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Operación Sodoma- Final del Mono Jojoy, símbolo del narcoterrorismo comunista contra Colombia
Operación Sodoma- Final del Mono Jojoy, símbolo del narcoterrorismo comunista contra Colombia
Operación Sodoma- Final del Mono Jojoy, símbolo del narcoterrorismo comunista contra Colombia
Libro electrónico290 páginas6 horas

Operación Sodoma- Final del Mono Jojoy, símbolo del narcoterrorismo comunista contra Colombia

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A lo largo de cinco capítulos Operación Sodoma aborda el trasiego de Jojoy en las Farc, desde su nacimiento en 1952 en un campamento de la Vereda La Esperanza de Cabrera Cundinamarca, regido por las guerrillas comunistas de Juan de la Cruz Varela, en las cuales militaban sus padres Noe y Romelia y su hermano mayor Luis Noe, hasta su muerte en zona rural de La Macarena Meta en un campamento terrorista regido por ideales afines al mismo partido que lo vio nacer, crecer y desarrollarse como el símbolo del narcoterrorismo comunista contra Colombia.

Durante el recorrdio por texto, el lector escudriña la personalidad agresiva, audaz y desconfiada de Jojoy, así como su liderazgo negativo y su capacidad para hacerse obedecer por más de 4.000 terrorista bajo su mando, temerosos de ser sometidos a los sangrientos dictámenes de la justicia revolucionaria marxista-leninista.

Casi analfabeta, autodidacta, histriónico, cínico y desparpajado para vociferar ideales extremistas de totalitarismo político y de destrucción de la especie humana, apadrinado por Tirofijo, Jojoy acumuló poder político, económico y control sicosocial en las zonas rurales donde sus cuadrillas impusieron la ley del monte, respaldadas por el trabajo político-organizativo del Partido Comunista.

Operación Sodoma deja al descubierto interesantes datos acerca del funcionamiento del Secretariado de las Farc, sus farsas y metodologías de engaño con ilusorias conversaciones de paz, sus planes inmediatos y a largo plazo, y la férrea unidad ideológica de las decisiones colectivas de los cabecillas de las Farc.

Esta obra es un referente para analistas políticos, investigadores de estudios estratégicos, documentalistas de temas de estrategia y táctica militar en guerra de guerrillas e historiadores civiles y militares.

Por su crueldad y mentalidad sanguinaria Jojoy constituye un personaje malévolo que la historia no puede dejar desapercibido. Es necesario que los educadores, los dirigentes políticos y la sociedad colombiana en general conozcan que pensaba, como vivía, cómo actuaba y como cayó este genio del terrorismo rural y urbano del siglo XXI en Colombia.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento16 mar 2017
ISBN9781370400416
Operación Sodoma- Final del Mono Jojoy, símbolo del narcoterrorismo comunista contra Colombia
Autor

Luis Alberto Villamarin Pulido

Luis Alberto Villamarín Pulido, natural de Fusagasugá - Cundinamarca, coronel retirado del Ejército colombiano, con 25 años de experiencia militar (1977-2002), más de la mitad de ellos dedicado a las operaciones de combate contra grupos narcoterroristas en Colombia, y después de su retiro del servicio activo, profuso investigador de temas relacionados con la geopolítica del Medio Oriente, el Asia Meridional y el continente americano; el terrorismo internacional islámico y comunista, historia y proyección estratégica de grupos islamistas como Al Qaeda, Isis, Hizbolá, el conflicto árabe israelí y la Primavera Árabe, así como la amenaza nuclear del régimen chiita de Teherán.Sus obras Narcoterrorismo la guerra del nuevo siglo, Conexión Al Qaeda, Primavera Árabe: Radiografía geopolítica del Medio Oriente, ISIS: la máquina del terror yihadista, el Proyecto Nuclear de Irán y Martes de Horror (atentados terroristas del 9-11), son referentes para el estudio, conocimiento de la complejidad política, geopolítica y geoestratégica del convulso Medio Oriente.Algunas de sus obras han sido traducidas a inglés, francés, alemán, portugués y polaco. Su libro En el Infierno traducido a inglés como In Hell, es base para una película en Hollywood-California, y los demás textos son utilizados como material de estudio en diversas universidades del mundo.

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    Excelente libro,excelente historiador,e de celentr escritor, un orgullo para Colombia, para sus fuerzas militares!

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Operación Sodoma- Final del Mono Jojoy, símbolo del narcoterrorismo comunista contra Colombia - Luis Alberto Villamarin Pulido

Índice

Breve Biografía del Autor

Introducción

¿Quién era el Mono Jojoy?

De Casa Verde al Narcoterrorismo

Zona de distensión y Primavera del Plan Estratégico de las Farc

Persecución Implacable

El golpe final

Bibliografía

Otras Obras del Autor

BREVE BIOGRAFÍA DEL AUTOR

Luis Alberto Villamarín Pulido, natural de Fusagasugá-Cundinamarca, coronel de la reserva activa del Ejército colombiano, con 25 años de experiencia militar, más de la mitad de ellos dedica do a las operaciones de combate contra grupos narcoterroristas en el país.

Distinguido entre sus compañeros de armas en quehaceres operacionales y académicos castren ses, pues, además de ser un brillante comandante de tropas en el campo de batalla, ha plasmado su visión investigativa en 33 libros y más de 1000 artículos de su autoría, relacionados con el complejo conflicto colombiano, el terrorismo internacional, la geopolítica, la defensa nacional y la historia patria.

Miembro de la Sociedad Bolivariana de Colombia, la Academia de Historia del Huila y la Academia Colombiana de Historia Militar; este oficial lancero, paracaidista y contraguerrillero rural ha recibido los galardones Latino Literary Awards 2003 por el libro La Silla Vacía en Los Ángeles-California; Verdadero Orgullo Hispano 2006 por la obra Delirio del Libertador, en Elizabeth New Jersey; y Premio Internacional de Literatura, Jairo Hoyos Salcedo 2009 en Washington D.C, por el texto Complot contra Colombia.

Algunas de sus obras han sido traducidas a idiomas inglés, portugués, alemán, francés y polaco. Su libro titulado En el Infierno es base para una película en Hollywood-California, y los demás textos son utilizados como material de estudio en prestigiosas universidades del mundo, tales como Harvard en Estados Unidos, Complutense en España, Autónoma de México y Los Andes de Colombia, para la elaboración de tesis de pregrado, postgrado, maestrías o doctorados en temas afines a sus escritos.

Ha sido entrevistado como analista especializado para programas de opinión en estaciones de radio y televisión de diversos países, de manera individual o como participante en paneles de expertos internacionales en asuntos estratégicos atinentes al terrorismo, los conflictos armados, la guerra de guerrillas, la geopolítica, la defensa nacional y la seguridad hemisférica.

El Instituto Colombiano de Ciencia y Tecnología de Colombia (Colciencias) avaló su registro en el CVLAC en las especialidades de Ciencias Militares, Ciencias Políticas y Ciencias Sociales, en la base de datos que agrupa a los investigadores científicos de Latinoamérica y el Caribe.

Introducción

Mono Jojoy: Producto de la combinación de las formas de lucha del Partido Comunista Colombiano

Desde su incursión en el escenario político, el Partido Comunista Colombiano inició a instigar el odio de clases, la violencia terrorista contra el bipartidismo liberal-conservador y la organización de células obreras o campesinas, convertidas en la vanguardia del proletariado para proyectarlas a largo plazo hacia la toma del poder político, en forma sincronizada con las luchas agrarias conducidas por agitadores, que desde 1935 indujeron a diferentes grupos campesinos, a invadir haciendas y apropiarse por la fuerza de los terrenos.

En aras de legitimar tales acciones, el dirigente comunista manizaleño Erasmo Valencia, quien se había asentado en el Páramo de Sumapaz al suroriente de Bogotá creó el Partido Agrario Nacional, mediante el cual aglutinó la mayor parte de movimientos campesinos instigados por sus correligionarios, para conducir la colonización de facto con redistribución de tierras, en diversas regiones del país.

Para fortalecer su proyecto político, Erasmo Valencia se alió con Jorge Eliécer Gaitán a quien lanzó como candidato presidencial en el Corregimiento de Nazaret al suroriente de Bogotá. A partir de 1946, Valencia hizo campaña con la Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria (UNIR), movimiento político dirigido por Gaitán.

En torno a este tema, en entrevista con el periodista y propagandista de izquierda Alfredo Molano, el terrorista Israel Morales conocido en las Farc con los alias de Carreras y Malicia relató:

—Estaba yo muy pequeño en la escuela de Peñas Blancas cuando bajó Erasmo Valencia del Sumapaz. Yo tenía 8 añitos y lo recibimos cantando el himno nacional: ¡Que viva el compañero Valencia!, (sic) (con él) iba Juan de la Cruz Varela. La maestra salió y puso el estandarte de Colombia. Erasmo venía en un pedazo de caballo (sic) y debajo de un encauchado—

Al morir Erasmo Valencia en Bogotá en 1949, fue reemplazado por el campesino boyacense y guerrillero comunista Juan de la Cruz Varela, en la dirección de los movimientos agrarios en el Sumapaz, la región del Tequendama en Cundinamarca y el Oriente del Tolima.

—Con don Juan— agregó su guardaespaldas Carreras— anduvimos mucho. En La Violencia (1948-1964) él iba como estratega y yo como su guardaespaldas. Él era el que dirigía todo: Era secretario político, era jefe de finanzas, era comandante, secretario de autodefensa. Trabajábamos juntos. A donde él iba, iba yo—

El testimonio de José Castellanos, labriego oriundo de la Vereda La Mercadilla ubicada en Villarrica al oriente del Tolima, en límites con las estribaciones occidentales del Páramo de Sumapaz, refleja pormenores de la forma como se realizó aquel proceso subversivo de expropiaciones:

—Mi padre era un campesino laborioso. Teníamos una hacienda cafetera y ganadera muy próspera. A comienzos de los años cincuenta llegaron a Villarrica campesinos venidos de diferentes partes del país, acompañados por directivos del Partido Comunista, que a su vez eran dirigidos por Juan de la Cruz Varela, quien acababa de apoderarse de unos terrenos baldíos de la Hacienda La Esperanza de El Duda, que por herencia y con documentos pertenecían al terrateniente Antonio Vargas—

—Los comunistas comenzaron a organizar comités de vigilancia revolucionaria y células de partido, con el argumento que la tierra es para quien la trabaja y no propiedad de unos pocos, como ya hacían en Guatimbol-Icononzo—

—Según ellos, todas esas tierras eran propiedad colectiva del pueblo y todos los campesinos deberíamos organizar células del Partido Comunista, renunciar a la propiedad privada y todos los vicios capitalistas, para vincularnos a una milicia o autodefensa, porque la reacción de los ricos sería feroz contra los que cambiaríamos el destino de obreros y campesinos colombianos—

—Así, nuestras vidas estarían sujetas a lo que ordenaran los camaradas desde Bogotá, para defender a muerte las conquistas revolucionarias de los pobres, es decir el robo de las tierras a sus legítimos propietarios. Esta conducta, no fue un trabajo aislado o circunstancial. Fue algo planeado y ejecutado con metodología progresiva en diferentes lugares del país—

—Así siguieron con la propaganda permanente, hasta que se apropiaron de algunas haciendas y las parcelaron por la fuerza. La reacción de los agredidos dueños fue fuerte. Hubo enfrentamientos con armas de fuego, machete, puñal y hasta armas artesanales—

—Los comunistas ya tenían bandoleros regados por la Cordillera Oriental a lo largo de Pasca, San Bernardo, Pandi y Cabrera en Cundinamarca; Dolores, Villarrica, Prado, Icononzo y Cunday en el Tolima, la cual, años más tarde se prolongó a Uribe y Mesetas en el Meta, y el Yarí en Caquetá—

Esa organización armada era denominada La Cortina o la autodefensa popular, con el detonante que la Dirección Liberal auspiciaba guerrillas que combatían contra el régimen conservador, pero que luego terminaron enfrentadas con los comunistas en la guerra entre limpios y comunes. La época de La Violencia (1948-1964) fue muy compleja.

NA 1 Según el Mono Jojoy La Cortina estaba hecha con hombres guapos para no dejar pasar adentro al Ejército. Cfr: Molano Alfredo, Trochas y Fusiles, El Áncora Editores, página 87, Primera Edición, Bogotá-Colombia, 1994.

NA 2 Se dice y es cierto, que en aquellos tiempos, el Dr. Eduardo Santos a la sazón director-propietario de El Tiempo, entregó dos y medio millones de pesos para financiar guerrillas Cfr. Arenas Jacobo, Cese al Fuego, Editorial Oveja Negra, Bogotá-Colombia, Primera Edición 1984

—Hombres y mujeres mayores de 15 años recibían instrucción militar y orientación política marxista-leninista, andaban armados por la región y prestaban guardia en sitios predominantes del terreno, para contrarrestar los ataques de los grupos liberales y conservadores organizados por los hacendados, que habían perdido sus fincas y hasta a algunos de sus peones que se pasaron al lado de los revolucionarios—

—Había guerra en el campo pero la presencia militar era muy escasa, porque el Ejército era insuficiente para estar en todo el país, y la policía que estaba politizada por los conservadores tampoco salía de las áreas urbanas de los pueblos. Así comenzó un conflicto armado que no termina sesenta y cinco años después, porque ahora le sumaron el negocio de la coca y de las armas—

Jacobo Arenas ideólogo-fundador de las Farc anotó al respecto:

—Un pleno ampliado del Comité Central del Partido Comunista Colombiano realizado en los finales de 1947, diseñó como tarea inmediata pasar a la organización de la Autodefensa Popular para responder a la violencia oficial con la violencia organizada y serena de las masas—

—Fue una organización campesina armada y (sic) bajo la dirección del Partido Comunista en las regiones agrarias bajo su influencia, creció y se hizo fuerte allí donde las circunstancias lo exigieron—

—En algunas ciudades y poblaciones importantes, la Autodefensa fue organizada y jugó papel de gran significación en el enfrentamiento con los pájaros, organización paramilitar al servicio del gobierno y los gamonales del pueblo, de los latifundistas y reaccionarios, dirigida a matar a los opositores que hallaran en su funesto camino—

—La autodefensa inició en el Tequendama, Viotá, y 10 municipios circunvecinos, para luego expandirse a Montevideo y El Pato en Santander, la línea del ferrocarril de Puerto Wilches, a San Juan de Rioseco en Cundinamarca, a Chaparral en el sur del Tolima, a la Concepción en Santander del Norte, a las zonas de la Tropical Oil Company, a la Shell y la Socony Vacunyn en los territorios petroleros, a la región del Ariari en los Llanos Orientales y a otros lugares del país—

—Pero para que un movimiento de autodefensa pueda dar a luz una guerrilla, se requiere que sea un núcleo disponga de una estructura orgánica y de mando, de un plan militar, de un conocimiento de la táctica, lo operacional y lo estratégico; cuyos integrantes ya no luchan por la defensa de sus intereses particulares, no luchan por la tierra, sino por el triunfo de la revolución, es decir, combatientes de nuevo tipo, profesionales de la causa, que combaten ante todo por el poder—

Entre los invasores agraristas, dirigidos por Juan de la Cruz Varela para colonizar el Oriente del Tolima y el Páramo del Sumapaz por medio de la violencia y las células marxistas-leninistas, estaba la familia Suárez Rojas, procedente de Boavita-Boyacá.

Igual que todos los adultos de aquella comunidad, la pareja integrada por Noé Suárez y Romelia Rojas se enroló a la autodefensa y luego las guerrillas indoctrinadas por Juan de la Cruz Varela y Eusebio Prada alias el Mono Mejías, quienes habían iniciado desde 1935 a preparar la colonización armada del Páramo del Sumapaz, el Oriente del Tolima y la olla del río Duda, con proyección hacia los Llanos Orientales, Huila y Caquetá, para construir en esos enclaves, focos de rebelión político-armada contra el Estado colombiano.

NA 3 En algunas regiones de Colombia, las personas rubias, o de piel blanca y color castaño claro, son llamadas mono o mona.

Noé Rojas alias de El abuelito era el cabecilla de un grupo de bandoleros, entre quienes estaba Luis Noé, su hijo mayor. Y su esposa Romelia fue cocinera de Varela, Mejías y Jacobo Arenas.

Los demás hijos de esta pareja eran muy pequeños, pero años más tarde casi todos ingresaron a las Farc. En síntesis, la familia Suárez Rojas estuvo vinculada con el Partido Comunista y las Farc desde la creación del grupo terrorista en cada una de sus etapas:

1. Bandolerismo crónico (1964-1970) 2. Barbarie comunista (1970-1982) 3. Narcoterrorismo (1982 en adelante) 4. Internacionalización del conflicto, narcoterrorismo y búsqueda de estatus de beligerancia (1998 en adelante).

Por ser antiguos militantes marxistas-leninistas, los Suárez Rojas han integrado las cuatro generaciones de las Farc: 1. Marquetalianos y antiguos combatientes comunistas. 2. Autodefensa Popular y Miembros del Partido Comunista 3. Terroristas cualificados en técnicas de guerra revolucionaria comunista 4. Narcoterroristas y propagandistas internacionales.

NA 4 Marquetalianos: Terroristas que convivieron en Marquetalia con Tirofijo.

Capítulo I

¿Quién era el Mono Jojoy?

Por sus actitudes displicentes, agresividad verbal y conducta sanguinaria, el Mono Jojoy se convirtió en la imagen y el símbolo del narcoterrorismo comunista de las Farc contra Colombia.

Personalidad del Mono Jojoy

La Zona de distensión fue un área de 42.000 kilómetros cuadrados sin presencia militar o policial, cedidos a las Farc durante casi cuatro años (1998-2002) por la debilidad de carácter del presidente Andrés Pastrana y la inoperancia de otras autoridades que dejaron sin protección estatal a los habitantes de San Vicente del Caguán en el Departamento del Caquetá, y, Mesetas, Lejanías, Uribe y La Macarena en el Departamento del Meta.

El periodista colombiano Gonzalo Guillén relató un episodio sucedido en la Zona de Distensión, que sintetiza quién era y cómo actuaba Víctor Julio Suárez Rojas alias el Mono Jojoy:

Una tarde de agosto de 2001, en medio de los improductivos diálogos del gobierno de Andrés Pastrana con las Farc, un destartalado vehículo marca Mazda arribó a una finca ubicada cerca de San Vicente del Caguán. Protegido por 300 terroristas, Jojoy esperaba a una pareja de campesinos, ambos mayores de 50 años.

Con ayuda del conductor, los dos ancianos sacaron del baúl del vehículo, una caja de cartón que contenía 650 millones de pesos en efectivo, equivalentes a 325.000 dólares, como parte de un millón de dólares exigido por la liberación del hijo de los dos ancianos, quien por orden de Jojoy estaba secuestrado desde hacía un año.

Sin responder al saludo, Jojoy verificó la cantidad de dinero que le entregaban las dos víctimas, pero cuando evidenció que no traían la cantidad exigida, gritó enfurecido:

—¡La plata se queda aquí y ustedes regresan a conseguir el resto!—

—Nunca conseguiremos esa suma. No nos vamos de aquí hasta cuando suelten a nuestro hijo— dijo la anciana bañada en lágrimas.

Conmovido, el conductor del vehículo suplicó a Jojoy:

—Comandante: ¡Hágales una rebajita (descuento)!—

Sin inmutarse ante los ruegos, Jojoy desenfundó la pistola Pietro Beretta calibre 9mm y con sendos disparos a quemarropa asesinó a la pareja.

—Y usted, aprenda a no ser sapo. ¡Váyase! ¡No me joda más porque tengo dolor de cabeza!— dijo Jojoy al chofer. Luego enfundó el arma y regresó a la casa.

Enseguida varios escoltas de Jojoy, tomaron los dos cadáveres por los brazos y los arrastraron para sepultarlos, como sucedió con otras personas asesinadas por las Farc durante la época de la Zona de Distensión. Días después, Jojoy ordenó asesinar al conductor e incinerar el vehículo Mazda. Producto de ese crimen, cinco huérfanos y una viuda se asilaron en París.

Similares a este, abundan relatos y documentos judiciales de testigos que presenciaron o padecieron atrocidades cometidas por Jojoy, como las purgas en las que fusiló a algunos de sus escoltas, porque podrían ser infiltrados del gobierno.

En los cuadernos incautados en la Serranía de La Macarena en una de sus guaridas, existen pruebas documentales que Jojoy ordenó en dos años más de 400 fusilamientos o duros castigos contra miembros del Bloque Oriental, luego de juicios revolucionarios por escuchar radio sin permiso, hablar en la formación, dejar escapar un tiro de fusil limpiando el arma, comprar dulces sin permiso o usar una ebilla (sic) plateada que puede ser vista por el enemigo

Jojoy era desconfiado en grado sumo. Vivía obsesionado con el fantasma de la traición que le enseñaron en su niñez y juventud los ideólogos comunistas. Así se infiere de este email de su autoría:

—Sobre amigo (de) Panamá es bueno conocer bien (los) antecedentes, no sea trabaje CIA y capturen cuando vayan sacar plata. Los caleteros deben permanecer sitio donde el comandante tenga absoluto control sobre ellos—

Su temperamento variable y brusco. Pocas veces fue cordial o jovial con quienes lo rodeaban. Era estricto, directo y drástico. Sus órdenes eran inflexibles. Caminaba erguido, siempre con una mano o las dos en la cintura, se cuidaba en su aseo personal, y, hablaba con acento campesino y tono autoritario. A menudo, vociferaba palabras soeces con desparpajo.

Su vida era el reflejo del pensamiento colectivo y la mentalidad sanguinaria de los cabecillas del Secretariado de las Farc. Jojoy, no era el único que tomaba las atroces decisiones que lo convirtieron en uno de los narcoterroristas más buscados de Colombia.

Su conducta traducía el sentir de Tirofijo, Alfonso Cano, Iván Márquez, Raúl Reyes, Iván Ríos, Pablo Catatumbo y Timochenco. Se diferenciaba de ellos, en que Jojoy expresaba y reconocía con arrogancia, lo que otros cabecillas de las Farc ocultan con cinismo.

Perfil de un criminal sicópata, cínico, despiadado y arrogante

Aunque no volvió a combatir desde 1995, El Mono Jojoy era eufórico y ansioso mientras sus subalternos ejecutaban acciones terroristas o enfrentaban a la Fuerza Pública. Mientras esto sucedía, gritaba, caminaba y era rígido con sus escoltas. Hablaba por radio y de inmediato cambiaba de lugar por temor a ser ubicado y morir en un bombardeo.

NA 5 Tras la muerte de Raúl Reyes, los miembros del Secretariado de las Farc, optaron por utilizar radio-operadoras para transmitir mensajes, lo que facilitó al Ejército Nacional infiltrar las comunicaciones del Bloque Oriental de las Farc y concretar la Operación Jaque.

Durante sus largas exposiciones dentro de los campamentos o en las marchas al lado de la guerrillerada, Jojoy era muy hablador, exageraba su participación o la de Tirofijo en combates y no permitía interrupciones. Sin parar, relataba historias acerca de sus inicios en la guerrilla. Pocas veces hablaba de otros temas, pero permanecía informado del acontecer político nacional e internacional por televisión, radio, o internet.

Si Jojoy tenía resultados favorables en algún combate contra las Fuerzas Militares o la Policía, autorizaba fiestas con mucho baile y poco trago. En contraste a este gesto de aparente bonhomía, su crueldad generó resentimientos y deserciones de muchos terroristas, debido a la frialdad con que ordenaba fusilar a quienes cometían errores en combate, incumplían tareas asignadas, o faltaban al reglamento fariano.

Después de entrevistarlo en El Caguán, la periodista Alejandra Villamizar lo definió como un campesino inteligente, disciplinado, alegre, familiar, amable, terco, desconfiado, derrochador, descarado, arrogante, secuestrador, asesino, inhumano, enviciado con la guerra y estafador de la paz, exponente de una organización narcoterrorista que mata al pueblo que dice defender:

Transcurrían los primeros meses de 1999. Jojoy vestía camiseta blanca y pantalón camuflado, boina negra y botas militares de cuero.

—Mucho gusto, comandante— dijo y repitió la frase cuatro veces.

Escuchó el nombre de cada uno, miró la credencial que nos identificaba y comentó:

—¡Ah! ¿Ustedes son de CM&?... ¡Yo soy de las Farc!...Estoy ocupado puliendo una parada militar. Esto del proceso (de paz 1998-2002) me ha puesto mucho trabajo. De entrevistas nada. Ni prendan las cámaras porque no estoy para poner la cara—

Con el escenario bajo su control, Jojoy mostró a los guerrilleros y elogió sus uniformes nuevos y su armamento. Irónico, alardeó de su imagen de malvado. Estaba encantado de hacerlo. Hizo preguntas sobre su pasado militara los hombres de mi equipo:

—¿Usted, no será militar, o sí?, ¿Prestó servicio? Tiene peluqueado de chulo; y usted: tiene cuerpo como para que sea guardia del Secretariado (de las Farc). Venga a ver, se puede ir quedando aquí…¡Tráiganle un uniforme!—

NA 6 Chulo: palabra despectiva de las Farc para denominar a los soldados y policía originada en los desmanes de la policía chulavita conservadora de los años cuarenta y cincuenta.

Luego, Jojoy detalló las características del fusil, de la munición que usaba y se refirió a dos radios de comunicación que tenía colgados del arnés.

—Por aquí doy una orden de volar las cárceles, y por aquí otra de coger a los políticos—

Ante el silencio de los periodistas, agregó:

—Mi vida son las Farc. Tengo 46 años y calculé que me mataban antes de los 42. Así que estoy viviendo de más. De aquí pa'lante (sic) todo es ganancia. Preferimos una tumba en Colombia que una cárcel en Estados Unidos. Sí. En este caso, coincidimos con los carteles del narcotráfico—

NA 7 Tiempo después un video demostró, que Jojoy se había reunido con un médico que intentó canjear cocaína por armas con el cartel de Tijuana en México.

Al días siguiente ante la inoperancia del presidente Andrés Pastrana, Jojoy exhibió su poder. Cientos de terroristas marcharon en San Vicente del Caguán, disfrazados con uniformes militares, armas modernas y bandas con el tricolor nacional sobre el pecho. Luego los formó frente a las de cámaras de televisión y pidió reporte militar a Romaña, Marco Aurelio Buendía y Jairo Martínez.

—Sobre Jojoy— agregó Alejandra Villamizar— la historia dirá que fue uno de los peores y más sanguinarios terroristas que tuvieron las Farc, que era un narcotraficante y un secuestrador despiadado—

—Otra será la versión de la misma historia monte adentro. Dirán que además del estratega militar que llevó a las Farc a desafiar al Estado, fue un comandante cálido, preocupado por sus hombres, que les daba licencia en caso de enfermedad y encargaba en la remesa moñitos para el pelo y esmalte para las uñas de las mujeres—

—Las dos versiones no son contradictorias, sino ciertas. Y compartirán un final común: Jojoy nunca tuvo otro destino. Él lo dijo siempre, su vida fueron las Farc… y también su muerte—

Dentro de esa tónica, en conversación con otros periodistas Jojoy exteriorizó su visión personal, respecto a la concepción estratégica del mando militar y de

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