Pie Grande en mi Tienda: Un Monstruo Erótico

Por Martian L. Beast

El veterano cazador de monstruos Martian L. Beast viaja por toda América del Norte, siguiendo pistas y avistamientos de criaturas que la ciencia dice que no existen. Cuando se detiene a pasar la noche en una pequeña ciudad del sudoeste, tiene un poco más de esperanzas en encontrar unas cervezas frías, algo para comer y una buena mujer para hacerle compañía durante la noche. Pero, en cambio, conoce a Patricia, una mujer obsesionada por el recuerdo de la desaparición de su amiga María.

Incapaz de recuperarse de ese fatídico viaje de campamento, Patricia despliega un cuento empapado en whisky de una criatura misteriosa que acecha en las montañas boscosas de Idaho. Atraída por los sonidos y los olores del deseo compartido entre María y Patricia, la criatura pone sus ojos en María y no aceptará un no por respuesta.

Sacado de las páginas de una entrada del diario de Martian L. Beast para esa noche, esta historia es una de las pocas historias que lo dejarían incapaz de determinar lo que realmente sucedió. El rastro se ha vuelto frío, Martian puede que no sea capaz de encontrar la verdad, pero al menos puede pasar por esta historia y tomar una cerveza o tres mientras lo hace.

• Idioma: Español
• Editorial: Martian L.
• Fecha de lanzamiento: 21 abr 2018
• ISBN: 9781547526758

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Tabla de Contenidos

Prólogo 3

17 de Octubre de 2005 4

03 de Junio de 1976 6

18 de Octubre de 2005 19

Epilogo 21

Acerca de Martian L. Beast 22

Contacte a Martian L. Beast  23

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Prólogo

17 de Junio de 1976

Idaho desierto

Maria se agarró a una rama baja que estaba frente a ella, afirmándose con ambas manos. La bestia era gentil, aún la mantenía firmemente en su lugar con una de sus grandes manos, ella nisiquiera tenía intenciones de intentar huir, ya que no lo habría logrado aunque lo hubiese intentado. La bestia con su otra mano bruscamente guió su enorme pene incircunciso a través de su cuerpo, buscando un agujero, cualquier agujero.

Ella jadeó cuando él penetró su culo, expandiéndolo hasta dimensiones inimaginables. Sus ojos comenzaron a llorar y su aliento se convirtió en jadeos mientras la bestia comenzó a bombear su enorme longitud dentro y fuera de su pequeño culo. El delicioso calor comenzó a fluir a través de ella, rodando como una ola imparable, consumiendo cada centímetro suyo en un ardiente mar de éxtasis.

El calor abrasador continuó agitándola a medida que la gran bestia la empujaba una y otra vez. Todos los pensamientos se le escaparon, cuando después de una larga y fatigosa búsqueda de un amante decepcionante tras otro, finalmente se sintió completa, finalmente se sintió satisfecha.

La marea de fuego y felicidad comenzo a menguar,  Maria logró mirar hacia atrás y vio a su gentil gigante gimiendo de puro placer

¿puedo vivir con esta bestia? ¿puedo ser feliz? ¿ es realmente todo lo que necesito?

La bestia condujo su pene del tamaño de goliat muy dentro de su culo, forzando otra ola de un placentero estremecimiento corporal hormigueando a través de ella, casi ardiendo mientras la llenaba con un chorro interminable de semen. Su visión se volvió borrosa por un momento y cayó pesadamente sobre la rama. La criatura ronroneó suavemente mientras la levantaba en sus brazos grandes como el tronco de un árbol y la abrazaba, acurrucándola en el áspero pelo de su pecho.

Si, puedo vivir con esto. La criatura le acaricio suavemente la cara, y con su calidez celestial la acunó pronto a dormir mientras avanzaba silenciosamente por el bosque.

Entrada de un periodico

17 de octubre de 2005

Nuevo Mexico

Estacioné mi auto para pasar la noche en las afueras de lo que alguna vez fue una ciudad en medio de la nada en esta parte del desierto. No había más que un puñado de edificios agrupados alrededor de una intersección de dos carreteras estatales apenas mantenidas, pero un letrero de neón que decía Cerveza fría y Buena comida me llamó la atención, y disfruté pensando en la comida que no tenía que cocinar. 

Era un lugar común y corriente, una parte rota, una parte decorada con estilo del sudeste, a un pelo de fallar una inspección de salud. Después de todo, era el tipo de lugar que me gusta, y sabía por experiencia que era en el lugar más inesperado donde se revelaban