La actividad en la Secretaría General del Movimiento era frenética desde el mismo domingo, día 22 de junio de 1941. El embajador de Alemania en Madrid comunicó a Serrano Suñer el inicio de la Operación Barbarroja en cuanto el ejército del Tercer Reich cruzó la frontera soviética. La Falange, con Ramón Serrano Suñer, entonces todopoderoso ministro de Asuntos Exteriores, a la cabeza, y Dionisio Ridruejo, antiguo director general de propaganda, como ideólogo, no quería desaprovechar la oportunidad de ocupar una posición de privilegio dentro del nuevo régimen que estaba naciendo. Franco y la cúpula militar les harían ver que lo que pretendían no entraba en sus planes.
LA CIRCULAR 124
El martes 25 de junio de 1941, José Luis Arrese y el general Moscardó, responsables del reclutamiento en el partido falangista y el ejército respectivamente, ya cursan las primeras instrucciones de alistamiento dirigidas a las delegaciones provinciales de la FET (Falange Española Tradicionalista). Estas quedarían fijadas posteriormente por la Circular nº 124, emanada de la Secretaría General del Movimiento, y ordenaban la apertura de centros de reclutamiento en toda España, «de acuerdo con la Jefatura de milicias y según las instrucciones que se reciban». En dicha Circular 124, posiblemente redactada por Dionisio Ridruejo, se manifestaba inicialmente la voluntad de Falange de intervenir en la lucha contra Rusia de la mano de aquellos que apoyaron a los nacionales a ganar la Guerra Civil y trataba de reflejar como propia, con su lenguaje belicista, la batalla que Alemania acababa de emprender contra el comunismo: «Rusia quiso destruir a España y la destruyó en buena parte; quiso apoderarse de ella como palanca para hacer saltar al mundo occidental…».
Con la Circular 124 los jefes provinciales de Falange recibieron las deseadas instrucciones para la apertura de los banderines