Cuentos del Ampurdán
()
Información de este libro electrónico
Lee más de Teodoro Baró I Sureda
Flores y frutas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Tramontana Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa paz del alma Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJuan Alcarreño Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos del hogar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAventuras y coscorrones Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl buen maestro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGolondrinas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relacionado con Cuentos del Ampurdán
Libros electrónicos relacionados
Cuentos del hogar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCanto yo y la montaña baila Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El ángel de Nicolás Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los inadaptados Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesYa casi no me acuerdo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl libro de la Navidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa última fada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCanto jo i la muntanya balla Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCantares gallegos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMientras nieva sobre el mar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl espíritu del Lince Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa aldea perdida Novela-poema de costumbres campesinas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Profeta (Traducción: David De Angelis) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFábula de fábulas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Rosa de Naran Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTres veranos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La canción de la corriente: El destino es una travesía Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¡Es raro! Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa princesa de las aguas y el paisaje Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNo arden los ángeles en el infierno Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSi vuelve el invierno Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La nostalgia de la Mujer Anfibio Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los dueños del mundo: La conjura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos de sirenas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMarejada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa corona derribada y vara de Moisés Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMargarita la Tornera Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl humo dormido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistorias, Fábulas Y Cuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos tres sorianitos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Relatos cortos para usted
El profeta Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las cosas que perdimos en el fuego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Colección de Edgar Allan Poe: Clásicos de la literatura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Vamos a tener sexo juntos - Historias de sexo: Historias eróticas Novela erótica Romance erótico sin censura español Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Hechizos de pasión, amor y magia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El psicólogo en casa Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Me encanta el sexo - mujeres hermosas y eroticas calientes: Kinky historias eróticas Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El llano en llamas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Donantes de sueño Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cuentos de León Tolstoi: Clásicos de la literatura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesColección de Gustavo Adolfo Bécquer: Clásicos de la literatura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¿Buscando sexo? - novela erótica: Historias de sexo español sin censura erotismo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El gallo de oro y otros relatos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5EL GATO NEGRO Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cómo besa: Serie Contrato con un multimillonario, #1 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El reino de los cielos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Hombres duros y sexo duro - Romance gay: Historias-gay sin censura español Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los peligros de fumar en la cama Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Hasta la locura, hasta la muerte Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos de Canterbury: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El señor presidente Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El césped Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Caballero Carmelo y otros cuentos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Selección de relatos de horror de Edgar Allan Poe Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los divagantes Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La paciencia del agua sobre cada piedra Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La metamorfosis: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Relatos de lo inesperado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El diablo en la botella (Un clásico de terror) ( AtoZ Classics ) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Cuentos del Ampurdán
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Cuentos del Ampurdán - Teodoro Baró i Sureda
Cuentos del Ampurdán
Copyright © 1896, 2021 SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788726686944
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.
This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.
www.sagaegmont.com
Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com
EL HOGAR
I
Quiero al Ampurdán porque es mi tierra, y á los niños porque como siempre conservan mucho del ángel, son el encanto de sus padres, su esperanza, la alegría de la casa; y de la misma manera que las mariposas sueltan al volar polvo de oro, ellos llenan el hogar con el polvo de oro de su inocencia, más brillante y más hermoso que el de las mariposas.
Cuando escribo para los niños, pienso en el hogar donde transcurrió mi infancia. El recuerdo del hogar es santo porque en él nuestros ojos se abrieron á la luz, á la luz que viene del cielo; á nuestros oídos llegaron por primera vez los sonidos de la campana, voz de Dios que levanta los corazones á lo infinito, donde está el trono del Altísimo rodeado de ángeles; nuestros labios pronunciaron la primera oración y recibieron y devolvieron los amorosos besos de nuestros padres. Quered mucho el hogar, porque en él han nacido nuestras creencias, nuestras esperanzas, nuestros amores, y á su calor han brotado nuestras ilusiones; quered mucho el hogar, delante de cuya llama se reune en las noches de invierno toda la familia para rezar el Rosario y evocar memorias pasadas al calor de la lumbre.
Recuerdo á Ferreol, un viejo que tenía tantos años que decía que de ellos había perdido la cuenta, pero añadía que siempre la llevaba ajustada con Dios por medio de la confesión, porque no quería estar desprevenido para poderla rendir al Señor, invocando la intercesión de la Virgen y de San José, cuando le llamase á su presencia. Tenía Ferreol blanco el cabello, más blanco que el copo que hilaba Ramona, una viejecita que todas las tardes de sol se sentaba con su rueca en la mano en el banco de piedra que había delante de la casa y se pasaba las horas canturreando y haciendo bailar el huso.
Ramona era una excelente mujer que nos daba avellanas y nueces, pero se enfadaba cuando los chiquillos asustábamos al gato, que siempre estaba acurrucado á su lado.
Ferreol era el marido de Ramona, y los viejecitos se querían mucho y vivían muy contentos, no teniendo más esperanza que la de una buena muerte, y para alcanzarla ajustaban sus obras á los mandamientos de la ley de Dios. Las mejillas del viejo estaban chupadas y la desaparición de los dientes juntaba los labios hasta tenerlos como pegados con goma, lo que no impedía que fumase el tabaco contenido en una pipa de raíz de avellano. Si podía fumarla en compañía de su amigo José, el tabaco le sabía á gloria, porque evocaba los recuerdos de la juventud, y charlaban fumando y fumaban charlando, confundiendo ambas cosas hasta tal punto que continuaban chupando, hinchando los carrillos y soplando cuando hacía mucho tiempo que las pipas se habían apagado, sin que de ello se dieran cuenta. Era José contemporáneo de Ferreol, hombre de mar, muy religioso, que jamás se embarcaba sin haberse santiguado y rezado una Ave María para implorar la protección de la Virgen. El marino decía:
— En las noches de tempestad se comprende y se siente á Dios, y