Cuando estemos completos el mundo se volverá completo. Sería un cambio asombroso, porque en la situación actual tanto nosotros como el mundo seguimos divididos. Este estado de cosas va más allá de los interminables conflictos que salen en las noticias. Existe una fractura profunda en el centro mismo del ser humano. Nos etiquetamos como mamíferos y, sin embargo, la mayoría de la gente cree que tiene alma. Nos apartamos de la naturaleza, la explotamos sin tener en cuenta las consecuencias: somos guardianes del planeta y al mismo tiempo su peor amenaza.
Sin embargo, ya está produciéndose un cambio en la conciencia colectiva. Una de las señales más alentadoras de esto es aparentemente trivial: un vídeo online sobre un pulpo agradecido que han visto casi doce millones de espectadores. Comienza en una playa de Portugal con un hombre llamado Pei Yan Heng que está paseando por la arena y ve un pequeño pulpo varado fuera del agua. Pei saca su stmar tphone para filmar a la criatura. Probablemente arrastrado hasta la orilla por una gran ola, el pulpo parece encogido y casi muerto. En un gesto amable, Pei recoge el pulpo en un vaso de plástico, lo lleva de vuelta al mar y lo suelta.
El pulpo comienza a revivir de inmediato. Sus ocho brazos se extienden (los expertos nos dicen que «tentáculos» no es el término adecuado) y adquiere un color más saludable. Normalmente un pulpo es tímido y se aleja de cualquier amenaza que se le aproxime, una táctica necesaria para un animal de cuerpo blando y suelto. Pero en lugar de huir, el pulpo salvado se acerca a las botas de Pei, posa dos brazos sobre ellas y permanece así durante varios segundos antes de alejarse sin prisa. Rápidamente el «pulpo agradecido» entró a formar parte de la cultura popular cuando el vídeo se volvió viral. Podría suponerse que se trata de un ejemplo de sentimentalismo humano, pero no hay prueba de que el pulpo rescatado no estuviera agradecido. ¿Hay