Magellano 20 de septiembre de 1519

Por Pietro Pigafetta

Esta es la historia de hechos que sucedieron realmente y que leerá más adelante.
La cuenta Pietro Pigafetta, un descendiente de Antonio Pigafetta.
Gracias a los documentos y los recuerdos transmitidos en la familia de generación en generación, ha podido reunir muchos detalles de aquella época y del gran viaje de Magallanes y Pigafetta.
Una buena parte de la historia fue escrita en el libro “El primer viaje alrededor del mundo” precisamente por Antonio Pigafetta.
Un detalle muy importante, que se puede definir como un misterio, es la muerte de este gran navegante.
Hay muchos supuestos contados por varios escritores e historiadores.
Se supone que murió lejos de su casa en Vicenza, ya que su tumba o sepulcro nunca fueron encontrados.
Estamos seguros de desde finales de agosto de 1525 no hay rastro de Antonio Pigafetta.
Una antigua tradición de familia, transmitida de padres a hijos, entre nosotros los Pigafetta de Agugliaro, dice que Antonio murió en el mar Egeo durante una batalla naval entre los venecianos y los turcos.

• Idioma: Español
• Editorial: Editrice Veneta
• Fecha de lanzamiento: 9 sept 2014
• ISBN: 9788884496928

Vista previa del libro

Conclusiones

El autor

El autor Pietro Pigafetta

Presentacion

Esta es la historia de hechos que sucedieron realmente y que leerá más adelante.  

La cuenta Pietro Pigafetta, un descendiente de Antonio Pigafetta.

Gracias a los documentos y los recuerdos transmitidos en la familia de generación en generación, ha podido reunir muchos detalles de aquella época y del gran viaje de Magallanes y Pigafetta.

Una buena parte de la historia fue escrita en el libro El primer viaje alrededor del mundo precisamente por Antonio Pigafetta.

Un detalle muy importante, que se puede definir como un misterio, es la muerte de este gran navegante.

Hay muchos supuestos contados por varios escritores e historiadores.

Se supone que murió lejos de su casa en Vicenza, ya que su tumba o sepulcro nunca fueron encontrados.

Estamos seguros de desde finales de agosto de 1525 no hay rastro de Antonio Pigafetta.

Una antigua tradición de familia, transmitida de padres a hijos, entre nosotros los Pigafetta de Agugliaro, dice que Antonio murió en el mar Egeo durante una batalla naval entre los venecianos y los turcos.

El autor agradece

al dr. Antonio Boraso

por su amable

cooperación

Introduccion

A menudo se habla de la aventura, de historia, de hombres de guerra. Esta historia trata de contar la valentía y las empresas de navegantes intrépidos que supieron hacer grandes descubrimientos y dejar a la posteridad el recuerdo de su valor.  

Estamos en 1519, Carlos V, emperador de España, no está satisfecho con sus ya enormes logros, resultado de los descubrimientos de Colón, y decidió organizar un nueva expedición marítima, convencido de que se podía llegar a Oriente, a las Indias Orientales, las famosas y misteriosas tierras de especias, navegando hacia el Oeste.

La empresa, entre enormes dificultades y el peligro constante, fue un éxito y los españoles, incluso con la ayuda de los pescadores locales, llegaron a las anheladas islas, entonces ya conocidas por los portugueses, que habían llegado navegando hacia el este, pasando por el sur de la ‘ África.

En estas islas los españoles pasaron unos meses, ya que varios dirigentes isleños habían hecho una cierta amistad con Pigafetta, porque podía comunicarse con ellos, y con los otros marineros, para el comercio de las especias y otros productos disponibles.

En diciembre de 1521, izaron de nuevo las velas y con el símbolo de una gran cruz en cada una de ellas, desde la isla de Timor reanudaron el viaje para cruzar el océano Índico. Puesto que uno de los barcos, la Trinidad, hacía aguas, renunciaron a continuar el viaje con él, y así solo atravesó el mar el barco Victoria. Era el 11 de febrero de 1522.

Después de unos tres meses lograron pasar el Cabo de Buena Esperanza, ahora agotados por el hambre y algunos incluso enfermos. Los pocos sobrevivientes siguieron navegando hasta que llegaron a la isla de Cabo Verde.

Apenas se las arreglaron para conseguir algunas provisiones y escapar justo a tiempo para evitar ser capturados por los portugueses, que en ese momento gobernaban las islas. Finalmente, exhaustos y doloridos, el 8 de septiembre de 1522, llegaron al muelle en Sevilla con la nave Victoria, que ya estaba goteando por todas partes.

Sólo dieciocho hombres al día siguiente en camisa, descalzos y con una vela en la mano fue a agradecer a la Iglesia, rezando a la Virgen María.

Los pocos valerosos sobrevivientes, al final de la jornada, se dieron cuenta de que, después de haber dado la vuelta al mundo, había ganado un día antes de la fecha de salida.

Entre ellos estaba nuestro Antonio Pigafetta, con su diligente, diario interesante y rico, con datos, registros