Los misterios de ser Yo. A través de la hipnosis

Por Juan Manuel Casanova

Los misterios de ser yo trata de la historia de la Hipnosis y del análisis del cuerpo teórico que lo acompaña. Más de dos siglos de investigación del fenómeno hipnótico y la mente... Los grandes aportes de las teorías disociativas del psicólogo francés Pierre Janet y su función en la hipnosis; la Teoría del Rol y su función hipnosugestiva, de Theodore Sarbin; la Teoría Sugestiva de Kirsch o el misterioso “Observador Oculto “, una entidad que te protege durante el proceso hipnótico para que nadie pueda hacerte daño, una especie de Ángel de la Guarda que el psicólogo Ernest Hilgar, descubrió... Este libro trata de eso, y de mucho más.

• Idioma: Español
• Editorial: Juan Manuel Casanova
• Fecha de lanzamiento: 4 ago 2022
• ISBN: 9781005560928

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Introducción. La cosa más compleja del Universo

Capítulo 1. La Teoría de la Mente, de Roger Penrose y Stuart Hameroff

Capítulo 2. El Magnetismo Animal de Mesmer

Capítulo 3. Un supuesto trance llamado sonambulismo artificial

Capítulo 4. James Braid, el padre de la hipnosis

Capítulo 5. El sótano de la represión y los traumas psicológicos

Capítulo 6. El misterioso abate José Custodio de Faria

Capítulo 7. La escuela de hipnosis de Salpetriere y los orígenes de la psicologización del trauma

Capítulo 8. La rivalidad entre Salpetriere y la escuela de hipnosis de Nancy

Capítulo 9. Émile Coué: la autosugestión y el efecto placebo

Capítulo 10. Terapia ericksoniana

Capítulo 11. La hipnosis y la red neuronal por defecto (RND)

Referencias

Sobre el autor

Introducción

La cosa más compleja del Universo

Probablemente, el cerebro humano sea la cosa más compleja del Universo, que puede, en un espacio cercano al de un puño y una masa de alrededor de 1,500 gramos —que representa el 2% del peso corporal—, tratar de entender al Universo y explicárselo a sí mismo.

Se estima que el sistema nervioso, en sus primeros años de existencia, posee alrededor de 100 mil millones de neuronas y más de cien billones de conexiones sinápticas que las comunican entre sí y que apoyan a otras del sistema como son las células gliales que, aunque carecen de dendritas y axones, forman parte del soporte estructural y el funcionamiento adecuado del tejido del sistema nervioso, permitiendo la comunicación e interacción de las redes neuronales. Estas últimas, también conocidas como neuroglias, son hasta cinco veces mayor en número que las propias neuronas y constituyen una especie de pegamento celular. Por este sistema circula la información que construyen los pensamientos, se elaboran los razonamientos, los juicios y se le dan formas a los recuerdos, memorias, sentimientos y emociones.

Hay tantas galaxias dentro del Universo observable, como neuronas en el cerebro. Con las energías neuronales —especializadas en la recepción y trasmisión de la bioinformación electroquímica— se crea la mente con la que se comprende la realidad y su percepción.

El filósofo y lingüista estadounidense Ray Jackendoff, describe la mente como el lugar de asiento de percatarse consciente del medioambiente y de las propias vidas interiores que cada uno llevamos, inaccesible a los demás y —en otro sentido— como un lugar de entendimiento, razonamiento e inteligencia.

Entre otros factores, la consciencia se debe al procesamiento de la bioinformación que se recepciona, circula y se produce en el sistema nervioso humano. Esta bioinformación interactúa con las señales cósmicas y medioambientales que nos permiten darnos cuenta del mundo en que vivimos y su relación con nuestra existencia, dada por un estado mental que personaliza cada experiencia, y permitiéndonos pensar en nuestros propios pensamientos, y de ser conscientes de que somos conscientes.

La actividad del pensamiento corresponde a la mente, mientras que la consciencia procede de un campo o fuente de la propia consciencia pura donde todo sucede. Los antiguos sabios de la India comparaban la consciencia con un océano, de cuyas vibraciones se formaban los pensamientos en forma de oleajes, donde cada ola nos separa de la fuente original de la consciencia cósmica. El poeta místico persa Rumi, expresa: Tú no eres una gota de agua en el océano. Eres el océano entero en una sola gota.

A la metáfora oceánica de los antiguos rishis hindúes, el cosmólogo estadounidense y profesor de la Universidad de Minnesota, Vitaly Vanchurin, agrega que el Universo es una enorme red neuronal de la que el cerebro de los seres humanos forma parte. Algo que también confirman las analogías existentes entre los sistemas de la red cósmica de la galaxia y las de las neuronas humanas. Ambos sistemas ostentan una gran similitud en su complejidad y grado de auto-organización.

El Maestro Espiritual británico Jeff Foster (1980-), afirma que el ser humano se ve a sí mismo como una ola, separada del vasto océano y en un mundo separado de él mismo, y afirma —parafraseando tal vez al místico Rumi— que la ola separada no es más que el océano apareciendo temporalmente como una ola.

Foster, que se graduó de astrofísico en