· ¿Qué determina que algunas personas asuman mayores riesgos que otras?
· ¿Cuál es la importancia de alcanzar una buena empatía con el riesgo?
Estimados escuchas. Nos entusiasma que nos acompañen en un episodio más de Prácticas Empresariales. Encantado de la vida de estar aquí con ustedes como cada semana, compartiendo temas que nos van enriqueciendo en este vasto campo de las Prácticas Empresariales.
En momentos de caos e incertidumbre, a veces corremos riesgos que quizá pudieran ser necesarios y justificables, y en otros, simplemente el resultado nos termina por afectar.
A veces corremos riesgos pasivos que se relacionan de forma directa con nuestro estado de salud, ya sea que aplacemos una intervención quirúrgica que es necesario nos practiquen o la realización de determinados estudios, producto de prejuicios, apatía o ignorancia de las consecuencias que tiene el dejar que las cosas pasen. También es válido decir que muchas de nuestras actitudes que tenemos frente al riesgo, la incertidumbre y el cambio son aspectos que heredamos de nuestros padres y que pueden en un momento dado definir nuestro comportamiento individual.
Si reflexionamos en torno al significado del riesgo pueden surgir muchas preguntas y más aún si relacionamos el riesgo con las decisiones que en algunos casos tomamos, por ejemplo, ¿Qué riesgos tiene sentido que asumamos? ¿Tenemos la capacidad de reconocer los riesgos que nos rodean y poder evaluarlos? ¿Por qué el grado de exposición al riesgo varía entre las personas?
Creo que con estos elementos aquí planteados podemos contar con una mejor perspectiva respecto a los riesgos que enfrentamos, ya sea a nivel personal o en el contexto de nuestro mundo laboral o empresarial. Si queremos ir por un mejor resultado y tener un mejor entendimiento de nuestros pares, resulta fundamental trabajar para alcanzar una mayor empatía con el riesgo.