Día D: Una Guía Fascinante de la Batalla de Normandía

Por Captivating History

Explora como comenzó el Día D, los eventos que acontecieron ese día y sus secuelas.

El Día D, la invasión de Normandía por los aliados, que estaba en manos de la Alemania Nazi, fue uno de los logros más extraordinarios, no solo de la Segunda Guerra Mundial, sino de toda la historia militar. Millones de soldados de los países aliados participaron en esta invasión, la más grande jamás realizada. Increíbles actos de astucia y coraje aseguraron el éxito en una operación que cambió el curso de la guerra, abriendo un nuevo y amplio frente que condujo a la liberación de Francia y la derrota de la Alemania Nazi.

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Algunas de las preguntas y temas que este libro trata incluyen:

• ¿Por qué Día D?
• Preparación
• El Engaño
• Los Comandantes
• Los hombres y el equipamiento
• Las defensas alemanas
• Los aterrizajes de paracaidistas
• La Resistencia
• El avance
• La salida
• ¡Y mucho más que no puedes perderte!

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• Idioma: Español
• Editorial: Captivating History
• Fecha de lanzamiento: 15 jul 2018
• ISBN: 9781386485148

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Introducción

El Día D, día de la invasión de Normandía por aliados, que estaba en poder de la Alemania Nazi, fue uno de los logros más extraordinarios, no solo de la Segunda Guerra Mundial, sino de toda la historia militar. Millones de soldados aliados participaron en esta invasión marítima, la más grande jamás hecha. Increíbles actos de coraje y audacia aseguraron el éxito en una operación que cambió el curso de la guerra, abriendo un nuevo y amplio frente que condujo a la liberación de Francia y la derrota de la Alemania Nazi. 

¿Por qué se ejecutó esta extraordinaria operación? ¿Cómo se realizó? ¿Y qué sucedió después de esto?

Capítulo 1 – ¿Por qué el Día D?

La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto muy diferente a cualquier otro ocurrido. Durante la Primera Guerra Mundial, una red de alianzas convirtió una guerra en los Balcanes en un conflicto que involucró a toda Europa, pero esta guerra fue limitada en el resto del mundo. La Segunda Guerra Mundial, por otra parte, trajo una guerra de larga duración entre Japón y China, los intentos alemanes por crear un imperio europeo y las batallas por el control de las colonias en África y Asia. Cuando las ambiciones japonesas llevaron a América al conflicto en 1941, se convirtió en un huracán de destrucción que se extendió por el mundo entero, involucrando a todas las principales potencias militares y decenas de otras naciones.

En Europa, el Eje comprendido por Alemania e Italia ejerció como la fuerza agresora en todo momento. Los alemanes ocuparon vastas franjas del este de Europa, la mitad de Escandinavia y Europa occidental hasta el océano Atlántico. La caída de Francia dejó brevemente a Gran Bretaña como la única nación soberana e invicta de Europa que aún lograba evitar esa corriente de sangre. Los británicos, apoyados por sus colonias, aliados de la Commonwealth y miles de soldados que habían huido de los países conquistados, lucharon desde los cielos europeos y en las posesiones coloniales de todo el mundo, especialmente en el norte de África, donde los combates oscilaron de principio a fin de la guerra.

Fue la llegada de los estadounidenses lo que cambió el rumbo de esa guerra. A pesar de que fue un ataque japonés lo que los llevó a entrar en el conflicto, desde el principio hicieron de Europa su principal prioridad. Creían que sería más fácil derrotar primero a Alemania y luego a su aliado Japón.

Los estadounidenses se unieron a los británicos en el norte de África a finales de 1942, aportando vastos recursos económicos y un amplio contingente de hombres. Aunque esta campaña tuvo sus reveses, dejó ver la casi inevitable derrota de las naciones del Eje frente a estos recursos superiores. Los Aliados llevaron a las fuerzas del Eje contra las cuerdas, haciendo cada vez su frente más pequeño, y fue en Túnez donde los últimos alemanes e italianos se vieron obligados a rendirse.

El norte de África era importante para el control de las rutas de suministro, pero también era un trampolín para una invasión de Europa. Teniendo esto en cuenta, los británicos y los estadounidenses debatían sobre cómo neutralizar a Alemania, el líder de sus enemigos europeos y el más poderoso en ese territorio. Los estadounidenses optaban por desarrollar un gran plan para invadir Francia, liberar a otro aliado potencialmente poderoso e iniciar desde allí directamente un ataque a Alemania. Los británicos, que tenían menos recursos y lucharon desde el principio contra las fuerzas del ejército alemán, querían un enfoque más cauteloso, luchando paso por paso, aprovechando las oportunidades que pudiesen surgir. Si pudieran ganar la guerra bombardeando Alemania o invadiéndola a través de alguna otra parte, podrían evitar los riesgos y gastos que implicaría un desembarco en Francia.

El resultado fue un compromiso entre las partes. Algunos recursos se usaron en la invasión de Italia desde África en 1943, mientras que una porción más grande se mantuvo en reserva para invadir Francia al año siguiente.

La campaña italiana fue un éxito, ya que el gobierno de ese país cambió de bando casi inmediatamente, obligando a los alemanes y aquellos italianos que los respaldaban a luchar contra la resistencia local, así como contra los invasores extranjeros. Pero fue una campaña lenta en la que Kesselring, el comandante alemán, construyó una serie de líneas defensivas que ralentizaron y, finalmente, lograron detener el avance aliado.

Mientras tanto, la guerra se estaba tornando en contra de los alemanes en Europa del Este. Tras haber traicionado e invadido a sus antiguos aliados de la Unión Soviética, los alemanes se estancaron en una guerra extenuante contra una nación de inmensos recursos y determinación insaciable. El frente oriental se convirtió en una gran hemorragia para la máquina de guerra alemana, haciendo que una invasión exitosa por el oeste fuese más plausible.

La presencia de Rusia en el bando aliado también cercenó los intentos de Gran Bretaña de contener a los estadounidenses. Los británicos querían retrasar la invasión de Francia el mayor tiempo posible, dejando que fuesen los rusos quienes debilitaran a las naciones del Eje. Pero los rusos, naturalmente, querían ver aplacada la