Actos de Observación. Todo lo que existe requiere de un observador humano

Por Juan Manuel Casanova

Vivimos en un Universo Biocéntrico, donde la muerte es solo una ilusión, atrapada en el espacio temporal de nuestra mente. Actos de Observación trata de este concepto del eminente biólogo Robert Lanza, que ha revolucionado la imaginación científica del milenio, pero también sobre el “Principio Antrópico Participativo”, del genial profesor de Princeton, John Wheeler, que establece que cualquier teoría sobre el Universo tiene que ser consistente con la existencia del ser humano... El físico newyorkino Gregory Matloff describe que —aparte de los seres humanos— el Universo y todo lo que se encuentra en él, está inmerso en un “campo protoconsciente” que le da vida a todo, convirtiendo a millones de galaxias en gigantescos seres pensantes que interaccionan entre sí y toman decisiones. Actos de Observación destila por un gran número de temas como “el observador”, ese misterioso chamán cuántico que nos acompaña a todas pates, colapsando la función de onda de todo lo que se encuentra en su camino, para transformarla en tu única realidad.

• Idioma: Español
• Editorial: Juan Manuel Casanova
• Fecha de lanzamiento: 12 abr 2021

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Para John Archibald Wheeler, uno de los físicos estadounidenses más brillantes del siglo XX, el cosmos y todas sus cosas solo existen en dependencia del acto de observación que, según el ingenioso científico, es un fenómeno participativo de nuestra consciencia. La mente cuántica también produce cambios en el mundo físico y sus partículas subatómicas responden a tu atención. Existe un paradigma que determina que el observador condiciona lo observado.

Una partícula no decide el estado con el que va a continuar realizando su trayectoria hasta que el observador no determina, con su observación, si la partícula tendrá un comportamiento como onda o como partícula, de acuerdo a su configuración experimental. La partícula siempre espera instrucciones del observador y el fotón, permanecerá indefinido durante largas distancias hasta que toma una decisión, como lo ha demostrado la propuesta de Wheeler (1978), conocida como la experiencia de elección retardada.

Wheeler, postuló el Principio Antrópico Participativo, que establece que cualquier teoría sobre el Universo tiene que ser consistente con la existencia de ser humano y sitúa al observador humano como clave de todo el proceso de la proto consciencia que afirma que nada existe sin consciencia.

La Realidad no puede existir sin ti, que la co-creas, y le das sentido.

J.M. Casanova.

PARTE I

Capítulo I

"La muerte no existe en un mundo sin espacio ni tiempo…"

Robert Lanza

Buscando el eslabón perdido entre el Cielo y la Tierra, el cosmólogo y profesor de la Universidad de Minnesota, Vitaly Vanchurin, se sumó a la hipótesis de los que creen que el Universo es una enorme red neuronal. Vanchurin aboga por una realidad sutil donde todo emana de una red neuronal microscópica que lo engloba cada cosa.

En lugar de vivir en una matrix donde todas las cosas y sucesos están controlados artificialmente y la realidad es simulada por un ordenador, Vanchurin piensa que el cerebro de los seres humanos forma parte de una red neuronal muy compleja del Universo. Dada la complejidad cuántica de esta membrana, no parece posible que un ordenador que contenga toda la inmensidad del Universo y el poder de crear la simulación de sus ilimitados objetos pueda ser construido.

Al comparar la red de las células nerviosas del cerebro humano con la red cósmica de galaxias, un astrofísico de la Universidad de Bolonia y otro, cirujano de la Universidad de Verona, descubrieron que con ambos procesos físicos se pueden construir estructuras caracterizadas por niveles similares de complejidad y auto organización. En las analogías realizadas entre ambos sistemas, el astrofísico Franco Vazza y el neurocirujano Alberto Filetti, encontraron que dentro de los sistemas mencionados solo el 30% de sus masas estaban compuestas por galaxia y por neuronas; en cada caso; ambos sistemas se organizan igualmente en largos filamentos o complejos de supercúmulos muy parecidos a los que constituyen el citoesqueleto celular que producen el salto cuántico entre los electrones que se alojan en cada hueco microtubular y establecen las interacciones entre el cerebro, la mente y la red cósmica de galaxia.

Otra de las similaridades que se observan es que el 70% de la masa o la energía está compuesta de agua dentro de la bóveda cerebral e igualmente esa misma proporción de energía oscura está presente en el Universo observable.

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