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El desorden de mi locura
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Libro electrónico72 páginas1 hora

El desorden de mi locura

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En este libro describo en primera persona la experiencia personal con la depresión y la ansiedad. Describo los puntos que me han hecho llegar a este extremo, el proceso de búsqueda de ayuda profesional en un sistema de atención médica que a veces no pone las cosas tan fáciles como se debería, y todo aquello que me ha hecho avanzar y mejorar. Con esto busco que otras personas con este tipo de problemáticas puedan ver que estos casos existen, que se puede salir adelante y que no están solos, tratando de empatizar con nuestra situación y tender una mano amiga para el avance en este duro proceso. Al mismo tiempo, dar visibilidad y tratar de romper ciertos tabús ligados a este tema.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 nov 2023
ISBN9788411816540
El desorden de mi locura

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    El desorden de mi locura - Eduard Cubero Liarte

    1500.jpg

    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © Eduard Cubero Liarte

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz Céspedes

    Diseño de portada: Rubén García

    Supervisión de corrección: Ana Castañeda

    ISBN: 978-84-1181-654-0

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    .

    A mis ángeles de la guarda. Esas personas que, simplemente, han estado a mi lado, me han ayudado y soportado durante todo este proceso. Para quienes lo padecemos no es fácil, pero para ellas tampoco lo es.

    Gracias eternas, será algo que nunca les podré agradecer lo suficiente.

    INICIO Y PRESENTACIÓN

    Estoy seguro de que todos hemos tenido, en algún momento de nuestra vida, aquella situación o sensación de «¿y cómo he llegado yo hasta aquí?». Lógicamente no hablo de un lugar físico después de ciertos momentos de locura, o incluso de exceso de alcohol. Justamente yo puedo hablar poco de esos temas, pues considero que siempre he sido una persona que ha aceptado y acatado las normas que, según la sociedad en general, son las correctas. Y mucho menos si contamos que el alcohol u otro tipo de sustancias no entran en ninguna de mis bebidas ni consumos.

    De lo que realmente quiero hablar es de algo bastante más complejo. De aquel momento en el cual, seguramente, nos hemos dejado arrastrar por el día a día, por las dudas, por situaciones que no hemos sabido afrontar o por emociones que tampoco hemos sabido gestionar. Por un pasado o una infancia que nos ha dejado unas marcas tan interiorizadas que no somos capaces de identificar. Unas marcas que las creemos propias, que las creemos naturales, que nos afectan en nuestro día a día y en cómo hacemos actualmente las cosas.

    Pongamos que hablamos de uno de esos temas que ahora está tan de moda y en auge. De algo de los que muchos hablan, pero de los que realmente pocos cuidan. O del que, algunos, se les llena la boca con falsas promesas y soluciones: nuestra salud mental. Un tema todavía tabú, que da miedo y que no se sabe cómo afrontar ni qué hacer cuando alguien de nuestro alrededor está involucrado en ello. Y lo que es muchísimo peor, un tema para el que nada ni nadie está preparado. Un problema invisible, que nos ataca de golpe sin saber por dónde, en el que realmente sólo tú, tu fuerza, tus ganas y tu voluntad, podrán hacer que desaparezca. Bueno, miento. Creo que la ansiedad es algo que nos acompañará durante toda nuestra vida, pero por lo menos tendremos herramientas, información y conocimientos como para convivir y saber gestionarla. En este punto tampoco quiero dejar sin mencionar a «los nuestros». Aquellas personas que, sin saberlo, nos ayudan con su presencia, con sus palabras, con sus gestos... Los que yo llamo mis ángeles de la guarda.

    Falta información, faltan herramientas, faltan profesionales, falta accesibilidad... ¿Verdad que no queréis escuchar hablar de la cantidad de suicidios que hay por culpa de las depresiones? ¿O verdad que no queréis hablar de la falta de diagnósticos psicológicos y/o psiquiátricos que nos podemos encontrar? ¿Y para las víctimas de bullying (o, como Miguel Lago, bien llama violencia escolar), realmente se les hace un seguimiento y existen procesos y protocolos que sean útiles? Creo que son temas que para la sociedad son modas, temas cíclicos que nos hacen poner las manos en la cabeza cuando salta una noticia pero que, con el paso de los días o meses, desaparecen de nuevo. Eso sí, os puedo asegurar que para los que estamos en uno de esos procesos nos encontramos desprotegidos, indefensos y perdidos. Como país y como sociedad, pongámonos de verdad manos a la obra, rememos y trabajemos para que este tema no se lleve a tanta gente por delante. Y cuando digo que no se lleve a tanta gente por delante, no me refiero sólo a las muertes, sino a algo más importante: poder ponerle remedio antes de que lleguemos a esos extremos.

    Personalmente decido empezar a escribir estas líneas a modo de intentar poner orden a todas esas ideas, pensamientos y recuerdos que rondan por mi cabeza. Que, pese a que por suerte esté en tratamiento, con medicación y con un seguimiento, sigo sin poder alinear y darles el lugar que les corresponde.

    Pero del mismo modo y desde prácticamente el inicio de este proceso, he intentado darle visibilidad, así que acabé pensando en que fuese un documento de acceso público. No tengo nada que esconder, no tengo nada de qué avergonzarme, no tengo miedo a ser juzgado ni mucho menos, busco con esto la compasión de nadie. Solo busco que la gente vea que estas cosas pasan y, seguramente, mucho más de lo que se cree. Busco dar mi versión de cómo lo he vivido, por si hay alguien que lee estas líneas y pueda sentirse identificado con alguna

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