CRÓNICAS femeninas DE UNA PANDEMIA
ANA MARÍA AGUIRRE MÉDICO GENERAL, COLOMBIA
Citando a una compañera de trabajo, coincidimos en una opinión que dio: “Creo que, en este presente, sólo el personal de la salud y sus familiares estamos concientizados sobre el asunto”, no hay turno donde estas frases no se hagan repetitivas en el día o noche: “Que Dios nos ayude y nos proteja”, “Ojalá la gente tome conciencia y entienda que no es un juego”. Es extraño tener tantos sentimientos encontrados, todos los días venimos con un huequito, un vacío en el alma, una incertidumbre y zozobra que nos va consumiendo la mente. Nos estamos preparando para cuando la crisis nos llegue. En la medida que nos es posible, nos damos amor, nos damos apoyo sicológico y mentalmente nos levantamos unos a otros. La respuesta de la sociedad frente a una pandemia nos ha dejado aterrorizados, la aceptación, capacidad de entendimiento, lógica, racionalidad y medidas preventivas, están siendo simplemente absurdas. Como un arma de doble filo tenemos espejos que nos han servido para mostrar que es lo peor que puede pasar en dicha situación, casos como Wuhan, Italia, España. Nos han dado un ejemplo para entender bien los hechos. Si bien es cierto que el porcentaje de mortandad del covid no es tan alto como otros virus, sucesos o enfermedades de nuestro país tales como la malaria, el dengue, pobreza, hambre y más que podríamos citar, la forma de propagación sí lo es, y lo que nos va a matar no es el virus, sino el colapso del sistema de salud, por falta de prevención y educación. Nadie es responsable de esta emergencia, todos dentro de cada sector, tratamos de sobrevivir. La economía ha cambiado, nos ha afectado a todos, la avaricia ha sobresalido. ¿Cómo es posible que actualmente una caja de tapabocas cueste entre 80,000 y 120,000 pesos colombianos? ¡Y hay gente que la compra! ¿Pero qué más podemos hacer? Los hospitales han tenido que regular el uso de los implementos médicos porque nos estamos quedando sin ellos. El miedo que ha generado la pandemia ante la sociedad nos está afectando e influyendo de forma negativa, ahora no sólo existen enfermos de covid se ha aumentado la depresión, la ansiedad y otros padecimientos mentales. Se nos ha hecho difícil atender recomendaciones, acatar órdenes y ser lógicos para vivir –y digo, se nos ha–, porque hasta el mismo sector médico le cuesta entender. Hoy, yo como médica pienso que la solidaridad, el amor y la confianza en Dios será lo único que nos ayudará a salir de esta calamidad, a la que nos ha enfrentado la vida de forma desprevenida, y sé que mis compañeros y gran parte del personal sanitario piensa lo mismo. Nos hemos sentido agredidos cuando después de un toque de queda estipulado por el gobierno, la gente sale excusando sus actos, cada una de las personas que permanecen en casa deberían sentirse agradecidas por estar en ella, protegidos y al lado de sus seres queridos.
CHRISSIE CATLLA ENFEMERA, EUA
Los trabajadores de la salud de todo el mundo, incluyéndome, saldremos de casa esta noche y nos despediremos de nuestras familias durante las próximas 13 horas. La rutina nocturna de dejar la comodidad y la seguridad de nuestros hogares para ponernos a cuidar de los tuyos, tiene un nuevo significado en estos días. Mi familia se preocupará por mí y yo también por ella. ¿Contamos con el equipo adecuado para cada paciente que cuidamos? ¿Nos lavamos las manos lo suficiente? ¿Trajimos algo a casa dañino para nuestros parientes? Mientras cruzo las puertas del hospital y entro al trabajo, saludaré alegremente a mis compañeros. Todos ellos me devolverán la sonrisa, aunque en estos momentos no puedes ver esos gestos escondidos detrás de sus máscaras. Miraré a los ojos de quienes laboran junto a mí y sentiré orgullo, aunque también tendré inquietud. Sabes que cada persona que ves lleva sus propios miedos. Todos tenemos nuestras historias personales y la preocupación es real. Todos los días me dicen que soy una superheroína y me agradecen los sacrificios que hago. Tener 33 semanas de embarazo y estar en primera línea no me permite verme de esa manera. Soy una mujer apasionada por ayudar a los demás y con la protección adecuada o sin ella, lo seguiré haciendo. Ésa es mi misión, la vocación que elegí.
ANNABELLA WOO BLOGGER, HONG KONG
Vine a Wuhan para acompañar a mi novio que regresaba a su lugar natal. No fue tan grave cuando llegué, recién iniciaba enero. No mucha gente llevaba máscaras. Hasta sólo tres días antes del confinamiento definitivo fue que el brote se salió de control. Mi chico entonces decidió que lo mejor era retornar a su ciudad, a una hora del centro. Nos preocupaba que no hubiera suficiente sustento o cubrebocas. Entonces su primo presentó fiebre alta y temíamos que pudiera estar infectado. Afortunadamente, no fue así. Al comienzo de la contingencia, podíamos conducir a supermercados en otros distritos para comprar cosas, pero más tarde, el pueblo fue cerrado y nadie podía salir ni entrar. Conseguimos pescado al lado del estanque del poblado e intercambiamos vegetales de nuestra propia cosecha con los vecinos. El dinero quedó de lado, todo era por trueque. Lo que más recuerdo es que lloré mucho, al ver a todas nuestras gallinas y gallos criados en casa sacrificados para tener alimento. Para honrar su muerte, ahora aprecio la comida más que nunca. Dejé de tomar carne de res hace ocho años y espero ser vegetariana cada 1 y 15 de los meses chinos. Durante la cuarentena, pasé gran parte de mi tiempo mirando películas, haciendo tareas domésticas o jugando bádminton en el patio delantero. No era malo tener una vida tan simple. Por supuesto, quiero volver a Hong Kong, pero el brote aún no está manejado e ir ahí significaría otros 14 días de encierro. Como no hay una necesidad urgente, decidí quedarme aquí. Cuando te das cuenta de que no puedes cambiar los hechos, lo primero por hacer es ajustar tu mentalidad. Es la mejor forma de afrontar la vida. Tuve suerte de haber recibido apoyo, como gente de Japón que envió mascarillas, aunque al mismo tiempo, algunos followers se burlaron de la situación en mi Instagram. Vi el lado malvado de la naturaleza humana en ellos. Es mejor ser positivo.
SOFÍA PROVENCIO EMPRENDEDORA, MÉXICO
Es innegable cuán relevante es la industria alimentaria para todos. Sin embargo, más allá del sustento obvio que nos brinda, éste es un momento para resaltar los otros frentes que ofrece: el papel que juegan los restaurantes, bares y tiendas ha sido factor desencadenante en la construcción del sentido de comunidad, sin mencionar la enorme cantidad de productores, cocineros y transportistas, junto a otros innumerables miembros del personal, que se sustentan de esta industria. Abasto Local es una respuesta rápida creada para ayudar a calmar la crisis provocada a las pequeñas empresas de alimentos y bebidas en la Ciudad de México, debido al Covid-19. Rápidamente creamos un directorio en línea fácil de usar: abastolocal.com apoya a los consumidores a encontrar locales, vinaterías, misceláneas, panaderías, etcétera, para contactarlos directamente y hacer todo tipo de pedidos. La plataforma se basa en la idea que en un momento de crisis es importante el consumo local, fortalecer nuestras interconexiones (con suerte construir nuevas) y especialmente elegir cómo –y en quién– gastamos nuestro dinero. Entendemos todos estos negocios como personas que han estado ahí para nosotros en incontables ocasiones, nutriendo nuestras historias de vida al ser lugares de reunión en el vecindario, nos brindan consuelo al ser generosos y estar constantemente en busca de nuevas experiencias que ofrecer, y en medio del caos anterior, como los terremotos, han alimentado a quienes los rodean, incluso cubriendo ellos mismos el costo. La idea de salir de una contingencia para darnos cuenta de que nuestros lugares amigables se han ido sería desgarradora. Los hemos hecho juntos. Con suerte, todos podemos apoyarlos ahora realizando elecciones orientadas a la comunidad para que así todos podamos salir de esta situación como una sociedad más compleja y fortalecida.
SHARON DRIJANSKI EMPRENDEDORA, MÉXICO
Mi nombre es Sharon Drijanski y soy un ser humano, formo parte de este mundo llamado Tierra. Para mí, personalmente, estar en aislamiento con las personas que más amo en el universo, es un regalo. Ha sido mágico. Todo, desde la situación en que vivimos, ha sucedido muy rápido. Es un despertar, un cambio, un agitador más grande que todos nosotros. Una revolución humana y una revelación. Sé que ha sido difícil, sobre todo económicamente, para la mayoría. Pero estamos siendo ubicados donde están nuestros seres queridos, donde es importante estar, comenzando con nosotros mismos. Esto vino a unirnos aun estando distanciados. Esta vez ha sido muy especial para mí, el poder conectarme con mi alma, me ha hecho sentirme más ligada con los demás. Compasiva, amorosa, con todo los días disponibles para estar presente. Durante mucho tiempo me he estado cuestionando acerca de mi negocio, una tienda llamada The Feathered, los mejores y más bellos diseñadores independientes del mundo de RTW, zapatos y accesorios, única en su tipo en México y América Latina. Como soy creativa y las ideas no se detienen, pude dejar fluir esa pasión en este proyecto, pero a la vez me mantuvo superestresada, ya que debía educar a las personas a apreciar más el diseño y siempre fue muy difícil impulsar el proyecto hacia adelante. Entonces, desde que comencé a estar en casa, descubrí que ese dolor de cabeza que sentía todos los días, se había ido, estaba más feliz y más ligera. Di un gran paso para cerrar el local finalmente. El planeta se está transformando y quiero ser parte de ello. Sigo escuchando una voz dentro que me dice que necesito servir. Entonces mi alma salta de alegría con la idea de ser parte de la curación de nuestra Tierra, mi cabeza está llena de ideas. Sé que las cosas se encuentran destinadas a fluir y que suceden por algo; mis días en The Feathered servirán para mi verdadero propósito de vida, en un lugar feliz, en paz y más unidos que nunca, juntos nos levantamos como parte de la evolución en estos nuevos tiempos. He estado disfrutando de mis momentos a solas: meditando, ejercitándome, haciendo yoga, leyendo, cocinando mucho, practicando la jardinería, jugando, cuidando y amando a mi familia, miro películas, bailo, río y hablo con personas que amo en todo el
