LA PROEZA REALIZADA POR JUAN SE- BASTIÁN ELCANO AVIVÓ LA LLAMA DE LA AMBICIÓN DE CARLOS I DE HACERSE CON LAS ISLAS DE LAS ESPE-CIAS. Para ello se creó, en primer lugar, una nueva Casa de la Contratación en A Coruña y, en segundo lugar, se envió una delegación diplomática a la corte portuguesa para promover una comisión conjunta entre las dos naciones que, sobre el terreno, dilucidarían las fronteras.
La negativa lusa no se hizo esperar, lo cual no fue óbice para que el monarca español insistiera en el proyecto y se materializara en una reunión a dos bandas en la ciudad de Vitoria (1524). Desgraciadamente aquella “cumbre política” terminaría sin acuerdo, emplazándose las dos partes implicadas a una segunda reunión. A ella Carlos I envió lo más granado de la época: Juan Sebastián Elcano, fray Tomás Durán, Simón de Alcazaba, el doctor Salaya y Pedro Ruíz de Villegas, a los que conminó a reunirse previamente para que consensuaran su opinión y “hablarán con una sola boca”. La segunda reunión tuvo lugar el 31 de mayo de 1524, y terminó exactamente igual que la anterior, sin consenso.
LA EXPEDICIÓN DE LOAÍSA
El soberano, cansado de esperar, decidió armar una expedición lo (1490-1526), noble castellano natural de Ciudad Real.