NOS ENCONTRAMOS EN PLENA CONMEMORA-CIÓN DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO (1519-1522), CUYA GÉNESIS FUE EL PROYECTO CAPITANEADO POR FERNANDO DE MAGALLANES (1480-1521), EL CUAL ERA ALCANZAR LAS ISLAS DE LA ESPECIERÍA (ACTUAL INDONESIA) POR EL OESTE, EVITANDO LA RUTA ESTABLECIDA POR SUS COMPATRIOTAS PORTUGUESES. Después de un viaje muy accidentado, tras la muerte de Magallanes en Mactán (Filipinas) en 1521, el vascongado Juan Sebastián Elcano culminaría con éxito el viaje de regreso a España. No solo traía las bodegas de la nao Victoria repletas de especias, sino que era portador de la magna hazaña geográfica de haber circunnavegado la esfera terrestre por primera vez. Tamaña gesta abrió los horizontes geográficos de Europa hasta límites insospechados. Sin embargo, durante siglos, ha habido zonas que han permanecido en la duda entre lo desconocido y lo probable. Uno de estos enigmas seculares lo constituyó la “Terra Australis Incógnita”.
NAVENGANDO POR AGUAS DESCONOCIDAS
Desde los tiempos de la Antigüedad clásica este concepto hacía referencia a una masa enorme terrestre que, según la lógica de la época, debía equilibrar las masas de tierra del Hemisferio Norte. Por tanto, una nebulosa geográfica se posó en la mente de los geógrafos, comerciantes, viajeros y navegantes de todos los siglos. Con el comienzo de la Edad Moderna y el inicio de la era de los descubrimientos geográficos, para Occidente, se abrió un campo inconmensurable de posibilidades.
Tras el descubrimiento del Océano Pacífico, o la “Gran Mar del Sur”, por parte de Núñez de Balboa (1513), los navegantes hispanos siguieron con su idea de alcanzar las costas de Asia (Catay/Cipango) hacia el Oeste, que fue el proyecto primigenio de Cristóbal Colón. Este interesante capítulo de la Historia de España, la de la exploración del Pacífico, estuvo jalonado de expediciones en las que no faltaron el valor ni el derroche de pericia.
El Tratado de Zaragoza (1529) delimitó las áreas de expansión y exploración para portugueses y españoles, los únicos capacitados por aquel entonces, en emprender grandes viajes de descubrimiento y exploración. El emperador prefirió no tener problemas con los portugueses y renunció a todos sus derechos sobre las Molucas en favor de Portugal. A partir de esa fecha, España concentró sus esfuerzos en colonizar las islas y tierras que se descubriesen al Este de las islas Molucas. Inconscientemente, y desde el punto de vista geográfico, el tratado firmado abría la posibilidad a España de descubrir y colonizar islas como