Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Almas Gemelas: Dean & Clifton
Almas Gemelas: Dean & Clifton
Almas Gemelas: Dean & Clifton
Libro electrónico65 páginas1 hora

Almas Gemelas: Dean & Clifton

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

El unico respiro de Clifton de su trabajo diurno de mierda es pasar el rato en el club gay con su mejor amigo y observar al objeto de su lujuria Eric Hamilton. Desafortunadamente, Eric esta fuera de su liga y ni siquiera sabe que él existe. clifton esta convencido de que no existe un hombre mas atractivo en el mundo hasta que el hermano de Eric viene al pueblo de visita.

Dean hamilton trabaja en un lujoso restaurante en Nueva York. Él intenta ignorar el hecho de que es un hombre lobo lo mejor posible. Es facil de hacer cuando vivis en una ciudad grande y no podes salir al bosque durante la luna llena. pero cuando él viaja a su pueblo natal y encuentra a su alma gemela en Clifton, se hace aparente para él que su naturaleza real se impone ante todo.

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento12 jun 2018
ISBN9781547532438
Almas Gemelas: Dean & Clifton

Relacionado con Almas Gemelas

Libros electrónicos relacionados

Ficción gay para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para Almas Gemelas

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Almas Gemelas - Kyler Matthew

    Capitulo Uno

    Clifton

    Días como hoy me hacen pensar en porque decidí tomarme un año sabático antes de comenzar la universidad. Sé que no tengo el peor trabajo en la faz de la tierra, pero debe estar bastante cerca. Ya que me rehusó a entrar en los servicios de comida, decidí entrar en ventas. En los días con suerte, me toca reabastecer estantes. En los días que o tengo tanta suerte, como hoy, me toca trabajar la caja registradora.

    Por alguna razón, parece que casi todos los clientes en la cola hoy se las arreglaron para encontrar u producto sin precio. Larry, el chico que corrobora los precios, es más lento que la melaza, y nuestro sistema de ventas es tan arcaico que no hay forma de buscar productos. Dos veces hoy me eh aventurado a la tienda en busca de precios de algunos artículos, a pesar del hecho de que sabía que podía meterme en problemas si lo hacía. Larry estaba desaparecido, probablemente fumando un cigarrillo o flirteando con Charlene, una chica que trabaja en el vivero. Trabajamos en Garden Kare, un centro de jardinería familiar. También paga el salario mínimo típico de un negocio familiar. Para hacer las cosas peor, siempre intentan recortarnos las horas. Aprendí eso en mi primera semana.

    Estoy comenzando a desear haber aplicado a McDonalds como todos mis otros amigos que decidieron tomarse un tiempo fuera del colegio o que decidieron que la universidad no era para ellos. Al menos McDonalds esta actualizado con la tecnología, y mis amigos no tienen que preocuparse por ser golpeados en la mejilla o que les griten por cosas que no son su culpa.

    Suspiro aliviado cuando mi turno termina y por fin puedo quitarme el maldito estúpido delantal rojo que nos hacen usar con una etiqueta con nuestros nombres pegada a una de las tiras. Lo cuelgo en la sala de empleados, observándolo con todo el odio que siento después del día que pasé. Luego vuelvo a la tienda y mi aliento se detiene cuando mis ojos se cruzan con los de mi jefe y él frunce el ceño.

    —Clifton, ¿puedo hablar contigo un momento? —El pasó a mi lado, abriendo la puerta de la sala de empleados y sosteniéndola para que lo siguiera adentro.

    La maldita cosa se sentía como un vortex succionándome hacia adentro de nuevo. Lo único que quiero es irme a casa, pero pareciera que no puedo escaparme de este lugar.

    —Mierda. —Digo en voz baja antes de darme vuelta y caminar de vuelta al infierno.

    No hay nadie más en la sala de empleados, por lo que el Señor Monohan no se molesta en llevarme a su oficina. Él simplemente toma asiento en una de las mesas que usamos para el almuerzo. Yo me siento frente a él, ya sospechando de que se trata esto.

    —Pase por tu estación hoy temprano y no estabas ahí. ¿Per sabes que si estaba ahí?, una fila de clientes. — Él me informa como si yo no lo supiera.

    —Tuve que hacer un chequeo de precio. —Lucho con las ganas de rodar los ojos.

    —Ya hemos hablado de esto antes, Clifton. Cuando necesitas que hagan un chequeo de precios, llamas a Larry por los parlantes.

    —El tipo tarda demasiado. A veces ni siquiera aparece. —Ni siquiera puedo saber si Larry está en camino o no. Los únicos comunicadores están en la registradora y uno en la oficina del Señor Monohan. Larry no tiene forma de avisarme aparte de llevar su perezoso trasero hasta mi registradora, cosa con la que él no se va a molestar. —Es más rápido si lo hago yo mismo.

    —Ese no es el punto. — dice dejando caer sus hombros. —Cuando dejas tu registradora, nos hace ver poco profesionales.

    —¿Qué se supone que haga cuando se tarda quince minutos y tengo 10 personas en la fila? ¿O cuando ni siquiera aparece? — Intento esconder la exasperación en mi voz lo mejor posible, esperando un poco de simpatía.

    —Podes llamarme a mí para que haga un chequeo de precios.

    Excepto que el Señor Monohan raramente se encuentra en la tienda. Pedirle por un chequeo de precio es casi tan efectivo como pedirle uno a Larry.

    Pero ya no tengo ganas de discutir, por lo que me rindo a la mierda de mentira. —Está bien. Haré eso.

    —Bien. —Dice dándome un par de palmadas en la mano que tengo apoyada sobre la

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1