Ansiedad y pánico: Guía de emergencia

Por Rita Wigisser De Margolis

Los trastornos psicológicos de la ansiedad, miedo y pánico son muy comunes en la actualidad; sin embargo estas patologías pueden resolverse mediante las intervenciones terapéuticas adecuadas. Conocer nuestra forma de pensar, tener una comprensión de nuestra conciencia, quiénes somos, reconocernos y controlar nuestras emociones requiere de un proces

• Idioma: Español
• Editorial: Alfaomega Grupo Editor
• Fecha de lanzamiento: 4 mar 2021
• ISBN: 9786076229187

Rita Wigisser De Margolis

Rita Wigisser de Margolis se ha dedicado alrededor de 30 años al tratamiento y estudio de la mente humana por medio de diversas técnicas como la hipnosis clínica, la hipnosis ericksoniana, la terapia breve estratégica, el coaching, la terapia EMDR, la psicoterapia Gestalt, la terapia narrativa, la terapia breve, entre otras.

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Acerca de la autora

Rita Wigisser de Margolis se ha dedicado alrededor de 30 años al tratamiento y estudio de la mente humana por medio de diversas técnicas como la hipnosis clínica, la hipnosis ericksoniana, la terapia breve estratégica, el coaching, la terapia EMDR, la psicoterapia Gestalt, la terapia narrativa, la terapia breve, entre otras.

En este libro nos comparte su experiencia y conocimiento sobre los trastornos de ansiedad, pánico y fobias; y es por medio de la hipnosis y el autoconocimiento que nos muestra de una manera fluida, amable y personal, herramientas que pueden ayudar a tratar este tipo de problemas.

La Dra. Margolis es una reconocida hipnoterapeuta especialista en trastornos alimentarios, de ansiedad, depresión, adicciones y codependencia. Ha fundado diversos grupos de trabajo y muchas de sus técnicas han sido utilizadas por diversos profesionales en países de América Latina.

www.ritawmargolis.com

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Agradecimientos

Para ti, Samy, con quien he descubierto la fuerza del verdadero amor. Gracias por tu compañía, por tu paciencia, pero sobre todo por estar para mí en cada momento. ¡Amo todo en ti!

Para mis hijos, ustedes han sido el sueño más hermoso de mi vida. Mi amor por ustedes es más grande de lo que puedan imaginar. Ruben y Joy, gracias por elegirme como su mamá, siempre estaré con ustedes y para ustedes, los amo tanto y por siempre... A ti, Monika, gracias por tu presencia siempre y por tanto cariño. A ti, Joe que nos transmites paz a cada momento.

Para mis nietos, Adele, Manuel, Dan, Andrea y el bebé que viene, pedacitos de mi vida, cada uno hace que mi día esté lleno de luz, de amor y de esperanza, mis grandes maestros, los amo con todo mi ser.

Para papá y mamá, los protagonistas de la historia de mi vida, por quienes soy quien soy al día de hoy. Gracias por tanto amor. Te amo, mami, gracias a ti siempre…

Para mis hermanos, mis cómplices de vida y amigos a la vez, gracias por acompañarme en todo, sin ustedes mi vida no sería la misma, los amo.

A Gaby, mi chicle, gracias porque sin tu paciencia y dedicación, este trabajo no habría sido posible. Te amo.

Creo profundamente que los seres humanos estamos interconectados de alguna manera. Nadie aparece en tu vida por simple coincidencia, cada persona se cruza por un motivo, por una época o por una vida entera. Algunas vienen para orientarte, para darte una enseñanza física o emocional, por ello quiero agradecer profundamente a todos mis maestros, compañeros y colegas, de quienes he aprendido tanto. Algunas otras personas vienen a ayudarte en algo, a darte una enseñanza espiritual o desde el alma, regalan a tu vida experiencias de paz, de amor, de tantas risas y alegrías, por eso quiero dar las gracias a todos mis amigos y conocidos del pasado, de mi presente y de mi futuro, con ustedes está una parte de mi corazón. Por supuesto, no podían faltar aquellas personas fugaces, que conoces sólo por cierto tiempo pero que te dan grandes lecciones de vida, aquellos que te regalan parte de sus corazones, que depositan en ti una gran confianza y comparten contigo las cosas más importantes de sus vidas y te dan la oportunidad de crecer día a día, me refiero a todos mis consultantes, gracias con todo mi amor.

Todas estas personas pueden parecer un regalo del universo y hoy me doy cuenta de que realmente lo son.

¡Gracias, universo, por estar en mi vida!

Contenido

Prólogo

I. Introducción

II. Instrucciones para usar el libro

Instrucciones para los audios

III. Algunos casos

IV. La ansiedad

V. ¿Qué pasa en tu cerebro?

VI. La hipnosis clínica

VII. Las fobias

VIII. Los pensamientos

IX. Los ataques de pánico

X. La hiperventilación

XI. Para los familiares de personas con ansiedad

XII. Anexos

XIII. Referencias bibliográficas

Prólogo

En este libro de psicoterapia encontrarás algunos casos clínicos de pacientes que ha n sufrido miedo, quizás como tú, y podrás ver cómo se manifiestan los diferentes síntomas y encontrar soluciones para afrontarlos.

Sin duda alguna se trata de un libro ideal para acercarse a las patologías que los terapeutas solemos ver en consulta desde una perspectiva más humana.

Aprender a gestionar nuestras emociones y comprender nuestra forma de pensar y funcionar a nivel interno es imprescindible para llevar una vida plena y feliz. Por tanto, los libros sobre psicoterapia y especialmente los de autoayuda son una excelente herramienta para el conocimiento y el crecimiento personal.

¿Debemos aceptar que la historia que vamos viviendo, nuestras emociones, nuestra conciencia, todo está determinado y codificado en nuestras neuronas? La comprensión de nuestra consciencia, la capacidad de saber quiénes somos y reconocernos, que tenemos un cuerpo, es todavía lejana.

De nuestro cerebro dependen los pensamientos de cada día, los sentimientos que vamos experimentando, nuestro carácter y personalidad; por eso es importante que nosotros los terapeutas, como educadores que somos, tengamos conocimiento de su funcionamiento: el cerebro es decisivo en la educación de nuestros pacientes y de nuestros alumnos.

El objetivo no es ser expertos en el conocimiento del cerebro o ser neurólogos, pero sí de tener una idea de cómo funcionamos diariamente, de la razón biológica de nuestras capacidades, de conocer nuestras metas y nuestros problemas.

Algunos profesionales de la hipnosis clínica concluyen que hay un camino hacia el éxito terapéutico y otro hacia los modelos establecidos. Otros profesionales afirman que quienes aplican modelos establecidos, sólo podrán lograr éxitos terapéuticos que otros consiguieron antes. Los genios simplemente aseveran que no hay modelos, sino clínicos. Quizás sea que el auténtico modelo de la hipnosis está dentro de cada clínico.

JOAN LUZ

presidente de la escuela oficial de Hipnosis Clínica EOH

I. Introducción

¿Para qué te

cuento mi historia?

Un día estaba en un velorio, frente al hombre que había perdido a su esposa, sus tres hijos lo veían llorar, y el féretro estaba delante de ellos. El cura hablaba maravillas de la señora fallecida. Yo conocía a la familia desde hacía muchos años y realmente la señora era una buena persona. De pr onto pensé: Qué triste, qué van a hacer los cuatro sin ella ahora. Estaba demasiado afligida, y me pregunté: ¿Y si a mí me sucediera?, ¿qué pasaría con mis hijos, con mi esposo, con mi papá, con mi mamá, con mis hermanos? Y me dije: Dios mío, dame salud, no me quiero morir… Comencé a llorar, era tanto mi llanto… Con cada pensamiento que me decía entablaba una conversación interna que me hundía cada vez más, tanto que, intempestivamente, sentí una oleada de miedo sin que hubiera razón alguna. El corazón me latía muy rápido, sentía que se salía de mi cuerpo, me dolía el pecho, tenía dificultad para respirar, por lo que lo hacía aceleradamente. Empecé a sentirme muy mar eada, veía todo negro. ¡¡Y llegué a creer que me iba a morir!! De pronto me desmayé y no supe más de mí.

Cuando desperté, no tenía idea de lo que pasaba y a partir de ese momento las cosas empezaron a cambiar. Mi cuerpo comenzóa enviarme señales de un mal funcionamiento, sentía que mi organismo ya no toleraba el mismo ritmo de estrés que había tenido hasta ese día, y a cada momento dirigía mi atención a mi cuerpo: si me dolía el pacitaba; evitaba ya cualquier lugar en donde hubiera mucha gente, visitas a mi casa o acudir a un hospital o a cualquier lugar concurrido, y por eso empecé a visitar a varios médicos y a hacerme todos los análisis posibles, probé con comida natu­ rista, gotas de Bach, grupos de crecimiento personal en los que me decían tienes todo para ser feliz, ¡eso ya lo sabía!, pero justamente eso me hacía sentir peor porque ¡era cierto! Hice de todo pero no encontraba paz. Me sentía cada vez peor, cada vez más loca. Me recomendaron a un psiquiatra, fui, me dopó y sucedió que dejé todas mis actividades. Estaba cada vez peor.

Creía sentirme mejor si evitaba salir y a las personas, pero a la vez pedía ayuda y más ayuda; sin embargo, cada vez que salía a la calle y también al estar en casa, tenía esa horrible sensación en la boca del estómago, en mi pecho, la sudoración de las manos, sentía mi cuerpo disociarse... el ver todo negro me aterrorizaba, por lo que trataba de controlar mis reacciones. Tiempo después, me enteré de que lo que realmente tenía eran ¡ataques de pánico!

Toda mi vida, a partir de ese día, sin causa aparente me producía incapacidad. Manejaba, sí, pero de pronto empezaba esa sensación y lo que hacía era ponerme a un lado del camino, me desmayaba; me sucedía jugando con mis hijos, en el su­ permercado, comiendo, dentro de un elevador, al cocinar, en el avión. Ahora sé que mi pensamiento creó miedos irracionales: todo me daba miedo. Esto me incapacitaba, porque era mucho dolor en mi pecho, no sentía nada, sólo miedo, veía a mis hijos, sabía que los amaba y lloraba al no sentir nada por ellos; estaba incapacitada y empecé a evitar situaciones, tenía miedo de que esos ataques de pánico regresaran. Estaba aterrorizada, no me sentía tranquila ni en lugares cerrados ni abiertos. Era como si estuviera en un pozo profundo de agua y por más que quería salir de ahí, no podía.

El ataque de pánico tuvo un gran impacto en mi vida diaria. Todo estaba bien en apariencia; sin embargo, por dentro, yo estaba muy mal. Los ataques controlaban mi vida y no podía hacer nada. Sentía que cada uno de ellos duraba una eternidad, aunque en realidad eran muy cortos; iniciaban, llegaban a un punto máximo y luego terminaban, y por supuesto yo que­ daba exhausta.

Recuerdo que cuando visitaba a los doctores (ahora sé que con la intención de calmarme) me hacían más daño diciéndo­ me: No es algo serio, Sólo es cosa de tu imaginación, de tus pensamientos, No es algo por lo que te tengas que preocu­ par, y yo me sentía morir.

Cada vez eran más fuertes los ataques, sentía que me aho­ gaba, me temblaba todo por dentro, tenía terror intenso, sentía que estaba despersonalizada, incluso, que algo me había po­ seído porque se me entumían los brazos y las piernas; cuando estaba en lugares cerrados me zumbaban los oídos, sentía que me estaba volviendo loca, que ya había perdido el control. Mi vida se afectó seriamente, cada vez los ataques eran más in­ tensos: yo sola me había construido una trampa mental y emocional.

En mi experiencia personal, así como en miles de casos en­ tre los que hay pacientes declarados incurables, puedo decir que es posible resolver este problema, que en algunas ocasio­ nes lleva años, pero con una intervención terapéutica adecuada puede eliminarse desde raíz y en ello vamos a trabajar. Muchas veces se requieren antidepresivos y terapia, en otros casos so­ lamente terapia, dependiendo de la situación de cada perso­ na. Me he dado cuenta en el transcurso de estos años de que cuando alguna persona experimenta trastornos de ansiedad, lo importante para