Cuándo En Mi Memoria Encontré a Mis Abuelos: Relatos Y Cuentos Breves
Por Pedro Compres
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A pesar de lo dicho, no pienso separar los cortos relatos en tres grupos, sino que los expondré en el mismo órden que los escribí. Y lo hice porque muy poco de lo narrado se dió al ocurrir, o un poco después. Tampoco, ningún relato ha sido llevado al papel en el lugar de su orígen. Y peor aún, algunas historias han sido, por una extraña conveniencia, movida del lugar de su ocurrencia. También, por razones muy obvias, he jugado con los nombres personales.
Pero lo incuestionable, es la veracidad de los hechos contados. Salvo, las voces que pongo a algunos animales y una rosa: un caballo de carrera, un perro y su hueso, dos ratoncitos y una cucarachita. Pero aclaro, sólo las voces. Porque su forma de actuar, después de haber 'pensado', son propias. Sepan, además, que algunos episodios son monólogos que tienen internamente, cierto opositor, que no pasa de ser un recurso para dar vitalidad al discurrir narrativo.
Pedro Compres
Nací rozando con la mitad de un siglo y parece que ése ha sido el origen de mis inexactitudes. No recuerdo haber completado ninguna cosa iniciada. Pero habrá una variante, la cuál me gustaría alterar, pero que me temo, no será posible. Alguien de manera inesperada antes de mis primeros veinte años, me lo subrayó, pero se encargó de que no pudiera felicitarle por su acierto. Porque un día se marchó y con él se llevó la posibilidad de oponerme a su vaticinio. Y que no fue, sino, su forma de consolidar su premonición. Pero no todo ha seguido el mismo patrón. Porque tengo en mi haber honrosas excepciones y cómo ejemplos cuadran dos: núnca he acertado en alguna rifa, pero ningún objeto en movimiento ha hecho blanco en mi cuerpo. Sólo que ambas parecen opuestas. Tal vez habrán observado que con ésto, detengo un libro que conforme ‘mis planes’ tendría ochenta relatos cortos, pero en cuarenta y cuatro he parado, aún quedando en mi archivo cuarenta y ocho más. Sí, es asunto de obedecer designios. Y sólamente éso. Luego lucharé con mayor esfuerzo en favor de lo pactado, por quién, tiene más fuerza que yo. Gracias.
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Cuándo En Mi Memoria Encontré a Mis Abuelos - Pedro Compres
Copyright © 2020 por Pedro Compres.
Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.: 2020921269
ISBN: Tapa Blanda 978-1-5065-3484-8
Libro Electrónico 978-1-5065-3485-5
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Fecha de revisión: 30/10/2020
Palibrio
1663 Liberty Drive, Suite 200
Bloomington, IN 47403
821923
ÍNDICE
Prefacio
A manera de preludio
A guisa de agradecimiento
No. 1 La Rendija
No. 2 Cosas De New York, Amigo Somer
No. 3 El Desempeño
No. 4 Sollozos
No. 5 Las Mujeres Y El Hijo Del Patrón
No. 6 Sólo Recordó La Guitarra
No. 7 Memorias De Blacky
No. 8 La Vez Que Sorprendieron A Una Flor
No. 9 El Río Que Degeneró En Zanja
No. 10 El Hueso Sabio
No. 11 Guerra De Memorias
No. 12 El Sueño Que Alteró Un Plan
No. 13 Lo Que No Hice
No. 14 Un Irrepetible Privilegio
No. 15 Atrapado Entre Lo Divino Y Lo Humano
No. 16 ¿Piensan O Se Defienden?
No. 17 Cuestionando Mi Sensibilidad
No. 18 La Vez Que Me Gritaron Encima
No. 19 Promesa Mixta
No. 20 Un Apagón
No. 21 Asunto De Identidad
No. 22 Doloroso Error
No. 23 El Viejo Y El Camino
No. 24 Inversión
No. 25 El Misterioso Poder De La Opinión
No. 26 Lo Que Pérez No Me Permitió
No. 27 Con Un As En La Manga
No. 28 ¿Regreso O Partida?
No. 29 La última Vez Que Bailé
No. 30 ¡Bendita Niñez!
No. 31 ‘La Cultura Cero’
No. 32 Compadre, Duema Tranquilo
No. 33 El Rey Y La Escoba
No. 34 Dar La Espalda A Lo Real
No. 35 Mi Primer Lector
No. 36 El último De La Fila
No. 37 El Acostarse De Mi Abuela Paterna
No. 38 El Arte De Sobrevivir
No. 39 Lo Que Hay Detrás De La Intensión
No. 40 Mi Abuelo Y Algunas Reglas vivenciales
No. 41 Un Sueño Inducido
No. 42 Lo Difícil Que Es No Responder
No. 43 Su Última Fiesta
No. 44 Los Misterios De Un Regreso
Prefacio
España luchaba por sobreponerse al desgaste que originó una destructora guerra civil. El país se dividió en dos grandes bandos antagónicos que penetraron la privacidad de cada hogar. Y en 1939 se dió la apertura a la salida de la crisis brotada tres años antes, pero por desgracia, marcó también el inicio de un conflicto a una escala superior. Y que partió de la incursión de Alemania en el territorio polaco, apoyándose en los países del eje. Incluído el imperio japonés.
Pero entre el 1939 y el 1941 llegó a mi pueblo (San Francisco de Macorís, RD) proveniente de España, una futura pareja cuyo único hijo nació en esa etapa. Sin embargo, de uniones anteriores, ambos tenían otras descendencias. Élla oriunda de Madrid y él de Barcelona. Los dos educadores y políglotas. Y, ya en nuestra ciudad, fundaron el Instituto Nacional. Que impartió enseñanzas de castellano, redacción, mecanografía, aritmética, contabilidad, taquigrafía e idiomas.
Por otra parte y en los mismos tiempos, mi madre con quince años perdió su padre. Eran un total de siete hijos, siendo élla la mayor. Entonces se dió una especie de intercambio entre la pareja advenediza ibérica y mi abuela materna: ‘su hija nos ayudaría en la casa y nosotros le aliviaremos la carga a la viuda’. Y así pasó por casi ocho años, hasta que aparecí yo para anular el acuerdo.
Y mi madre en su tienda aparte y que por ósmosis había asimilado la gastronomía madrileña, las variantes de su castellano y los cambios de sentidos del vocabulaio, me los transmitió desde mi ‘estancia’ en el interior de su útero. Creo que desde entonces, se inicia el librito que pretendo presentarles.
A manera de preludio
El poder mamar castellano original tan temprano, unido a la costumbre de mi ascendencia paterna, de llenar el espacio entre la cena y el sueño, con cuentos y leyendas, hizo brotar el conato de narradorcito que intento ser. Y lo que trato de contar es parte de lo discurrido en tres etapas de mi vida: los primeros veinte en mi pueblo, los siguientes diez en la capital del país y el resto en la ciudad de New York.
A pesar de lo dicho, no pienso separar los cortos relatos en tres grupos, sino que los expondré en el mismo órden que los escribí. Y lo hice porque muy poco de lo narrado se dió al ocurrir, o un poco después. Tampoco, ningún relato ha sido llevado al papel en el lugar de su orígen. Y peor aún, algunas historias han sido, por una extraña conveniencia, movida del lugar de su ocurrencia. También, por razones muy obvias, he jugado con los nombres personales.
Pero lo incuestionable, es la veracidad de los hechos contados. Salvo, las voces que pongo a algunos animales y una rosa: un caballo de carrera, un perro y su hueso, dos ratoncitos y una cucarachita. Pero aclaro, sólo las voces. Porque su forma de actuar, después de haber ‘pensado’, son propias. Sepan, además, que algunos episodios son monólogos que tienen internamente, cierto opositor, que no pasa de ser un recurso para dar vitalidad al discurrir narrativo.
Sinceramente, Pedro E. Comprés.
A guisa de agradecimiento
Ningún proyecto humano alcanza la cristalización sin la colaboración de los seres cercanos y hasta los lejanos, que inciden en su gestor. Entonces y por órden de cercanía debo comenzar por mi esposa Francis y su ayuda silente. Importantísima por el contenido de algunos textos, sin que mengüara su afán por que los publicara. Ahora paso a mis hijas: Petry, Yulisa y Betty. Que aúnque hablan español, no tienen las herramientas para penetrar en los vericuetos de su literatura. Cómo pasa con sú inglés. Sin embargo, captaron la necesidad de que lo que escribía su papá, pasara al dominio público.
En otro grupo están mis hermanos y sobrinos que han sido, después de leer mis garabatos, verdaderos ‘estimuladores’ en mis intentos comunicativos. Sin saber que para éllos, ha sido mi esfuerzo, partiendo de la nulidad, en términos de contar sus propias vidas, de nuestros antepasados. Así, que para ustedes y ‘Alfredo’, que sin su ayuda, consejos y ánimo; jamás éste proyecto habría visto la luz.
También a un selecto grupo de amigos de infancia, por sus piropos basados en el cariño personal, más que en el ‘talento’ que el propio afecto, les hizo ver en mí: Andrés, (Remígio y Núñez), Rodolfo, Jacqueline, Eugenio, Chachá, Quico, Francisco, Papo, Jorgito, Ángel, Chichí, Esteban, China, Fanny, Sómer, Lile, Cucho, Pablo, Lorenzo, Néa, vásquez, el padre Manolo,