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Malos pensamientos
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Malos pensamientos

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Los Malos pensamientos son un compendio de las treinta mil páginas que Paul Valéry escribió en sus Cuadernos, todos los días durante cincuenta años. Piensa y escribe sobre todos los temas humanos: la vida, el amor, la muerte, las ciencias, la tecnología, la libertad, la política, el sexo, los estados de ánimos, y un largo etcétera. Se ofrece en este libro una selección realizada por el propio autor y que quizás no sea tan casual, tan inocente, como lo explica el neurocientífico Lestocart en el prólogo de esta edición. El escritor francés quiso reproducir el pensamiento humano en su exactitud y, como se verá, lo logra en cada una de las páginas del presente volumen.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 mar 2022
ISBN9789876996419
Malos pensamientos
Autor

Paul Valéry

One of the major figures of twentieth-century French literature, Paul Valéry was born in 1871. After a promising debut as a young symbolist in Mallarmé’s circle, Valéry withdrew from public view for almost twenty years, and was almost forgotten by 1917 when the publication of the long poem La Jeune Parque made him an instant celebrity. He was best known in his day for his small output of highly polished lyric poetry, and posthumously for the 27,000 pages of his Notebooks. He died in 1945.

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    Malos pensamientos - Paul Valéry

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    Los Malos pensamientos son un compendio de las treinta mil páginas que Paul Valéry escribió en sus Cuadernos, todos los días durante cincuenta años. Piensa y escribe sobre todos los temas humanos: la vida, el amor, la muerte, las ciencias, la tecnología, la libertad, la política, el sexo, los estados de ánimos, y un largo etcétera.

    Se ofrece en este libro una selección realizada por el propio autor y que quizás no sea tan casual, tan inocente, como lo explica el neurocientífico Lestocart en el prólogo de esta edición. El escritor francés quiso reproducir el pensamiento humano en su exactitud y, como se verá, lo logra en cada una de las páginas del presente volumen.

    Paul Valéry (1871-1945), nacido en Sète, Francia. Autor del Cementerio marino, La joven parca, Monsieur Teste, se encuentra en el panteón de los grandes escritores franceses. Portavoz de su cultura, miembro de la Academia Francesa, anticolaboracionista, desdeñado y luego admirado por su generación y por las venideras. Sus Cuadernos personales se convirtieron en su producción literaria más importante, al escribir sus pensamientos durante cincuenta años ininterrumpidos en más de veintinueve mil páginas.

    Valéry, Paul

    Malos pensamientos / Paul Valéry. - 1a ed . - Villa María : Eduvim, 2019.

    Libro digital, Epub. - (Eduvim literaturas)

    Traducción de: Federico Gianotti.

    ISBN 978-987-6996-41-9

    1. Literatura. 2. Autobiografías. 3. Pensamientos. I. Gianotti, Federico, trad. II. Título.

    CDD 808.8035

    © Paul Valéry © Federico Gianotti: traducción del francés

    © 2019, Editorial Universitaria Villa María

    Chile 253 - (5900) Villa María, Córdoba, Argentina

    Tel.:+54 (353) 4539145

    www.eduvim.com

    Título original: Mauvaises pensées et autres

    Edición: Juan Pablo Abraham

    Edición gráfica: Eleonora Silva

    Conversión epub: Javier Beramendi

    La responsabilidad por las opiniones expresadas en los libros, artículos, estudios y otras colaboraciones publicadas por EDUVIM incumbe exclusivamente a los autores firmantes y su publicación no necesariamente refleja los puntos de vista ni del Director Editorial, ni del Consejo Editor u otra autoridad de la UNVM.

    No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su almacenamiento en un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio electrónico, mecánico, fotocopia u otros métodos, sin el permiso previo y expreso del Editor.

    Impreso en Argentina - Printed in Argentina.

    Malos pensamientos

    Paul Valéry

    Traducción de Federico Gianotti

    Eduvim Literaturas

    A

    No te olvides de que toda mente⁴⁹ es construida por las más triviales experiencias. Decir que un hecho es trivial es decir que es de aquellos que más contribuyeron a formar tus ideas esenciales. En la composición de tu sustancia mental, más del 99% de las imágenes e impresiones carecen de valor. A eso sumale que las visiones extrañas, los pensamientos nuevos y singulares sacan todo su crédito de ese vulgar fondo que hace que se destaquen.

    *

    Quizás el origen de la razón, o de la noción de razón, sea la transacción. Se debe transigir, a veces con la Lógica; a veces con el impulso o la intuición; a veces con los hechos. Entonces, cada vez que se te aparezca la palabra Razón, venga de vos o de otros, intentá reemplazarla por esta palabra más exacta: "transacción". Así, no más diosa…

    *

    Hay en nosotros certezas inexplicables y dudas sin causas: esto genera místicos y filósofos. Ya que nada puede explicar las primeras ni justificar las segundas, nos invitan a pensar que las dudas y las certezas en un millón de hombres se distribuyen como al azar

    *

    El objeto propio, único y perpetuo del pensamiento es: lo que no existe.

    Lo que no está delante de mí; lo que fue; lo que será; lo que es posible; lo que es imposible.

    A veces ese pensamiento tiende a realizarse, a elevar a verdad lo que no lo es; y a veces a volver falso lo que es.

    *

    Cada pensamiento es una excepción a una regla general que es la de no pensar.

    *

    El pensamiento quizás solo sea una extrañeza de la naturaleza que se le ofrece a una especie, al igual que esas cornamentas de rumiantes inusuales o extintos que vemos en los museos: armas u ornamentas de tan curiosa extensión, en bucle o en espiral, o tan ramosas que son incluso más perjudiciales que inútiles para el animal que coronan.

    ¿Por qué no? ¿No, por qué? Nuestra cabeza está cargada de preguntas y de ideas atrapadas en la maraña del bosque de los hechos, y nos mantiene avergonzados, orgullosos de estarlo, condenados a bramar poemas e hipótesis – vanidosos y desesperados.

    *

    El estímulo de cada vida intelectual es la convicción del fracaso, de la frustración o de la insuficiencia de las vidas intelectuales pasadas.

    *

    He advertido que la inmensa mayoría de los partidarios y adversarios de cualquier tesis (que en ella se unen) está compuesta por personas que en realidad no la conocen.

    He notado también que lo que llamamos convicción solo es la actitud de apropiación enérgica que exige la débil consistencia propia de una opinión. Toda la fuerza que ponemos en la forma –incluso la interior– es indicio de dudas voluntariamente reprimidas.

    Por último, cuando decimos de una teoría que se puede sostener, ¿no estamos diciendo que necesita a alguien que la sostenga? Por sí misma se cae, y dejala caer.

    *

    Considerá a las mentes observando hacia dónde tienden. Algunas de las que se consideran grandes solo llevan a su hombre al vacío. Si sus pensamientos se desarrollaran, morirían de inanición.

    Debemos entender que las ideas solo tienen un valor transitivo. Una idea sólo vale por la ilusión que provoca y por las posibilidades que tiene de aportar mayor perfección a nuestro ser, que a su vez la hará reaccionar y la llevará a un estado superior de simplicidad, de riqueza y esperanza.

    Es por ello que no hay que hacer sistemas. Un sistema es una detención. Es una renuncia. Porque detenerse en una idea es detenerse en un plano inclinado, en un falso equilibrio. No existe idea alguna que tenga su fin en sí misma y que impida o absorba cualquier desarrollo o cualquier respuesta posterior. Esta detención en un plano inclinado se debe entonces a una resistencia pasiva. Por ejemplo, la gran satisfacción que sentimos al encontrar tal solución o tal fórmula, que nos incita a atenernos a ella, a fijarla, a hacerla pública, es una de esas resistencias, al igual que el cansancio o cualquier otra causa ajena al pensamiento que ella suspende.

    *

    Toda filosofía podría reducirse a la búsqueda laboriosa de lo que se sabe de manera natural.

    O a esto: descubrir a través de meditaciones y confrontaciones que aquel que se mira al espejo y aquel otro que ve en él tienen algunas propiedades comunes o indivisas.

    ¿Buscar si algo puede ser más importante que brindar placer o dolor, bienestar o fastidio?

    *

    Que todos los sistemas terminan en mentiras, de eso no hay duda. Lo contrario sería imposible y antinatural. En cuanto a sus inicios, podríamos debatir sobre su buena fe.

    *

    Falsos filósofos

    Aquellos que la enseñanza de la filosofía, los programas engendra. Allí aprenden los problemas que no habrían inventado y que no sienten. ¡Y los aprenden todos!

    Los verdaderos problemas de los verdaderos filósofos son aquellos que atormentan y complican la vida. Esto no quiere decir que no sean absurdos. Pero al menos nacen en vida – y son verdaderos como sensaciones.

    *

    El primer movimiento de algunos es consultar libros;

    El primer movimiento de los demás es mirar las cosas.

    *

    Preguntas del niño que es el filósofo

    La pregunta del filósofo, una vez que se la despoja de sus formas solemnes o severas, siempre es infantil: el niño es quien pregunta sin necesidad de hacerlo, pierde la majestuosidad del tigre que se resigna a ser con magnificencia lo que es, tal como es, sea lo que sea, o a la simplicidad e impersonalidad de la oveja en su rebaño.

    Todos los animales se hallan en el Hombre y el Hombre, como si su construcción se suscribiese a toda la Zoología, con algunos aportes de la Botánica y de los Minerales (duro, blando, etc.), es un zoológico; y se compone de monos y urracas mezclados con felinos, ovejas, etc.

    En tanto preguntador, es un animal curioso: algo encantador de ver en un niño de tres años. Y encontramos con facilidad a ese niño en el pensador, en Pascal por ejemplo.

    Y en cuanto a las preguntas en sí y las respuestas, resultaría instructivo y divertido ponerlas sobre la mesa.

    La ingenuidad surge al plantear preguntas suscitadas por analogías, a veces geniales (Luna = manzana).

    *

    Los escépticos son –deben ser– políticos del pensamiento.

    Existe una política del pensamiento que combina no confiar completamente en él y sin embargo llevarlo a cabo hasta el final.

    Ni dejarse ir, ni empantanarse.

    *

    Negar A es mostrar A detrás de una reja.

    *

    Pensadores. Suponiendo que los pensadores sirvieran para algo, podríamos considerarlos máquinas de hacer el mayor número posible de combinaciones ideales, ya sea bajo la forma de definiciones o de relaciones que no se dan en la práctica.

    *

    Mente fina, mente geométrica, cuántas pavadas se dijeron por culpa de estas palabras.

    Tienen el vicio de las expresiones a las que primero se les debe dar un sentido antes de poder aplicarlas. Pero para ese entonces, es demasiado tarde…

    Peor: para que tenga sentido comparar esas dos mentes, debemos suponer que funcionan entre un estado inicial y un estado final supuestamente idénticos. Deben tener un mismo objeto de trabajo; acordar sobre las mismas impresiones o nociones desde el principio…

    De lo contrario, se volverían como animales de especies totalmente diferentes: uno vuela, el otro nada: no ven las mismas cosas, nunca se cruzarán, solo pueden ignorarse, no son siquiera capaces de excluirse.

    *

    Se vuelve necesariamente oscuro aquel que siente las cosas muy dentro de sí y está en íntima unión con ellas.

    Porque la claridad se desvanece a algunos centímetros de la superficie.

    Sentir muy dentro de sí la presencia virtual, las conexiones ínfimas, el conjunto de posibilidades del lenguaje transforma el pensamiento del pensamiento, impone otras libertades y exigencias a todo pensamiento posterior, muy diferentes a las del tratamiento habitual de los pensamientos.

    Así sucede con el verdadero atleta: la mínima acción realizada, sea útil o no, es para él un elemento, un aspecto, un problema en el que todo su poder de organización motora puede interesarse y que puede cambiar o reducir a un ejercicio en sí.

    Pero ocurre que un tercero se sorprende, se enoja o se ríe ante la apariencia que adquiere la apariencia cuando se la pone al servicio de cierta profundidad.

    *

    La razón, la sabiduría, la verdad, etc. son divinidades populares –de interés general–, los ídolos de la conformidad 1° a las cosas; 2° a la opinión.

    También hay deidades inferiores: la moda, el sentido común, el gusto.

    *

    Érase una vez…

    El Universo era un Todo, y tenía un centro. Ya no hay ni Todo ni centro.

    Pero seguimos hablando de Universo.

    *

    Tiemblen, humanos, por el tema que sea. Piensen en que tienen opiniones, convicciones, ideas claras – ahora piensen en todo lo que nunca pensaron dentro del

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