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Forjadores de la America independiente
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Forjadores de la America independiente

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La independencia de las colonias americanas significó la construcción de un nuevo orden político, económico, social y de valores en el que no sólo se constituyeron nuevos estados o se instauró una nueva forma de gobierno: la república, sino que tambien se instituyeron la conciencia nacional y el sentidfo de la patria. Este libro nos cuenta paso a paso los acontecimientos que dieron forma a un nuevo continente, libre de colonialismos, al tiempo que nos describe detalladamente a los protagonistas de esta transformacion: George Washington, Thomas Jefferson, Miguel Hidalgo y Costilla, Simon Bolivar y Jose San Martin, entre otros.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento19 dic 2012
ISBN9781939048387
Forjadores de la America independiente

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    Forjadores de la America independiente - Gabriela Orozco

    Los hechos que se desarrollaron durante los movimientos de emancipación política de América Latina constituyen un proceso histórico que transcurrió entre los años 1808 y 1824. En sus inicios nacieron como una respuesta al movimiento juntista que se desató en España para defender los derechos de Fernando VII, prisionero de Napoleón, y tuvieron un carácter autonomista y federalista que finalmente derivó en la rebelión de los países americanos que estaban bajo el régimen del virreinato dirigido por la corona española.

    Las causas de estas luchas paralelas que se extendieron a lo largo de todo el territorio americano en forma casi simultánea han sido objeto de múltiples interpretaciones que pueden sintetizarse de la siguiente manera:

    1. Como causas internas, los conflictos que surgieron en los países americanos que se empezaron a sublevar contra la deficiente administración del virreinato, la relajación de las costumbres, el régimen comercial de monopolio, el aislamiento político y económico en el que se encontraban mestizos y criollos, el absolutismo y tiranía de la autoridad virreinal, las restricciones culturales, el maltrato a los indígenas, entre otras.

    2. Como causas externas, las influencias de todos los movimientos que se desataron tanto en Europa como en el norte del continente americano, derivados de la filosofía de la Ilustración; el influjo que ejercían en los criollos ilustrados los políticos europeos, la Revolución Francesa, el ejemplo de la independencia de los Estados Unidos, el papel desempeñado por las sociedades secretas, la participación activa de los jesuitas expulsos, entre otras.

    Con estos antecedentes, los americanos comenzaron a reunirse y a tratar de escribir su propia historia, pero los hechos que les permitieron acelerar el ritmo de sus acciones fueron la invasión de Napoleón a España y el absolutismo de Fernando VII, luego de su restauración en 1814.

    La independencia no se consumó con la constitución de las Juntas ni tampoco en el momento en que se proclamó. Se desarrolló durante un periodo de aproximadamente 14 años y se consiguió cuando los ejércitos criollos derrotaron a las fuerzas realistas en las llamadas guerras de independencia, cuyo carácter fue de guerra civil: se enfrentaban casi siempre peninsulares y criollos, aunque en ambos bandos se encontraran unos y otros. Este hecho explica que la lucha armada haya sido relativamente larga, a pesar de que España envió escasos contingentes militares a América.

    Los hechos políticos y militares que definieron el proceso se enmarcan en tres momentos (originados por la aparición de tres coyunturas históricas), que modificaron en forma importante las estructuras políticas de aquel tiempo:

    - La crisis monárquica de 1808, provocada por la abdicación de Fernando VII y Carlos IV a favor de Napoleón, cuya reacción fue el movimiento juntista en España y América.

    - La reacción absolutista de 1814 que se manifiesta con la vuelta al poder de Fernando VII, quien desconoció la Constitución Liberal de 1812 e inauguró la política de pacificación de América. La respuesta americana al absolutismo fernandino fue la propagación del ideal independentista a sectores sociales hasta ese instante ajenos al movimiento.

    - El movimiento liberal español de 1820, que volvió a imponer la Constitución de 1812, desbarató el intento borbónico de enviar fuertes contingentes militares para pacificar América y causó la reacción de los grupos conservadores políticamente predominantes en México y Lima, los que, para no someterse a los liberales españoles, favorecieron la independencia de sus regiones.

    Muchos de los movimientos independentistas americanos fueron de carácter localista, producto de los intereses regionales desarrollados. Se fraguaron en torno a las capitales, debido a la influencia que ejercían los cabildos de las ciudades metropolitanas. Su manifestación histórica posterior fue la formación de Estados nacionales.

    La independencia de América presenta como nota característica un alto grado de complejidad, tanto en lo que concierne a los territorios como a los factores específicos. Sin embargo, tal heterogeneidad no supone falta de unidad. El hecho es que ocurre de modo propio en cada lugar. De allí que no se acepte definir todo el proceso revolucionario por un solo principio, como tampoco es válido aplicar una teoría a todas las regiones. Aun así, varios de los países americanos comparten protagonistas, tratados y batallas y, con todo, es posible admitir cierta generalidad.

    La llamada Patria fue el carácter esencial del movimiento y el que finalmente predominó en toda América, por encima de otros movimientos independentistas que, como el fallido de Hidalgo en México, se acompañaban también de una verdadera revolución social.

    Capítulo 1 Guerras paralelas

    Antecedentes

    Desde décadas anteriores existieron revoluciones de las más diversas características y finalidades que, aunque no llegaron a formar un movimiento independentista hispanoamericano, sí fueron importantes para la difusión de ideologías de liberación.

    La Guerra de Independencia de los Estados Unidos es un antecedente geográficamente cercano. En Europa, la Revolución Francesa fue el ejemplo ideológico para la república de Haití, que tuvo una verdadera revolución social en los esclavos. También destacan los fallidos intentos del Imperio Británico para ocupar directamente territorios continentales sudamericanos, como el ataque sobre Cuba y Cartagena de Indias en la Guerra de la Oreja de Jenkins (1741) o las Invasiones Inglesas en el Río de la Plata, en 1806 y 1807, que generaron una conciencia hispanoamericana de sus capacidades y poderes, así como la creación de varios cuerpos militares locales, como el Regimiento de Patricios.

    En Europa, con la ocupación de España y la captura de la familia real, Napoleón impuso, en 1808, las abdicaciones de Bayona, por las que el monarca Fernando VII y su padre y predecesor Carlos IV renunciaban a sus derechos a la corona de España y de las Indias en favor del Emperador, quien después se los otorgó a José Bonaparte, lo que motivó que Fernando VII fuera hecho prisionero. Todo ello desencadenó el levantamiento de los pueblos de España en la Guerra de la Independencia Española (1808-1814) contra la ocupación napoleónica y la creación de la Constitución española de 1812.

    En América comenzaron una serie de movimientos que desconocían los nombramientos para la administración americana que provenían de España y que se justificaban en la renuncia de los herederos legítimos de la monarquía española. De esta forma, en 1808, el Ayuntamiento de México se erigió en Junta Soberana, con el apoyo incluso del virrey de la Nueva España José de Iturrigaray. Sin embargo, el movimiento fue disuelto y concluyó con el encarcelamiento de los miembros del ayuntamiento y la destitución de Iturrigaray. En los años siguientes se sucedieron levantamientos en todo el continente para formar juntas de gobierno locales.

    Un sueño recorre América

    Se sucedieron estallidos de violencia en diversos puntos de América Central y del Sur. Los revolucionarios desconocieron las autoridades monárquicas en América, se constituyeron en repúblicas americanas y se organizaron militarmente. El gobierno español y Fernando VII negaron legitimidad a las Juntas de autogobierno y dieron su apoyo político y militar a la reacción realista americana. Bajo la dirección española, se formaron los llamados ejércitos realistas, con el auxilio de expedicionarios españoles, pero principalmente por americanos, que conformaban la mayoría de la tropa y de la oficialidad, lo que para algunos autores le da el carácter de guerra civil.

    El Primer Imperio Mexicano lo consolidó Agustín de Iturbide. En Sudamérica, Simón Bolívar y José de San Martín, los llamados Libertadores, serán los más destacados líderes militares independentistas y, hasta el final de las grandes campañas militares, quienes consiguieron liberar a sus pueblos, con la batalla de Ayacucho en 1824.

    Por parte de los llamados realistas, el pacificador Pablo Morillo y el virrey Fernando de Abascal destacaron como organizadores de la defensa de la monarquía española en América.

    En el Caribe, Cuba y Puerto Rico no serán alcanzadas por la guerra y seguirán formando parte del Reino de España hasta el año de 1898.

    Las monarquías absolutas se desmoronan

    Las abdicaciones de Bayona, que tuvieron lugar a comienzos de mayo de 1808 en la ciudad francesa del mismo nombre, en el castillo de Marracq, son las renuncias sucesivas de los reyes Carlos IV y de su hijo Fernando VII al trono de España en favor de Napoleón Bonaparte, quien a continuación cedería los derechos a su hermano José Bonaparte, quien reinaría con el nombre de José I.

    Una vez llevadas a término las renuncias reales y la sumisión de las autoridades, Napoleón, depositario de los derechos del Trono, encomendó al lugarteniente del reino y de la Junta suprema de gobierno la convocatoria de una diputación general o asamblea de notables de 150 personas, que se reunirían en Bayona para tratar el estado del reino de España.

    Napoleón proclamó a los españoles que no iba a reinar en España y confirmó la convocatoria de la asamblea de notables en Bayona.

    El Consejo de Castilla, que tras el rey era la segunda dignidad del reino, declaró en el pleno reunido en Madrid el 11 de agosto de 1808, que eran nulas las abdicaciones de Bayona.

    Argentina

    Las entonces Provincias Unidas en Sudamérica declararon la Independencia el 9 de julio de 1816, mediante un Congreso reunido en la ciudad de San Miguel de Tucumán, en la casa que era propiedad de Francisca Bazán de Laguna, que ahora es considerada Monumento Histórico Nacional.

    En 1814, el rey Fernando VII regresaba al trono de España. Esa situación quitó argumentos de acción a los hombres que habían iniciado la Revolución de Mayo e instaurado la Primera Junta. Ya no podían actuar en nombre del rey de España, porque éste volvía a estar en el poder efectivo. España quería reconquistar sus colonias. Los realistas (partidarios del colonialismo) habían triunfado en Sipe Sipe, Guaqui, Vilcapugio y Ayohuma y eran fuertes en el Alto Perú, actual Bolivia. Desde allí pensaban atacar las bases de patriotas ya entonces al mando de José de San Martín e invadir todo el territorio de Argentina teniendo como objetivo la ciudad de Buenos Aires.

    El 15 de abril de 1815, una revolución terminó con el gobierno unitario de Carlos María de Alvear. Los revolucionarios exigieron la convocatoria de un Congreso General Constituyente. Inicialmente se enviaron diputados de todas las provincias y el 24 de marzo de 1816 comenzaron las sesiones. Cada delegado representaba a 15 000 habitantes.

    Los territorios que habían pertenecido al Virreinato del Río de la Plata perdieron a sus representantes, algunos porque habían caído ante los realistas, otros porque estaban luchando en la invasión luso-brasileña. Banda Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe; todas las provincias de la Liga Federal perdieron a sus representantes sólo por su situación estratégica y por la habilidad de formar una sola provincia con el gobierno federalista.

    Aunque Córdoba no logró hacer triunfar las ideas federales, sí representó el ideario preconizado por José Gervasio Artigas. Paraguay se declaró independiente (tras haber estado confederado) ante las actitudes hipercentralistas del Directorio establecido en la ciudad de Buenos Aires; en cuanto a los territorios de Patagonia, Comahue y el Gran Chaco se encontraban bajo el dominio de los llamados pueblos originarios. El Congreso se inició con la presencia de 33 diputados.

    Es de notar que, pese a una hegemonía de representantes de todas las provincias con signo unitario, el Congreso de San Miguel de Tucumán expresó en gran parte su interés por el federalismo, lo que fue respaldado por José de San Martín, Manuel Belgrano y Bernardo de Monteagudo, entre

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