Cuba. La suma de todos los delirios

Por Juan Manuel Casanova

Durante los estallidos sociales que comenzaron en La Habana el 11 de julio del 2021, se puso de relieve cómo el aparato castrista promueve el odio entre cubanos a través de los mecanismos mediáticos y desinformativos que motivó la histeria colectiva, incitando a una parte de la población a la agresión física, la humillación y el asesinato de la otra parte que protestaba pacíficamente.
La manipulación de los delirios de vigilancia y de sospechas colectivas fueron creando el escenario siniestro en la sociedad cubana actual, en la que nunca llegas a saber cuándo esa sensación de que estás siendo observado se debe a un delirio de persecución o se trata de una vigilancia real.
La presente obra es un ensayo sobre una sociedad cubana distópica, habitada por rehenes comprometidos con el Estado cubano, que son reprimidos y discriminados por sus diferencias ideológicas y de creencias.
Se analizan los daños antropológicos causados a una buena parte de la población que, al tener que vivir expresando, en su mayoría, una conducta que no sienten, y sosteniendo, al mismo tiempo, dos pensamientos que se contradicen, crean una disonancia emocional que angustia existencialmente, algo que para el neurólogo Freud, consideraba como una guerra civil interna.

• Idioma: Español
• Editorial: Juan Manuel Casanova
• Fecha de lanzamiento: 22 jul 2021

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Uno de los aspectos más difíciles de entender de un delirio es que el propio delirante —que no posee la verdad— está convencido de la cosa que alucina.

Paradójicamente, el delirante invierte el sentido lógico y acomoda las conclusiones acerca de la realidad que experimenta con tal de satisfacer su razonamiento erróneo y no necesita —como es el caso de una personalidad obsesiva— cerciorarse constantemente de ella.

Las ideas delirantes —según el psiquiatra y filósofo existencialista alemán Karl Jasper (1883-1969)— se dividen en las auténticas ideas delirantes, que tienen como fuente una vivencia patológica primaria y las deliroides, que son comprensibles y derivadas de otros procesos psíquicos y trastornos afectivos previos. Esta confusión mental conocida como delirio surge de un núcleo ideoafectivo o percepción falsa que se asume como evidente y del que proceden todas las deducciones del individuo en las que las ideas delirantes son transformadas en creencias.

Recientemente, durante los estallidos sociales que comenzaron en La Habana el 11 de julio del 2021, se puso de relieve cómo el aparato castrista promueve el odio entre cubanos a través de los mecanismos mediáticos y desinformativos que motivó la histeria colectiva, incitando a una parte de la población a la agresión física, la humillación y el asesinato de la otra parte que protestaba pacíficamente.

Paul Serieux y Joseph Capgras, que escribieron en 1909 el libro "Las locuras razonantes, sostienen que en el delirante la idea matriz y el estado emocional acompañante determina una atención selectiva que eclipsa el sentido crítico" y favorece la producción de falsas interpretaciones delirantes.

Se afirma que la convicción de un delirante no penetra por el entendimiento sino por el sentimiento, y admite como exacto las ideas que concuerdan con su sistema de errores.

La manipulación de los delirios de vigilancia y de sospechas colectivas fueron creando el escenario siniestro en la sociedad cubana actual, en la que nunca llegas a saber cuándo esa sensación de que estás siendo observado se debe a un delirio de persecución o se trata de una vigilancia real.

En psicopatología, el delirio se define como una inferencia incorrecta de la realidad o creencia que el delirante vive con una profunda convicción, aunque las evidencias demuestren lo contrario. El profesor Kurt Schneider, en su libro "Las personalidades psicopáticas", dice que el delirante sufre por su anormalidad pero también hace sufrir a la sociedad.

La multitud, al ser alineada emocionalmente a