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Jugando a Vivir
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Libro electrónico277 páginas3 horas

Jugando a Vivir

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Información de este libro electrónico

Ludwefsa es un alma antigua en busca de la felicidad. Acompaada de su familia de alma est aprendiendo como jugar el juego de la vida. Desde la Mesa de Juegos controlan a sus seres fsicos en el tablero de juegos. Han tenido que vivir varias vidas para lograr su evolucin personal.

Ella y su familia tendrn que enfrentar retos fuertes y entender las situaciones que se les presentan en la vida cotidiana. Decisiones difciles, traiciones e interrogantes sin respuesta.

Lograr Ludwefsa alcanzar la felicidad en su prxima encarnacin? Podr manejar adecuadamente las situaciones que se le presenten para evolucionar y aprender?

Jugando a vivir es una historia de amor, felicidad y hermandad que te mostrar una perspectiva diferente de la vida.
IdiomaEspañol
EditorialXlibris US
Fecha de lanzamiento30 nov 2016
ISBN9781524554828
Jugando a Vivir
Autor

Lulu Montiel

Lulu Montiel nació en México y actualmente reside en Canadá. Es madre de dos hijos, esposa, hija y amiga. Ha sido empleada y empresaria. Es apasionada, comprometida con sus ideales, exigente y decidida. Se encuentra en la búsqueda de un sueño: el reencontrarse con su ser y expresarse a través de la escritura. Sus objetivos están relacionados con ayudar a otras personas a descubrir y comprender el camino hacia la felicidad total y absoluta. Es sanadora y practicante de Thetahealing, técnica que le ayudó a imaginar el funcionamiento del universo y como todos los seres podemos ver la vida como un juego.

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    Jugando a Vivir - Lulu Montiel

    Tabla de contenido

    1.    El edificio de planeación

    2.    La sala de planeación

    3.    La evaluación.

    4.    La planeación.

    5.    El Nacimiento.

    6.    La Mesa de Juegos - El Nacimiento

    7.    Primera pérdida.

    8.    La Mesa de Juegos - Primer pérdida

    9.    El reflejo de otros.

    10.    La Mesa de Juegos – El reflejo de otros.

    11.    Primeros amores

    12.    La Mesa de Juegos – Primeros amores

    13.    La llegada inesperada.

    14.    La Mesa de Juegos – La llegada inesperada.

    15.    La decisión.

    16.    Mesa de Juegos – La decisión.

    17.    El amor propio.

    18.    La Mesa de Juegos – El amor propio.

    19.    Jesaias

    20.    La traición.

    21.    La Mesa de Juegos – La traición.

    22.    El encuentro

    23.    La mesa de juegos - El encuentro.

    24.    La propuesta

    25.    La mesa de juegos – La propuesta

    26.    El amor incondicional

    27.    La Mesa de Juegos – El amor incondicional

    28.    El mejor guía y maestro.

    29.    La Mesa de Juegos – El mejor guía y maestro

    30.    La definición.

    31.    La Mesa de Juegos – La definición

    32.    La partida

    33.    La nueva evaluación.

    1.    El edificio de planeación

    Todo era silencio absoluto, estaba en medio de una inmensidad, rodeada solo de luz blanca, pero sus sentidos estaban dormidos, no sabía cómo controlarse, trató de tocarse a sí misma, pero descubrió que no tenía manos, y tampoco pudo encontrar alguna parte de si para hacer algún contacto. Parecía una pesadilla, donde simplemente ella dejaba de existir. Para calmarse quiso dar un suspiro profundo, pero su ser tampoco respondió a eso. No tenía ninguna sensación, parecía estar sin vida, y un miedo profundo la invadió, a la vez que millones de preguntas sonaban en su pensamiento.

    No quería sentir más angustia, no quería sentir desesperación, en ese mismo momento se abandonó a cualquier cosa que siguiera. Se cerró a sí misma y se quedó ahí, tumbada, sin hacer ni sentir nada

    Después de permanecer lo que le parecieron varias horas, ella poco a poco tomo conciencia de su propio ser, sintió una tremenda paz, y pudo notar que su alma vibraba en alineación completa con la luz. Aun cuando todavía no entendía lo que estaba pasando, tuvo la certeza de que estaba en el lugar y momento correctos, no quería ir a ningún lado y no hizo ningún esfuerzo por moverse.

    Abrió su conciencia momentáneamente. Pudo percibir que no estaba sola, sintió a otros hablando en su cabeza… no había sonidos, solo mensajes que llegaban como por telepatía.

    Cuando su aturdimiento desapareció, empezó a observar con más detalle, notó millones de estructuras a su alrededor, si pudiera compararlas con algún material, diría que es cristal, de apariencia frágil, transparente, sin embargo, pudo sentir que esas estructuras tenían tal fortaleza que no podrían ser derrumbadas por nada ni nadie en la eternidad. Volteó a su izquierda y vio algo que puede compararse con un edificio. Éste parecía estar suspendido en el aire, se imaginó a un gran gigante construyéndolo. Pudo ver a través de su imaginación a este ser colocando un piso, y después, un pedazo primero, otro después, había ido agregando partes hasta completar la estructura completa aparentemente desordenada y sin sentido…. Pero en su conjunto se veía hermoso, y atractivo.

    Empezó a transportarse, con esta forma de conciencia no es posible caminar como lo hacía en su cuerpo humano, pero, muy pronto pudo recordar que el poder de su pensamiento la llevaba a cualquier lugar que ella quisiera, y como por arte de magia de pronto todo estaba claro. Pronto también descubriría que su esencia podía adoptar la forma que ella quisiera, y que la mayoría de los que estaban ahí elegían adoptar formas humanas. Preferían tener una cara y un cuerpo, aunque éste no era físico. Tenía muy poco que había dejado su cuerpo físico en la tierra para regresar a esta, su casa.

    Trataba de acostumbrarse a esta nueva forma de transportarse, a veces olvidaba que ya no tenía un cuerpo y quería dar pasos para poder caminar, pero en lugar de pasos, lograba movimientos erráticos que la llevaban de un lado a otro. En el camino se cruzaba con varios seres moviéndose similar a ella, escuchaba sus pensamientos, y escuchaba constantemente una melodía. La más bella y armoniosa melodía que jamás había escuchado. Por un instante se detuvo, puso su mente en blanco, solo para percibir esta música, no conocía las notas, pero era la música más hermosa y familiar que había escuchado jamás. En su intento de llegar a algún lugar escuchó a varios pensamientos provenientes de diferentes seres:

    - ¡Cómo me gusta observar a aquellos recién llegados!

    - ¡Me divierte ver cómo les cuesta recordar que han estado más tiempo aquí que allá abajo!

    - ¿Ya habrá recordado su nombre?

    ¿Nombre? Se dijo a si misma…. ¿Tengo un nombre?

    Su mente comenzó a trabajar a la velocidad de la luz, ofreciéndole disparos de recuerdos aislados, diferentes cuerpos, diferentes lugares, diferentes personas a su alrededor, diferentes nombres, pero, ¿Cuál es mi nombre real? Y sin dudarlo, como por arte de magia, lo recordó. –Mi nombre es Ludwefsa

    Y así siguió, a la velocidad del pensamiento recorriendo aquella extraña ciudad, que tan familiar le parecía. Edificios de diferentes tamaños, formas y colores. Desde el edificio gris, plano, sin chiste, de solo 3 pisos que parecía abandonado y en el que solo unos cuantos seres entraban y salían, pasando por el edificio rosa chillante, lleno de balcones y cortinas de colores, de más de 35 pisos de alto, donde entraban y salían los seres que parecían más jóvenes.

    Ahí parada en aquella inmensidad de edificios y estructuras, rodeada de tantos seres y sintiéndose tan sola se detuvo. Pensó que no sabía a donde ir, ni con quien se iba a encontrar, pero estaba segura que pronto lo descubriría.

    Su mente y sus recuerdos seguían siendo borrosos y confusos, llegaban imágenes de vidas, situaciones, cuerpos, familias, no sabía la secuencia del tiempo, no sabía ni siquiera si el tiempo existía, era como estar suspendida en medio de la nada, y a la vez con un objetivo que pronto sería muy claro.

    Corrió hacia lo que parecía la explanada principal de aquel lugar. Tal vez, estando ahí podría recordar o entender cuál debía ser su siguiente movimiento. Se quedó estática, nuevamente, tratando de poner su mente en blanco, cosa que era bastante difícil para su situación, cuando por un efímero momento lo logró pudo percibirlo a ÉL. - ¿Qué es esto? ¿Qué sensación tan familiar y extraña a la vez me invade? ¿Por qué siento que quiero saltar de alegría? Estas y otras preguntas rondaban es su mente, cuando finalmente expandió sus sentidos. Ahí, frente a ella el ser más hermoso que pudiera ver. Su luz alcanzaba una gran distancia, y muchos seres se sentían encogidos a lado de ÉL.

    Él la distinguió a lo lejos y se acercó a ella. –Veo que estás desorientada y perdida. ¡Finalmente llegaste! Ven. Todos te están esperando, la planeación empezará pronto.

    Ludwefsa no pudo articular ningún pensamiento coherente, él solo sonreía y la ayudó y dirigió hacia ese edificio que ella vio cuando recién tomo conciencia de su estado. Ese edificio que parecía no tener forma y con estructuras de cristal. Su mente divagaba y trataba de encontrar sentido a todo lo que estaba pasando. ¿Quién es este ser? ¿Qué quiere? ¿A dónde me lleva? ¿Junta de planeación dijo? ¿O dijo repartición? ¿Que estoy haciendo aquí y de que se trata todo esto?

    Él podía escuchar sus pensamientos porque en ese lugar las palabras no son necesarias, aunque muchas veces preferían usarlas. No se molestó en darle explicaciones, simplemente sonreía. No era la primera vez que esto sucedía. Ludwefsa SIEMPRE regresaba desconcertada, aturdida y sin recordar que esa estructura deforme era SU residencia. Ahí habitaba su familia de alma y ahí se hacia la planeación para su siguiente vida.

    Ella trataba de poner atención, de recordar el camino, pero él iba demasiado rápido. Ella no podía ver cada detalle. Por supuesto que ella también escuchaba los pensamientos de él. Lo escuchaba pensar que no era la primera vez

    - ¿Cuántas veces he estado aquí? – Preguntó ella firmemente, con la intención de recibir una respuesta.

    -Muchas, dijo él

    - ¿Puedes ser más específico por favor? Volvió a preguntar ella.

    -43,903 veces, respondió él en tono fastidiado

    - ¿Y cómo es que no me sé el camino? ¿Cómo no puedo recordar a dónde ir después de TODAS ESAS VECES? –inquirió ella de nuevo

    El prefirió no contestar a eso. Honestamente, tampoco lo entendía.

    Después de subir 4 pisos deformes, girar a la izquierda dos veces y una a la derecha, se detuvieron frente a una puerta. Esa debe ser la puerta más impenetrable que Ludwefsa haya visto nunca. Un gran marco de madera, de unos 30 centímetros de ancho rodeaba la puerta del mismo material. Este tenía signos y símbolos que ella no comprendía, pero pudo notar algo que parecía llevar la cuenta. - ¿Lo ves? -Dijo Él - 43,903 líneas indican cada vez que has estado aquí. Ahora por favor, graba la siguiente para poder entrar. Ella lo miró desconcertada. ¿Grabar una línea? ¡Que idea tan descabellada! ¡No tengo un instrumento para hacerlo!

    -De acuerdo Ludwefsa, este juego dejo de gustarme hace muchas veces, - dijo él en tono molesto. ¿Te das cuenta que cada vez que tu no recuerdas nada yo tengo que volver a explicártelo, justo en este lugar, frente a esta puerta y que con esta ya suman 43,904 veces? ¿Cuándo terminaremos?

    Ella sintió que se desvanecía. No le gustó lo que escuchó, y mucho menos le gustó darse cuenta que estaba siendo una molestia. Sin saber que decir o cómo reaccionar solo alcanzó a pensar levemente – Prometo que pondré más atención. Él la miró y ella bajó la mirada. –Lo prometo…. Dijo con firmeza.

    -Está bien, dijo él, no quise hacerte sentir mal. Lo explicaré de nuevo.

    Este es nuestro edificio de planeación. Todos tenemos una familia de alma, y cada vez que todos concluimos un ciclo (o una vida) en la tierra, nos reunimos aquí para evaluar nuestros aprendizajes y para definir cómo será la siguiente experiencia. Esperamos a estar reunidos todos para definir qué rol jugaremos y cual será nuestro objetivo. Después de eso pasamos al tablero de juegos a vivir una vida nueva, la Nueva Aventura le llamamos. Cuando entres a la habitación verás que está una gran mesa y sillas alrededor. Para este momento solo habrá dos sillas desocupadas, que son las que ocuparemos tu y yo. Veremos escenas de nuestra última encarnación y seremos cuestionados sobre nuestros aprendizajes. Solo para que empieces a recordar, para la vida de la que recién llegas yo fui tu padre. Antes de ir al tablero de juegos decidimos que yo te abandonaría muy pequeña para que tu pudieras ser fuerte, enfrentarte a las críticas, admitir el rechazo y a pesar de eso, encontrar el amor. Eso es lo que evaluaremos, si lo lograste o no. Déjame decirte que fue extremadamente difícil permanecer prácticamente toda la vida alejado de ti, para que pudieras cumplir tu objetivo, y realmente espero que lo hayas logrado. Después definiremos que rol nos tocará jugar la siguiente vida, elegiremos el lugar donde viviremos, el idioma que hablaremos y las experiencias más importantes que viviremos y finalmente nos deslizaremos por los toboganes. Al llegar a la bifurcación tu Yo Superior se irá a la mesa de juegos, y tu Ego seguirá bajando hasta el tablero.

    ¿Todos al mismo tiempo? Preguntó ella.

    Si, contestó él, recuerda que el tiempo en realidad no existe. Ese lo percibes hasta que llegas a la tierra, pero lo que parecen muchos años de vida en la tierra, aquí pueden ser segundos… o nada. El tiempo NO existe. Todo está pasando aquí y ahora.

    -Todo esto es muy confuso, ¿cómo puedo estar tantas veces en un lugar y no recordarlo? ¿Cómo es necesario que me expliques lo mismo cada vez que llegamos a este lugar? ¿Por qué tú lo recuerdas y yo no? Ludwefsa sentía ansiedad y frustración. Ella no quería ser una carga, pero parecía que todo esto giraba alrededor de ella. ¿Los demás no tienen un objetivo? ¿Los demás no aprenden nada? ¿Por qué tu vienes a buscarme y ellos esperan adentro?

    -Ludwefsa- dijo él con suavidad. Porque esta es TU sala de planeación. Todos tenemos una. Cuando me toca entrar en la mía me ayudas tú, o alguien más. Somos familia de alma, para eso existimos, todos somos uno, pero todos buscamos experimentar cosas distintas. Cada uno de acuerdo con el rol asignado en la Nueva Aventura definirá sus propios objetivos y cada uno evaluará si los cumplió o no. Es cierto que a veces puedo sentir desesperación al notar que no puedes recordar ni un poco cada vez que el juego termina, yo a veces recuerdo vagamente… Al menos siempre recuerdo el camino a mi sala de planeación- dijo sonriendo.

    Ella quedó pensativa. Eso quería decir que ese era SU momento, de nadie más. Que todos estaba ahí para ella, pero eso debía ser recíproco. Recuerda haber pensado antes, ¡qué maravilla!, esto funciona como una máquina cuyos engranes encajan a la perfección en cada momento. Así era. Ese era el edificio de planeación de su familia de alma, y esa que tenía enfrente, detrás de esa gran puerta de madera era SU sala.

    Después de unos minutos (u horas, en este lugar nunca se sabe), Ludwefsa se siente decidida. Su mente está tranquila y en paz, y quiere dar el siguiente paso. Se aproxima la puerta y siente el deseo de entrar. En ese momento aparece la línea 43,904 en el marco de la puerta y ésta se abre, dejando a Ludwefsa maravillada y atónita.

    2.    La sala de planeación

    Se abrió la puerta y Ludwefsa se quedó paralizada en la entrada. Observando. Tenía frente a si una sala de gran tamaño, un techo muy alto, con una alfombra color vino, y las paredes con un tapiz del mismo color y símbolos extraños. Lo primero que pudo ver fue esa gran mesa rectangular de caoba, pudo notar que las esquinas eran redondeadas. Y alrededor de esta misma estaban unos 8 o 9 seres que la estaban esperando tranquilamente. En la pared de enfrente pudo distinguir dos pantallas gigantes, una frente a otra. Era como mostrar un dibujo en perspectivas diferentes. Al ver la del lado derecho de inmediato se sintió identificada. Ahí estaba una pequeña casa, y automáticamente al verla recordó que ella estuvo ahí. Que ahí vivió por algunos años, fue entonces cuando comprendió que eran escenas de su vida en la tierra. La pantalla del lado izquierdo no era clara en ese momento. Se observaba un gran tablero de juego y pequeñas fichas organizadas en lugares estratégicos. En ese tablero se observaban varias casillas para mover las fichas y varios lugares y objetos con los que se podía interactuar. Pero nadie estaba jugando. Las fichas estaban estáticas y no parecía estar sucediendo nada.

    Volvió a poner su atención en la pantalla de la derecha. Ésta le pareció mucho más interesante en ese momento, ya que al ver esas imágenes pudo recordar con mucha claridad su estancia en la aventura terrenal, como más adelante descubriría que era nombrada frecuentemente. Y súbitamente, ahí, en medio de la pantalla la imagen de una persona. Era una chica de cabello rubio y largo, ojos azules y grandes pestañas. Tenía puesto un vestido azul, corto, y unas zapatillas que hacían perfecto juego con el color de su vestido. Una gran sonrisa blanca iluminaba todo su rostro. No tardó en darse cuenta que así era como ella se veía en su aventura terrenal. –Nada mal- pensó, cuando una voz grave y fuerte interrumpió sus pensamientos –¿Estabas perdida sin recordar nuevamente Ludwefsa? - Ella volteó rápidamente para identificar quien le hablaba. La voz prosiguió –Seguimos sin comprender por qué olvidas el procedimiento una y otra vez, pero ya lo resolveremos, no te preocupes, LO RESOLVEREMOS, enfatizó. Antes déjame presentar, soy Omigno, el alma más antigua de esta gran familia. Juntos vamos a hacer la revisión de tu última vida, y planearemos la siguiente- Dijo entusiasmado.

    Ludwefsa sintió un escalofrío. Nada de esto tenía sentido, pero estaba dispuesta a afrontar lo que viniera después.

    -Veamos, dijo Omigno, esta vez lo haremos diferente, ahora no te diré los nombres de los presentes, espero que puedas identificarlos. Es sencillo, cuando veas como lucían en su vida terrenal, puedes observar sus ojos. En la tierra tenemos un dicho que dice Los ojos son las ventanas del alma, nada puede ser más cierto. Observa sus ojos, su mirada y pronto sabrás quién es.

    En ese momento Ludwefsa notó que no sabía el nombre de su guía y acompañante. Ese ser tan hermoso que la ha apoyado tantas veces, no sabe cómo se llama, no tuvo la cortesía de preguntar su nombre. Sin embargo, él le dio una clave. En su vida anterior él fue su padre. Pronto lo descubriría.

    Omigno tenía la apariencia de un anciano. El mencionó que era el ser más antiguo de la familia de almas, y efectivamente, eso parecía. El sería el dirigente de esta actividad. Tenía la apariencia de ser muy sabio. Muy pronto Ludwefsa averiguaría que sí lo era.

    Los demás seres de la sala permanecían impasibles, incluso parecían indiferentes. Eso molestaba de cierta forma a Ludwefsa que estaba esforzándose por comprender, por ser aceptada y por no sentirse más extraña de lo que ya se sentía. Sin embargo, tampoco dijo nada. Ella se preguntaba si todas las salas de planeación serían iguales, si todos pasaban el mismo proceso. Como era posible que si todos acababan de llegar de esa aventura terrenal pudieran estarla evaluando a ella y también cada uno tuviera sus propias evaluaciones.

    Omigno percibió todas esas dudas y pensamientos, por lo que decidió ofrecer una explicación antes de llegar al punto focal de esta reunión.

    -De acuerdo Ludwefsa, entiendo cómo te sientes, entiendo tu desconcierto y entiendo también que no podremos seguir adelante si tu mente sigue divagando de esta manera. Te lo explicaré de la manera más clara que me sea posible.

    Este lugar es donde las almas habitan. El Creador lo quiso así para que pudiéramos estar familiarizados con todos los elementos en la tierra. Existen varias familias de almas y cada familia tiene un edificio. Todos juntos decidimos las características de ese edificio. Como nosotros somos divertidos, alegres, juguetones, graciosos y bromistas, nos fascinó la idea de hacer una estructura que no tuviera sentido. A la vista de los ojos humanos esta estructura no podría existir, pero dado que en este lugar no aplican las leyes humanas ni

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