EVA GREEN La mirada del misterio
n sus auriculares suena la quinta sinfonía de Gustav Mahler. Stefan Zweig, Schnitzler y Murakami ocupan parte de su biblioteca. , de Ingmar Bergman, es una de sus películas preferidas. Es incapaz de tomar el sol y de frecuentar fiestas con sus charlas triviales. Por compañero, Eva Green (París, 1980) tiene a un schnauzer Winston, que viste con una pajarita de tartán. Su favorita es una panadería. Compone historias a partir de poemas, citas y fotografías que colecciona en blanco y negro. Lleva un anillo que le diseñó la joyera rusa Elena Okutova como escudo protector. Viaja sola a tierras lejenas por el mero hecho de pasear. Vive en Londres, en una casa que considera su templo, mitad india, mitad china, y la llena de osos de peluche que rescata de Portobello Road cuando nadie la observa. La actriz es una gacela dentro de la industria que la rodea. Una criatura menuda pero singularmente esbelta, de tez pálida y gótico rematado con unos ojos turquesas.la fría y manipuladora Ava Lord en Vesper Lynd en -la única capaz de jugar con James Bond y dejarlo con el corazón roto-, la astronauta Sarah Loreau en Heroínas o villanas, las mujeres a las que da vida son poderosas, ambiciosas y letalmente misteriosas. Ahora, en la serie , basada en el época de Eleanor Catton, regresa como Lydia Wells (el 22 de junio, en HBO), una adivina enigmática y con dotes de en la Nueva Zelanda sacudida por la fiebre del oro de 1865. Como ella desvela: «Es una historia de romance, sangre y ambición con paisajes espectaculares, un toque de astrología y un vestuario exquisito».
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