TRES CONTRA LA MUERTE

Por Peter cruz

                                                 

Karen, quién se recuperaba de la reciente pérdida irreparable de su esposo, seguía sufriendo los efectos de la causante de su muerte; una pandemia que seguía azotando en la ciudad y que no daba indicios de culminar. Sumándole a esto, la necesidad de comida y de no haber trabajo, obligó que algunas personas comenzaran a maquinar formas más fáciles de generar ingreso, situación que complicaría más las cosas.

Hendry Underwood, un empresario fracasado que intentaba recuperarse de la pérdida de su empresa, y hermano de Karen, a pesar de ser muy astuto; fue atrapado por la pandemia en la peor circunstancia de su vida. Lo perdió todo y debió asilarse en casa de su hermana. Junto a ellos está el joven Andrew, quien desempeñara un papel importante y vengara la muerte de una inocente niña, a quien unos bandidos dieron muerte una noche de aquel verano.

Karen tenía el poder de predecir hechos que ocurrirían en el futuro y a medida que el tiempo pasaba tenía más y más predicciones. Muertos, más infectados, escasez de alimento, un sinfín de motivos que les quitaba cualquier esperanza, aumentándoles la preocupación desesperándose y tratando de buscar una manera de escapar de ese agujero sin salida. Para añadir más problemas, Andrew, su hijo comenzaba a dar gritos de frustración por no ver a su amada Camila lo que le podría dar ideas peligrosas.

Karen y su familia tendrán que decidir si vivir o morir en un mundo donde nada está asegurado y lo único seguro es la muerte si el demonio de la pandemia los alcanza.  Lucharán por no dejarse llevar por los sentimientos y caer en cualquier desgracia.

• Idioma: Español
• Editorial: Peter cruz
• Fecha de lanzamiento: 10 sept 2020
• ISBN: 9781393588467

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CREDITOS

Ilustración: Laura Colmenares

Edición y revisión: Bryan Velásquez

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Portada: Pedro Taveras.c

PREFACIO

La primavera y el verano de 2020 quedarán grabados en la historia como una marca eterna, imborrable. Cuando finalice este siglo, casi todos nosotros pasaremos también a ser parte de esa historia, y este año se recordará como el receptor de una de las peores pandemias mundiales. Respecto a ésta existen muchas conjeturas, inclusive de parte de la clase menos favorecida por la inteligencia. Unos dicen que fue creado intencionalmente para disminuir la raza humana. Otros quieren culpar a algunos animales sobre la aparición del virus. Y unos pocos hablan de una posible guerra biológica. Los religiosos por otro lado, se lo atribuyen a un castigo divino. Sin embargo, sea cual sea la procedencia, provenga de la nada o haya sido creado, lo cierto es que no podemos negar la magnitud de sus daños a nivel mundial. Hasta la fecha se cuentan más de dieciocho millones de infectados y más de cinco de fallecidos. Muertes, orfandad, quiebras de negocios, pobreza, dolores y un sin número de cosas negativas se añaden cada día. Empecé a escribir tres contra la muerte en abril. Apenas empezaban los estragos en el mundo. Pero veía intuitivamente hacia dónde iban las cosas y qué podría pasar. Aun así mi novela no toma los acontecimientos reales como base. Se dan muchas situaciones que podrían ocurrir en cualquier lugar del mundo. Los personajes, como es debido, viven en unos ambientes creados con pinceladas de la imaginación más que de los acontecimientos mundiales; porque estaría repitiendo lo sucedido tal cual fue en realidad y no sería una buena historia. Ahí te dejo mi trabajo. Ojalá tengas un feliz viaje por sus ambientes algunas veces negros, otros tal vez aburridos, y unos cuantos llenos de deleites. Si aprendes a sobrellevar mis personajes con sus debilidades, sus defectos y virtudes, disfrutarás su compañía. No les exijas más de lo justo, te lo pido.

DEDICACIÓN

DEDICO ESTA OBRA A UNA PERSONA MUY ESPECIAL. TANTO, QUE FUE CAPAZ DE HACERME CREER QUE SÍ SE PODÍA. A TI QUE, CONSCIENTE O INCONSCIENTEMENTE ME INSPIRASTE CON TU INTERÉS Y FUERTE VOLUNTAD.

MERCEDES MOREL LUCIFABERY

UN BOLETÍN ATERRADOR

1

Las fuertes pisadas del caballo retumbaron en el duro pavimento cuando este se detuvo. Y Sus ecos se extendieron bien lejos. Era una bestia color amarillo, bien fornida.  Resoplaba furiosa y movía sus patas delanteras desafiante. Su jinete, un ser tenebroso, no podía ser mirado fijamente sin causar terror, y estaba envuelto como en una nube negra que le seguía a todo lugar; dispersa a su alrededor.

En su actitud, parecía tener derecho a actuar con arrogancia e imponer su voluntad sobre los desfallecidos.

Las cuencas de sus ojos oscuras, sus ojos rojizos, su tez de color gris; eran espeluznantes. Su rostro era duro, su mirada fría y maligna.   Era el ángel de la muerte.

Tras suyo, una multitud de seres ansiosos e impacientes esperaban su orden con mucho entusiasmo. Demonios malignos de diferentes formas y tamaños. Tenían deseos de arrastrar las almas al inframundo. Cuando el del caballo amarillo hizo una señal con sus manos, extendiéndolas hacia adelante, todos salieron en diferentes direcciones.

Con odio y rencor sujetaban las almas sacándolas de los cuerpos de los moribundos, y las arrastraban sin piedad. Esto parecía hacer mucha gracia al del caballo amarillo, porque podían oírse sus carcajadas.  Las almas proferían grandes gritos y lamentos, mientras eran conducidas hacia unos portales y lanzadas hacia abajo.

Karen estaba distante observando todo esto escondida detrás de una esquina. Ninguno hacía señas de querer lastimarla. Solo la miraban. Entonces, cuando el del caballo amarillo puso sus ojos en ella, y ella palideció de terror, lanzó un grito de espanto.

Fue allí cuando despertó asustada. Se tocó el cuerpo para ver si vivía, y empezó a llorar intensamente. Mientras seguía fija aquella mirada tenebrosa en su mente. 

­­­—¡Santo dios, que horror, estas pesadillas me van a matar! ­-dijo Karen en voz baja. -

Respiraba rápidamente, como si se ahogara. Eran las tres de la mañana. Se quedó un corto tiempo acostada, recomponiéndose. Ya un poco más calmada, Miró hacia la derecha, La luna brillaba en las hojas de los arbustos. Al mirarla, por su ventana; le trajo una nostalgia que le sacó dos grandes lágrimas.

Por un momento quiso creer que su esposo solo estaba de viaje de negocios. Pero no pudo engañarse mucho tiempo. Su almohada vacía desmentía esa creencia.  Estuvo ahí hace tan solo tres noches, Y no volverá jamás.

­—Pobre de mi esposo, si tan solo hubiese escuchado...­-se dijo entre sollozos-.

Miró el móvil cuando hubo recuperado su fuerza, y seguía temblando. Se tomó una pastilla para calmarse, luego Se arrodilló para orar como siempre a su dios, pidiendo clemencia. Esta pesadilla había sido tan real que ella todavía no sabía si estaba soñando o viviendo en carne viva todo lo acontecido.  ¡Todo fue tan real! Continúo en esta posición hasta quedarse dormida. Cuando despertó, ya los primeros rayos del sol empezaban a asomarse.

Luego se sentó en la cama un momento, y después de mucho pensar y suspirar, Se levantó e hizo como de costumbre. Se dio una ducha, mientras pasaban aún las imágenes de aquella pesadilla por su mente.

Horas más tarde, los demás integrantes del hogar se reunieron para ver el boletín último. Eran ya las nueve de la mañana.

"El motivo por el cual televisamos estas fuertes imágenes es para crear conciencia, intentar lograr que estas imágenes puedan despertar nuestro sentido de responsabilidad, crear una alerta. Que la gente comprenda que esto no es un juego.

Hay millones de infectados en el mundo y cientos de miles de fallecidos". Esto dijo el presentador, entonces la cámara enfocó hacia la fosa en donde