a las afueras del sistema solar los cuales se investigaban desde hacía años, en 2017 la sonda espacial New Horizons se encontraba en los confines del sistema solar y mandó información que llamó la atención de los investigadores más experimentados, estas deformaciones de espacio mostraban que una estrella más cercana de lo que se hubiera imaginado, se descubrió en poco tiempo que esta estrella era la Centaury, incluso la sonda fue la que descubrió estos planetas, se creyó que se trataba de un agujero de gusano, los ingenieros no dudaron y comenzaron con la organización para mandar esta una tripulación para colonizar... GENESIS, se esperaba que ese agujero los llevara por el espacio en menos tiempo... No cabía duda que era una misión suicida.

    Capítulo 1

    Disculpame

    (Jane)

    Michael y Jane, elegidos para comenzar el viaje de sus vidas, literalmente, despidiéndose de sus familiares, debo mencionar que ellos estaban casados, tres años antes se habían conocido en las instalaciones de la NASA, él de 30 años, investigador de la energía oscura del universo y sus propiedades para convertirlas en energía que pudiera utilizar una nave, lógicamente para poder recorrer grandes distancias y conocer un universo más lejano, una travesía por lugares desconocidos, fue elegido por que su teoría estaba dando éxito, y ella, una joven de 27 años, dedicada a buscar vida en otros planetas y encontrar el estallido de una supernova en cualquier parte del firmamento, una pareja ideal, decidieron dar sus vidas en la tierra para navegar esos nuevos horizontes y llegar hasta lo más lejano que ha llegado el hombre.

    Era un día de invierno en los Estados Unidos, a dos días del lanzamiento, 20 de Diciembre del año 2022, ellos en casa de los padres de Jane, toda la familia de ambos reunida, argumentando opiniones negativas ya que querían convencerlos de retractarse ante la decisión tomada, no lo lograban. Ya resignados comenzaron a abrazar y a despedir a los astronautas, despedirlos como si fueran a morir, todos sabían que sería el último día que se verían, se respiraba un ambiente tan melancólico que se podía sentir en cada poro de la piel, tenía que suceder, Michael y Jane se iban, una llamada los interrumpió.

    ―¿Diga?

    ―Michael llegó la hora, el proceso comenzará pronto, tit... tit... tit...

    ―¿Quién era? ―Preguntó Jane,

    ―Es Jon, dice que ya es hora.

    Primero un silencio, Michael bajó la mirada, una lágrima de sus ojos comenzó a brotar y surcar su mejilla, con sus manos unidas entre sí, sus piernas temblando...

    ―Es hora ―dijo con tristeza, sintió un vacío que lo hizo tambalear, su madre con un llanto tan agobiante que a todos transmitió corrió tras el abrazo de su hijo, lo tomó en brazos y lo atrajo a su cuerpo, lo beso en la mejilla.

    ―Eres y serás siempre mi hijo, siempre estaré orgullosa de ti mi pequeño, te vi nacer y hoy te veo por última vez, cada que vea las estrellas buscare tu recuerdo, nunca nos olvides hijo mío ―escuchó en su oído, estas palabras susurrante de la madre le hicieron experimentar a Michael sentimientos que le partieron el corazón, él la soltó, le dio un beso en la frente y con un nudo en la garganta y una lagrima solitaria, volteó, miró a todos y solo dijo adiós, su voz no podía más, salió de la casa y detrás de él jane en un mar de llanto salió siguiendo su pasos, subieron al auto destinado para ellos y comenzaron a avanzar, tras el cristal dos rostros desechos se perdían, en esa casa una familia destrozada quedaba al ver por última vez a estos viajeros del espacio.

    Con el corazón hecho pedazos y sus ojos hinchados, estos jóvenes llegaron a las instalaciones de la NASA, la tarde comenzaba a caer y la oscuridad cubría ya parte de aquel lugar impresionante, la camioneta negra arribó, se puso frente a la entrada y al detenerse el auto bajó el chofer, abrió la puerta y bajaron Michael y Jane tomados de la mano con un rostro lleno de decisión, lleno de duda, lleno de intriga, pero no hacía que su rostro se deformara, ellos estaban seguros de lo que iban a hacer; Llegaron a la oficina del jefe de esta misión, tocaron, de dentro de la habitación una voz traspasó la puerta.

    ―Entren ―se escuchó una voz ronca y tranquila que ya los esperaba, abrieron la puerta, ahí estaba sentado el jefe, Jon, un hombre de facciones muy marcadas, de alrededor de 50 años, siempre se veía estresado, serio y con una tranquilidad que transmitía a todo cuanto pasaba frente a él, siempre vestido de traje gris oscuro, parecía que a diario traía el mismo, era un hombre único.

    ―Pasen ―dijo Jon― siéntense.

    Los viajeros tomaron asiento y a la vez se tomaron de las manos, Jane cruzó la pierna, se recargó en su silla, su pecho se elevó un poco mostrando esos pechos gloriosos que tanto le gustaban a su esposo, esa blusa blanca de tirantes la hacía ver hermosa.

    ―¿Cómo se sienten muchachos? ―Les preguntó Jon con una sonrisa escondida entre su arrugas que se marcaban en las mejillas, Jane se recargó en un descanso del brazo derecho para poder hablar, Michael tomó la palabra, ella solo volteó a verlo, quiso sonreír pero no lo hizo, en lugar de eso ella contempló su perfil, lo observó hablar, veía como se movían esos labios que tantas veces había besado, miró como sus ojos se cerraban y abrían para lubricarse, su corazón latía con rapidez, estaba enamorada perdidamente de él...

    ―Listos para realizar este viaje señor, queremos que nuestra experiencias logre encontrar cosas impresionantes, estamos listos para partir y hacer del espacio nuestro nuevo hogar, hacer de esa oscuridad nuestra amiga y al igual nuestro patio trasero señor, estamos emocionados. ―En su mirada, Michael mostraba otro sentir pero hacia el esfuerzo por dejarlos muy escondidos, Al parecer Jon también lo percibía, sin embargo siguió con sus planes.

    ―Muy bien, eso me agrada, sabemos que es muy difícil para ustedes muchachos, pero es admirable la decisión que tomaron, siempre quedarán como héroes, llevarán los conocimientos espaciales a conocimientos increíbles, serán considerados como los padres de la inteligencia estelar y siempre les estaremos agradecidos.

    Jon se levantó de su escritorio, caminó hacia la ventana, observó a lo lejos y su mirada se topó con aquel inmenso cohete que en unos días se convertiría en el hogar de aquellos dos viajeros espaciales hasta llegar a un planeta diferente y desconocido.

    ―Conocerán tantas cosas que esa vida que lleven en el espacio lo disfrutarán a cada día ―Comentaba Jon―. Llegarán tan lejos, será una experiencia increíble, estarán bajo la luz de una nueva estrella y si todo sale bien, tendrán un nuevo hogar.

    Detrás de él una pareja se miraba y sonreían entre sí, con un aire de tristeza pero demostrándose mucho amor, Jane apoyó su cabeza en el hombro de Michael y siguió escuchando a Jon.

    ―Dentro de dos días, el 22 de Diciembre ustedes dejarán este planeta, y comenzarán esta historia hermosa, así que vayan a su habitación disfruten sus últimos momentos en la Tierra y lleven todos los recuerdos que vayan a necesitar.

    Así terminó Jon, no se retiró de la ventana, al parecer también sentía tristeza, Michael y Jane salieron de la habitación del jefe y se perdieron en los pasillos.

    Ya en la habitación sentados frente a frente, tomados de ambas manos, estas pegadas a la boca de ambos, en silencio y con los ojos cerrados unidos frente a frente, el frio del piso no les perjudicaba para nada, solo querían estar juntos, solo querían pasar sus últimos momentos sentados en el suelo, lagrimas corrían por las mejillas de ambos para llegar a desaparecer en sus manos o a estrellarse en el piso, era algo muy duro para ellos.

    ―Te amo, siempre te amaré ―le dijo Michael, ella al escucharlo comenzó a sollozar, Michael sentía los espasmos de su esposa al respirar, ella lloraba como si fuera el último día que se veían, la tomó en sus brazos, la abrazó y la tuvo así un largo momento, segundos, minutos, horas, no supo cuánto, solo supo que ella era lo más hermoso que tenía, sintió como su hombro derecho comenzaba a mojarse por las lágrimas que ella hacia rodar por sus mejillas, siguieron abrazados, se separó un poco, se levantó.

    ―Voy al baño ―le dijo y caminó hacia él, antes de cerrar la puerta el sacó su celular, la puerta se cerró.

    Al salir su esposa seguía en el piso, aun llorando, Michael se sentó de nuevo junto a Jane y se quedó de nuevo abrazándola, hasta que recibió una llamada, mal momento para una llamada, soltó a su esposa, miró su celular y vio en la pantalla que la llamada era de Jon.

    ―¿Jon? ¿De nuevo? ¿Qué querrá? ―dijo Michael, Jane se recargo en su pecho mirando también el celular; él contestó.

    ―Diga? ¿Qué sucede jefe?... ¿Ahorita?...

    Solo es escuchaban murmullos del otro lado del auricular que Jane no entendía.

    ―Pero (se retiró el celular del oído y miró al reloj) pero son las 10 de la noche ¿No podría esperar para mañana? ―Preguntaba Michael, ―Está bien, voy para allá―. Colgó y miró a su esposa.

    ―¿Sucede algo? ―Preguntó Jane.

    ―No lo sé, solo me dijo el jefe que debe tratar un asunto de mucha importancia a esta hora, no sé de qué se trate.

    ―¿Te acompaño? ―Le preguntó jane, Michael solo le dijo que no con la cabeza.

    ―Dice que debo ir solo, es extraño. ―Se levantó, ayudó a su mujer a levantarse y la beso en la boca―. Ahora vuelvo, Te amo.

    ―Está bien, me daré un baño y te esperare en la cama, no tardes.

    Jane, al verlo salir se levantó y fue en busca de su ropa. Abrió el closet, buscó sus mallas para dormir, su blusa rosa que siempre utilizaba, era su color favorito, su ropa interior y su toalla, tomó sus sandalias, se soltó el cabello, se sentó un poco en la cama, miró a todos lados, todo la hacía llorar en esos momentos, era difícil, se puso las sandalias, se levantó y caminó a la regadera, cerró la puerta, abrió la llave de la regadera y comenzó a denudarse, su blusa blanca la puso sobre el escusado, sus jeans azules los dobló y los puso sobre su blusa, su ropa interior, hasta quedar totalmente desnuda, se miró al espejo y contemplo su cuerpo que tantas veces había tocado Michael y que tanto le gustaba a ella que lo hiciera, lo amaba, se veía a sí misma y seguía con unas lágrimas que asomaban sobre sus ojos, se decidió no llorar y se metió a la ducha.

    Al salir, Jane se encaminó a recostarse, quería esperar a su esposo para hacer el amor, lo necesitaba, el sueño la venció. Jane no supo cuánto pasó pero la despertaron unos sonidos que venían de fuera de la habitación y supo que su esposo había llegado, le pareció que habían durado mucho hablando Jon y él, imaginó que estaban hablando sobre los preparativos del viaje. Se abrió la puerta y entró Michael, veía su silueta, lo conocía hasta en la oscuridad, llegó a la cama y abrazo a su esposa y la besó con tanto cariño que ella se sintió completamente húmeda con ese beso que no supo cuánto duró pero deseaba que no terminara, lo deseaba y no dudo en demostrárselo, él se dejó llevar hasta que estuvieron totalmente expuestos uno al otro y sentían sus cuerpo ardientes y con el deseo que emanaba de ambos, el placer los envolvió...

    Cuando Jane despertó su marido no estaba en la habitación, solo encontró una nota diciéndole que había salido un poco a hablar con su jefe ya que aún hacía falta terminar algunas cosas para que todo saliera bien, ella aprovechó, se levantó, se vistió y salió al desayunador, sentía hambre, al caminar ella tenía sensaciones que llegaban de su entrepierna que le hacían recordar lo sucedido la noche anterior, al recordarlo se ruborizaba y comenzaba a excitarse de nuevo.

    Por fin en el desayunador se decidió comer unos huevos estrellados y un poco de jugo de naranja, no dejaba de pensar en su esposo y lo que estaría haciendo tanto con el jefe, esperaba que no hubiese habido problemas porque no quería que se retrasaran las cosas, mientras más rápido estuvieran el vuelo, más rápido terminaría esa tristeza que sentía al irse de su planeta.

    Jane regresó a su habitación.

    Pasaron horas, Jane comenzaba a desesperarse, 10 de la mañana, 11, 12, su esposo no llegaba, hasta la una de la tarde se escuchó el pasador de la puerta y el entró con un rostro tan destrozado que ella se asustó tanto que corrió hacia él.

    ―¿Qué sucede amor? ―le preguntó― ¿Qué sucede?

    Él no respondía solo agachaba la cabeza.

    ―Dime que sucede ―volvió a decir Jane, Michael, levantando la mirada, la tomó de sus mejillas, la acercó a él, la beso en la frente.

    ―No pasa nada linda, solo fue un momento de pensar y trabajar mucho, no te preocupes. ―Se separó de ella y con una sonrisa la tranquilizó, ella se sintió conforme.

    ―¿Sabes? Hoy quiero salir contigo e ir a ver las estrellas mi amor, quiero verlas por última vez desde la tierra, para recordarlo siempre, que dices? ―dijo Michael.

    Jane aceptó asintiendo con la cabeza y se abrazó de él, Michael correspondió con un abrazo fuerte.

    ―Te amo y siempre te amare, pase lo que pase siempre serás lo mejor que me ha pasado en mi vida ―susurró Michael, Jane lo besó con tanta dulzura, el tiró una lágrima...

    La hora de ver las estrellas llegó, un poco antes de las 8 p.m., salieron de su habitación, caminaron por esos pasillos inundados de personas en batas blancas, por lo regular portando un cuaderno metálico o platicando con algunas otras personas, siempre mostrando una expresión de suspenso, de estrés, algo único. Al salir de los pasillos se encaminaron hacia el pasto que quedaba a unos 400 metros de la salida, para que las luces no les quitaran tanta visión, se sentaron, frente a ellos se alzaba aquel cohete que saldría disparado en 8 horas más, a las 5 a.m. comenzaría el conteo. Veían el cohete sin decir una sola palabra como si fuera enemigo de ambos, como si quisieran destruirlo con las fuerzas de su mirada, pero este no se movía de su sitio.

    Se recostaron, vieron al extenso universo, se tomaron de las manos y se perdieron en esa extensión oscura que sería su nuevo hogar, por lo menos 5 años de travesía hasta los confines del sistema solar y posteriormente algo nuevo para todos, romper el espacio tiempo, esperando que todo saliera conforme al plan. Jane sintió que su esposo comenzaba a sollozar, ella se sorprendió, se posó sobre su brazo y lo miro con extrañeza.

    ―¿Qué sucede? ¿Por qué lloras? ¿Estás bien amor? ―le dijo Jane.

    Él solo la miró, sonrió, con una sonrisa con tanto dolor que sus labios temblaron.

    ―Te amo, siempre te amaré, pase lo que pase, eres lo mejor que he tenido. ―La voz de Michael se partió en mil pedazos pero no quiso mostrarlo.

    ―Siempre estaremos juntos amor, siempre, sin importa los que suceda ―lo besó.

    Al cabo de unas horas regresaron, él quería tomarse la última copa con su esposa, en la tierra, la llevó a la habitación, ella se sentó a la mesa y él le dijo que la esperara ahí, el serviría los tragos, solo uno, fue al baño, después se dirigió a la cocina, regresó con dos tragos, los bebieron y posteriormente se fueron a recostar ya que debían estar listos a las 4 de la mañana, el sueño los arropó.

    «Te amo mi amor, siempre te amaré sin importar lo que pase». Escuchaba entre sueños Jane.

    «Te amo mi amor, nunca me olvides » No podía despertar.

    «Eres lo mejor que me ha pasado en la vida» ¿Qué sucedía? Se preguntaba en sueños, ¿Por qué soñaba esto?

    «Nunca me olvides mi amor, nunca me olvides, siempre estarás en mi corazón, siempre te amare, siempre, siempre».

    Un llanto que se metía hasta lo más profundo de su ser, era su esposo, pero...

    «Te amo mi amor, eres mi vida, siempre te voy a amar no me olvides, te amo...». Por fin termino ese sueño y el cansancio la volvió a dejar profundamente dormida...

    Al despertar Jane se sentía incomoda, con dolor de cabeza, que sueño...

    Reaccionó, volteó a su costado, su esposo no estaba, recordó era el día del lanzamiento pero... donde estaba su esposo, volteó a todos lados.

    ―¿Michael? ―hablaba sin recibir respuesta, su mirada se enfocó en un sobre que estaba en la mesa, se levantó apresurada, tomo la carta, en el solo una palabra, DISCULPAME..., Al darle vuelta al sobre encontró la firma de su esposo, sacó la carta asustada, la leyó, sus ojos se cristalizaron, no podía creerlo, no podía ser cierto, las lágrimas comenzaron a mojar sus mejillas, a caer en la carta, sintió su vida caerse en pedazos, su corazón sintió el dolor más fuerte que jamás había experimentado... Michael se había ido para siempre...

    Jane se desplomó, quedó en el suelo totalmente desmayada,...

    Pasaron algunas horas, Jane no mostraba señales de actividad en su cuerpo, al parecer esa noticia que había visto más temprano la habría perjudicado incluso a su físico, se le veía un rostro demacrado, como ver a una anciana a punto de morir.

    Momentos después ella comenzó a reaccionar, sus manos empezaban a tener movimientos y su cabeza

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