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Los Dos Lados del Universo
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Libro electrónico44 páginas1 hora

Los Dos Lados del Universo

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Desde hace millones de años se están enfrentando las columnas de ángeles de las tinieblas con los ángeles de luz. Todos están motivados por la posesión de un gran tesoro: El Trono del Padre Eterno. El Diablo y sus ángeles están decididos a realizar el gran asalto al cielo para apoderarse del Trono del Padre, la Fuente de la Vida. Miguel y sus ángeles, los ángeles fieles, están decididos a mantenerse en sus posiciones. La guerra ya lleva muchas bajas y todavía parece no tener fin. Sin embargo, existe una fórmula para encaminarnos a favor o en contra de uno de los ejércitos en guerra. El que conoce esta clave podrá pasar de la oscuridad a la luz o de un lado al otro del universo. Sabemos que no todos estamos preparados para esta guerra entre la Luz y las Tinieblas. Pero, lo estará usted?

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento11 dic 2015
ISBN9781311089830
Los Dos Lados del Universo
Autor

Adolfo Sagastume

Construyendo Universos LiterariosCiudadano LatinoamericanoCiudadano de la República de LiberlandCiudadano de Asgardia The Space Kingdom

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    Los Dos Lados del Universo - Adolfo Sagastume

    Índice

    Introducción

    La Batalla por la Tierra

    El Nacimiento Segundo

    Luz y Oscuridad Interior

    Conclusión

    Introducción

    Hace muchas eras, millones de años, se inició una confrontación terrible en los confines del universo junto al Trono del Padre Eterno. El Rey del Universo gobernaba junto a su Hijo Unigénito, el Verbo de Dios, Emanuel, Jesús.

    El Padre Eterno organizó el universo en dos secciones: luz y oscuridad. Y le dio el gobierno de los dos lados al más bello, hermoso y sabio de sus hijos: Lucifer.

    Y así transcurrió una enorme cantidad de tiempo. Todo funcionaba a la perfección. Lucifer iba y venía por todos los confines del universo. Entraba y salía de todas las regiones, de todos los cielos, de la luz y las tinieblas.

    En sus viajes administrativos siempre procuraba la seguridad del Trono, que también era la Fuente de la Vida, y la Vida Eterna. El Padre le ordenaba y él obedecía con entusiasmo. Y cuando el Hijo, el Verbo, le daba indicaciones también las obedecía gustosamente. Todos los hijos de Dios, los ángeles en sus variadas categorías y jerarquías, lo admiraban, obedecían y seguían.

    Lucifer era versado en toda la tecnología de los viajes galácticos, se movía en naves luminosas por los confines del universo, fundaba moradas celestiales que el Padre, a través del Verbo, poblaba con pueblos y comunidades de seres bellísimos y fieles al Señor.

    Todos lo conocían, admiraban y respetaban. Era el gobernador, tenía a su cargo el funcionamiento de los dos lados del universo. En su cintura brillaban dos llaves, la de la muerte y la de las tinieblas. Tenía autorización para entrar en todas las regiones de la oscuridad y había recibido el título de Príncipe de las Tinieblas. El Príncipe de la Luz siempre fue Jesús, el Verbo de Dios.

    Le gustaba mucho que los ángeles lo recibieran con sumisión y algarabía. Gran entusiasmo y alegría, aplausos y honrosos recibimientos le daban los millones de ángeles que visitaba en sus jornadas administrativas. Él era una especie de torbellino de luz atravesando todas las regiones del universo de día y de noche.

    Sin embargo, como sabio que era, observó que el Padre Eterno y su Hijo eran solemnemente mansos, serenos, silenciosos y pacíficos. Siempre se les veía como absortos en la inmensidad de la eternidad y en la grandeza del universo. El éxtasis de la omnipotencia brotaba de sus rostros poderosamente silenciosos.

    Todos los pueblos divinos adoraban al Padre Eterno de día y de noche, diciendo: Santo, Santo, Santo, Dios del Universo, todo está lleno de tu gloria.

    Pero, Lucifer observaba que al Padre no parecía alterarlo la unísona adoración generalizada. Y pensó para sí mismo en tomar un poquito de la adoración ofrecida al Padre. Su corazón se corrompió de envidia. Su mente se ofuscó con la idea de ser adorado y comenzó una campaña proselitista para buscar seguidores. Convenció a la tercera parte de los ángeles del universo y los instruyó en un programa deleznable y traidor que consistía en apoderarse del Trono de Dios, es decir, de la Fuente de la Vida.

    Ya tenía en sus manos las llaves de las Tinieblas y de la Muerte, ahora también quería las llaves de la Vida. Si

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