De todas las teorías acerca de la génesis de aquella aventura en Rusia, la más plausible, de la cual no hay ninguna constancia documental, es que nació durante una reunión la noche del 21 de junio de 1941 cuando la Operación Barbarroja era inminente, en el hotel Ritz, durante una cena que tuvieron Ramón Serrano Suñer, entonces todopoderoso ministro del régimen franquista y ‘cuñadísimo’ del ‘Generalísimo’, valgan estos superlativos muy utilizados en la época; Dionisio Ridruejo, falangista, poeta, autor de algunos versos del Cara al Sol y Director General de Propaganda del Régimen, cuya evolución ideológica lo llevó de la camisa azul a liderar las esperanzas democráticas en España contra Franco; y Manuel Mora Figueroa, un noble sevillano que en ese momento ejerce el cargo de Gobernador Civil de Madrid.
El Consejo de Ministros del día 23 de junio, que tuvo lugar por la tarde, acordó la creación de la unidad de voluntarios que iría a luchar a Rusia. Sin embargo, el acto simbólico que dio la orden de inicio al alistamiento lo desencadenó Ramón Serrano Suñer el día 24, tras una gran manifestación en Madrid donde dominaban las camisas azules de la Falange y que confluyó en la calle de Alcalá frente al edificio de la Secretaría General del Movimiento. Desde ese balcón Serrano Suñer elevó esa proclama que se hizo famosa y que sigue citándose en todos los libros de Historia, pero de la que no hay ningún documento sonoro que deje constancia de cada palabra que soltó el cuñado de Franco. El mismo, durante una