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Operación Anorí 1973 Derrota militar del Eln: Muerte de Antonio y Manuel Vásquez Castaño
Operación Anorí 1973 Derrota militar del Eln: Muerte de Antonio y Manuel Vásquez Castaño
Operación Anorí 1973 Derrota militar del Eln: Muerte de Antonio y Manuel Vásquez Castaño
Libro electrónico364 páginas4 horas

Operación Anorí 1973 Derrota militar del Eln: Muerte de Antonio y Manuel Vásquez Castaño

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Debido a la trascendencia del contenido y la inexplicable discreción que se guardó dentro del Ejército colombiano, para no publicar a tiempo los detalles de la ofensiva militar de 1973 en Anorí contra el Eln, no es descabellado afirmar que este texto se debió publicar a mediados de la década de los setenta, porque es la mayor coyuntura histórica que tuvo a su disposición el Estado Colombiano para explotar el debilitamiento del Eln, durante la primera etapa de vida del grupo terrorista, ese momento auspiciado por la dictadura cubana e ideologizado por una red clandestina de sacerdotes que militaban en la teología de la liberación.
La Operación Anorí que arrasó más de la mitad del grupo terrorista en las montañas antioqueñas, fue el epílogo de la acción subversiva del foco guerrillero impulsado desde La Habana por la dictadura cubana, y, dirigido en Colombia por los hermanos Fabio, Manuel y Antonio Vásquez Castaño, junto con otros terroristas entrenados en Cuba.
Visto dentro del rigor de las ciencias políticas, ni los gobiernos de turno ni el Ejército Nacional aprovecharon las enseñanzas, ni la amplia autopista de posibilidades que dejó la ofensiva militar contra el Eln en Anorí, para derrotar en los campos político y militar los reductos de las guerrillas comunistas, que por no haber desaparecido del panorama político nacional, cinco y casi seis décadas después configuran aún la más grave agresión contra la estabilidad institucional y el futuro de Colombia como Estado-Nación.
Al desconocimiento y desaprovechamiento de los éxitos militares logrados por el Ejército en Anorí en 1973, se añadió otro error histórico, producto de la miopía estratégica de un vasto sector de la dirigencia política de turno, que en cada coyuntura avizora los réditos que pueda rescatar para su beneficio personal sin tener en cuenta la proyección del país.
Tal fue la actuación de Álvaro Escallón Villa a la sazón gobernador del departamento de Bolívar, quien con el visto bueno del entonces presidente Alfonso López Michelsen en asocio por mezquinos intereses politiqueros con el dirigente liberal Jaime Castro Castro, el entonces promotor de acción comunal Oswaldo Utria acompañados por algunos estudiantes de medicina de una universidad de Cartagena.
Por evidente deseo de protagonismo mediático y rampante ignorancia de los objetivos nacionales y de la doctrina de Defensa Nacional, estas personas mencionadas facilitaron en 1974, la tabla de salvación al reducido y maltrecho remanente del Eln en las estribaciones de la Serranía de San Lucas al Sur de Bolívar, hacia donde se replegaron los terroristas que sobrevivieron en Anorí.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento31 ene 2020
ISBN9780463822029
Operación Anorí 1973 Derrota militar del Eln: Muerte de Antonio y Manuel Vásquez Castaño
Autor

Luis Alberto Villamarin Pulido

Luis Alberto Villamarín Pulido, natural de Fusagasugá - Cundinamarca, coronel retirado del Ejército colombiano, con 25 años de experiencia militar (1977-2002), más de la mitad de ellos dedicado a las operaciones de combate contra grupos narcoterroristas en Colombia, y después de su retiro del servicio activo, profuso investigador de temas relacionados con la geopolítica del Medio Oriente, el Asia Meridional y el continente americano; el terrorismo internacional islámico y comunista, historia y proyección estratégica de grupos islamistas como Al Qaeda, Isis, Hizbolá, el conflicto árabe israelí y la Primavera Árabe, así como la amenaza nuclear del régimen chiita de Teherán.Sus obras Narcoterrorismo la guerra del nuevo siglo, Conexión Al Qaeda, Primavera Árabe: Radiografía geopolítica del Medio Oriente, ISIS: la máquina del terror yihadista, el Proyecto Nuclear de Irán y Martes de Horror (atentados terroristas del 9-11), son referentes para el estudio, conocimiento de la complejidad política, geopolítica y geoestratégica del convulso Medio Oriente.Algunas de sus obras han sido traducidas a inglés, francés, alemán, portugués y polaco. Su libro En el Infierno traducido a inglés como In Hell, es base para una película en Hollywood-California, y los demás textos son utilizados como material de estudio en diversas universidades del mundo.

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    Operación Anorí 1973 Derrota militar del Eln - Luis Alberto Villamarin Pulido

    Operación Anorí 1973

    Derrota militar del Eln: Muerte de Antonio y Manuel Vásquez Castaño

    Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

    Ediciones LAVP

    www.luisvillamarin.com

    Operación Anorí 1973

    Derrota militar del Eln: Muerte de Antonio y Manuel Vásquez Castaño

    © Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

    © Ediciones Luis Alberto Villamarín Pulido

    Bogotá Colombia

    www.luisvillamarin.com

    Email:

    lualvipu@hotmail.com, lualvipu@latinmail.com

    info@luisvillamarin.com, lualvipu@gmail.com

    Actualización a enero de 2020

    ISBN 9780463822029

    Smashwords Inc.

    Sin autorización escrita del autor, no se podrá reproducir este libro ni parcial ni totalmente, ni en ninguna de las formas impresas o electrónicas. Todos los derechos reservados. Hecho el depósito de ley en Colombia.

    Operación Anorí 1973

    Biografía del autor

    Nota del autor

    Capítulo I

    Nacimiento y crecimiento del Eln

    Caldo de cultivo

    El espejo cubano

    Entorno social, político y económico del área

    Terreno abonado

    Visión estratégica de un corazón geopolítico

    Primeras acciones armadas del Eln

    Terrorismo interno

    Ingreso de Camilo Torres al Eln

    El frente guerrillero Camilo Torres

    Capitulo II

    Operaciones anteriores a ofensiva militar en Anorí

    Planes operacionales de la Quinta Brigada

    Líneas operacionales de la Quinta Brigada

    Primeras incursiones del Eln en el Nordeste Antioqueño

    Total desconocimiento del Derecho Internacional Humanitario

    Comando del Magdalena Medio

    Río revuelto ganancia de pescadores

    De nuevo a la ofensiva

    El enemigo no descansa

    Los Canelos, fuente valiosa información

    Principio del fin del primer Eln

    Capítulo III

    Preparación para la victoria

    Dinámica de las operaciones

    Muerte de Tirapavas

    Importancia de la concepción de guerra irregular

    El entrenamiento sicológico

    Error táctico de consecuencias estratégicas

    En la guerra la ingenuidad mata

    Constancia vence lo que dicha no alcanza

    El cáncer se extiende al Cesar

    Quien busca encuentra

    El Eln abre zona en Cimitarra

    Sorpresiva revista de inspección

    Capitulo IV

    Operación trinitario

    Elementos de juicio para diseñar la Operación Trinitario

    Decisión tomada a tiempo

    La guerra: arte sencillo y sobre todo ejecución

    Importancia de la unidad de mando

    Aprender del error

    Capítulo V

    Borrascoso preludio del éxito

    Delincuencia multiforme en el Bajo Cauca y el Nordeste Antioqueño

    La ingenuidad mata

    En la guerra los errores se pagan con vidas humanas

    El éxito pertenece a los constantes

    En búsqueda de nuevas posibilidades

    El Eln pisa el umbral del fracaso

    Cambio del área operacional al CO-10

    Entorno geográfico y humano de Anorí en 1973

    Asamblea guerrillera en Anorí

    Anorí: lluvia de informaciones de inteligencia

    Giro definitivo para las operaciones ofensivas

    El nuevo comando

    Adaptación al estilo de mando

    Orden en la casa

    Presencia activa del comandante

    Los pequeños detalles construyen grandes imperios

    Capítulo VI

    Anorí: ¡operación! O ¿decisión?

    El Eln antes de Anorí

    La orden de operaciones N°. 036

    Movimientos preliminares

    Al ritmo de los acontecimientos

    La inteligencia militar equivale a los ojos del comandante

    Resultados iniciales de la inteligencia de combate

    Fuerte donde el enemigo es fuerte y fuerte donde es débil

    Muerte de juvenal en campo queso

    Error de apreciación táctica

    Diferencias de criterios

    Capítulo VII

    La constancia lleva a la victoria

    Tras las huellas del grupo

    Pugilato por la supremacía táctica

    La gente se adhiere a los ganadores

    Perseverancia, paciencia, voluntad de vencer y humildad

    La muerte de Fabiola

    Los campesinos están con quien los trata bien

    Golpe de mano nocturno

    Eficiencia en el seguimiento de huellas

    Reflejo de la crisis

    Acto de heroísmo

    El poder de la acción sicológica

    Captura de Reinaldo

    Golpes sucesivos ablandan moral combativa

    Acelerado recorrido del carro del triunfo

    Emboscada exitosa

    Otros golpes desmoralizadores

    Sencillez, deseo de acertar y perseverancia

    Incidencia de la logística incide en la guerra

    Explotación de éxito

    Conocer al enemigo es ganar media batalla

    Golpe descorazonador

    Acción de película

    Captura de Ana: premonición del éxito total

    La ofensiva continúa

    Voluntad de acero del comandante del Co-10

    Capítulo VIII

    El golpe final

    Atacar los objetivos de oportunidad

    Captura de Mary

    Inician los últimos veinte días

    Cóndor en el aire

    En la recta final

    Anécdota simpática

    Constante presión

    Indicios precisos

    Guerra de nervios

    Caen Liliana y Rubiela

    Nuevos refuerzos

    Muerte de Heriberto: golpe sicológico

    Típica operación de inteligencia de combate

    Preludio de la victoria total

    Puntillazo final

    Plan hogar en acción

    Muerte de los hermanos Vásquez Castaño

    Conclusión preliminar

    Capítulo IX

    Constancia en el cumplimiento de la misión

    Parte simbólico de una orden cumplida

    El reducto disperso

    Episodios posteriores

    Ricardo Lara Parada y las dos caras de la moneda

    Capítulo X

    La consolidación

    Ausencia del Estado

    La consolidación militar

    Las unidades de autodefensa

    Desarrollo del plan de consolidación

    Capitulo XI

    Conclusiones finales

    Lecciones

    Algunas consecuencias

    Enseñanzas

    Los accidentes

    La ciencia de la guerra

    Epílogo

    Cambio de comandante y de unidades

    Asamblea y masacre de Anacoreto

    Cerco en el sur de Bolívar

    ¿Por qué subsistió el Eln?

    Dudas y especulaciones

    Bibliografía

    Otras obras del autor

    BIOGRAFÍA DEL AUTOR

    Luis Alberto Villamarín Pulido, natural de Fusagasugá-Cundinamarca, coronel de la reserva activa del Ejército colombiano, con 25 años de experiencia militar, más de la mitad de ellos dedicado a las operaciones de combate contra grupos narcoterroristas en el país.

    Distinguido entre sus compañeros de armas en quehaceres operacionales y académicos castrenses, pues, además de ser un brillante comandante de tropas en el campo de batalla, ha plasmado su visión investigativa en 37 libros y más de 1800 artículos de su autoría, relacionados con el complejo conflicto colombiano, el terrorismo internacional, la geopolítica, la defensa nacional y la historia patria.

    Presidente fundador del Centro de Geopolítica Colombia y del Centro de Pensamiento Estratégico Excelencia, Liderazgo y Transformación, Miembro de la Sociedad Bolivariana de Colombia, la Academia de Historia del Huila y la Academia Colombiana de Historia Militar; este oficial lancero, paracaidista y contraguerrillero rural ha recibido los galardones Latino Literary Awards 2003 por el libro La Silla Vacía en Los Ángeles-California; Verdadero Orgullo Hispano 2006 por la obra Delirio del Libertador, en Elizabeth New Jersey; y Premio Internacional de Literatura, Jairo Hoyos Salcedo 2009 en Washington D.C, por el texto Complot contra Colombia.

    Algunas de sus obras han sido traducidas a idiomas inglés, portugués, alemán, francés y polaco. Su libro titulado En el Infierno es base para una película en Hollywood-California, y los demás textos son utilizados como material de estudio en prestigiosas universidades del mundo tales como Harvard en Estados Unidos, Complutense en España, Autónoma de México y Los Andes de Colombia, para la elaboración de tesis de pregrado, post grado, maestrías o doctorados en temas afines a sus escritos.

    Ha sido entrevistado como analista especializado para programas de opinión en estaciones de radio y televisión de diversos países, de manera individual o como participante en paneles de expertos internacionales en asuntos estratégicos atinentes al terrorismo, los conflictos armados, la guerra de guerrillas, la geopolítica, la defensa nacional y la seguridad hemisférica.

    El Instituto Colombiano de Ciencia y Tecnología de Colombia (Colciencias) avaló su registro en el CVLAC en las especialidades de Ciencias Militares, Ciencias Políticas y Ciencias Sociales, en la base de datos que agrupa a los investigadores científicos de Latinoamérica y el Caribe.

    NOTA DEL AUTOR

    Debido a la trascendencia del contenido y la inexplicable discreción que se guardó dentro del Ejército colombiano, para no publicar a tiempo los detalles de la ofensiva militar de 1973 en Anorí contra el Eln, no es descabellado afirmar que este texto se debió publicar a mediados de la década de los setenta, porque es la mayor coyuntura histórica que tuvo a su disposición el Estado Colombiano para explotar el debilitamiento del Eln, durante la primera etapa de vida del grupo terrorista, ese momento auspiciado por la dictadura cubana e ideologizado por una red clandestina de sacerdotes que militaban en la teología de la liberación.

    La Operación Anorí que arrasó más de la mitad del grupo terrorista en las montañas antioqueñas, fue el epílogo de la acción subversiva del foco guerrillero impulsado desde La Habana por la dictadura cubana, y, dirigido en Colombia por los hermanos Fabio, Manuel y Antonio Vásquez Castaño, junto con otros terroristas entrenados en Cuba.

    Visto dentro del rigor de las ciencias políticas, ni los gobiernos de turno ni el Ejército Nacional aprovecharon las enseñanzas, ni la amplia autopista de posibilidades que dejó la ofensiva militar contra el Eln en Anorí, para derrotar en los campos político y militar los reductos de las guerrillas comunistas, que por no haber desaparecido del panorama político nacional, cinco y casi seis décadas después configuran aún la más grave agresión contra la estabilidad institucional y el futuro de Colombia como Estado-Nación.

    Al desconocimiento y desaprovechamiento de los éxitos militares logrados por el Ejército en Anorí en 1973, se añadió otro error histórico, producto de la miopía estratégica de un vasto sector de la dirigencia política de turno, que en cada coyuntura avizora los réditos que pueda rescatar para su beneficio personal sin tener en cuenta la proyección del país.

    Tal fue la actuación de Álvaro Escallón Villa a la sazón gobernador del departamento de Bolívar, quien con el visto bueno del entonces presidente Alfonso López Michelsen en asocio por mezquinos intereses politiqueros con el dirigente liberal Jaime Castro Castro, el entonces promotor de acción comunal Oswaldo Utria acompañados por algunos estudiantes de medicina de una universidad de Cartagena.

    Por evidente deseo de protagonismo mediático y rampante ignorancia de los objetivos nacionales y de la doctrina de Defensa Nacional, estas personas mencionadas facilitaron en 1974, la tabla de salvación al reducido y maltrecho remanente del Eln en las estribaciones de la Serranía de San Lucas al Sur de Bolívar, hacia donde se replegaron los terroristas que sobrevivieron en Anorí.

    Inclusive con el mayor cinismo Alfonso López inventó posteriormente el novelón que el nunca ejecutó esas torvas acciones, sino que cuando el intentó iniciar contactos con los terroristas en Medellín, alguien sin identificar entró al sitio de la reunión gritando que las fuerzas armadas iban a capturar a los delincuentes, que supuestamente llegarían a una reunión con los delegados del gobierno López.

    En aquella ocasión, igual que en desafortunados eventos subsiguientes de la lucha contra el terrorismo comunista en Colombia, se impuso a nombre de la paz el desconocimiento de la legitimidad del Estado, compaginado con la complaciente y progresiva cesión de la soberanía nacional e implícita deshonra del Ejército Nacional, para favorecer los oscuros intereses de un mandatario catalogado por muchos analistas como corrupto y el personaje político, más nefasto en la historia colombiana durante el siglo XX..

    A cambio de nada se otorgaron bonachonas cesiones a los terroristas del Eln, ornadas con el poco claro argumento de la supremacía del poder civil sobre el estamento militar.

    Este libro, es el compendio de las acciones tácticas de la ofensiva contraguerrillera, después bautizada para efectos académicos con el nombre de Operación Anorí.

    Fue una brillante campaña militar de contraguerrillas, conducida y ejecutada en forma magistral por tropas del Comando Operativo No. 10 (CO-10), inspiradas por el liderazgo, talante, inteligencia y ejemplar abnegación del entonces coronel Hernán Hurtado Vallejo; complementado por la diligente asistencia, apoyo, cooperación y coordinación permanente del brigadier general Álvaro Riveros Avella comandante de la Cuarta Brigada.

    Sin duda la ofensiva militar en Anorí, hace parte de la historia castrense universal. En el campo de batalla fueron definitivos los aciertos de las unidades empeñadas en combate para destruir la resistencia armada, que presentaron contra el Estado colombiano, hombres y mujeres curtidos en actividades delictivas, experimentados, sanguinarios y astutos.

    Es probable que si el Ejército hubiera decantado mejor las enseñanzas y aplicaciones táctico-estratégicas derivadas de esta operación, de seguro se hubieran golpeado en otras partes del país, otros remanentes del Eln, incipientes núcleos de las Farc y el Epl existentes en Colombia durante la década de los setenta.

    Pero la acción militar solitaria, por efectiva que sea, es insuficiente para resolver un conflicto tan complejo. Es necesario que los dirigentes políticos de turno revisen con seriedad y objetividad, ¿cuál ha sido el papel de la clase política a lo largo del prolongado conflicto, que ti ende a proyectarse sin límite?, en la medida que se disimule el compromiso integral del Estado en todos los campos del poder nacional.

    En la práctica se enfrenta el problema con visión unilateral y calculada, al propiciar limitadas soluciones militares, manipuladas en concepción a pesar del sacrificio de los soldados, para defender y sostener una casta política ajena a auténticos objetivos nacionales, que solo busca cuidar sus intereses políticos personales o de grupo, frente a una agresión estratégica que contiene elementos políticos, sociales, económicos y culturales encaminados a lograr un solo objetivo:

    La toma del poder político para implantar una dictadura comunista totalitaria similar a la cubana. No sobra decir, que mientras persista la corrupción en todas las esferas del Estado, será imposible eliminar la pobreza estructural de millones de campesinos colombianos, anímica ya atávicamente predispuestos para engrosar las cuadrillas de los grupos terroristas.

    La ofensiva militar en Anorí, en su conjunto de acción contra un grupo terrorista específico, puntualiza el oportuno debilitamiento causado por el Ejército Nacional a las envalentonadas guerrillas del Eln, hasta convertirlas en un miserable grupo de bandoleros al borde de la extinción, que sobrevivió debido a tres factores:

    En primera instancia, a la componenda política escenificada en el Sur de Bolívar con el visto bueno de la presidencia de la república, anomalía que aún no ha sido juzgada en su verdadera dimensión.

    Como segunda medida, se debe a la inacción del Estado colombiano para recuperar en los ámbitos social y político, el Nordeste Antioqueño, el Magdalena Medio Santandereano y el Sur de Bolívar, lo cual hubiera evitado el paulatino acercamiento del grupo de Fabio Vásquez Castaño hacia el Sur del Cesar.

    Y en tercer lugar, a la bien estructurada red de sacerdotes y monjas pertenecientes al Eln, enclaustrados de manera clandestina dentro de algunas comunidades religiosas, quienes aprovecharon el púlpito para reclutar adeptos y fortalecer menguadas redes logísticas subrepticias, que posibilitaron la proyección de nuevas cuadrillas del Eln hacia Arauca, donde por coyuntura la extorsión a las multinacionales petroleras oxigenó el replantemiento de la estrategia político-armada del grupo terrorista. De lo contrario con absoluta certeza, hoy en 2020 el problema sería diferente. Quizás estaría resuelto.

    CAPITULO I

    NACIMIENTO Y CRECIMIENTO DEL ELN

    Caldo de cultivo

    La vida política colombiana de la década de los años sesenta durante el siglo XX, fue agitada y convulsionada. La herencia de sangrientas luchas intestinas entre liberales y conservadores, marcó un hito que por circunstancias del orden mundial de la época y la situación interna del país, invitó a sectores definidos de la juventud colombiana, a participar en el diseño del Estado y la forma de gobierno, a partir de las acciones armadas con cariz comunista, con el fin de reeditar los logros de Fidel Castro y el che Guevara en Cuba.

    La Juventud Comunista (Juco) captó muchos adeptos y se convirtió en la fuente de gestación de ideólogos para las organizaciones armadas de izquierda, ya que muchos de sus integrantes viajaron a Cuba y la Unión Soviética, países donde fueron entrenados por funcionarios oficiales como cuadros político-militares, capacitados para dirigir guerrillas móviles rurales y urbanas. Para completar el complejo entorno de aspiraciones políticas diversificadas, el populista y oportunista Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) encabezado por Alfonso López Michelsen, que albergó en su seno por igual a liberales izquierdistas y militantes comunistas irrumpió en el escenario nacional como una propuesta ágil e innovadora.

    El MRL fue preconcebido según la demagógica exposición de su jefe e inspirador para cambiar el viejo modo de vivir en Colombia, en abierta rebeldía contra los acuerdos bipartidistas del Frente Nacional, que en la búsqueda de la paz entre liberales y conservadores, previó la alternación del gobierno durante cuatro periodos de cuatro años cada uno. Igual que los demás grupos terroristas que han delinquido en Colombia desde 1964 en adelante, el Eln originó parte de sus estructuras en el Partido Comunista Colombiano.

    Los fundadores del Eln Víctor Medina Morón, los hermanos Manuel, Antonio y Fabio Vásquez Castaño, José Ayala, Heliodoro Ochoa, Heriberto Espitia, José Merchán, Ricardo Lara Parada y Luis Rovira, primero militaron en el Partido Comunista y dentro de esa organización política, estructuraron en sus mentes y espíritus el virus de revolucionarios armados, que en concordancia con sus proyectos los llevaría a la toma del poder político por medio de la violencia, producto de la teoría de la combinación de todas las formas de lucha.

    Los avezados creadores del Eln fueron expulsados del Partido Comunista, porque según los criterios del Comité Central, los inspiradores del Eln constituían un grupo disímil integrado por seudo-revolucionarios aventureros y extremo-izquierdistas.

    En menos de cuatro años, los creadores del M-19 y el Epl sufrieron similar experiencia discriminatoria por parte de los dirigentes comunistas colombianos, cuyo propósito era tener a las Farc como único "ejército" sujeto a las directrices del Partido Comunista.

    El espejo cubano

    Algunos de los creadores del Eln viajaron en 1961 a Cuba, como integrantes de la Brigada José Antonio Galán .

    De regreso a Colombia en 1963 y ya convertidos en jefes terroristas se fusionaron con el MRL, sindicalistas petroleros de Barrancabermeja, miembros de organizaciones campesinas politizadas y células izquierdistas de estudiantes de la Universidad Industrial de Santander.

    Eduardo Franco Isaza antiguo jefe de las guerrillas liberales de los años cincuenta y comienzos de los sesenta en los Llanos Orientales, jefe del Movimiento Obrero Estudiantil Colombiano (MOEC), pretendió asumir la dirección del naciente Eln con la anuencia de Fidel Castro, quien estaba convencido que el Moec era un grupo sólido que asimiló los lineamientos políticos de la revolución cubana.

    Pero, Fabio Vásquez Castaño campesino quindiano de origen liberal y luego activista de la Juventud Comunista, cuasi analfabeta, víctima de la común orfandad que produjo la violencia bipartidista de la década anterior, enceguecido por el ansia de vengar con sangre la muerte de su padre, no aceptó la propuesta del Moec, y tomó las riendas del grupo armado, donde impuso su carácter férreo, implacable y extremista.

    Bajo la estricta orientación de Fabio Vásquez los campesinos e intelectuales recién incorporados al Eln, recibieron entrenamiento de guerrillas en el Cerro los Andes en la periferia de San Vicente de Chucurí.

    El entusiasmo de Fabio Vásquez para invitar a los demás compañeros a realizar acciones armadas fue contagioso y peligroso a la vez. Así estipuló como regla primordial para purificar al Eln, el asesinato de compinches y campesinos señalados a su arbitrio, como traidores de la revolución.

    El general Hernán Hurtado Vallejo, comandante de las tropas que golpearon con mayor contundencia al Eln en 1973, puntualizó rasgos característicos de la personalidad de Alejandro :

    —Resulta curioso y extraño que una persona de un nivel cultural tan bajo, hubiera sometido a su voluntad a sacerdotes como Camilo Torres, Manuel Pérez, José Antonio Jiménez, Domingo Laín, y Luis Carlos Zabala; o, a médicos, a estudiantes universitarios, y a tantas otras personas que continuaban a su lado, pese a ser testigos excepcionales de los fusilamientos y desmanes ordenados por Fabio Vásquez Castaño contra sus compañeros de andanzas—

    Sin duda el consecuente complejo de inferioridad producto del escaso nivel académico y cultural, era suplido por Alejandro mediante la obsesiva aplicación del código de terror interno, utilizado por los cabecillas para mantener la cohesión y disciplina dentro de las cuadrillas, como aún sucede en el Eln .

    Tanto la vestimenta de Fabio Vásquez como las actitudes que asumía contra quienes dirigía o contra la población civil, semejan más un bandolero del estilo de Chispas, Tarzán, Desquite, Sangrenegra, Tirofijo o Charronegro , que a las del líder marxista-leninista que pretendió encarnar.

    El número de integrantes del Eln en San Vicente de Chucurí aumentó en proporción directa a la presencia de la cuadrilla inicial.

    Entretanto Juan de Dios Aguilera dirigente sindi cal de la Federación de Trabajadores Petroleros organizó las redes urbanas del Eln en Barrancabermeja, debido a la simpatía que despertó el grupo armado dentro de esa organización obrera.

    Desde esa época los sindicatos petroleros han sido vitales para la subsistencia del Eln.

    Entorno social, político y económico del área

    Como ya se anotó, Fabio Vásquez ingresó al Eln empecinado en vengar la muerte de su padre, asesinado por conservadores en el Viejo Caldas. Como militante liberal ingresó al MRL que tenía contactos con dirigentes comunistas interesados en promover grupos terroristas.

    Inmerso en las instrucciones de Alfonso López su antiguo jefe político para derrocar el sistema bipartidista del Frente Nacional, Fabio Vásquez se dirigió hacia el área rural de Miraflores-Boyacá con el fin de organizar un grupo armado debido a que el Partido Comunista tenía adoctrinada la población civil de esa región, pero la idea no fructificó allí.

    Un grupo de jóvenes aventureros incorporados a la misma cuadrilla, realizó el análisis socio-político, para decidir si asentaban un embrión del grupo armado en los Llanos Orientales, en el Tolima o en el Sur de Bolívar.

    Ante las dificultades financieras, los guerrilleros se desplazaron hacia San Vicente de Chucurí, donde organizaron las primeras células subversivas. Pese a su limitada educación, Alejandro dedicó muchos esfuerzos para convencer a los campesinos que la verdadera lucha no era entre liberales y conservadores, sino de campesinos sin distingo de color político, contra el gobierno de turno.

    Terreno abonado

    Desde comienzos del siglo XX y como consecuencia lógica de la Guerra de los Mil Días, San Vicente de Chucurí soportó el peso de la violencia fratricida, debido a que en esa región sucedieron diferentes enfrentamientos entre rebeldes liberales y tropas conservadoras leales al gobierno del presidente Marroquín.

    Casi tres décadas después en 1929, cuando el liberal Enrique Olaya Herrera rompió cuarenta años de hegemonía conservadora en la presidencia de la república, surgieron en Colombia brotes insurreccionales de campesinos y artesanos del norte del Tolima, autodenominados los bolcheviques del Líbano.

    Los rebeldes tolimenses extendieron su radio de acción hasta el Chucurí Santandereano, dirigidos por el Partido Comunista Colombiano, inclinado a multiplicar los logros de la revolución bolchevique de Rusia en 1917.

    Aunque no fructificó la revolución obrero-campesina tolimense, quedó sembrada la semilla de la inconformidad y la invitación al alzamiento armado de campe sinos, estimulados por los promotores de la combinación de las formas de lucha para alcanzar el poder político.

    Diecinueve años después de ocurridos los brotes de rebelión inspirados

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