Delicias terrenales

Por Alelí Salcedo y Carlos Alberto Alvarado Salcedo

Esta colección de cuentos es pícara y atrevida. En sus narraciones se entrevén pecados cotidianos en los que puede identificarse cualquiera. Aunque, en muchos casos, los personajes son ángeles o demonios, figuras de la mitología bíblica, su esencia es humana y muy asequible. En todo caso, sabemos que disfrutarán los guiños sobre nosotros mismos que

• Idioma: Español
• Editorial: FUGA editorial
• Fecha de lanzamiento: 18 nov 2020
• ISBN: 9781099156274

Vista previa del libro

Delicias terrenales

Alelí Salcedo

Carlos Alberto Alvarado Salcedo

FUGA EDITORIAL

* * * * *

PUBLICADO POR:

Fuga

Sandraeli Salcedo– Panamá: FUGA editorial, 2019.

80 p.; 21 cm.

ISBN 9781099156274

© Sandraelí Salcedo

©Carlos Alberto Alvarado Salcedo

Edición y diagramación de FUGA editorial

Portadas: Alejandra Zuno.

Imagen de portada: hemul75 de Depositphotos.

Panamá, 2019

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de su respectivo autor.

Contenido

Alelí Salcedo

Delicias terrenales

Libertad

El suplicio de Tántalo

Tú en mi

Fantasía de Hades

Fly

Platos rotos

Iluso

El Ángel de la muerte

Enanitos verdes

Arañando tu burbuja

Caminos torcidos

Espejitos y duendes

Epifanía

Soldadito Marinero

Soy Watson

Carlos Alberto Alvarado Salcedo

Andén del metro

Alelí Salcedo

Luchadora, emprendedora y disruptiva; palabras que buscan reflejar a una persona que ha tenido que construirse y reconstruirse en diversas ocasiones, sin importar el qué dirán. Una lucha contra todo aquello que le ancla y que le impide ser feliz ha sido la constante de su vida. Esto ha significado emprender en diversos ámbitos y realidades: pintura, escritura, enseñanza, atletismo, negocios. Todo sin echarse para atrás, superando miedos, contradicciones y hasta oposiciones. Realmente, una mujer disruptiva, que sabe hacer notar su presencia en los detalles, con su energía vital, con palabras y gestos que hablan de autenticidad y sabiduría vivida. 

Una mujer que realmente ha sabido decirle Sí, con convicción, a la vida y que, hasta su último instante, vivirá con una intensidad particular.

A aquellos que saben mirar lo esencial de la vida, en los demás y en sí mismos.

La autora

Delicias terrenales

De la nada, se produjo un gran estallido y emergió la materia. Todo era confusión. Las tinieblas cubrían los abismos mientras el Espíritu aleteaba sobre la superficie de las aguas.

Bastó un deseo para que la luz se separara de las tinieblas, las aguas de la tierra, y se creara el cielo y sus estrellas, las plantas y los animales.

Imaginó seres alados que emanaban luz y bondad. Así los fue creando por cientos, con cualidades excepcionales, inmortales preparados para tomar cualquier forma, visible o invisible.

Quedó extasiado cuando vio al último. Era energía pura y estaba lleno de sabiduría y hermosura. Lo llamó Lucifer. Era su querubín ungido.

Días después, contempló su universo. Pero sintió un vacío.

Convocó a sus ángeles. Todos convinieron en que lo que hacía falta eran seres con capacidad para gobernar la creación. Así fue. Fueron creados. Los dotaron de un cuerpo material, con inteligencia organizada y capacidad para emocionarse, ejecutar complejos procesos químicos y procrear. Los llamó humanos. Con un soplo les dio vida. Fueron dotados de libre albedrio.

El Espíritu vio que todo lo que había hecho era bueno y se alegró. Descubrió que los humanos no tenían límite en su creatividad. Fueron poblando el planeta. Le fascinaba jugar con ellos, disfrutaba con sus risas y carcajadas. Invitaba a los ángeles a divertirse. Observaba extasiado sus habilidades, se dejaba sorprender. Era el jardín de las delicias.

Mientras, Lucifer, relegado, era presa del aburrimiento. Se retiraba en solitario, momentos que aprovechaba para divertirse. Ocasionaba disturbios, terremotos, erupciones volcánicas, lluvias torrenciales, fuertes nevadas. Sus diabólicas carcajadas invadían la inmensa bóveda azul del universo. Le