Leyendas Mexicanas para Disfrutar en Familia

Por Leo Leyendas

En este ebook podrás encontrar mitos y leyendas extensamente difundidas y que forman parte imprescindible de la cultura mexicana. A la vez, se ha intentado plasmar el relato con un lenguaje ameno y sencillo para que pueda ser comprendido por personas de todas las edades.

• Idioma: Español
• Editorial: Leo Leyendas
• Fecha de lanzamiento: 4 jun 2013
• ISBN: 9781301145928

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La Leyenda Del Águila Y El Nopal

Basada en la Crónica Mexicáyotl de Fernando de Alvarado Tezozómoc Ca.1600

Esta leyenda nos relata las razones por la cuales se fundó la Ciudad de Mexico-Tenochtitlan por los antiguos mexicanos, y el origen del emblema que lleva nuestra actual bandera nacional.

Una hermosa mañana, Cuaucóatl y Axolohua, dos guardianes del dios de la guerra Huitzilopochtli el principal del panteón mexica, caminaban por un campo lleno de cañas y de olorosas juncias. De pronto se dieron cuenta de que se encontraban en el lugar que el dios había señalado como el destinado para fundar la ciudad de Tenochtitlan. Después de un largo peregrinaje por fin encontraban lo que tanto habían buscado en su larguísimo peregrinaje.

-¡En dónde se extienda la tierra entre cañas y entre juncias, allí se pondrá en pie y reinará Huitzilopochtli! Había profetizado el dios.

Sobrecogidos de felicidad, vieron sauces muy blancos e enhiestos, cañas y juncias blancas, ranas y peces blancos que nadaban en el agua, y culebras blancas reptando por tierra.

No habían salido de su asombro cuando vieron una cueva cerrada por cuatro rocas: una se encontraba en el oriente sin agua que la agitara; otra en el norte, de donde brotaba un agua azul-verdosa. Al ver tal maravilla, los guardianes lloraron de alborozo, al tiempo que decían:

-¡Así que este es el lugar ordenado por ti, venerado Huitzilopochtli! ¡Estamos ante las cañas y las juncias señaladas por ti, dios máximo de nuestra religión!

Llenos de gozo corrieron a comunicar el hecho a los otros integrantes de la tribu que esperaban no muy lejos de ahí.

-¡Mexicas, vamos todos a admirar lo que hemos encontrado! ¡El sacerdote nos dirá lo que debemos hacer!

Los dos guardianes se dirigieron a Temazcatitlan, lugar donde se encontraban los mexicas, a comunicar a Cuauhtlaquezqui, el sacerdote encarnación terrenal del mismo dios Huitzilopochtli, el prodigio que habían visto. Al cercarse, el sacerdote les dijo:

-Cuaucóatl y Axolohua, ya vieron lo que hay entre las cañas y las juncias… ¡Pero aún queda por ver otra cosa! ¡Aún no la han visto! Regresen y verán una tranquila águila que está parada sobre un nopal salvaje. Allí tiene su nido, allí come, allí limpia sus plumas. ¡Vayan, y así estarán contentos nuestros corazones! ¡Allí se encontrará el corazón de Copil, el hijo de Malinalli, la hermana de