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Sepultura
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Libro electrónico141 páginas2 horas

Sepultura

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"La muerte es muy poca cosa como para separarnos de las personas que amamos. La muerte es un día, el amor, todos los días".
Sepultura es un pueblo de frontera, donde el mundo de los muertos sacude al mundo de los vivos, y deja entrever un estado intermedio: el de los muertos en vida. epultura es un lamento por lo que fue y ya no es.
Sepultura es una historia sobre la importancia de la memoria y de la narración. ¿Usted quiere resucitar dentro de cien años?, pregunta el narrador, y luego responde: Vaya y cuente su vida para su hijo.
Sepultura es un canto al poder de la palabra.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento29 may 2023
ISBN9789876997768
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    Sepultura - Fabián Severo

    sepultura.jpg

    La muerte es muy poca cosa como para separarnos de las personas que amamos. La muerte es un día, el amor, todos los días. Sepultura es un pueblo de frontera, donde el mundo de los muertos sacude al mundo de los vivos, y deja entrever un estado intermedio: el de los muertos en vida. epultura es un lamento por lo que fue y ya no es. Sepultura es una historia sobre la importancia de la memoria y de la narración. ¿Usted quiere resucitar dentro de cien años?, pregunta el narrador, y luego responde: Vaya y cuente su vida para su hijo. Sepultura es un canto al poder de la palabra.

    Severo, Fabián

    Sepultura / Fabián Severo. - 1a ed. - Villa María : Eduvim, 2022.

    Libro digital, EPUB. - (Eduvim literaturas)

    ISBN 978-987-699-776-8

    1. Narrativa. 2. Literatura Fantástica. I. Título.

    CDD U863

    © 2022, Fabián Severo

    © 2022, Editorial Universitaria Villa María

    Chile 253 - (5900) Villa María, Córdoba, Argentina

    Tel.:+54 (353) 4539145

    www.eduvim.com

    Edición: Alejo Carbonell

    Edición gráfica: Carolina Ellenberger

    Conversióon epub: Javier Beramendi

    Publicado originalmente por Ediciones de La Canoa, Uruguay, 2020.

    La responsabilidad por las opiniones expresadas en los libros, artículos, estudios y otras colaboraciones publicadas por EDUVIM incumbe exclusivamente a los autores firmantes y su publicación no necesariamente refleja los puntos de vista ni del Director Editorial, ni del Consejo Editor u otra autoridad de la UNVM.

    No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su almacenamiento en un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio electrónico, mecánico, fotocopia u otros métodos, sin el permiso previo y expreso del Editor.

    Impreso en Argentina - Printed in Argentina.

    Fabián Severo

    Sepultura

    EDUVIM LITERATURAS

    L A T I N O A M E R I C A N O S

    Para Milton Fornaro

    De tanto imaginar conversaciones

    ya es trabajoso hablar, porque las voces

    estorban la otra voz…

    Desdoblamiento, Circe Maia

    …Torpe gente, que nunca estuvo viva.

    Divina Comedia, Dante Alighieri

    …morre gente que nem vivía

    Morte e Vida Severina. João Cabral de Melo Neto

    Estáis muertos, no habiendo antes vivido jamás…

    sois los cadáveres de una vida que nunca fue.

    Triste destino.

    El no haber sido sino muertos siempre.

    El ser hoja seca, sin haber sido verde jamás...

    Estáis muertos. César Vallejo

    Sepultura

    Escuche ese gotear de pájaro. Esa música de cá-cá-cá, piépié-pié, iá-iá-iá. A mí me gusta levantarme temprano, preparar el mate, sentarme en este rincón para escuchar la canción de los pásaro que estiran la mañana.

    Esta puede ser la mejor esquina de Pueblo Sepultura.Ese pedazo de azul inriba del cerro, ya es Brasil. Desde acá, puedo istar en mis dos nido. Tengo los pie en la tierra de mi país, mas mis ojo istán en el cielo de mi otro país.

    Para este lado queda el aeropuerto que nunca inauguraron. ¿Avión? De vez in cuando pasa alguno das arrocera, solo para rayar el cielo. En Pueblo Sepultura no tenemo costumbre de avión. Vea: de ahí de la Ofelia para allá, pasando por la Mildre, hasta llegar en la plaza, toda esta gente, nunca subimo en avión. Para nosotro, avión es una palabra que anda por el aire, un dedo apontando para arriba.

    ¿Usted debe haber crecido in dentro dus avión? ¡Yo sabía! Gente de afuera, sempre tiene más afuera que nosotro.

    Sentarse en el solcito de esta esquina, tiene algún paricido con el resucitamiento. Yo, después de esto, casi que no necesito más nada. As vés sueño con bitumen, para que las tumba no se enllenen de polvo. Ya hicimo de todo, pusimo cortina de cinta, tampamo las ventana, pero el polvo es más poderoso que nuestro despolvar, y segue amarronando las foto.

    Algunos diz que en este pueblo, istamo cerca del cielo porque ahí nomás empiezan los cerro. Nace la cuchilla.La tierra se para como buscando algo olvidado atrás das nube. Cementerio de casas levantando us brazo pra Dios.Otros dicen que esto fue un castigo, que istamo na boca du infierno, justinho incima del calor que derrite las alma.

    Disculpe mis palabra intreverada. Aquí, hablamo así porque nacimo en la frontera dus idioma. Si hay algo que usted no entiende, pregunte nomás. En Pueblo Sepultura, las pregunta nos hacen resucitar.

    Usted vino buscando una voz. Necesita respuestas que expliquen pur qué todo tiene sido así, pur qué la vida, asvés, se iscapa por la porta dus fundo. Andá en Sepultura, encontrar las voz de tus ausencia. Eso le deben tener dicho.

    ¡Qué suerte que pudo venir! Asvés uno planifica y sempre deja para despós. Y el año que viene sempre es el año que vein.

    ¡Por fin!

    Usted istá aquí, buscando. ¿Vio que todos andemo procurando? Atrás de alguna cortina debe haber unos oído que iscuten lo que le iban decir, mas no le diceron. En este pueblo sobra palabración. Una letra al lado de otra. Un silencio y un sonido. Las palabra son el hilo que cose nuestras vida.

    Hay que tener la piel bien costurada pra oír las voz y no indoidecer. Nadies pidió escuchar pero las palabra entran na noite, sacuden las cortina y falan. ¡De arrepiar! Uno se acostuma. Yo conocí muintos que no agüentaron. Fueron nel hospital, en la madre Renata, en doña Sida... buscaban tratamento pra desenloquecer, tapa-oído. Tempo malgastado.

    Otros, nunca se dieron cuenta. Bolazo, pensaron. Tolice, dijeron. Esas voz deben ser el rumor dus mueble cuando la casa dormece.

    Uno nunca sabe si es iscutador. Las voz llegan y algunos intienden. El resto es el resto. La muerte es eso que usted no ve.

    Perdone que yo me vaya por las rama… Cuando las frase incuentran unos ouvido que las devoran, ellas se isparraman. No hay sefiní. La Tere sempre me dice: Veio, tú gosta de uma conversa mole. Y yo le respondo: Mas só.

    Creio que usted anda con ganas de fazer uma pergunta. ¡Qué difícil incontrar las duda! Ni se imagina en este povo, onde tenemo la língua torta. Enxergar uma palabra dereitita es espinhoso, y eso que las maestra se vinieron con las regla pra nos enderezar. Mas não teve caso. Lengua partida, melodía de poroto negro con arroz blanco. Feijoada de palabra. ¿Probó? Ah… voy decir para la Tere que haga, usted vai se lamber los beiço.

    Pero usted ía me hacer una pregunta. ¡Yo sabía! Nadies viene pasear en Pueblo Sepultura. Venían. Mas agora…Sempre llegan rastreando una respuesta que istá brotando bajo tierra y que florece nu meio das cruz, nu otro lado da ruta.

    ¿La Tere? Es los ojo y uso uvido del barrio. Usted la ve atareada atrás das planta, mas ella istá loca de atenta. Haga una vecina salir toda imperiquetada y volver de madrugada, a ver si la Tere no se arrima na ventana y se bota ladrar. Sus antena trabajan día y noche. Asvés, cuando la veo correr un pedacinho de cortina pra controlar si a fíada Mildre ya voltó, yo le digo: Sai d’ahí, curuya. Y ela me responde: Vai, Veio, bater as bola na vereda, que es lo único que tú sabe hacer.

    Usted no conoció la Tere. Había que ver para creer. ¿Amor? ¡Ah, m’hija...! Amor es una palabra muy grande pra nuestros corazón. La Tere me salvó de perder mi vida na timba y eu prestéi meu hombro pra que ella aguantara las tormenta. ¿Pra qué más? Nestas solidón, cuando uno incuentra alguien que le da sombra y un vasito de agua, ya es feliz.

    Es que usted viene de ciudad grande, onde el amor debe tener todos los molde. Acá, el amor crece de golpe como el Yaguareim, y así como crece, desaparece. Amor de inundación, amor de crecida en el corazón. Si no, vaya y mire al Eduardiño Beixaflor. Se enamoró de un día pra otro. Se volvió pájaro persiguiendo flor, y al otro día, ya era hombre de novo.

    ¡Ah, si usted se queda en Pueblo Sepultura, va ver cómo es más fácil indoidecer! Uno impieza a escuchar los perro, los grillo, los pájaro de la mañana… Despós son los pino du ciminterio que no paran de falar. Y al final, uno escucha las palabra de la muerte. ¿Vino para eso? ¡Yo sabía! Cuente... Cuente... En este pueblo, contamo historias para estirar la vida.

    ¿Usted cree que ellos istán muerto? ¿No sabe? Yo tampoco ni sé. As vés tenho la certeza de que sí. ¡Mortiños da silva! Mas otras vez, me parece que u morto so eu.

    ¡La vida!

    Este banco que tiene la forma de mis tarde. Este desenrolar mis pensamiento hasta que enllenen mis día. Este não ter nada diferente pra fazer.

    ¿Será que soy una de las voz? ¿Usted no istará viva, y yo, estoy hablando desde el otro lado da carretera? No se apavore. Estas idea me andan dando vuelta. Tonturas. Asvés, yo me atolo en mis sombra.

    No sempre fue así. Yo trabajaba. Me levantaba antes que el sol. Saía estrallar helada. Cumplía horario. Facía lo que hacen los vivo. Mas despós llegó el después. Desapareció el trabajo, el madrugar, el cuidar un portón. Mi día se enllenó de espacio pra istar con los otro, pero los otro ya se tenían ido. Mi hijo y mi mujer dormían du otro lado da ruta. Y u resto da parentela andaba se iscondendo nu mundo.

    Intonce, me sentéi neste banco. ¿Qué otra cosa se pode hacer en esta aldea? La vida dura unos año, despós uno fica atirado, como un tareco que não presta más pra tareco. Me dijeron que iso era istar jubilado. Y de un día pra otro, todos esos nombre que usted ve escritos ahí, todos impezaron se aposentar. ¿Sabe lo qué es istar jubilado? Es sentarse a isperar cuando ya no tein más nada pra esperar.

    Perdone que hable de mim. Asvés uno necesita desabafar. Hasta los muerto precisan unos ojo que le lleven flor. Yo no me olvidé de su sufrimiento, da tristeza que la arrastró para este pueblo, pero asvés, uno aproveita u silencio y suelta la humedad que tiene adentro. Nadies puede vivir solo iscutando.

    Algunas noche, istoy dando vuelta na cama, tapado con alguna voz, y no sé quién es quién. Eu sempre acreditéi que a morte era un silencio de mármol. Creía que embaixo da tierra todo se dormía. Pero llegaron las voz y yo ya no supe qué escuchar. ¿Nunca le pasó de andar caminhando y de repente iscutar una voz? ¿No?... ¡Qué tristura! A mim, sempre me pasa.

    Usted no escucha. Para usted la noche es quietación. ¡Qué suerte los que nacen inriba de otras tierra!

    Al principio, es murmuración. Cacareo. Despós, impiezan se formar las voz hasta que nu final, uno fica solo con una. Sempre es solo una voz. La noite pasada era la mesma mujer de las otras noche. ¡Ojalá que sea su abuela!

    Cruzando la carretera, istán plantadas todas las historia de este pueblo. Cementerio de semilla. Tumbas de palabra. ¿Quién les va a prestar seus ouvido? ¿Quién va besar us labio da morte antes de durmir?

    Perdone… Perdoe… Todo es más duro acá. Allá en su cidade, todo debe ser más descomplicado. Si alguna parejita se separa, ¿quién se intera? Montañas de edificio. Furmiguero de gente. Cada uno intertido en su desatención. Pero acá, si usted ficó devendo meia docena de huevo na Elmira, todo el pueblo cruza

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