Meditaciones

Por Charles H. Spurgeon

"Mediciones" por Charles Spurgeon ofrece una colección de reflexiones y meditaciones profundas, presentadas en un formato devocional. Spurgeon, un influyente predicador y escritor cristiano del siglo XIX, aborda una variedad de temas espirituales y bíblicos en este libro. A través de sus palabras, invita a los lectores a sumergirse en la reflexión, la oración y la contemplación para fortalecer su fe y conexión con Dios. Cada meditación proporciona un enfoque inspirador y alentador para enfrentar los desafíos de la vida diaria y crecer espiritualmente. Con su estilo claro y accesible, Spurgeon brinda sabiduría intemporal que sigue siendo relevante para los buscadores de espiritualidad en la actualidad.

• Idioma: Español
• Editorial: Felipe Chavarro
• Fecha de lanzamiento: 18 ago 2023
• ISBN: 9798223752899

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Meditaciones

por

Charles Spurgeon

Contents

Table of Contents

Mañana y tarde

por Charles Spurgeon

SEPTIEMBRE

Septiembre 1 - Mañana

1 de septiembre - Tarde

Confía en Él en todo tiempo. Salmo 62:8

2 de septiembre - Mañana

2 de septiembre - Vísperas

3 de septiembre - Mañana

3 de septiembre - Tarde

El Señor prueba a los justos. Salmo 11:5

4 de septiembre - Mañana

4 de septiembre - Noche

5 de septiembre - Mañana

5 de septiembre - Tarde

6 de septiembre - Mañana

6 de septiembre - Noche

7 de septiembre - Mañana

7 de septiembre - Tarde

8 de septiembre - Mañana

De Mí se halla tu fruto. Oseas 14:8

8 de septiembre - Víspera

9 de septiembre - Mañana

9 de septiembre - Vespertino

10 de septiembre - Mañana

10 de septiembre - Atardecer

Lobos vespertinos. Habacuc 1:8

11 de septiembre - Mañana

por encima de la multitud irreflexiva;

Por encima de los placeres de los alegres,

y el esplendor de los orgullosos;

Arriba, donde florecen las bellezas eternas,

y los placeres divinos;

Donde la riqueza, que nunca puede consumir,

y brillan glorias sin fin.

11 de septiembre - Tarde

12 de septiembre - Mañana

¡El Señor es un Dios celoso! Nahum 1,2

12 de septiembre - Vísperas

13 de septiembre - Mañana

13 de septiembre - Noche

¡Este hombre recibe a los pecadores! Lucas 15:2

14 de septiembre - Mañana

Y otras barcas estaban con Él. Marcos 4:36

14 de septiembre - Noche

15 de septiembre - Mañana

No temerá las malas nuevas. Salmo 112:7

15 de septiembre - Vespertino

Un pueblo cercano a Él. Salmo 148:14

16 de septiembre - Mañana

16 de septiembre - Tarde

17 de septiembre - Mañana

¡Traédmelo! Marcos 9:19

17 de septiembre - Noche

Aliéntalo.

18 de septiembre - Mañana

18 de septiembre - Tarde

Y me siguen. Juan 10:27

19 de septiembre - Mañana

19 de septiembre - Noche

Por este niño oré. 1 Samuel 1:27

20 de septiembre - Mañana

La espada del Señor y de Gedeón. Jueces 7:20

20 de septiembre - Atardecer

21 de septiembre - Mañana

21 de septiembre - Vespertino

No juntes mi alma con los pecadores. Salmo 26:9

22 de septiembre - Mañana

¡Que Israel se regocije en Él! Salmo 149:2

22 de septiembre - Víspera

23 de septiembre - Mañana

Aceptados en el Amado. Efesios 1:6

23 de septiembre - Noche

Jesús le dijo: Si puedes creer. Marcos 9:23

24 de septiembre - Mañana

24 de septiembre - Vespertino

25 de septiembre - Mañana

25 de septiembre - Tarde

26 de septiembre - Mañana

26 de septiembre - Vísperas

27 de septiembre - Mañana

27 de septiembre - Tarde

28 de septiembre - Mañana

28 de septiembre - Tarde

29 de septiembre - Mañana

29 de septiembre - Tarde

30 de septiembre - Mañana

30 de septiembre - Atardecer

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Tú me guiarás con tu consejo, y después me recibirás en la gloria. Salmo 73:24

El salmista sentía su necesidad de guía divina. Acababa de descubrir la necedad de su propio corazón, y para no extraviarse constantemente por ella, resolvió que el consejo de Dios lo guiara en adelante. El sentido de nuestra propia necedad es un gran paso hacia la sabiduría, cuando nos lleva a apoyarnos en la sabiduría del Señor. El ciego se apoya en el brazo de su amigo y llega a casa sano y salvo. Del mismo modo, deberíamos entregarnos implícitamente a la guía divina, sin dudar; seguros de que, aunque no podamos ver, siempre es seguro confiar en el Dios que todo lo ve.

Lo harás es una bendita expresión de confianza. Estaba seguro de que el Señor no declinaría la condescendiente tarea. Hay una palabra para ti, oh creyente; descansa en ella. Ten la seguridad de que tu Dios será tu Consejero y Amigo; Él te guiará; Él dirigirá todos tus caminos. En Su Palabra escrita, para que tengas esta seguridad en parte cumplida, pues la santa Escritura es Su consejo para ti. Felices somos de tener siempre la Palabra de Dios para guiarnos. ¿Qué sería del navegante sin su brújula? ¿Y qué sería del cristiano sin su Biblia? Esta es la carta infalible, el mapa en el que se describen todos los bancos de arena peligrosos, y todos los canales desde las arenas movedizas de la destrucción hasta el puerto de la salvación, trazados y marcados por uno que conoce todo el camino. Bendito seas, oh Dios, porque podemos confiar en Ti para que nos guíes ahora, y nos guíes incluso hasta el final.

Después de esta guía a través de la vida, el salmista anticipa una recepción divina al fin, ¡y después recíbeme en la gloria! ¡Qué pensamiento para ti, creyente! Dios mismo te recibirá en la gloria: ¡a ti! Errante, extraviado, extraviado; sin embargo, Él te llevará sano y salvo al fin a la gloria. Esta es tu porción; vive de ella en este día; y si las perplejidades te rodearan, ve con la fuerza de este texto directamente al trono.

1 de septiembre - Tarde

Confía en Él en todo tiempo. Salmo 62:8

La fe es tanto la regla de la vida temporal como de la vida espiritual; debemos tener fe en Dios para nuestros asuntos terrenales, así como para nuestros asuntos celestiales. Sólo en la medida en que aprendamos a confiar en Dios para el suministro de todas nuestras necesidades diarias, viviremos por encima del mundo. No debemos ser ociosos; eso demostraría que no confiamos en Dios, que sigue trabajando, sino en el diablo, que es el padre de la ociosidad. No debemos ser imprudentes ni temerarios; eso sería confiar en el azar, y no en el Dios vivo, que es un Dios de economía y orden. Actuando con toda prudencia y rectitud, hemos de confiar sencilla y enteramente en el Señor en todo momento.

Permitidme que os recomiende una vida de confianza en Dios en las cosas temporales. Confiando en Dios, no os veréis obligados a lamentaros porque hayáis utilizado medios pecaminosos para enriqueceros. Sirve a Dios con integridad, y si no tienes éxito, al menos ningún pecado pesará sobre tu conciencia.

Confiando en Dios, no serás culpable de usar medios engañosos. El que confía en el engaño, navega hoy por aquí y al día siguiente por allá, como un barco zarandeado por el viento. Pero el que confía en el Señor es como un