Las alarmas saltaron a raíz del lanzamiento a nivel mundial de GPT-4 por parte de OpenAI. El laboratorio de investigación tecnológica declaró que su último modelo de Inteligencia Artificial (IA) es mucho más potente que la versión anterior, empleada para Chat GPT, el polémico bot capaz de generar fragmentos de textos a partir de muy pocos parámetros y cuya legalidad en torno a la vulneración de la protección de datos está llevando a que sea prohibido en varios países.
La carta abierta lleva por título Pausa a los experimentos gigantes de la Inteligencia Artificial, donde se pide precisamente eso, pausar el desarrollo de dichos sistemas, que empiezan a ser muy potentes, para garantizar así la seguridad de nuestro mundo. Curioso que sus impulsores pidan dejar en stand-by el desarrollo de la IA. Es como si un fabricante de aviones dijese que hay que reducir el tráfico aéreo. ¿Filantropía real o estrategia de marketing? Muchos analistas coinciden en que detrás de tan amenazador aviso se halla un interés del sector por convertirse en imprescindible y hacerse precisamente con el control de dichas amenazas, monopolizando tan rentable y potencial nicho de mercado.
PELIGROS DESCONOCIDOS
No obstante, la ciencia lleva décadas advirtiendo del peligro de un avance sin control de la tecnología y concretamente de la IA, sin grandes progresos durante años, pero que ha experimentado en los últimos tiempos un exponencial salto cualitativo y cuantitativo. Aunque hace tiempo que comenzó la revolución de la IA, los temores a unas consecuencias imprevisibles se han acrecentado en los últimos tiempos tras el lanzamiento de las bases de datos conversacionales o modelos de lenguaje masivos como el citado Chat GPT.
Una de las señales de alarma la lanzó a comienzos del mes de mayo de este 2023 Geoffrey Hinton, conocido como el «padrino de la inteligencia artificial», quien al jubilarse tras cinco décadas de investigación mostró su pesimismo frente a los peligros que, dice, conlleva la IA. En declaraciones a The Spectator, afirmó: «Es la primera vez en la historia de la humanidad que estamos a punto de desarrollar algo más inteligente que nosotros». Lo hizo a consecuencia del lanzamiento de ChatGPT, financiado por Microsoft, al que acusa de tener demasiada prisa por controlar un mercado incipiente. Curiosamente –o no tanto–, en la última década Hinton ha estado bajo nómina de Google, uno de los principales rivales tecnológicos del gigante creado por Bill Gates. Más intereses creados… ¿más mentiras?
Para buscar los orígenes de la IA hay que remontarnos a los tiempos de la Segunda Guerra Mundial y a los trabajos realizados en el más estricto de los secretos por el matemático Alan Turing y otros colegas en el complejo de Blethley Park, a 80 kilómetros de Londres, en un intento aliado por descifrar los códigos de la máquina nazi conocida como Enigma. Terminada la guerra, en los años 50, el inglés sería una de las primeras personas en desarrollar la idea de las «máquinas que piensan», base de la moderna IA, lo que
