Miradas Hirientes: Una discusión sobre el estado mental de la poesía

Por TOT y Shaden S. Romero

Las buenas obras pueden servir para generar interrogantes y nuevos debates que trascienden la coyuntura. Esta compilación de ensayos no sólo se trata de la fatal cotidianidad, sino de lo que implica el proceso de aprender acerca del amor, el suicidio, la sexualidad, la locura y la voz femenina. 

Bajo la sombra de grandes obras del siglo XX, la reflexión sobre ideas del mundo antiguo y actual, no se vuelve otra cosa que el simbolismo de una suspensión de verdadera humanidad. 

 

• Idioma: Español
• Editorial: Tot Publishing
• Fecha de lanzamiento: 20 mar 2023
• ISBN: 9798223478904

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ÍNDICE

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DEL AMOR Y LA SEXUALIDAD

MUJERES Y FEMINISMO LITERARIO

LIBERTAD Y ESCLAVITUD

HUMOR Y SENSUALIDAD MEXICANA

LA PIEL DEL ANIMAL EN EL PRINCIPITO

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Ha quedado claro, a lo largo de la historia de la crítica literaria que respecta a El Principito, que dicha obra se ha leído, en muchos casos, sin la complejidad y profundidad psicológica que el autor propone. Antoine de Saint-Exupéry ofrece, en un contexto de destrucción masiva y reformulación ideológica, a un personaje que se enfoca en la búsqueda de algo que verdaderamente valga la pena y es, en dicho sentido, que entender su libro como un simple cuento es reducir su valor literario y temático.

El autor desarrolla, a partir de varios recursos literarios —entre los que conviene destacar el viaje y el diálogo con los animales— la mentalidad de un personaje que parece fantástico y que, empero, consigue introducir al lector en su realidad que se forja diferente a la de los adultos —y una realidad que también se ve reflejada en muchos de sus lectores—.

Una lectura casi inmediata propone identificar al Principito como un personaje único por el hecho de ser el único niño del libro. No obstante, son otros recursos los que utiliza el autor para que parezca que su protagonista se delinea a sí mismo, pese a que en realidad hay dos factores que son imprescindibles en su formación: el zorro y la serpiente. Si bien es cierto que a lo largo de su viaje por los planetas, el personaje recorre los mundos de diferentes tipos de adultos, no cabe sólo aseverar que son éstos los elementos que vuelven único al niño fantasioso, pues la intención que tiene Saint-Exupéry de introducir animales en la narración no implica únicamente la tradición literaria de cuentos infantiles, sino que c

A partir de dos filósofos franceses del siglo XX —Gilles Deleuze y Félix Guattari—, es posible analizar que, dicho recurso literario no funciona únicamente como imagen, sino que, además, se trata de una relación simbiótica que se conforma de una alianza rizomática, es decir, que se vuelve partícipe de la identidad del personaje.

Alianza rizomática

Deleuze y Guattari en Capitalismo y Esquizofrenia  desarrollan el término rizoma como la imagen del pensamiento, que no sólo se trata de un reflejo, sino de una construcción del pensamiento en la que la realidad ya no se comprende en función de lo estático, sino de la multiplicidad, expansión, relaciones dinámicas y el devenir. Dicha alianza se trata de todo un conjunto de cuestiones que constituyen la unión entre ambos; en otras palabras, podemos hablar de una alianza rizomática.

El término rizoma es desarrollado por los filósofos Deleuze y Guattari en su obra teórica Capitalismo y Esquizofrenia. Ellos exponen una imagen nueva del pensamiento basada en el rizoma botánico que implica la multiplicidad. Si entendemos el rizoma como el tallo subterráneo de ciertas plantas, generalmente horizontal, que por un lado echa ramas aéreas verticales y por el otro raíces trataremos, entonces, la imagen del pensamiento como aquel tallo que echa raíces y brotes de los que salen, de cada uno, algo que conforma dicha alianza.

Por un lado tenemos que en todo el libro, los elementos que son más recurrentes son los adultos y los planetas; sin embargo, la presencia de los animales se vuelve fundamental para los puntos de tensión en la narrativa. Aun cuando parece que sólo hay dos animales —dejando de lado la escena en la que el personaje pide al aviador que le dibuje un cordero casi al inicio de la novela, debido a que el animal no sale de la caja y, por tanto, no tiene una interacción directa—, son esos dos recursos los que terminan de conformar la alianza rizomática del protagonista.

Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo... (Saint-Exupéry, p. 89)

El zorro, por un lado representa una monotonía en su existencia y le hace entender al Principito la importancia de ser domesticado, pues es, quizá, lo único que pueda brindarle un vínculo afectivo. No considero erróneo pensar en éste animal como un símbolo de la amistad y la sabiduría —le enseña al protagonista respuestas que se vuelven parte de su identidad, como  el valor de un ser único y diferente del resto—. Cabría pensar, entonces, que el zorro la filosofía y la poesía del Principito; pese a que la parte poética se deje llenar completamente en la rosa, el zorro le enseña al personaje la necesidad, responsabilidad y el valor.

En contraparte, la serpiente