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Éxtasis: ¿Cómo abandonar lo que tanto amas?
Éxtasis: ¿Cómo abandonar lo que tanto amas?
Éxtasis: ¿Cómo abandonar lo que tanto amas?
Libro electrónico77 páginas1 hora

Éxtasis: ¿Cómo abandonar lo que tanto amas?

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Jane es una mujer que se guía primordialmente por sus instintos. Toda su vida se ha conformado por los excesos y jamás permitiría que alguien viniera a ponerle un alto o a intentar controlarla, pero ¿Qué pasa cuando ella se topa con alguien que la inspira a ser mejor? Alguien que la hace sentir más que cualquier droga en este mundo y la pone en el dilema de elegir la soledad y los excesos que es su zona de confort o déjalo todo por la promesa de algo mejor.

 

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento20 mar 2023
ISBN9798223465225
Éxtasis: ¿Cómo abandonar lo que tanto amas?

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    Éxtasis - TOT

    Estoy desconcertada, miro mi extravagante reloj y veo que el mejor momento se acerca. La noche. Es cuando por fin comienza mi día.  Siempre he pensado que las cosas verdaderamente interesantes ocurren una vez que la ciudad se ve cubierta por el manto oscuro y es únicamente iluminada por la hermosa y brillante luz de luna.

    En cambio, cuando el sol se encuentra a lo alto, es como un reflector, todos te pueden ver y al igual que en las obras de teatro, todos se enfoca en interpretar un personaje. Pero una vez que esa luz está fuera, puedes ser tú sin que nadie te juzgue, y si lo hacen, te importe una mierda.

    La noche es el momento para ser y hacer lo que quieras. Tan simple como decir, quiero ponerme mis botas largas, salir en lencería, volver a casa sin recordar mi nombre. Ocurren tantas cosas distintas en los rincones ocultos, el mundo parece diferente. Lo pienso y la adrenalina se comienza a acumular en mi cuerpo, pega de alaridos diciendo ¡Es tiempo del peligro!.

    Me tardé años en entender el juego de la vida, pero hoy que me sé las reglas lo único que quiero es romperlas y aún así, ganar. Enfrentarme a lo que venga, con mi bella cara y mi fuerte determinación.

    Vamos, escapemos y regresemos cuando el cuerpo pida paz, encontremos un bar y olvidemos quienes somos que nuestras cicatrices sanen tan solo por unas horas.

    Me preparo, me pongo mis botas largas de leopardo rosa y mi babydoll transparente, que le hace juego. Alació mi pelo que comienza a estar demasiado largo, maquillo mis ojos delineando con negro y haciendo unas sombras salvajes de color morado, estas logran que mis ojos se vean enormes, seductores, poderosos. Me miró una última vez al espejo, satisfecha con el resultado y emocionada por la incertidumbre que representa esta noche. De mi armario tomo una chamarra negra de cuero, pero una vez que estoy en la puerta la dejo a un lado, el frío es una manera de recordar que estoy viva.

    Bajo las escaleras del viejo edificio en el que vivo, hace algunos años solía ser una de las partes de la ciudad más cotizadas, pero quedó olvidada y se comenzó a infestar de yonkis, jóvenes sin rumbo y gente con un ingreso bajo. Mucha gente ahora la percibe como un barrio peligroso y de mala muerte, pero al menos creo que aquí no existe la hipocresía, a nadie nos importa una mierda lo que vive o hace el de a lado, nos preocupamos por nuestros problemas y nada más. ¿Si yo viviera en uno de esos condominios caros de la ciudad, cuántas señoras infartadas habría por mi manera de ser?  Aquí a nadie le importa, aquí lo único que compartimos es el techo y por circunstancias tristes de la vida.

    Una vez con un pie en las calles, los monstruos se comienzan a reunir. En muchos de los callejones de los edificios alrededor comienzan los intercambios de drogas, pocas horas han pasado desde que la noche se anunció y a la gente ya se le empieza a notar la fiesta sin importar el día de la semana los borrachos saben cual es el tiempo perfecto para rondar por ahí, sin sentido. Mujeres vestidas como yo forman conglomerados en las esquinas y bajo los semáforos. Nadie me mira por que a primera vista soy como ellos, un pez en el agua, nada anormal, nada que afecte el entorno.

    El lugar en donde trabajo está apenas a unas cuadras de mi casa, es un antro llamado La Farfalla. Yo hago uno de los sets de música por las noches. El dueño me dejó hacerlo con tal de que me vistiera de esa manera todas las noches, pusiera la música que a la gente le gusta y me acostara con él cuando me lo pidiera. En su momento era eso, o acompañar a las chicas que estaban en la esquina, así que acepté. Tuve que dormir con él un par de veces pero hace mucho que no me dice nada y me sigue dejando hacer lo que amo. Lo de la vestimenta no me causó conflicto nunca, podría ser de alguna manera indignante, pero al final de día es la manera en la que me gusta vestirme y además, logra que la gente hable de mi, que me volteé a ver, un ganar-ganar supongo. Habría sido peor si me hubiera obligado a vestirme de una manera normal, creo que ahí, sí hubiéramos tenido un problema.

    La Farfalla es uno de los antros más populares del barrio, todas las noches de la semana tiene gente. Es un lugar enorme y todo dentro de ella es color neón, tiene mariposas gigantescas que mueven las alas en las paredes y algunas veces proyectan animaciones que te hipnotizan por completo.

    La verdad es que muchas cosas pasan ahí dentro, dejan entrar a menores de edad, hay una venta bastante indiscreta de estupefacientes y alcohol de ese que con una sola copa te sientes ya por las nubes. Por lo que en ese lugar siempre vas a encontrar lo que estás buscando y lo que tu cuerpo necesita, una noche de locura y diversión sin importar el día, del lugar que provengas o la persona que seas, en La Farfalla, todos somos uno y todos la pasamos bien.

    Como dije antes, llevo tiempo trabajando ahí, los cadeneros me tienen ubicada y me puedo ahorrar la vuelta de entrar por la parte trasera

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