Afinales de 1919, mientras guardaba reposo debido a una «dilatación cardíaca», comenzó a devorar libros y en el hospital confeccionó su primera lista de lecturas. Además de numerosas obras de Julio Verne, se interesó por una compilación de cantos juglares de la prehistoria céltica; esta colección llevaba por nombre Ossian y había sido recopilada en el siglo XVIII por James Macpherson. Según Macpherson, los textos habían sido recogidos en las Tierras Altas de Escocia, pero la mayoría de los estudiosos apuntaron desde su misma aparición que se trataba de una clara falsificación del propio autor; Himmler parece que le prestó poca atención a esto. Cuando se convirtiera en uno de los guardias pretorianos de Hitler, ordenaría reescribir la historia, la ciencia y la arqueología de acuerdo a los intereses nacionalsocialistas y a sus propias concepciones épicas del pasado.
Cuando ya le quedaba poco tiempo de reposo, se dedicó a las lecturas políticas de corte ultraconservador, contribuyendo a sesgar notablemente su visión de la realidad. y otras obras, los masones se convertían en adoradores del maligno y en bolcheviques. Himmler los consideraría una de las mayores amenazas del pueblo alemán. El mismo Wichtl señalaba que los «hijos de la viuda» se hallaban bajo una fuerte influencia judía, que buscaban la «revolución universal» y los hacía responsables en gran medida del estallido de la Primera Guerra Mundial.